Música urbana
La denominación de música urbana se acuñó en los años '70 y '80 en Estados Unidos para referirse a las músicas nacidas en las calles de las grandes ciudades, particularmente el hip-hop. En el siglo XXI el concepto creció con la penetración de ritmos latinos y otras fórmulas musicales en esos mismos contextos. El reguetón, originario de Centroamérica, y el trap, vertiente del rap nacida en Atlanta y vinculada al narcotráfico, se extendieron por Estados Unidos y el mundo en una avasalladora moda mundial, y en algunos países —como Chile— también fue etiquetada entonces como música urbana. Los músicos, los medios de comunicación y la industria han utilizado el concepto cotidianamente, aunque su definición es discutida y aún no es del todo precisa.
Conocida inicialmente como “la princesa mexicana”, Carolina Molina se consagró en definitiva como «La Rancherita», título que le quitó de las manos a la propia María José Quintanilla, con quien compartió espacios de música mexicana en la tercera generación del programa de talentos “Rojo, fama contrafama”. Sus espectáculos en vivo en discoteques, restoranes y parrilladas populares y su permanente presencia en pantallas de televisión la convirtieron en una de las favoritas entre el público masivo del pop. A quince años de su estreno discográfico, y ya instalada en México, la cantante practicaba un giro musical que la ubicó como exponente de la música latina urbana, con aproximaciones a los ritmos del reguetón, la bachata, la cumbia y la kizomba, en un nuevo perfil como cantante.
La canción "Antipatriarca", de Ana Tijoux, fue el germen del nombre musical y el concepto alrededor de Antipatriarka, la chapa que tomó Valentina Ascencio en su transformación decisiva en cantante pop y figura de la escena urbana en Concepción. Era una estudiante de Arquitectura, que en su adolescencia había escrito canciones como "Difícil", cuando el estallido social de 2019 elevó las ideas de activismo feminista y lucha social, a las que ella se sumó en el frente de la movilización. Ya como Antipatriarka, en el Festival Rec de 2023 en Concepción presentó material de su disco debut, Antídoto (2023), y realizó un homenaje a Rennatta Rozas, una joven cercana suya que había sido asesinada. Entre sus primeras colaboraciones musicales aparecen trabajos con el dúo penquista Lolein ("Sharingan"), el compositor, cantante y productor de Talcahuano Lino Q ("Siente") y la reguetonera de Concepción Carly ZC ("Zorras y gatas").
La cantante y compositora Mariel Villagra, que se presentó en Chile como Mariel y más tarde en México como Mariel Mariel, ha sido una figura en una generación poblada de voces y solistas femeninas en la década de los 2000. Sus inicios la mostraron con un acento de un pop alternativo de enfoque rockero, con su disco debut No me despierten! (2007), pero ya cuando se mudó a Ciudad de México terminó por delinear un estilo de mezclas latinas y urbanas, con un trabajo de mayor proyección como Foto pa ti (2015), que instaló el concepto musical de "flow latino": música de las grandes ciudades latinoamericanas.
Un declarado e intenso pop dance con ritmos incorporados desde el reguetón impulsa a "Mi naturaleza", una de las canciones que pusieron en vitrina a la cantante juvenil Ciey, el pseudónimo musical de Constanza Coty Azócar, solista y también bailarina. Tuvo sus primeras apariciones en pantalla siendo niña, hacia el año 2006, cuando formó parte del elenco del programa “Rojito”, de TVN. Ya convertida en adolescente, en 2011 llegó al programa juvenil de Chilevisión “Yingo” (Arenita). Entonces comenzó a incursionar en la danza y a trabajar en un proyecto pop bajo el nombre de Ciey. También locutora radial, ha contado con colaboraciones con Maitén Montenegro como maestra de escenarios y coreografías musicales, con quien llegó a actuar en en el Teatro Caupolicán en 2012. Un año después lanzó su primera canción, titulada “Esta es la noche”, otra muestra de músca bailable, radiable y juvenil, con textos en inglés, en una tendencia del pop femenino de la época.
Maquilladora y diseñadora de ropa, la curicana Mariana Alejandra Ruiz Torres es Mariana Bfly, o Mariana Butterfly. La simbólica figura de la mariposa ha rondado su imaginario como artista en la música urbana desde los tiempos pandémicos. Ello derivó a una serie de canciones como "Mariposas" o su EP de estreno en la escena, Efecto mariposa (2023), con un repertorio donde trabajó mano a mano con el productor NixBeatz, y que contó con colaboraciones de las cantantes urbanas Akatumamy y Meekasia. Antes de esa entrada en el medio, su canción "No trates" reflejó un duro período suyo de adicción a las drogas, del que Mariana Bfly logró salir, durante la época en que mantuvo una relación sentimental con el astro Young Cister.
Nativa digital, Anto Segovia es un ejemplar de la era de las redes sociales. Como una adolescente chilena común alcanzó fama e impacto en su calidad de influencer a través de la plataforma de contenidos TikTok, y sus presentaciones masivas para audiencias de nicho en el Teatro Caupolicán, Movistar Arena o la Quinta Vergara de Viña del Mar. Ello la empujó a pasar a la música pop como expedicionaria en otro campo de la industria de la entretención. También bailarina, como cantante apareció a los 18 años con las canciones "Ya pasó", "Pa mí", "Lado B" y el reguetón "Mis nenas", y luego lanzó Mykosis (2023), un EP publicado por el sello Warner Music. Allí se entrelazaba la narrativa y producción de la música urbana con los beats de la electrónica bailable, una música que ella denominó experimental tech, y que contó con apariciones de figuras del género urbano como Ceaese, Easykid y Kidd Voodoo.
El cruce entre el R&B contemporáneo, el trap y el reguetón se encuentran en la música de Paus3, cantante y compositora floridana, quien integra una oleada pospandémica de nombres en el pop urbano. Sus canciones se instalan en temáticas de la femeneidad, la sexualidad autodeterminada y el amor en tiempos críticos. Con una propuesta orientada más a las atmósferas R&B, sin eludir la intensidad y dureza de los pulsos en la música urbana, el disco No love (2024) ha sido una declaración de principios de una joven de la generación Z, surgida desde las periferias metropolitanas. Entre esas canciones representativas, muchas de las cuales combinan secciones con letras en español e inglés, aparecen la propia "No love", "LQTY", "F*Cking dm", "Sayonara" y "No regrets", además de contabilizar cruces y colaboraciones con otras voces generacionales como Maw ("Dame luz") y Liah Véliz ("Sin atao").
Incluso en el contexto de la música urbana, donde los ritmos de producción y éxito pueden ser muy rápidos, la historia de FloyyMenor es impresionante. En 2023, a los 18 años, llegó a Santiago desde su ciudad, Vicuña, en el Valle del Elqui, para a grabar sus primeras canciones profesionalmente. Al año siguiente presentó “Gata only”, un dúo con Cris MJ, que al final de ese año se ubicó entre las diez canciones con más reproducciones en el mundo en Spotify, junto a nombres globales como Billie Eilish, Bruno Mars y Lady Gaga. La canción estuvo en el Billboard Latino y fue destacada entre las canciones de 2024 por el ex Presidente de Estados Unidos Barack Obama.
Julianno Sosa ha transitado por los estilos de la música urbana chilena, y también por las historias que cuentan muchas de las canciones del género. Forjado en la zona sur de Santiago, primero en la comuna de Puente Alto y luego en La Florida, fue seguidor del trap norteamericano desde pequeño. De adolescente hizo canciones, pero su carrera musical la ha desarrollado desde Nueva York, adonde vive desde los 18 años. Amigo de Pablo Chill-E y parte de la comunidad Shi Shi Gang, tiene decenas de canciones muy apegadas al trap en las bases musicales y en las letras. Tras el éxito de “Por dinero”, sus temas se encumbraron en las plataformas de streaming, y el 2022 también hizo reguetón, y uno de ellos “Cochinae”, lo puso entre los músicos chilenos con más difusión de ese año.
Cantante y MC, Karin Hofmann se presenta como solista con el nombre de Ka Efe (K-Efe, K-F) en un proyecto propio, paralelo al de Sundaya, que ella integró desde sus años de vida en Nueva York. Sus canciones tienen una marcada carga sexual y musicalmente incursionan en espacios del neosoul y el hip-hop, a la vez que incorporan aspectos de las músicas latinas, ritmos de cumbia, pulsos urbanos e incluso elementos que provienen del flamenco, que ella bailó desde niña.
Kya es el nombre musical de Macarena Videla, una exponente de la explosiva escena de la música urbana que se impuso en el paso de los años '10 a los años '20. Sus primeros aprontes en tiempos pandémicos la situaron en ese mismo campo musical, donde el trap fue central, pero poco a poco fue mutando hacia otros estilos hasta transformarse más en una figura del pop que sólo de la música urbana, siempre permeada por las influencias de la música R&B y los pulsantes ritmos de pista de baile.
Innegable galán adolescente del Bicentenario, Augusto José Schuster Picó marcó un punto de referencia en el teen pop chileno a partir de sus apariciones en las series televisivas “Amango”, “Química, el juego del amor”, “Corazón rebelde”, emitidas entre 2007 y 2010 por Canal 13, y que lo convirtieron primero en un demandado actor y luego en un popular cantante. Se estrenó como cantante con el disco Bonsai, (2017), y al año siguiente fue una de las figuras más aplaudidas en el programa del Festival de Viña del Mar.
Actriz de televisión, conocida por su papel en la teleserie nocturna "Pacto de sangre" y otras apariciones en "Si yo fuera rico" o "Verdades ocultas", Antonia Bosman sorprendió con su irrupción en el panorama de la música pop de 2020 permeada por la influencia de los pulsos y los sonidos urbanos, en especial del trap. Su primer trabajo llegó como coletazos de la pandemia y un estudio astrológico personal: Luna en sagitario.
Como aspirante en el programa "Rojo, fama contrafama" de 2004, la cantante maulina se orientó especialmente a la balada romántica latina. De esta manera interpretó canciones de Myriam Hernández, inspirada además en esta figura referencial entre las voces chilenas. En 2008 participó en el concurso regional "Latin american idol", con otras cantantes nacionales como Francisca Silva, lo que terminó de poner su nombre en un circuito de canto mayormente centrado en las competencias y concursos de talentos.
Akriila es una de las más precoces figuras del trap y sus derivaciones en la segunda ola de cantantes femeninas, autoras e improvisadoras, que hacia el paso a la década de 2020 multiplicaron y masificaron el concepto del llamado "género urbano". Adolescente inquieta, la maipucina Fernanda Sepúlveda era una escolar cuando escribió sus primeras letras, aunque el momento clave se dio con la canción "Stefany", un reguetón mutante de 2021 junto a Akatumamy y Amikiraa, con quienes ella vino a formar una especie de trinidad trap. Solo un año después ella llegó a Primavera Sound como figura del concierto "Mamacitas" y en 2023 debutó discográficamente con 001.
La construcción de un personaje, o de varios personajes, situaron a Trinidad Riveros en un espacio central entre una generación de nombres femeninos del pop. El nombre fantástico de Princesa Alba apareció inicialmente por la afinidad que la joven cantante tenía con Colo Colo (conocido como el "equipo albo"), pero del mismo modo le dio un estatus propio entre toda una "realeza" de la música pop que entonces comenzó instalarse a fines de la década de 2010. Princesa Alba sería una figura ineludible en los tiempos en que la música urbana, el trap y el reguetón mezclados con el pop, el hyperpop y el soul, imperaron entre las audiencias millennial y centennial, la generación que hizo de las redes sociales sus principales canales.
Harry Nach es parte de una segunda camada del trap chileno, luego de nombres pioneros como Pablo Chill-E, Princesa Alba o Gianluca. Original de la zona sur de Santiago, comenzó de adolescente con sus propios beats, y en 2017 lanzó su primer sencillo cantado, “Modo avión”. Desde entonces alternó discos con EPs, propio del trap, y el 2019 llegó al Trap Star Chile, primer festival que reunió a los protagonistas de la popular escena. Si bien la pandemia de 2020 detuvo sus planes, ese mismo contexto le dio celebridad mundial: Su canción “Tak tiki tak” se transformó en viral en la plataforma TikTok. Ya en Spotify, se convirtió por lejos en la canción chilena más escuchada del 2020, con 170 millones de reproducciones, marcando una nuevo marca de popularidad dentro de la música chilena.
Xaviera Fernández es Akatumamy, figura de la música urbana y cultora del denominado "neoperreo". Es parte de una pequeña trinidad que tiene a Amikiraa y a Akriila como esas otras personalidades, con quienes grabó la canción "Stefany" en 2021. Ella tomó su nombre de guerra desde el argot que acompaña al género urbano y en especial desde uno de sus referentes, el reguetonero portorriqueño Ñengo Flow: allí donde él dice "oye mi mami, acá está tu papi", Xaviera Fernández dice "oye mi papi, acá tu mami". De ahí la identidad de fantasía Akatumamy.
Shirel es otra princesa del pop de la época pospandémica, con una música especialmente permeada por el trap y los ritmos urbanos que predominaron entre su generación. Desde la voz, la composición, la propuesta musical y la imaginería a su alrededor, ella marcó presencia a la par de otras figuras femeninas de esos tiempos, en especial los nombres de Soulfía y Kya, con quienes apareció en el reguetón de Denise Rosenthal "Faroles", una canción que la puso en circulación y visibilidad mayores. Su disco debut es Cristal (2022), que se gestó, se produjo y se publicó durante la crisis sanitaria mundial.
Pablo Chill-E es uno de los más callejeros y relevantes nombres del trap chileno. A los 15 años comenzó a grabar canciones que llegaron a oídos del sello español La Vendición, del músico Yung Beef, y en menos de tres años ya había lanzado decenas de singles, mixtapes y videoclips que fueron difundidos por internet y a través de su intensa actividad en los escenarios. Sus canciones hablan de lo distintivo del trap ya desde sus orígenes en la estadounidense Atlanta de los años '90: delincuencia, sexo, drogas y lujos. “Este es un talento, pero yo lo ocupo para ganar dinero”, dijo en 2017 en el sitio web Pousta. “Cuando me meto en las mañanas a Instagram y veo a los negros así, en mansiones, en Ferrari: esa es mi motivación”. Pero también sus canciones hablan de corrupción en la política, de la falta de oportunidades en la sociedad, del valor de la amistad y del particular país en que le tocó vivir y en donde nace el trap local.