Jazz

Aunque nacido en Estados Unidos en el profundo albor del siglo XX, el jazz se ha convertido en una de las músicas más universales de los tiempos modernos y su lenguaje rítmico y libertad expresiva ha sido asimilada por músicos de todas las latitudes y todas las épocas. Su categoría mestiza confronta la instrumentación, la melodía y la armonía de la música europea con el ritmo, el fraseo y el alma del blues, que a su vez proviene de la música africana. Conducido por un elemento intangible llamado “swing” y reinventado en cada interpretación por su carácter improvisacional, el jazz tomó el control de la música en Nueva Orleans, la cuna del jazz, y luego en Chicago, Kansas City y Nueva York, la capital del jazz, atravesando las décadas con un sinnúmero de estilos subsidiarios que explican el nacimiento de escuelas y estéticas: ragtime, stride o hot jazz en los primeros años, swing, bop, cool y third stream en una edad mediana, free, avant-garde y fusión en los tiempos modernos. Un cuadro de honor del jazz se ilustra con creadores universales, que son además los principales referentes de la historia: en la tradición están Jelly Roll Morton, Louis Armstrong y Duke Ellington y en la modernidad Charlie Parker, Miles Davis y John Coltrane.

Felipe Peña

Guitarrista de la generación cero-cero del jazz, que ha cruzado diversos territorios de la música, incluyendo la música docta, la música improvisada, la música para teatro e incluso el hip-hop. Sus inicios como solista de jazz se observan hacia 2003, en la Universidad Católica, cuando integró el conjunto del vibrafonista Carlos Vera Larrucea y el saxofonista alto Paulo Montero, estudiantes del Instituto de Música que dieron visibilidad al jazz en un ambiente académico. Su carrera ha tenido diversas intermitencias, sin una presencia como sideman, y principalmente ha actuado como gestor, compositor y líder, dejando un registro discográfico detallado de sus creaciones.

Diego Farías

El guitarrista y compositor Diego Farías apareció como uno de los solistas del jazz contemporáneo de mediados de la década de 2000, junto con los nombres de Cristóbal Menares, Armando Ulloa y el sobresaliente compositor Esteban Sumar. Desde fines de la década demostró un peso específico propio como compositor y líder, presentando una serie de tres discos con música autoral para distintos formatos, tríos, cuartetos, quintetos y conjuntos intrumentales-vocales.

Gustavo San Martín

Los cruces territoriales de la percusión describen a Gustavo San Martín en tres frentes, a través de los cuales asume tradiciones rítmicas como baterista. Ha explorado la cueca urbana, las raíces de la cumbia y sus transformaciones y desde luego el jazz contemporáneo, género que lo situó finalmente como nombre propio y líder de quintetos con el disco En casa de árbol (2018). En ese campo su propuesta incursiona en los puntos de encuentro entre la improvisación jazzística natural y el amplio universo del folclor chileno.

Helmuth Reichel

Helmut Reichel pasó del violín clásico al violín gitano, y de ahí llegó al violín jazzístico como uno de los escasos solistas en este instrumento en el género. Con Reichel a mediados de la década de los 2000 se añade un eslabón más a esa corta cadena que ha tenido nombres históricos como Pablo Garrido y Carlos Salas (jazz melódico) y otros más contemporáneos como Roberto Lecaros y Hugo Díaz (jazz fusión). Considerando los estilos, Reichel tomó una posición en el hot jazz como revivalista, y alternó en el post-bop con sus grupos formados en Alemania.

Narval Orquesta

Creado y dirigido por el compositor y baterista Andrés Quezada, Narval Orquesta tomó la forma de un instrumento integral, desde la mirada que el músico planteó para una obra en sus inicios elaborada solamente en el computador. Ante esa necesidad de incorporación de timbres y colores, Quezada terminó convocando a solistas de distintas formaciones académicas y diversos ambientes musicales para poner en marcha una orquesta que deliberadamente situara su música "en tierra de nadie". El ensamble publicó una saga de álbumes entre los que destacó Botones (2022), nominado al Premio Pulsar en la categoría Jazz y Fusión en 2024.

Claudio Rubio

Claudio Rubio es nombre central en una generación de músicos que marcó una época nueva para el jazz, desde la creación, la composición, la gestión y la proyección. Nombre propio y eslabón entre generaciones de dos momentos, fue un joven saxofonista tenor a fines de los '90, que surgió desde los talleres de Marcos Aldana. , pero alcanzó estatura sideman y como líder en simultáneo a partir de los 2000, con la influencia primera de tenoristas como Sonny Rollins, Charlie Rouse y Wayne Shorter, aunque más adelante con la de compositores como Lennie Tristano. Junto con David Pérez y Agustín Moya, Rubio fue uno de los tres saxos tenores de ese primer perído del milenio y ya avanzados los años desarrolló una serie de trabajos creativos centrados en la figura del quinteto.

Alejandro Rivas

Intérprete de la serie completa del registro del soprano, alto, tenor y barítono, Alejandro Rivas es uno de los primeros saxofonistas clásicos chilenos, formado en la generación inicial de discípulos del maestro cubano Miguel Villafruela y considerado un pivote insturmental de la música contemporánea desde comienzos de los años 2000. Desde esa plataforma de estudio y ejecución, Rivas también exploró en los ámbitos del jazz y la música experimental.

Fernando Raín

Fernando Raín Aqueveque es un guitarrista de jazz contemporáneo que ha expuesto una música mestiza. Combina esa matriz del jazz como lenguaje junto con las raíces de la tierra de donde proviene. Nacido en Coronel y con una ascendencia mapuche, incluso con apariciones en escena luciendo un cintillo trarilonco, Raín consolidó en su primera época esos propósitos, a través del material del disco Fainu (2019), su debut.

Enrique Luna

Según apunta la historia de la música popular en Chile, el primer bajista eléctrico del jazz nacional fue este legendario músico peruano. Enrique Luna antes que Jorge Toscano Vidal, Ernesto Holman o Pablo Lecaros. Luna marcó la orientación con su particular operativa improvisacional sobre las cuatro cuerdas y, sobre todo, como pivote de un grupo de jazzistas modernos desde fines de los '60.

Vladimir Groppas

Un itinerario que va desde el rock hippie setentero al jazz fusión académico los años 2000 ha marcado el avance de Vladimir Groppas. Es el guitarrista eléctrico a quien se le acredita el estudio inicial sobre la técnica de la guitarra clásica aplicada al rock y cuyo nombre fue conocido como integrante del grupo de rock pesado Mandrácula en los ’90, aunque su historia y punto más alto creativo se detecta en el liderazgo del grupo-escuela La Red a partir de 1987.

Jasper Huysentruyt

Desde 2011 radicado en nuestro país, el pianista belga Jasper Huysentruyt es considerado un nombre más en la escena del jazz chileno contemporáneo, con activa presencia en escenarios del circuito, liderazgo de tríos que lo han llevado a publicar discos del catálogo local, una participación como sideman y también la conformación de la que fue entonces conocida como "la sección rítmica" del sello Animales en la Vía, junto a Roberto Carlos Lecaros (contrabajo) y Matías Mardones (batería), con la que grabó una serie de discos del período.

Fabiola Moroni

Fabiola Moroni ha sido una intérprete de diversos repertorios melódicos de carácter latinoamericanos que incluyen bolero, vals, bossa, tango y canciones chilenas de raíz, pero fue durante su estada de diez años en Europa que ese espectro de estilos se amplió mayormente hacia un lado pop y jazzístico en su propuesta. Se consolidó de esa manera desde los años 2000 cuando inició su camino solista. Moroni es parte de un grupo variado de cantantes chilenas que han tenido experiencia en Alemania: Cristina Gálvez (fusión latinoamericana), Verónica González (world music), Claudia Maluenda (cabaret) y tiempo después Esperanza Restucci (canto lírico).

Federico Dannemann

Argentino de nacimiento, aunque con una vida en Chile, el guitarrista Federico Dannemann es uno de los músicos de jazz más relevantes en la historia que se inicia con el siglo, si bien apareció en el circuito del Club de Jazz como un músico adolescente en 1995, tal como antes había ocurrido con el también guitarrista Pedro Rodríguez. En esos primeros tiempos fue un joven cultor de las escuelas del jazz tradicional, pero conforme avanzó la década de los 2000, Dannemann llegaría a montar proyectos de jazz contemporáneo de alto alcance, con tríos, cuartetos y quintetos, donde apareció como un solista excepcional. Su consolidación como compositor, arreglador y orquestador llegaría entonces con creación del Ensamble Quintessence en 2005, junto a Roberto Dañobeitía.

Fedón

Sobre el soporte conceptual de lo que su creador, compositor y líder (el guitarrista Ramiro Molina) llamó "jazz abstracto", el tránsito del cuarteto Fedón marcó una propuesta sonora de vanguardia desde mediados de los '90 en una escena más bien escuálida con respecto a estas categorías musicales. Una mirada alternativa al jazz "straight ahead" que por entonces practicaban conjuntos como los de Angel Parra, Pancho Molina y Cristián Cuturrufo, y que por lo demás permaneció muy oculta, tal como suele suceder con la mayoría de los proyectos de música no convencional.

Retaguardia Jazz Band

A lo largo de la historia de la música popular chilena, la Retaguardia Jazz Band se adjudicó una emblemática posición de estandarte del jazz tradicionalista, sobrepasando largamente a la gran cantidad de conjuntos hot que surgieron a través del tiempo con la misma facilidad con que pronto desaparecieron. Manteniendo intacto su carácter de agrupación compuesta por músicos aficionados, este ensamble fundado en 1958 pasó a ser en sí misma una institución nacional a partir de la “preservación jazzística”, todo un concepto en Nueva Orleans, donde espacios como el antiquísimo club Preservation Hall y su banda se han encargado de perpetuar este clásico estilo.

Stefano Rojas

Stefano Rojas es un bajista cultor del jazz fusión que en Chile tuvo gran predominio durante las décadas de 1980 y 1990. Sobre sobre ha sido un exponente del chordmelody (acordes y melodías en simultáneo), técnica interpretativa expuesta en amplias dimensiones por el virtuoso Christian Gálvez. Por ello sus bajos activos consideran las seis cuerdas que le permiten expandir las posibilidades solísticas del instrumento.

Alejandro Pino

Trompetista formado en la modalidad clásica en la Universidad de Chile, que fue evolucionando hacia la improvisación y el jazz conforme se involucró la escena de estos músicos a partir de 2009. Alejandro Pino se inició como músico joven tocando entre 2001 y 2007 en el Orfeón Juvenil de Cañete, donde nació y creció, hasta que se trasladó a Santiago para estudiar. Fue alumno del pianista Martin Joseph en sus talleres de música improvisada y luego se integró a su septeto Pacific Ensemble, que grabó el disco Roundabout (2015). Además ha sido sideman de los guitarristas Diego Farías, Tomás Gubbins y Nicolás Reyes, integró el octeto del baritonista Pablo Jara y como músico del Ensamble Quintessence grabó el disco Décimo (2015). Un año después se estrenó en el disco en un dúo con el pianista Valentino Baos, titulado Atmósfera.

Organik Trío

El inconfundible sonido del órgano Hammond fue el combustible para el movimiento de esta máquina de tres engranajes llamada Organik Trío. De allí su nombre y de allí su funcionamiento como banda autónoma y "orgánica", formada en 2008 bajo el liderazgo del guitarrista Gabriel Feller.

Marcos Aldana

El apellido que denota este saxofonista en su identificación habla de una pertenencia a uno de nuestros clanes jazzísticos. Pero la historia de Marcos Aldana no sólo lo consigna como el eslabón entre dos generaciones de los solistas Aldana —con su padre Enrique Aldana y su hija Melissa Aldana—, sino que además lo señala como el único saxofonista de su generación activo en el jazz straight ahead durante el largo apagón cultural. Fue, además, el gran formador de los nuevos saxofonistas del jazz contemporáneo.

Nuevas Direcciones

Nuevas Direcciones es un grupo de jazz de fusiones y vanguardias encabezado por el baterista Pedro Greene, quien había tocado en los inicios de los Blops. Comenzó a funcionar luego de sus años de estudio en escuela de música de Berklee y en su vida musical llevada a cabo en París y Amsterdam. Tras su regreso a Chile en 1973,  muy poco antes del golpe de Estado, Greene formó el ensamble en 1975 como una manera de dar curso a la música contemporánea de los tiempos. Así trabajó palmo a palmo con el guitarrista Héctor Sepúlveda, un pionero del rock chileno a través del seminal grupo Los Vidrios Quebrados.