Electrónica
Desde los experimentos en laboratorios de sonido por compositores venidos de la academia en los años '50 hasta la extendida escena de DJs y músicos que trabajan en diversas vertientes en nuestros días, la música electrónica ha sido uno de los campos más múltiples de las últimas décadas. Alojada primero en los círculos doctos pasó a la música popular con el empleo de los primeros sintetizadores análogos aplicados a la música pop y rock en los años '70, y luego ha viajado a través de los grupos "tecno" o "tecnopop" de los '80, las precursoras fiestas con DJs de fines de esa década y un horizonte de músicos y productores que desde los años '90 en adelante han multiplicado sus posibilidades. Entre la música más bailable y la más experimental, la electrónica se ha visto reforzada con el inicio de los sellos en Internet o netlabels que desde 2003 se han identificado sobre todo con esta música.
Si bien la matriz de su música se ha sostenido en la creación y los experimentos con teclados y computadores realizados por el ex músico de Christianes Juan Carlos Oyarzún, la fisonomía de Souvlaki terminó por completarse con el color vocal de la cantante Carolina Mora. Iniciado entonces como proyecto solista en 2005, Souvlaki tomó su nombre de uno de los discos fundamentales del shoegaze británico —Souvlaki (1993), del grupo Slowdive—, y un año después ya se había configurado como un dúo. La propuesta musical se ha proyectado desde la llamada electrónica "de dormitorio", en combinación con aspectos del folk, del ambient y del ruido declarado. Souvlaki ha compartido espacios con solistas como Nutria y El Sueño de la Casa Propia, y de paso se anotaron como número de telón de la banda francesa Nouvelle Vague en su visita a Chile en 2007. Han aparecido en discos compilatorios internacionales, mientras sus autoediciones consideran una recopilación de material diverso, tanto de piezas sin letra como de canciones propiamente tales. Sus dos discos son Uno. Instrumentales 2005-2009 (2012) y Dos. Canciones 2006-2009 (2013).
Compositora, cantante y artista visual, la obra de Roberta Lazo Valenzuela se ramifica en varias direcciones, ámbitos musicales, medios y soportes de sonido e imagen. Sus proyectos se articulan entre la música y las artes visuales, como instalaciones y objetos sonoros, además de exploraciones como cantante, y se mueven desde lo experimental a lo popular. Como compositora Roberta Lazo ha trabajado en música contemporánea instrumental, música para su propia voz, electrónica ambient, electroacústica y arte sonoro.
Van, del verbo ir, es el trío que formaron en febrero de 2007 tres músicos tan diversos como ocupados: Nea Ducci, integrante de CHC, Yaia y Los Mono entre otros grupos; Juan de Dios Barraco Parra, guitarrista de bandas activas y previas entre The Gutiérrez Experience, Los Trompos, Tanax y los Churi Churi de Lalo Parra; y Marcelo Peña, más conocido como Miopec y ex integrante de Tobías Alcayota. Tras debutar como Los Floristas al cierre de la exposición Eye hear en marzo de 2007, grabaron pronto su primer disco, Fractales (2007) y el mismo año telonearon la gira que el músico francés Wax Tailor cumplió por Chile. Van se transformó en un punto en común para volcar canciones de los tres integrantes, entre las voces de Nea y Miopec en melodías pop, programaciones, timbres de teclados, la guitarra eléctrica de Parra y un saxofonista como Francisco Bosco, invitado en el fragor de la gran cantidad de actuaciones que el grupo empezó a dar desde su inicio.
Violinista de formación clásica y compositor de músicas de distintas estéticas y formatos, Francisco Moreira Herrera se identifica con una escena de música mapuche urbana que tomó cuerpo a fines de la década de 2010 y que tuvo una primera visibilidad en los discos colectivos Ayekafe (2021). Es reconocido con el nombre de Vñvm, voz mapudungún que significa "pájaro", también escrito como VÑVM o Üñüm, según distintos grafemarios. En 2023 obtuvo el premio Pulsar en la categoría Música para Audiovisuales por el disco Inatugen (2022).
Productor, compositor, intérprete, performer, gestor discográfico y DJ, Matías Aguayo es un músico esencialmente cosmopolita, por circunstancias biográficas y por decisión. Períodos de vida y trabajo en Berlín, París, Buenos Aires y Ciudad de México han contribuido a perfilar una personalidad artística dinámica y siempre propositiva, de cruce entre la música electrónica y otras disciplinas. Puede asociársele al grupo de músicos chilenos destacados en la escena electrónica alemana y que desde los años 90 estableció en Europa su sede de trabajo (Ricardo Villalobos, Dandy Jack, Dinky, entre otros), pero, a estas alturas, su trabajo avanza por una pista creativa interdisciplinaria e intergéneros (también afín a la canción popular). En 2009 fundó el sello Cómeme, que impulsa la promoción del sonido latinoamericano. Sus grabaciones y shows hasta ahora lo han puesto en contacto con artistas como Lucrecia Dalt, Battles, Djs Pareja, Vicente Sanfuentes, Atom Heart, Bronko Yotte y Mostro, entre otros. Como músico de residencia extranjera, Matías Aguayo se ha presentado en vivo en Chile de manera esporádica, aunque siempre bien comentada.
Yadak es un nombre ficticio, aunque bien podría ser el de un personaje en una película de ciencia ficción. La artista visual y lumínica Andrea Gana ha realizado investigaciones en este género cinematográfico desde el área de la Estética, que como consecuencia directa transfirió a sus proyectos creativos desde la luz y desde el sonido. En ellos se puede advertir ese ambiente irreal de lo que se entiende como ciencia ficción. Conocida sobre todo como integrante del colectivo Delight Lab, desde 2018 comenzó a realizar experimentaciones en la electrónica de escucha, apreciación y reflexión, siempre en el cruce con otras disciplinas artísticas, como el video, la danza o la performance.
A unos pasos del cerro Santa Lucía, en Santiago de Chile, el número 256 de la calle Huérfanos es la dirección de la histórica galería de arte "Bucci", fundada en 1973 y recordada como uno de los bastiones culturales de los últimos años de la dictadura, abierto por igual a pintores de vanguardia y a músicos emergentes del punk y la new wave de los años 80. En la misma época, ese fue además un hogar para Juan Pablo, Pier y Andrés Bucci, hijos del galerista Enrico Bucci, que trabajaron allí impulsados por su padre. Durante las siguientes décadas serían músicos activos sobre todo en la escena electrónica, bajo los nombres individuales de Skip o Chord, o en colaboraciones y grupos como Plan V, Mambotur y Detalles, a menudo editados por sellos alemanes.
La leyenda de un lactante porteño abandonado que escupía llamas como un dragón inspiró a los hermanos Felipe y André Baradit para bautizar el proyecto que a partir de 2001 mantuvieron en Valparaíso junto a Miguel Jáuregui. Los tres músicos han desarrollado un extenso trabajo en paralelo como solistas, respectivamente bajo los seudónimos Baradit, Jack_plug y Basstk; pero son, además, socios en el sello Epa Sonidos, prolífico y pionero netlabel. De modo intermitente, el trío fue desarrollando un sonido levantado a partir de secuencias, samplers, efectos para bajo y guitarra, y micrófonos ambientales («lo que tengamos a mano», explican). La presentación de su música en el marco de una exposición del fotógrafo Jorge Molina constituyó su debut en vivo, en la sala SCD de Santiago. Sus publicaciones están disponibles para descarga gratuita desde el sitio de Epa Sonidos.
Músico, diseñador y fundador del prolífico netlabel de "música chilena de raíz electrónica" Pueblo Nuevo, Hugo Espinosa Chellew ha trabajado desde 2004 bajo el alias de Mika Martini, aunque más tarde asumió otro alterego como Franz Benkho, para abrir la vía a sus proyectos creativos. Su música generó improbables cruces entre electrónica experimental y sonidos e historias de pueblos originarios de Chile.
Por más de treinta años, Lluvia Ácida ha desarrollado su trabajo con el objetivo de mostrar la identidad magallánica hacia el resto del mundo, por medio de obras conceptuales y colaboraciones con escritores y cineastas. Han tomado la música electrónica como una especie de folclor universal, susceptible de ser adaptada a distintos contextos y bajo el lema «El sur es el futuro». Formado en 1995 por Héctor Aguilar (ex integrante del grupo grindcore Infidel) y Rafael Cheuquelaf (ex tecladista del grupo dark Mantiza) —ambos activos, también, en un trabajo solista por separado—, el dúo se reunió en torno a las audiciones de artistas pioneros del tecno e industrial, aunque con el paso del tiempo ampliaron sus influencias a la música dark, el trip-hop y el ambient. Todo con una visión netamente localista, al punto de declararse alguna vez como «la mezcla entre Kraftwerk y Francisco Coloane».
Productora y DJ, Carla Valentina Becerra Rangel es Carla Valenti, una exponente de la electrónica chilena de pista durante la década de 2010. Su música se desarrolla en los ámbitos del house y el club dance, y expone nítidos elementos de las culturas afrolatinas y altiplánicas, presentes en composiciones como las que se incluyen en su disco EP Sentir (2016). Ha tocado en festivales como Mysteryland Chile, y también en República Dominicana y Brasil, en cuya ciudad de Sao Paulo se radicó durante un tiempo. Es una de las fundadoras del sello La Chimba Discos, que propuso un encuentro entre la electrónica masiva de baile y las músicas folclóricas andinas y latinoamericanas. Algunas de sus remezclas más difundidas son "Piel morena", de la cantautora boliviana de música folclórica y de protesta Zulma Yugar, y "Arena modernísima", de la iquiqueña Tomasa del Real. Temas de Carla Valenti también han aparecido en discos compilatorios de 2016 de electrónica independiente, en Brasil, México y Polonia, como Hystereofônica vol. 1, donde se incluyó "Soneto da separação"; Global barrio vol. 1, donde aparece "Nostalgia", y Basy tropikalne, con "Gitana".
Tras decantar el ímpetu electrónico que agitó las urbes de Chile durante los años noventa, fueron apareciendo trabajadores del tecno de referentes más amplios (hip-hop, pop, soul). Bitman & Roban es un proyecto representativo de esa nueva etapa del trabajo electrónico en el país. La dupla de Toto Bravo y Christian Powditch se fue afianzando no por su discoteca sino por su versatilidad, al ser capaz de componer música para situaciones diversas, no limitadas a la pista de baile. En su caso, el verbo «componer» es preciso: el dúo arma sus tracks según la lógica del cortar/pegar, mezclando códigos propios de la electrónica (uso de secuencias y programaciones) con ideas asociables al hip-hop, principalmente los samplers y scratches. El nombre de Bitman & Roban, que representa la idea del "beat" y del "robo" —o la apropiación de una música ajena a través del muestreo— también es una alteración fonética y gráfica de los superhéroes de la editorial DC Comics Batman & Robin.
Un trabajo extenso y sin interrupciones en proyectos musicales propios y ajenos ha convertido a Cristián Heyne en un compositor y productor respetado, con logros en géneros disímiles y una llamativa lista de encargos. Pese a su crédito en discos de nombres populares, Heyne no ha abandonado hasta ahora el desarrollo de un exigente rock eléctrico en su propio proyecto, Shogún. Y en su trabajo como productor y diseñador de sonido, ha dirigido los sellos independientes Luna y Música del Sur.
Dos años de residencia como DJ en espacios como Mucca o Cávala impulsaron a Andrés Barrios (n. 1975) a convertirse en el cerebro de Le Popotam, alter-ego que utilizó cuando subió a los escenarios para mostrar su propia música paralelamente a sus apariciones como generador de ambientes sónicos basados en el electro. Para 2005 ya contaba con material extenso de series musicales dance, sintéticas, robóticas y pop, y con ellas debutó en el Cine Arte Alameda con una puesta en escena que podía integrar sección rítmica de rock (bajo y batería) o simplemente el soporte del laptop de Barrios y las voces reales —o irreales según el caso— de Carolina Astudillo y Polí (Valeria Barrios). Ambas cantantes aparecieron además en el disco Tak!!! (2005), autoeditado.
Juan Pablo Hernández Smith entró a corta edad al mundo del espectáculo y tuvo espacio desde su infancia en televisión y escenarios. Su padre, Marcelo, ya era conocido como baladista y luego agitador infantil en "Cachureos". Precisamente en este espacio fue que Juan Pablo grabó por primera vez su voz, aunque su impulso ya sería una decisión adulta, desde 2004, con un sonido más distintivo, asociado a las bases electrónicas y al pop. “Soy oscuro, no hago un pop light —le aclaró una vez al diario La Tercera—. Y aunque no sé si voy a ser cantante toda la vida, mientras lo sea, quiero ser el mejor. Pero tranquilo, no me desespero”.
La historia de Quasars ha pasado al olvido a pesar de su carácter iniciático dentro de una experimentación musical con las tecnologías análogas. Fue formado en 1974 por los hermanos Claudio (n. 1955) y José Fernando Recabarren (1956-2020) y en la cronología de la música chilena aparece como registro de un temprano intento de utilización de los teclados y la electrónica.
El más prolífico de los integrantes del trío pop Hombre Nuclear no tardó un año luego de la disolución de ese grupo en debutar como solista. Con sus discos Warm milk (2007) y Boo boo (2009), el cantante e instrumentista profundizó en los revestimientos electrónicos, pero no en función de una música abstracta, sino aplicados a canciones pop, pulsos bailables y melodías instrumentales o cantadas. Su fómulta ha trascendido: Su disco Boo Boo se acerca a las 200 mil descargas locales, lo que es toda una marca en el género. El 2016 editó Retarded, con un sonido mucho más bailable. Los tres discos forman parte del catálogo en línea del sello Pueblo Nuevo, y en todos desfilan un diverso y vasto listado de colaboradores, que van desde Javier Barría a Fakuta.
C/VVV es nombre de un proyecto colaborativo de improvisación electrónica a partir de dispositivos análogos. Se inició en 2011 con músicos activos en otros proyectos, y su estreno en el circuito de la música experimental tuvo lugar en la recordada "Noche blanca", concierto inaugural del Festival de Música Electroacústica Ai-Maako 2011 que se extendió durante toda la noche, como un correlato de las etapas del sueño entre los asistentes. Dos años más tarde, participaron de la X Bienal de Artes Mediales con un concierto audiovisual. Su disco Todo no es todo obtuvo el premio Pulsar en la categoría Música electrónica 2016.
Las biografías de Martín Schopf y Ricardo Villalobos se topan en tantas coincidencias, que se volvió en algún momento un encuentro natural el que decidieran encauzar esas similitudes en un proyecto creativo conjunto. Ambos nacidos en Chile poco antes del Golpe de Estado, se instalaron en Europa a corta edad para acompañar el exilio de sus respectivas familias. Siguieron también entonces un rumbo similar: Francfort y Berlín fueron sus dos ciudades de residencia sucesiva dentro de Alemania, donde comenzaron a interesarse de modo creciente en la música electrónica y el trabajo con ella.
Multi-instrumentista, compositor, investigador de músicas folclóricas de distintas partes del mundo y creador de un diálogo entre aerófonos múltiples y aves chilenas, Rodrigo Aros Gho —también presentado como Raag— ha sido uno de los músicos más versátiles en el entorno del sello de world music Mundovivo, al que se unió a comienzos de los años ’10 con un proyecto de paisajes sonoros e improvisaciones en bosques nativos chilenos. Su trilogía de investigaciones llevadas al disco en La voz del viento Raco (2012), Pwelche (2013) y Likandes. Paisaje de cantos (2015), realizados junto al músico, ingeniero y productor Prabha, marcaron el inicio de su proyección como creador en solitario.