Pop
Diversa por definición, la música pop apela sobre todo a un vínculo con el oyente, por sobre un tipo de sonido o un estilo. Pop como abreviatura de "popular", esta música tiene como pocas un objetivo, el de generar identificación con la audiencia por medio de ritmos contagiosos, melodías recordables y composiciones de duración ajustada a los estándares de difusión de medios como la radio y la TV y, sobre todo, a los requerimientos de una industria que necesita vender canciones a ese gran público. Como tal, se puede dar con eficacia en los más diversos campos. La Nueva Ola de los años '60 es una de las primeras manifestaciones generacionales de música pop chilena, y desde entonces han continuado en esa senda baladistas y cantantes popularizados por la televisión así como diversos músicos y productores que han aplicado los sonidos del rock o las bases electrónicas a esta música.
Compositora, corista e integrante del grupo de raíz étnica Alkymia, para Claudia Stern debió transcurrir un largo tiempo antes de que se definiera a comenzar una salida al escenario como solista. Fue una carrera que comenzó desde la academia y que luego se proyectó a otros espacios de la música popular con su primer disco, Claudia Stern (2008), un trabajo centrado en la canción pop que además evidenció su conocimiento sobre otro tipo líneas como la fusión étnica, el jazz y la electrónica.
JuanaRosa es una agrupación femenina que ha explorado la música de las raíces latinoamericanas, filtradas por diversos procedimientos, desde lo enteramente acústico hasta las fusiones modernas y las tecnologías. Desde sus inicios ha tomado de ese folclor del continente americano elementos esenciales del canto y los ritmos para mezclarlos en el camino con música pop, rock e incluso electrónica, que fue parte de una renovación estética decisiva al finalizar la década de 2010.
Como chelista de extendido oficio, Felicia Morales ha acompañado en el escenario y estudio a figuras importantes de la cantautoría y el pop chileno de los años 2000 en adelante: Javiera Mena, Fakuta, Fernando Milagros, Protistas, Caravana, Emisario Greda y Prehistóricos, entre muchos. Con Gepe, ha colaborado hasta ahora en tres discos, y su presencia es frecuente en conciertos en vivo de bandas y solistas para pasajes puntuales que requieren de su talento como ejecutante.
Lucía del Carmen es el nombre del proyecto solista de la cantante, vocalista y fundadora del trío Lilits en 1999, Masiel Reyes. En la banda, ella se llama Masiel Asecas, y con ellas ya tenía tres discos editados cuando presentó su nuevo derrotero musical el 2015. “Sonido más introspectivo, sugerente y oscuro” es como ella definió al nuevo proyecto, que a comienzos de 2016 mostró su primera carta, el sencillo "Acertijo". En 2017 lanzó Aleluya, un primer EP con cinco temas e inició sus presentaciones en vivo. Masiel Reyes tiene experiencias en el grupo Hueso (con Angelo Pierattini a mediados del 2000) y en música para teatro, pero Lucía del Carmen ha sido su camino más personal.
Con una variedad amplia en influencias, las escuelas del sonido de Mamma Soul beben del soul, el hip-hop, el reggae, el blues y la música latinoamericana. A lo largo de su extensa historia, y pese a varios cambios de formación, se han mantenido como un conjunto integrado sólo por mujeres. En general, se ha tratado de intérpretes con proyectos previos y también en paralelo al grupo, algunos de los cuales los han hecho destacar como solistas (como en el caso de Moyenei Valdés, su vocalista principal en tiempos del disco Fe, de 2001). Tras un tiempo de receso, Mamma Soul es hoy un grupo activo, con antiguas y nuevas integrantes a bordo.
Conocida inicialmente como “la princesa mexicana”, Carolina Molina se consagró en definitiva como «La Rancherita», título que le quitó de las manos a la propia María José Quintanilla, con quien compartió espacios de música mexicana en la tercera generación del programa de talentos “Rojo, fama contrafama”. Sus espectáculos en vivo en discoteques, restoranes y parrilladas populares y su permanente presencia en pantallas de televisión la convirtieron en una de las favoritas entre el público masivo del pop. A quince años de su estreno discográfico, y ya instalada en México, la cantante practicaba un giro musical que la ubicó como exponente de la música latina urbana, con aproximaciones a los ritmos del reguetón, la bachata, la cumbia y la kizomba, en un nuevo perfil como cantante.
Este cuarteto vinculado a los inicios del rocanrol en Chile sostuvo su sonido sobre falsetes y arreglos melódicos, ganándose por ello frecuentes comparaciones con los grupos estadounidenses Four Seasons y Beach Boys. Fue una de las primeras bandas que integró el pianista y arreglador Francisco Pancho Aranda, de extensa trayectoria, y acogió desde sus inicios a dos ex integrantes de Los Del Sendero, el primer grupo del Pollo Fuentes. Sus álbumes de fines de los años sesenta son muestra de un pop de arreglos cuidados y minucioso trabajo vocal.
Shirel es otra princesa del pop de la época pospandémica, con una música especialmente permeada por el trap y los ritmos urbanos que predominaron entre su generación. Desde la voz, la composición, la propuesta musical y la imaginería a su alrededor, ella marcó presencia a la par de otras figuras femeninas de esos tiempos, en especial los nombres de Soulfía y Kya, con quienes apareció en el reguetón de Denise Rosenthal "Faroles", una canción que la puso en circulación y visibilidad mayores. Su disco debut es Cristal (2022), que se gestó, se produjo y se publicó durante la crisis sanitaria mundial.
Alma es un grupo vocal que comenzó a comienzos de los 2000 con el nombre de Bal3, y con una abierta inspiración en nombres del pop anglosajón, como Backstreet Boys o Boyzone, o de la balada latina como Sin Bandera. La entrada al Sello Azul el año 2009 los hizo centrarse en sus canciones propias, que con referencias a la música negra y un sonido pop ingresaron a algunas radios y tuvieron un circuito en vivo. Tras un período de menor actividad, el 2016 presentaron una nueva formación con dos de los tres músicos originales, y con nuevas canciones iniciaron un intenso proceso promocional en Chile y en México.
Cultora de pegadizos ritmos bailables que ella ha definido como "electro cumbia uterina", María Paz Artigas toma el nombre de Catártica Animal para proyectar un trabajo como cantante solista, siempre en ese campo de la transformación de la cumbia a partir de la influencia de los sonidos urbanos y otros elementos del pop. En momentos previos integró temporalmente el dúo melipillano de cueca femenina Las Pecadoras, que dejó un marcado acento feminista antes incluso de los tiempos de movilizaciones. El canto de Artigas aparece en el álbum Cuéntame una cueca (2016). "La afro cumbia y los sonidos urbanos son los que nos llaman a la catarsis colectiva. El baile es fundamental para explorarnos y reconocernos", ha dicho la autora de canciones como "Ay corazón" y "En libertad", singles principales del EP Soltar (2019).
Parte de la escena que empujó hacia una creciente y contundente transformación del pop chileno en la década de 2000, Fakuta es la identidad musical de Pamela Sepúlveda. Cantante y compositora que en 2011 debutó como solista con el disco Al vuelo, ganó atención en los circuitos de ese pop construido desde varias bases, la tradición de los teclados, el valor de la producción y sobre todo la vocación por la melodía y el coro. Una cuidada puesta en escena, y el apoyo visual y sonoro de coristas (The Laura Palmers), Fakuta se instaló en esa escena como figura del entonces naciente movimiento pop. En 2014 presentó Tormenta solar, con canciones más bailables, y un trabajo en vivo que se prolongó por dos años, pero que fue mermando en la medida que la cantante comenzó a trabajar en su profesión de arquitecta.
Mixturas que balancean melodías del R&B, soporte rítmico del hip-hop, atmósfera de la electrónica chill-out e ingredientes sonoros del jazz aparecen en la música de Ignacio Torres, cantante, compositor y multi-instrumentista de la joven generación del neosoul chileno que despuntó durante la década del 2000 y en su caso a los 20 años sobre el fin de esa nueva época para la música de raíz negra. En ese ambiente ha compartido espacios con nombres mayores del circuito, como colaborador de Pedro Foncea y de Matahari, banda que en 2011 teleoneó a Jamiroquai con Torres en los micrófonos del coro, además de Go y Carito Plaza como primeras figuras de un recambio generacional. Pero Torres también es parte de la oleada de voces y autores del soul que integran figuras como Martina Lecaros, Daniel Donoso, K-réena y más adelante Francisca Riquelme. Su discografía incluye títulos a lo largo de todos los años 2010: Ahora es cuando (2012), Unplugged (2016) y Esencial (2020).
Los Valentina son una banda que nace en torno a Valentina Martínez, cantante y guitarrista, que había estudiado Arquitectura en Osorno unos años, pero que dejó todo para regresar a Santiago en 2014. Fue entonces cuando le mostró algunas de sus canciones a Juan Fernando Rubilar (líder de Medio Hermano y ex La Reina Morsa), y con él le dio su forma final. En la misma sala de ensayo de Medio Hermano, entonces, se integró a la banda el bajista Roberto Sanhueza, (y Leo Saavedra en la producción) y con esas canciones editaron un EP el 2016, con el sello Piloto, e iniciaron presentaciones en vivo.
Aunque su rostro no sea el de un músico reconocible al instante, Juan Guillermo Memo Aguirre ha hecho famosas en toda Hispanoamérica sus canciones para programas infantiles. Durante décadas de trabajo en Estados Unidos, el chileno llegó a musicalizar las versiones en castellano de series animadas de enorme popularidad en los años ochenta, tales como La abeja Maya, El festival de los robots y Capitán futuro. Con sus canciones sencillas y de eficaces melodías, Aguirre es un músico inscrito en la memoria infantil de gran parte de los adultos de hoy, y cuyas esporádicas presentaciones en vivo confirman su enorme aunque atípico alcance. Su oficio, sin embargo, excede ese campo y lo inscribe como un prolífico compositor de canciones, jingles y cortinas televisivas.
Poeta urbana chorera, improvisadora y también diseñadora de vestuario y confeccionista, Instrusa (a menudo también escrito como 1ntrusa) expone un cruce entre el hip-hop y trap. "Cash cash" y "Sad trap" son sus primeros singles, que aparecen en el mixtape La zorroridad (2019). Entre sus primeras apariciones en directo destaca un concierto con Pablo Chill-E.
Una de las cantautoras independientes más interesantes surgidas en la década de 2010 es la portomontina Sara Pozo. Pianista, acordeonista, guitarrista, violonchelista y con un trabajo poético sobre temas existenciales pero también sociales y medioambientales, ha venido desarrollando una propuesta que mezcla influencias del folk, la música pop de sus tiempos y el folclor sureño que ella conoció siendo niña en la Península de Chayahué. Su primer disco es Atmósfera (2016), un caleidoscopio de esas coloridas líneas musicales que se entrecruzan en el movimiento.
La historia del jazz de Concepción ha estado ligada a un pequeño clan de renombrados músicos: los Romero. Detrás del baterista de la vieja escuela Ramón Romero, y de los pianistas modernos Moncho y Marlon Romero, apareció una nueva exponente del jazz penquista: Carla Romero, estupenda pianista bop que desdobló sus funciones también al canto siguiendo la línea de una de sus mayores referencias, Diana Krall.
Aline González es De Lein, cantante de poderosa voz y diseñadora de un proyecto pop de teclados, a veces bailable y a veces oscuro por influencia del rock, un resultado de su trabajo junto a Rodrigo de la Rivera, guitarrista de Miss Garrison. En 2019, De Lein despuntó como solista con el EP Otras ciudades, siendo parte del elenco femenino de figuras del pop independiente que iniciaron el proyecto editorial del sello T3MPLUM.
La coquimbana Natalia Corvetto es parte de una extensa línea de cultoras de una música moderna, una generación de cantantes que tiene a la penquista Susana Lépez, la temuquense Giovanna Arce, la chillaneja Cecilia Gutiérrez o la capitalina Miloska Valero, entre otras damas. Su propuesta se fundamenta en los ritmos de la música popular latinoamericana, el bolero y la bossa nova como columnas centrales, y desde allí da muestras de transformaciones que la han conducido hacia el jazz, el pop, el soul y la fusión. Su primer disco es Vuelo (2017).
La apuesta de balada pop del Sello Azul en 2005 encontró en la viñamarina Johanna Rezzio respuestas en efecto dominó: Rezzio era joven, atractiva y enérgica, no requería de un equipo de compositores cerca pues escribía sus propias canciones, pensadas para rotar en las radios. Así haría frente a otras figuras femeninas del pop de la época con mayor presencia medial, como Ximena Abarca o Daniela Castillo. La cantautora se presentó a la convocatoria y se adjudicó la edición de Algo más (2005).