Canto y trova

Poemas y canciones de amor, de humor o de política fueron parte del oficio del trovador histórico, personaje nacido ya en épocas medievales y que mil años después regresó a la música popular con el mismo sentido. Su figura renació en los años '60, cuando en América Latina y Europa surgieron autores cuyas canciones –interpretadas con la sola compañía de una guitarra- hablaban de sentimientos personales y temas sociales. Canto y trova son formas modernas de expresión del trovador, quien a falta de despliegue instrumental centra el poder de su música en las letras y en su virtuosismo como ejecutante de esa pequeña orquesta de seis cuerdas. Desde Francia a Estados Unidos y desde Cuba a Chile, los cantautores reaparecieron en la década de los grandes cambios. En nuestro país se activó en el marco de la Nueva Canción Chilena y luego siguió con el movimiento joven del Canto Nuevo, pero su oficio es ahora tan genérico que ha superado todas las etiquetas.

Paula Batarce

El Café del Cerro Castillo de Viña del Mar fue el punto de partida y consolidación para la cantautora Paula Batarce, quien estableció allí su refugio personal con presentaciones que no sólo se convirtieron en uno de sus discos más íntimos (Paula Batarce en el Café del Cerro Castillo, 2002): también convirtieron a Paula Batarce en una artista porteña sin ser fundacionalmente porteña. Dos décadas de estada en el eje Valparaíso-Viña-Concón dejaron atrás su origen talquino y su paso por la capital, y desde ahí la proyectaron como una de las voces del puerto en la década de 2000.

Alberto Plaza

Pocos músicos en Chile pueden mostrar las cifras de venta de Alberto Plaza. Sus marcas comerciales son aún más impresionantes si se considera que las ha conseguido muchas veces tan sólo con una guitarra acústica, el instrumento clave de sus canciones y de una carrera musical que, aunque con los años derivó parcialmente hacia ritmos y colores tropicales, está construida sobre la base de históricas baladas de amor y de himnos de consideración humanista.

Óscar Andrade

Las canciones de Óscar Andrade han rozado varios géneros y modas, pero nunca se amoldaron a una de ellas en específico. Su obra se encontró en sucesivos momentos con el Canto Nuevo, la trova y el pop, y experimentó un cambio significativo durante los catorce años de trabajo y estudios del cantautor en Alemania. Antes de cumplir los 20 años de edad, Andrade ya había levantado al menos dos hits imperecederos ("Noticiero crónico" y "La tregua"), y ha sido inevitable que el resto de su trayectoria se compare siempre con esas cumbres de popularidad de los años ochenta. Aunque breve, su discografía acumula composiciones asociables a la balada pero también de provocadora observación social, impuesta en televisión y radios incluso en tiempos en que tal opción constituía un riesgoso desafío político.

Daniela Medel

Inicialmente reconocible como guitarrista, acordeonista, pianista o tecladista en bandas de música tan distinta como las de Javier Barría, Camilo Eque o Mauricio Barraza, Daniela Medel alcanzó su dimensión solista a través de Sincronía (2017), disco con el que puso en circulación un primer cancionero autoral que la respaldó como compositora y que presentó como propuesta un pop intenso, de bordes íntimos y auténtica poesía existencialista juvenil, en el siempre insondable desencuentro de los pensamientos y las emociones.

Tere González

Teresa González Arancibia es compositora, autora, cantante y guitarrista. Pertenece a una comunidad de cultores de la música latinoamericana contemporánea que ha sido permeada por la composición académica, el jazz, la música popular y el folclor. Nacida en Viña del Mar, criada en Curimón, entre San Felipe y Los Andes, con estudios musicales en Valparaíso y con una posterior vida en Mendoza, Tere González ha recorrido largamente ese eje latitudinal entre Chile y Argentina: un tránsito terminó por definirla como cantautora en plena forma, sobre todo con el disco Sabias (2020).

Eduardo Gatti

Autor del himno generacional “Los momentos”, Eduardo Gatti ha representado, en diferentes momentos de su extensa carrera, el virtuosismo sobre la guitarra eléctrica, el rostro del primer hippismo chileno, la voz del Canto Nuevo y la solidez de la trova adulta. Sin embargo, su trabajo constante debe más bien instalarse dentro de una corriente de cantautoría sin más clasificaciones que su identidad personal. En ese género es uno de los nombres mayores en la historia musical chilena, con una lista bastante larga de canciones acuñadas en el gusto popular. En 2020, Eduardo Gatti recibió la distinción de Figura Fundamental de la Música Chilena, el mismo año en que la propia "Los momentos" cumplió medio siglo.

Payo Grondona

Una de las voces más irónicas e incisivas surgidas en el contexto de la Nueva Canción Chilena fue la de Gonzalo Grondona, el Payo. Nacido en Playa Ancha y fogueado al calor de las transformaciones sociales de los años '60, Grondona se convirtió tempranamente en una figura ineludible para hablar del movimiento artístico del puerto, gracias a canciones llenas de humor, solidaridad y sutil denuncia, muchas de las cuales han resultado de una vigencia imbatible.

Manuel García

En la generación de cantautores chilenos que comenzó a destacar desde el año 2000 en adelante, Manuel García se ha ubicado como uno de los más importantes, gracias a una propuesta que ha hecho dialogar trova y rock, a una poética identificable, y a un persistente ritmo de trabajo —en Chile y en el extranjero—, constante tanto en presentaciones en vivo como en grabaciones. Integrante fundador del grupo Mecánica Popular, el cantante y guitarrista ariqueño fue desarrollando en paralelo a esa banda proyectos solistas que se encauzaron de modo definitivo a fines de 2005, cuando publicó su primer álbum como cantautor, Pánico. Desde entonces, su disposición a enriquecer su cancionero en sonidos y contenidos lo ha encaminado en ascenso, cruzando además su trabajo con el de colaboradores y socios relevantes, como Ángel Parra Cereceda, Ángel Parra Orrego, Mon Laferte y Los Bunkers. Su música ha figurado, además, en otras de teatro, películas y documentales nacionales; además de haber sido reconocida por premios relevantes (Premio Nacional de la Música 2008, entre muchos). La suya ha sido una trayectoria de vocación clara —«a los ocho años comencé a sentir los primeros latidos del trovador», ha dicho— y cuyo desarrollo resulta ineludible en el análisis de la canción chilena en la era digital.

Capri

El movimiento del Canto Nuevo en los años '70, la experiencia internacional del entonces famoso festival de la OTI y una canción popularizada en la época con el nombre de "Oda a mi guitarra" son antecedentes principales en la historia de Capri, una cantante anticipada. Su nombre estuvo entre los primeros en trascender desde los circuitos iniciales del Canto Nuevo al reconocimiento mayor, y cuando varios otros grupos y cantantes de su generación tomaron el mismo rumbo en la década siguiente, la cantante suspendió su carrera en Chile y se estableció en el extranjero. "Oda a mi guitarra" permanece como su primer legado, incluida hasta hoy en varias compilaciones del Canto Nuevo.

Quelentaro

La de Quelentaro fue una carrera extensa y marginal a los medios masivos de difusión, sostenida en una poesía solemne, cercana al mundo obrero del que provenían sus integrantes. Aunque nacidos como un grupo, casi toda la historia de Quelentaro fue la del dúo afianzado entre los hermanos Gastón y Eduardo Guzmán, cantautores capaces de sostenerse mutuamente incluso durante el quiebre impuesto por el exilio.

Chinoy

Dueño de una voz particular y andrógina, de una cantautoría prolífica, de una discografía alternada entre ediciones oficiales e informales, y de inquietudes artísticas extendidas a la poesía y la pintura, el cantautor Mauricio Castillo –Chinoy, por su abuelo carpintero– pasó de tocar en bares de Valparaíso a ser, entre los años 2008 y 2009, un fenómeno de visitas en la entonces masiva e influyente plataforma MySpace, y luego uno de los nombres más reseñados por la prensa local. Desde entonces, y entre vaivenes biográficos atípicos para los de un músico de éxito, su trabajo se mantiene como uno de los de más firme identidad en el panorama de solistas nacionales nacidos después de 1980. El músico ha tenido una disposición proclive al trabajo en vivo e itinerante, con visitas a Colombia, México, Alemania y Argentina (se radicó por un tiempo en Córdoba y en Buenos Aires). A su modo, y según sus impulsos, su trayectoria es fascinante, en parte, por su impredictibilidad.

Andrés - Ernesto y Alejaica

Fue la presencia de instrumentos acústicos y letras en castellano dentro del ortodoxo rock chileno de los años '70 el principal aporte que representa el trabajo del dúo Andrés & Ernesto. Iniciados en pequeños escenarios del puerto de San Antonio, Andrés Godoy y Ernesto López llegaron casi en forma accidental al mundo del rock, constituyéndose a la larga en un número habitual de festivales y encuentros de la época.

Callejón

Dentro del ya diverso panorama del Canto Nuevo, Callejón fue un grupo en extremo peculiar, que, como pocos de la época, cruzó mundos entonces lejanos: de la universidad a la olla común; de lo docto a lo popular; de la ideología formal a una desobediencia cívica casi anárquica. En lo musical, su guía fue la raíz latinoamericana, y su repertorio se afirmó con composiciones de autores tan importantes como Luis Advis, Jorge Spiginsfield, Jaime Soto León y Rodolfo Norambuena, entre otros. El tema "Se da la casualidad" trascendió como un "clásico de fogata" en circuitos universitarios, y hasta hoy cantautores como Manuel Huerta la reinterpretan en vivo.

Manu Carrasco

Hija del fundador de Quilapayún, Eduardo Carrasco, Manuela Carrasco debutó el año 2010 con el disco Contando estrellas, con canciones que van de la trova latinoamericana a los aires y nuevos ritmos del reguetón, mezclando letras originales de su padre con música del compositor Quirino Ríos, y que contó con la colaboración de importantes músicos locales.

Fernando Ugarte

El trayecto de Fernando Ugarte como cantautor ha tenido interrupciones temporales importantes, pero ninguna de ellas ha resultado definitiva. Sus discos están separados por cuatro décadas de distancia, lo cual es una más de las muchas peculiares señas biográficas de este creador santiaguino residente hace décadas en Italia, a quien usualmente se le asocia a la Nueva Canción Chilena aunque su música está, sobre todo, firmemente anclada en el folclore campesino del Valle Central.

Tomás González

Un trabajo persistentemente solista y un vínculo firme con el teatro caracterizan hasta ahora el trayecto musical de Tomás González, cantautor y multiinstrumentista, que en sus composiciones puede mostrar tanto ecos de trova como fusión étnica y visos de electrónica.

Niña Tormenta

Tiare Galaz adoptó el nombre de Niña Tormenta paulatinamente. Primero como un apodo íntimo, luego como un perfil en redes sociales y finalmente como su nombre artístico. Letras sencillas, protagonismo del ukelele, tenues percusiones y una voz suave pero firme caracterizan su cancionero, salpicado por constantes colaboraciones con otros músicos. A esa labor ha sumado, en distintas etapas, una rol como gestora cultural en el sello Uva Robot y en la agencia Capitán Cobalto.

Daniela Millaleo

Nacida en Santiago y criada por sus abuelos en la población Santa Julia en la comuna de Macul, el origen y la presencia de la cultura mapuche ha sido para la cantautora Daniela Millaleo punto de apoyo para un canto propio que es un grito de protesta por las reivindicaciones. También profesora, en 2013 publicó el disco Trafun, donde ha expuesto los bordes de esta lucha que llevan las comunidades indígenas del sur, con canciones de gran simpleza y belleza para guitarra sola como "Todo es igual", "Ko (agua)", "Libertad" o "Nacido indio". "Test"

Julio Numhauser

"Cambia, todo cambia" ha sido el gran aporte solista de Julio Numhauser al cancionero popular chileno, pero su trabajo musical ofrece vertientes más amplias y diversas que las de la pura cantautoría. Junto a los hermanos Julio y Eduardo Carrasco, Numhauser fue uno de los tres fundadores del grupo Quilapayún, y alcanzó a estar con ellos hasta su primer álbum, en 1967. Fue él quien buscó el nombre del conjunto y estableció el contacto con su primer director artístico, el cantautor Ángel Parra. Luego de su partida,  comenzó una larga historia musical con diversos conjuntos en los que siempre fue el compositor principal. Destaca entre ellos sobre todo el dúo Amerindios, uno de los nombres más frescos del movimiento de Nueva Canción Chilena.

Kaskivano

Tres años menor que Chinoy comparte el oficio con su hermano y varios de sus características como músico, como la energía en escena y una notable capacidad para componer canciones. Desde ahí las semejanzas son las que comparten buena parte de los cantautores de este tiempo: La autogestión, la libertad musical y la capacidad para meter en sus canciones temas de amor y temas sociales. Marcelo Castillo, que es como se llama Kaskivano, adoptó el seudónimo de una banda que tenía cuando adolescente, y su camino solista se reveló luego de que su hermano Chinoy alcanzara cierta celebridad. Aunque las comparaciones le molestaron en un comienzo, Kaskivano ya ha trazado su propio camino.