Pop

Diversa por definición, la música pop apela sobre todo a un vínculo con el oyente, por sobre un tipo de sonido o un estilo. Pop como abreviatura de "popular", esta música tiene como pocas un objetivo, el de generar identificación con la audiencia por medio de ritmos contagiosos, melodías recordables y composiciones de duración ajustada a los estándares de difusión de medios como la radio y la TV y, sobre todo, a los requerimientos de una industria que necesita vender canciones a ese gran público. Como tal, se puede dar con eficacia en los más diversos campos. La Nueva Ola de los años '60 es una de las primeras manifestaciones generacionales de música pop chilena, y desde entonces han continuado en esa senda baladistas y cantantes popularizados por la televisión así como diversos músicos y productores que han aplicado los sonidos del rock o las bases electrónicas a esta música.

Katherine Muñoz

La cantante de pop latino apareció en 2003 en la primera generación del programa de aspirantes "Rojo, fama contrafama", de TVN, producción que marcó gran impacto en la industria durante el siguiente lustro. Katherine Muñoz, llamada ocasionalmente Katherine, y quien no debe confundirse con la cantante y autora Katherine Muñoz que debutó con el nombre de Yahís en 2007, hizo estas primeras presentaciones en un set dominado por nuevas estrellas de la canción (María Jimena Pereyra, Leandro Martínez, Monserrat Bustamante, Daniela Castillo).

Luciano Altair

Cantautor santiaguino, que en su composición roza ámbitos exigentes de producción y arte sonoro. Su primer disco, Heridas (2024), se ganó en prensa calificaciones de «vanguardista», por su propuesta sugerente, en capas sonoras y texturas atípicas en el pop. El propio músico prefiere hablar de una exploración desde la letra y la música, que nunca se aleja por completo de lo convencional. Se trata de un trabajo coherente con la influencia que reconoce en nombres estadounidenses como Bon Iver y Sufjan Stevens: «Sigo mucho esa camada de artistas gringos que partieron muy indie, muy en la guitarra y muy en la canción folk-pop para después transformarse en una cosa media incomprensible», le comentó al medio Expectador. La música ha sido para él un trabajo persistente, de muestra en vivo en formato de banda, desde la publicación de un primer single en 2020 ("Daga").

Miel

Un capítulo enigmático del rock chileno de la década de los setenta está representado en la historia de Miel. La banda se inició en 1974 con músicos provenientes de grupos como Sacros, Tumulto y Escombros, se mantuvo durante todo el resto de la década y fue la gran vitrina pública para Juan Carlos Duque, quien no tardó en desarrollar una carrera como cantante solista y productor. Miel no legó ningún álbum, pero sí un gran prestigio entre entendidos por su incursión en la sonoridad progresiva.

Muza

La música de la cantante y compositora Sol Aravena es tan sutil como su seudónimo. Muza fusiona letras sobre misticismo, amor y el paso del tiempo con sonidos acústicos, registros tomados de la naturaleza (lluvia, oleaje marino u hojas que se arrastran por el pavimento) y suaves bases electrónicas. Su estilo es la síntesis a la que ha llegado tras su paso por el grupo de new age Equs y el dúo de pop electrónico Sol Azul. Su línea expresiva y su incamuflable sensibilidad femenina al componer la emparentan con otras cantautoras como Rosario Mena y Yael Meyer.

Nicole Nietzschmann

Los estudios académicos de canto, piano, composición y arreglos para música popular vienen a definir el perfil musical de Nicole Nietzschmann, formada principalmente en la Escuela Moderna de Música. Los resultados de todas esas experiencias aparecen en Ser ahí (2017), disco con que debutó en el circuito, presentando un repertorio de canciones sustentadas en la música latinoamericana como fondo, el jazz como tratamiento y el canto pop de matices soul como forma. Alumna de profesoras como Lorena Pualuan, Paula Herrera y Karen Rodenas, con estudios junto al pianista de jazz Moncho Romero, Nietzschmann fue voz del grupo Los Prana, en su última época, y como solista en 2015 trabajó en un primer repertorio para el disco No dejarlo pa' después. Sin embargo, su proyecto final se encaminó a Ser ahí, para el que se rodeó de músicos de jazz como Raimundo Barría (piano), Milton Russell (contrabajo) y Juan Pablo Jaramillo (batería), así como del compositor y arreglador Emilio Bascuñán, con quien trabajó parte del repertorio del álbum.

Martina Petric

Vista por primera vez a través de las pantallas de televisión, Martina Petric Morrison fue cantante en la competencia del programa "The voice" en 2015 (Camila Gallardo, Luis Pedraza, Josefa Serrano, Astrid Veas), aunque su proyecto personal como cantautora tomó forma definitiva en 2018, con el estreno de Velvet, producido por René Roco. El álbum reunió una material casi íntegramente escrito en inglés, idioma que Petric tomó con soltura para maniobrar los textos de canciones principales como "Got me" y "Never". Inspirada en la figura, la voz y la elegancia de la afrobritánica Sade, la chilena elaboró un pop de suaves texturas y atmósferas. De allí el nombre de ese primer álbum, que sugería la tersura del terciopelo, un trabajo que la puso en una ancha escena de voces femeninas de fin de los años '10. En 2020 se unió a la colaboración de  nuevos nombres femeninos de la música (Dindi Jane, Inad, De Lein, Ana Sofía) para la creación del sello T3MPLUM.

Martín Pescador

Ostentando su plumaje azul grisáceo, corona negra y elegante cuello blanco, el Martín Pescador se reparte en Chile desde Concepción al extremo sur. A los de su especie —aves de la familia Alcedinidae— se les encuentra usualmente inmóviles posados en ramas o troncos cercanos al agua, esperando que un pez se acerque a la superficie para lanzarse sobre él y tragarlo casi de una vez. Es un pájaro particular que le inspira al cantautor Ariel Acosta ideas de naturaleza y supervivencia lo suficientemente atrayentes para identificarse con ese nombre sobre el escenario y en discos.

Florcita Motuda

Existen nombres inconfundibles en la música popular chilena, pero el de Flor Motuda es excepcional incluso entre los músicos de más firme identidad artística. Suele definirse a su trabajo como extravagante o experimental, pero acaso su principal valor esté en cómo ha ofrecido una propuesta de reflexión social por completo novedosa; aguda como pocas en su descripción de lo más pedestre de nuestra convivencia.

Denise Rosenthal

Denise Sofía Rosenthal Schalchli es una de las figuras del pop chileno de la era digital. Apareció como adolescente actriz en los años 2000 y se proyectó con una identidad propia fuera de la televisión en la década siguiente. En su caso, a través del disco Cambio de piel (2017), que le propició un estatus musical de dimensiones amplias. Fue un paso decisivo para alcanzar madurez y popularidad en un tránsito desde ese pop juvenil de los inicios hasta posiciones de internacionalización a través del pop latino y una salvaje música urbana a la que ella accedió después.

Diego Peralta

Ni debutante ni cantautor folk pese a las apariencias, Diego Peralta había cumplido un camino que incluía tres grabaciones en otros cuatro años de actuaciones en Valparaíso (nació en La Serena, pero su familia se trasladó cuando el tenía 10 años al puerto) cuando en 2008 se dio a conocer a mayor escala. Fue parte de un circuito de solistas aparecidos en los mejores tiempos de MySpace, la plataforma que primero explotó, y a los escenarios en vivo en el puerto.

Edra Silva

Cantante de jazz, pop y fusiones, la primera aparición de Edra Silva estuvo vinculada al programa “Rojo”, de TVN, que dominó las audiencias juveniles de mediatarde. Ella apareció en 2004, con 18 años, entre ese nutrido contingente de aspirantes como intérprete de repertorio de pop y baladas en sus modalidades latina y anglo. En su adultez como cantante, exploró campos del jazz contemporáneo y en 2018 publicó el disco EP Intro, junto al pianista Raimundo Barría.

Los Ángeles Negros

Los Ángeles Negros fueron los creadores de uno de los pocos sonidos auténticamente originales que han surgido en Chile. La fórmula de la música romántica con instrumentos de rock constituye hoy día una ecuación universal del género, pero hasta 1968, cuando este grupo nació en un pueblo al sur del país, el formato existía muy excepcionalmente. Los cantantes románticos, por lo general, tocaban acompañados de guitarras acústicas –al estilo de Los Panchos– o con orquestas –en la tradición popularizada por Agustín Lara y otros grandes nombres. Germaín de la Fuente y su conjunto –con alineación de guitarra, bajo, batería y teclado- consolidaron y masificaron esa nueva fusión, que hasta hoy es el soporte más común de la música romántica de todo el continente.

Santiago Downbeat

Con músicos de formación académica, en el Instituto Projazz, y con algunos provenientes de la Conchalí Big Band, el año 2008 comenzó a trabajar Santiago Downbeat, elenco definido en estos términos por su culto al ska-jazz, y que tras un largo proceso de trabajo en 2012 editaron su primer disco. Con la voz femenina de Natalia Ramírez, realizaron tributos a la Orquesta Huambaly y a Los Ramblers, además de compartir escenarios con los míticos Skatalites en Chile. La agrupación giró incluso por Europa, y fue, en definitiva, una pequeña cantera de solistas de jazz contemporáneo y de músicos de bloque para una nueva generación de vientos.

Florencia Lira

Pese a que su debut, cuando tenía veinte años, la puso en el mapa de una electrónica independiente, en el transcurso de su primera época creativa Florencia Lira se instaló en otro planisferio musical, como compositora, autora, cantante, experimentadora e incluso educadora, con la experiencia que tuvo con niños en etapa preescolar y sobre todo con el descubrimiento de la poesía de una maestra como Gabriela Mistral. Florencia Lira llevó esas vivencias al aplaudido disco La caminante (2016), que vino a cerrar un ciclo personal.

Kya

Kya es el nombre musical de Macarena Videla, una exponente de la explosiva escena de la música urbana que se impuso en el paso de los años '10 a los años '20. Sus primeros aprontes en tiempos pandémicos la situaron en ese mismo campo musical, donde el trap fue central, pero poco a poco fue mutando hacia otros estilos hasta transformarse más en una figura del pop que sólo de la música urbana, siempre permeada por las influencias de la música R&B y los pulsantes ritmos de pista de baile.

Los Tristes

Proyecto pop con influencias del folk y los sonidos acústicos de la guitarra, el charango y el chelo, formado en su eje central por los hermanos O'Ryan (Gabriela, Isidora y Pablo), junto al realizador audiovisual Luciano Rubio, quien enlista trabajos para Gepe, Dënver, Andrés Reveco o Karen Rodenas, entre otros. El grupo tuvo un estreno en escenarios en Ecuador antes que en Chile, debido a la estadía en ese país de Isidora O'Ryan. Son cultores de una música en extremo melancólica, con cuidadas melodías, suaves voces solistas y armonías vocales que enfatizan su nombre como banda. En 2017 publicaron su primer álbum, el homónimo Los Tristes, que fue producido por Fernando Milagros. El cantautor también trabajaría en el proyecto solista de la chelista del grupo, una vez que regresó de su Quito, con un nuevo puñado de canciones para I.O. y su disco Ciénaga (2020).

Zapapanta

Influenciada por el neosoul, el jazz y el pop rock latino, Zapapanta ha mostrado una faceta más de Florencia Novoa, de formación lírica solista y coral, además de compositora de música contemporánea y reconocida como la cantante de MediaBanda desde fines de la década de 2010. Su trabajo en los CHT Estudios, donde grababa sus discos  la propia MediaBanda, le permitió a Novoa registrar una canción propia. "Palabra cortada" fue entonces el origen de Zapapanta, agrupación que se completó para esos efectos con los músicos Luciano Altair (guitarra), Benjamín Luna (bajo), proveniente del grupo Oliva, donde también militaba Florencia Novoa en esos tiempos, y Franco Palleres (batería). Más adelante grabaría una segunda canción, "Andar", junto a músicos de jazz generacionales como el pianista Camilo Aliaga y el trompetista Juan Pablo Salvo. En 2022, Zapapanta publicó el EP de cuatro canciones Suite, con un pop de sofisticada factura, y el anticipo de su álbum de estreno.

Annie Vent

Annie Vent es cantante, autora, compositora, actriz y bailarina, además de tener una vida en el mundo de las redes sociales como creadora de contenido y una marca propia como tiktokera. Varios de esos bordes, lo visual, lo escénico y lo performártico, se cuelan en las canciones que ella fue lanzando desde 2020. "Primer amor", "Muerte inesperada" y "No hay vuelta atrás", vislumbraron la estética de un pop que recogía la cultura del club, la pista de baile y el sonido ochentero new wave y el protagonismo de los sintetizadores y ritmos digitales. En 2021 debutó como Annie Vent en Festival Rockodromo de Cerrillos y luego publicó un primer EP simbólicamente titulado Actriz (2021). En 2023 realizó una versión de absoluto synthpop de "Por favor", de Los Prisioneros, con la que consolidó su estética musical en esta línea.

Kinder Porno

En el CluBizarre, desaparecido espacio céntrico en Santiago, se vistieron por primera vez de porristas para bailar simples coreografías y entretener a un público joven, aunque mayor que ellas. Kinder Porno fue uno de los primeros dúos electropop del siglo XXI en Chile, y mantuvo por un tiempo una energía pícara y lúdica (a veces, de descolocadora transgresión, como en canciones dedicadas a Claudio Spiniak), con un único disco publicado y shows frecuentes (muchas veces, en locales con horario para  menores y sin patente de alcohol). El dúo femenino al mando trabajó con llamativo desprejuicio canciones entre el rock, el electro, el J-pop y el axé, casi siempre de letras sexuales.

Violeta

La música de Violeta es puro pop. No podía ser de otra manera, si su música ha surgido casi completamente de Liverpool donde ha vivido por una década especializándose en Estudios de Música Popular. Violeta asistía a las fiestas organizadas por Hive Collective en esa ciudad, donde se montaban shows de electrónica con DJs locales.