Rock

Con más de cinco décadas de vida cumplidas a escala mundial y con la guitarra eléctrica como su arma predilecta de sonido, el rock es casi igual de antiguo desde su primera adopción en Chile a mediados de los años '50, y ha descrito una de las evoluciones más múltiples de la música popular local. Imitado al comienzo, chilenizado en parte por la Nueva Ola, transformado en himno nacional para el Mundial de 1962, puesto al día por jóvenes airados a fines de los '60, revolucionado por toda una nueva generación hippie y telúrica a comienzos de los '70, aguerrido bajo la dictadura, agitado por la new wave a mediados de los '80 y abierto hacia formas como el punk, el metal, el reggae o el pop, la música rock se ha multiplicado en un sinnúmero de nombres y tendencias desde los años '90 hasta la actualidad.

Tío Lucho

Sorprendió Tío Lucho cuando, en 2004, comenzó a actuar en Santiago después de unos subterráneos inicios desde 1999. Hasta la aparición de su disco debut no hubo reseña que dejara pasar la conformación instrumental de la banda: guitarra, batería, voz, saxo y teclado. Esa alineación le ha dado al grupo una sonoridad particular, plasmada en canciones inspiradas en el punk, el rock and roll de vieja escuela, el twist y el surf. Letras que hablan de ciudad y sublevación y una visualidad deudora de grupos como The Clash y Los Prisioneros más precoces completan el cuadro de una banda que ha encontrado en los escenarios su hábitat favorito.

Supersordo

Iconoclastas, apurados por la urgencia, y responsables de un peculiar trabajo escénico y de letras, Supersordo consiguió en los años 90 un estatus de culto dentro de la escena de punk chileno (pese a que sus integrantes nunca estuvieron completamente cómodos dentro de esa clasificación y que, a la larga, han quedado inscritos en un sonido más cercano al post-hardcore). Su trabajo se desarrolló totalmente al margen de los medios de comunicación y grandes sellos discográficos, legando tres cassettes de inquietante ruido y hermético sarcasmo. La historia de Supersordo es valiosa como testimonio de trabajo independiente, y concentra a algunos de los músicos más activos de la escena de rock extremo y propositivo hecho en el país cuando la autogestión aún no era la norma.

Jorge Delaselva

Músico, productor y profesor, Jorge Del Campo es un nombre recurrente en otros proyectos musicales, varios de ellos vinculados al hip-hop y al soul, aunque también al pop masivo de mejor factura. Ex integrante de grupos como CHC y Tropiflaite, desde 2012 su trabajo estable junto a las bandas de Pedropiedra y Jorge González, lo destacaron en un ritmo constante de presentaciones. Entre ellas, sin embargo, Jorge del Campo consiguió defender discos solistas propios, caracterizados por un cruce particular entre canción romántica, groove, ritmos latinos y pulso soul.

Yonhosago

Uno de los grupos experimentales más libres y abiertos dentro la naciente escena de los 2000 fue Yonhosago. No por nada fue llamado por la crítica especializada como "la gran promesa del rock de vanguardia" hacia 2002, en una época en que llegó a ocupar espacios junto con Akinetón Retard, como propuesta de rock de guitarras, improvisación libre y música de cámara contemporánea.

Juancristóbal Aliaga

Guitarrista de jazz-rock y fusión, Juancristóbal Aliaga es solista, compositor y líder de proyectos de diversa consideración y estructura, elencos a los que denominó Cachai?? y con los que editó los discos de su primera época como solista. Hijo del percusionista de Congreso y a la vez baterista de Fulano Raúl Aliaga, tuvo formación en la escuela de música estadounidense de Berklee, tanto en su sede central de Boston como en la de la ciudad española de Valencia.

Claudio Narea

La historia solista de Claudio Narea es minoría dentro de su currículo, porque la mayor parte de su carrera musical ha sido militando en bandas: primero en Los Prisioneros, luego en los Profetas y Frenéticos y, entre el 2001 y 2003, de nuevo en la banda sanmiguelina. Acumula tres discos como cantautor, en los cuales ha sido fiel a un rock de raíz bluesera bien ejecutado y de sutil lírica social.

Tito Escárate

La música y la literatura fueron fuentes cruciales de formación para Héctor Tito Escárate desde su infancia, y en su vida adulta este poeta y cantautor ha ido desarrollando de modo autodidacta una actividad que ha tenido siempre esos dos ejes. Su trabajo solista se ha encauzado en los últimos años como parte de colectivos mayores (Muralla China, Tito Escárate & Los Galanes Suplentes), pero también son recordados sus pasos en las formaciones de los grupos Compañero de Viajes y Los Cráneos, desde los años ochenta.

Sol y Medianoche

Sol y Medianoche fue uno de los primeros grupos en Chile dispuesto a recuperar el legado de canto popular de Violeta Parra y presentarlo en clave rockera y eléctrica. Combinaron ese trabajo con composiciones propias, y es posible ubicar su música en una continuidad con lo que una década antes que ellos hicieron Los Jaivas, Blops y Congreso. Desde 1982, la banda reunió a músicos antes experimentados junto a En Busca del Tiempo Perdido, Sol de Medianoche y Tumulto, afines al rock progresivo, el rock duro y el canto de raíz latinoamericana.

María Segú

Una consciente elección por las dinámicas y las incertidumbres de la improvisación libre fueron centrales durante 2019, el momento que marcó la primera creación de María Magdalena Segú, una compositora vinculada a las escenas jazzísticas que se vieron marcadas por la pandemia. Sus ramificaciones musicales alcanzan, sin embargo, otros espacios, que la han convertido en una compositora y experimentadora muy única. Su propuesta tomó entonces al sonido como primer objeto de estudio, aprovechando lenguajes musicales diversos reunidos en un mismo espacio, el folclor, la electrónica y la expresión poética, la improvisación jazzística, la guitarra eléctrica y la voz.

Termita

El curioso seudónimo escogido por el cantautor Arturo Figueroa para presentar sus canciones tiene una explicación profesional. En uno de sus primeros encargos como periodista para un gran diario, Figueroa reporteó el efecto irreparable de las termitas sobre las viviendas. Penetrar del mismo modo intrusivo los oídos de su audiencia puede resultar una buena definición para el objetivo de su música, un rock inicialmente experimental, luego más directo, y siempre rigurosamente autogestionado, trabajado tanto en solitario como en diferentes asociaciones, y que alcanzó a registrarse en cinco discos antes de su reformulación en el dúo Las Naves (junto a Roberto Rojas). El suyo fue un trabajo esencialmente solista, pero que llegó a contar con colaboraciones de músicos reconocidos, como Leo Quinteros, Felipe Cadenasso y algunos integrantes de Solar (banda que pasaría a integrar en 2018). En su trabajo académico, Figueroa mantiene líneas abiertas de investigación sobre música popular.

Los Tetas

Al menos tres etapas marcan la historia de Los Tetas, banda-cuna no sólo de una apuesta poderosa de funk hecho en Chile, sino también de trayectorias musicales individuales que han aportado a la música local. En los años noventeros de transición democrática, Los Tetas pusieron en la radio una serie de canciones que vinieron a marcar época: "Corazón de sandía", "Hormigas planas" y "La medicina", entre otras. Aquellas sucesivas fases en su historia deben rastrearse en pasos dentro y fuera de Chile, entre períodos de gran éxito autogestionado y otros de avance lento y distancia entre sus integrantes. Su reactivación en 2011 y sus planes de relanzamiento chocaron al poco andar con noticias cubiertas por la crónica policial, que por varios años mantuvieron al conjunto en la incertidumbre y a sus músicos en proyectos por separado. En 2024, Los Tetas se presentaron como un proyecto rearticulado, aunque como dúo.

Francesca Santoro

Luego de ser parte del grupo Wentru, la cantante y compositora Francesca Santoro inició un camino como solista, construido con canciones que transitan por delicados arreglos pop, letras reflexivas, melodías nostálgicas y pasajes oscuros y eléctricos.

Beat 4

Ubicados en el mapa de la canción chilena en el sector de pioneros del rock, Los Beat 4 comenzaron hacia la segunda mitad de los años sesenta como la sociedad de cuatro amigos de infancia: los hermanos Mario y Willy Benítez, Johnny Paniagua y Reinaldo Rhino González. Bajo la influencia de los Beatles, los Kinks y los Animals formaron Los Electrones, conjunto con el cual se dedicaron a tocar en fiestas de colegios y diversos encuentros, siguiendo el estilo de la Nueva Ola. Luego de la explosión de nuevos ritmos que supuso el fenómeno de los Beatles, decidieron cambiar su nombre por Beat 4 y cantar en castellano.

Porfiados de la Cueca

Aunque la cueca es para ellos motor y seña de identidad, Los Porfiados de la Cueca se ha diferenciado por una sonoridad también eléctrica y ruda, con canciones propias de opinión contingente. Por ejemplo, "El noticiero", una temprana cueca cuya letra variaba según la actualidad; "La deuda", que alude a la problemática de los profesores en Chile; y "Pilucheitor", inspirado en la masiva fotografía nudista de Spencer Tunick en el Parque Forestal, el mismo año en que el grupo comenzó a tocar.

Los Morton

Iniciados en una fusión de música de base hardcore que también interesaba a bandas como Los Miserables o LaFloripondio), Los Morton fueron derivando con el tiempo hacia algo más negro, funk y percutivo. La historia del grupo marca dos etapas, separadas por lo que se creía sería una disolución definitiva, pero que sólo los alejó entre 1998 y 2004. Además de sus riffs furiosos, el grupo se caracteriza por versos que suelen atacar las más conservadores costumbres e instituciones chilenas. Su discografía se encuentra inactiva desde los años noventa.

Juan Mateo O'Brien

Entre 1965 y 1968 fue parte, como guitarrista y cantante, de Los Vidrios Quebrados, fundamental conjunto de la génesis del rock compuesto e interpretado en Chile. Junto a esa banda trabajó el clásico álbum Fictions, y no volvió a involucrarse en grabaciones hasta 2013, cuando presentó un debut solista. Gran Avenida tuvo producción de Felipe Cadenasso y fue presentado en vivo con el apoyo instrumental de Matorral. Aunque su trabajo en la música no ha seguido la pauta de un compositor profesional, O'Brien ha sido un creador inquieto, que también tiene una novela publicada (El uno se llama Diego) y una obra teatral de su autoría (Polvo de estrellas). «Prácticamente toda mi generación está revisando su pasado: regraban sus viejos éxitos o celebran sus reediciones. Pero a cuarenta y cinco años de Fictions hoy es el momento de grabar canciones nuevas que representen el aquí y ahora de nuestra vida», explicó sobre su decisión de retomar la música cuando presentó su primer álbum.

Fernando Milagros

Ganar seguridad en sus canciones fue un proceso que a Fernando Milagros se le fue dando en la adultez. Por varios años compartió su interés por la música con los requerimientos de su profesión: la de diseñador teatral. Sin embargo, la atención creciente a su estilo de firme melodía y recio carácter lo convencieron más tarde de definirse como un cantautor a tiempo completo. Milagros es parte de la generación de solistas que desde el año 2000 ha elegido trabajar de modo independiente, gestionando por sí misma las condiciones de su trabajo. Desde la edición del aplaudido disco San Sebastián (2011), parte de su esfuerzo de promoción se ha dirigido al extranjero, donde además ha ubicado a valiosos colaboradores musicales. "Reina japonesa", "Otra vida", "Carnaval" y "Puzzle" se cuentan entre sus singles de mayor difusión radial.

Durango 95

"Durango 95" es una canción de The Ramones que dura menos de un minuto, una precisa melodía que reitera la esencia simple del punk. De ahí tomó el nombre esta banda que, con un disco y casi siete años de trabajo, consiguió avanzar por entre el circuito hardcore juvenil chileno de principios de este milenio. En el conjunto militaron un ex integrante de Insuficiencia Radial (Sebastián Etcheverry) y Mierdaster (David Cáceres). Después de grabar una canción en el compilado Pateandorama (2000) —editado por la tienda de discos de igual nombre— lanzaron su único álbum, Durango 95 (2002), bajo etiqueta Big Sur. Llegaron hasta MTV Latino los videos para sus temas "Diversión" y "Cementerio".

Fatiga de Material

Fatiga de Material ha sido un protagonista de la dinámica escena musical del underground de Valparaíso en el arranque del milenio, con una propuesta de rock instrumental de alta intensidad, despliegue y vértigo, y ciertas proximidades a vertientes como el rock psicodélico, el krautrock, el post rock y también el punk del que provenían sus músicos. Su vínculo con el poeta e insigne músico porteño Álvaro Peña desembocó en una serie de álbumes que marcaron una vía paralela de su creación.

Klyo

Sonidos atmosféricos y algo de rock fueron los elementos que se conjugaron en el pop de Klyo, banda santiaguina con una historia de una década, dividida en dos etapas: la de los temas instrumentales grabados en el álbum Abacus (2003), que terminó siendo un objeto casi arqueológico, y la de las canciones pop presentes a contar de su disco debut, al año siguiente. La banda se presentó por primera vez en vivo en el puerto de San Antonio a principios de 2004. Cuerpo lejano (2005), ese disco mayormente difundido, combinó pop y letras de amor, en una grabación con parcial colaboración de Juan Ricardo Weiler, el ex baterista de Aparato Raro y Pie Plano. Aunque el grupo comenzó a trabajar en 2006 para un álbum sucesor, varios cambios de integrantes fueron demorando la grabación. Así, Eclipse nunca llegó a editarse, y para 2010 Klyo anunciaba su final como banda. Una década después, anunciaba un regreso al circuito musical, nuevamente con la coz de Patricia Godoy al frente.