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Jorge Aliaga

Ocho partituras marcan el primer tramo de la ruta creativa del compositor y académico Jorge Aliaga, uno de los nombres más importantes de la música para cine de la generación de los ’90. Aliaga la define como “música para medios” y ahí integra todo lo fílmico, escénico y gestual, como cultor y defensor de una composición basada en el estudio del guión por sobre el de la sola imagen.

Sinergia

Que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer es aplicable también a Sinergia, con la salvedad de que, en su caso, se trata de una mujer robusta detrás de un grupo de hombres. "Mujer robusta" fue el primero de muchos éxitos que impusieron el nombre de esta banda en el país completo, elevándolos como un peculiar ejemplo de una trayectoria rock guiada por cauces poco convencionales y de una encomiable persistencia. Entre sus canciones —plasmadas en varios discos y EP— aparece una serie de clásicos que han marcado la música popular en el comienzo del milenio.

Fother Muckers

Aunque con una discografía e historia valiosas por sí mismas, Fother Muckers ha terminado siendo recordada como la banda de antecedente a otro proyecto aún más exitoso, Ases Falsos. En efecto, tres integrantes de esa banda acordaron hacia 2011 cerrar su trayectoria —de cuatro álbumes y varios EP— para reiniciarla con otro nombre, manteniendo algunas pistas de sonido, disposición en vivo y trabajo independiente que enlazan ambas etapas y permiten entenderlas entre sí.

Rebeca Godoy

La de Rebeca Godoy es una de las voces más persistentes en la canción comprometida en Chile, entregada a su vocación por la música latinoamericana entre sones de bolero, ranchera, tango, vals peruano y la raíz folclórica chilena así como a las causas sociales de las que siempre se hizo parte desde los escenarios, a partir de sus inicios a mediados de los años '70.

Rafael Traslaviña

Delineado desde los años de esplendor de la radio, la orquesta, la boite y la industria discográfica propias del siglo veinte, la figura del músico de oficio capaz de valerse en los diversos géneros populares de la época en Chile tiene una expresión exacta en Rafael Traslaviña. Con más de seis décadas dedicadas a la música, este pianista tocó y grabó en discos de jazz, cueca, tango y otros ritmos bailables, y a su muerte ocurrida en 2011 dejó como herencia una estatura bien ganada entre los principales instrumentistas de esa era en la música popular.

Catalina Telias

Una vida profesional dedicada a la traducción era la que había proyectado para sí misma Andrea Telias hasta que, a los 24 años, su destacada participación en la Escuela de Talentos de Alicia Puccio la decidió a profesionalizar su interés por el canto (y, de paso, cambiar su nombre). Telias se inició cantando de modo amateur en reuniones sociales, intentó una carrera musical que no prosperó junto a La Banda del Gnomo (1986-88), y finalmente encontró en la compositora Scottie Scott la alianza creativa que le permitió destacar como solista. Tras presentarse en el Festival de Viña del Mar en 1990, siguió presentándose en vivo, y en el año 2005 participó en el programa Rojo VIP, junto a una serie de cantantes de los '60 y los '80.

Los Perales

Cuatro jóvenes seminaristas fundaron hacia fines de los años '50 este conjunto, uno de los más importantes en Chile en el desarrollo de un cancionero asociado al Evangelio y la catequesis cristiana. En dos etapas separadas por tres décadas de distancia, el grupo ha grabado varios LPs, legando canciones de uso habitual en misas y ceremonias religiosas, como "El peregrino de Emaús". Casi todas ellas cuentan con letras de su principal colaborador e inspirador, Esteban Gumucio. Entre sus integrantes fundadores se cuenta Fernando Ugarte, quien desarrolló una trayectoria solista luego de abandonar el grupo y renunciar al sacerdocio.

Contracuarteto

Contracuarteto fue protagonista de una jazzística banda sonora de época, como uno los ensambles más duraderos desde las primeras décadas del siglo XXI. Formado por solistas de la generación del 2000, Andrés Pérez (tenor), Cristián Gallardo (alto) y los hermanos Roberto Carlos (contrabajo) y Félix Lecaros (batería), Contracuarteto utilizó este nombre para representar una intervención de los esquemas jazzísticos tradicionales, que fue asociada con la idea del "anti-bop": una música sustentada en los entramados polifónicos de saxofones para crear el soporte armónico necesario debido a la ausencia del piano, e impulsada además por una feroz sección rítmica.

Kokeshi Murata

La explosión del j-pop (pop japonés) y la cultura oriental entre los niños y adolescentes tuvo en 2005 al dúo Kokeshi como su primera cara visible mediáticamente, a pesar de que cinco años antes ya existían cultores de la música japonesa, como el dúo ByS Revolution o la cantante y actriz Jessica Toledo.

Carolina Soto

Si Monserrat Bustamante fue en su minuto “la chica de Rojo”, los fanáticos que empujaron en favor de Carolina Soto entonces la llamaron “la diva de Rojo”. Fue una competencia frontal entre dos de las baladistas más fuertes del medio musical vinculado a los estudios de televisión. Entre las estrellas de mucho más popularidad, luces y aplausos dentro del concurso de talentos vocales de TVN (“Rojo, fama contrafama”), Carolina Soto se abrió paso desde posiciones secundarias hasta alcanzar el máximo reconocimiento y adjudicarse las finales (“Gran Rojo”) con una recordada performance sobre la canción romántica. En la perspectiva de los tiempos, Carolina Soto fue un eslabón central en la larga tradición de la balada chilena durante el nuevo milenio.

Sergio González

Egresado de la Conchalí Big Band, Sergio González ha sido uno de los bateristas de jazz de la segunda mitad de la década de 2000. Luego pasó al Insituto Projazz donde fue formado por Andy Baeza, entre otros maestros. Como sideman integró el quinteto del guitarrista Cristóbal Gómez (2006) y el trío del pianista Pancho Aranda (2007).

Fernando Rosas

Director de orquesta, profesor, fundador de coros y creador de audiencias, además de Premio Nacional de Música de 2006, Fernando Rosas Pfingsthorn es una de las personalidades más importantes en la música chilena académica en la segunda mitad del siglo XX. Desde la creación de la afamada Orquesta de Cámara de Chile (1964), la Agrupación Beethoven (1976), la Radio Beethoven (1981), la Fundación Beethoven (1990), la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (1994) y sobre todo el trabajo que llevó a cabo hasta desembocar en el nacimiento de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (2001), lo describen como un incansable gestor cultural.

Dorso

Por más de tres décadas y sin interrupciones, Rodrigo Pera Cuadra ha ensamblado en la música de su banda un complemento de composición y sonido, con historias y leyendas de origen mitológico, sueños de horror cósmico, mucha sangre, lo bizarro y lo absurdo, lo extremo en todo sentido, el cine gore, los maestros de la ciencia ficción H. P. Lovecraft y Edgar Allan Poe y antípodas musicales como las de las bandas de thrash-metal Cannibal Corpse y rock progresivo Genesis, dos de sus inspiraciones artísticas.

María Ela

Cantante pop y autora, Mariela Muñoz dejó de ser definitivamente Mariela Muñoz cuando debutó en el disco en 2002 con Voy a cantar. Antes de convertirse en María Ela solista, ella había sido modelo, bailarina y corista. Y tal como ocurrió con Daniela Aleuy, su compañera en los comienzos televisivos, fue su activa presencia en el programa “Pase lo que pase” la que la catapultó a la música como la última figura de la generación de la TV antes de la irrupción de los artistas fabricados en concursos de talentos y reality shows que dominaron las dos décadas siguientes.

Carmen Barros

El personaje de Carmela y el seudónimo de Marianela son las dos señales más inmediatas para identificar a Carmen Barros, la actriz, cantante, dramaturga y directora de teatro reconocida por su papel protagónico en la primera versión de la célebre obra musical La pérgola de las flores (1960). Pero lejos de agotarse en ese hito, su historia se remonta a la radio, el disco y el cine chileno de los años '40 y avanza luego por el teatro, la comedia musical y la televisión en una trayectoria con cruces frecuentes y productivos entre el canto y la actuación. Cosmopolita, su carrera ha estado jalonada desde temprano por los viajes y llega hasta marcas tan recientes como la obra de teatro unipersonal Mi Marilyn Monroe (2010), tras más de seis décadas de vigencia en los escenarios. En 2019, a los 94 años de edad, fue distinguida por la SCD como Figura Fundamental de la Música Chilena, y falleció cuatro años después como una de las más queridas por el gran público.

Matato'a

Matato'a —que en lengua Rapa Nui significa «la mirada del guerrero»— es un grupo de música y danza de Isla de Pascua que desde 1996 fusiona los instrumentos y composiciones tradicionales del folclor de Rapa Nui con la música polinésica, latinoamericana, el reggae y rock. Es el grupo que grabó "E nua e koro", la canción principal de la teleserie "Iorana" (1997), de TVN, que fue el punto de partida de una carrera que han extendido por cinco discos y varias actuaciones internacionales.

Rodrigo Jarque

Compositor multifacético, interesado en proyectos cinematográficos, teatrales y discográficos, Rodrigo Jarque ha desarrollado su trabajo al frente de las bandas Zabala e Inverness, y como fundador del sello LeRockPsicophonique.

Dióscoro Rojas

Ha sido la gestión del colectivo Los Guachacas lo que, desde fines de los años '90, ha mantenido activo y le ha dado nombre público a Dióscoro Rojas. Sin embargo, el cantautor desarrolló en su juventud una interesante carrera musical, que en distintos momentos lo emparentó con la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo. Hoy es más preciso describir su trabajo como el de un gestor cultural y cantautor que se ocupa de manera amplia de los códigos de la música, la cultura y las emociones de la vida popular urbana.

Christian Gálvez

Desde que en 1996 apareciera en el primer quinteto de Cristián Cuturrufo, el jazz de esa década iba a tener la mirada muy encima del virtuoso nuevo bajista eléctrico llamado Christian Gálvez. Un talento de generación espontánea, puesto que nunca contó con estudios formales en su aproximación a las cuerdas amplificadas. Gálvez tomó el lugar de Felipe Chacón en la banda del trompeta coquimbano y luego despegó como solista hasta alturas que lo llevaron a ser uno de los más populares, respetados y polivalentes jazzistas chilenos, además de compositor, productor discográfico, educador y fundador del sello Pez.