1980

80

Luis 'Flaco' Morales

El Flaco Morales es un requintista, guitarrista y acordeonista avecindado desde comienzos de los años '70 en Valparaíso e integrado desde 2001 a la agrupación porteña La Isla de la Fantasía, de la que ha participado activamente como músico y también prolífico autor de cuecas. Algunas de ellas han sido registradas además por conjuntos tan populares como Daniel Muñoz, Félix Llancafil y 3x7 Veintiuna.

Héctor Pavez Pizarro

Sus dos apellidos están inscritos con letras principales en la historia de la música chilena de raíz folclórica. Héctor Pavez Pizarro es hijo de Gabriela Pizarro y Héctor Pavez Casanova, músicos, recopiladores y fundadores del conjunto Millaray. La música de Chiloé y la cueca han sido campos destacados en su repertorio como cantante, guitarrista y compositor, dedicado al folclor chileno en general. El heredero ha descrito también su propia trayectoria: si su padre fue conocido como el Indio Pavez, Héctor Pavez Pizarro es «el Gitano». Profesor, músico frecuente en festivales en diversos lugares de Chile y parte de un elenco familiar con su hermana, la bailarina Anais Pavez, son otras de sus actividades, a lo largo de una bitácora que se corresponde con todas sus facetas como músico, desde Chiloé hasta la cueca urbana.

Hermanos Morales

Un apego de vida a la tradición campesina y la música de su zona, Colchagua, animó por más de dos décadas el trabajo de Los Hermanos Morales —o Los Hermanos Morales de Lolol, como también se les conoció—, conjunto familiar que tuvo su mayor conquista en el primer lugar del Festival del Huaso de Olmué de 1979. Varias grabaciones registran la amplitud de un repertorio alimentado tanto por la composición original como por el material recolectado en terreno, y en el que pueden encontrarse sobre todo cuecas, tonadas, periconas, décimas y canto a lo poeta. Sus cuatro integrantes combinaron la interpretación, la autoría, la investigación y diversas labores para la divulgación del folclor chileno del Valle Central, tanto en escenarios formales como en encuentros comunitarios de campo, como bautizos, matrimonios, trillas y fondas.

Camilo Fernández

Su trabajo en radio, televisión, prensa y sellos disqueros explica la definición de Camilo Fernández como uno de los nombres con más influencia acumulada en el desarrollo de nuestra industria musical. A partir de la década de los cincuenta, el productor se asoció de modo sucesivo a algunas de las figuras significativas del canto en Chile; contribuyendo con su gestión al fortalecimiento de, sobre todo, la Nueva Ola, el neofolclore y la temprana Nueva Canción Chilena. Su historia es como la de muchos productores que, en Chile y el extranjero, supieron ver en determinados artistas un potencial comercial, y que fortalecieron su influencia a través de un olfato excepcional para anticiparse a las modas y convertir la música en un buen negocio.

Karaxú

La resistencia musical a distancia a la dictadura impuesta en Chile con el Golpe de Estado de 1973 fue la motivación principal de ¡Karaxú!, conjunto iniciado y mantenido por chilenos exiliados en Francia, de estrechos lazos con el MIR, y que tuvo un tiempo entre sus filas al destacado músico y escritor Patricio Manns. Con cambios en su formación, el grupo se mantuvo activo hasta inicios de los años noventa, con presentaciones por varios países de Europa y la grabación de un total de cuatro álbumes. Su trabajo se limitó al viejo continente y tuvo escasa difusión en nuestro país.

Patricia Frías

Su nombre se asocia de inmediato al mapa de la balada chilena con mayor difusión en la segunda mitad de los años '80, aquél de televisión y grandes festivales. Pero es un territorio más extenso que ése el que Patricia Frías ha recorrido durante su trayectoria, tanto como intérprete de voz distintiva como también compositora de canciones de intensidad sentimental empáticas con la audiencia, las que hemos conocido en su voz o en la de otro/as cantantes.

Los Huasos de Algarrobal

La troncal de los cuartetos vocales de huasos urbanos tiene a este conjunto como nombre principal en una tercera rama de la genealogía. Los Huasos de Algarrobal son “nietos” de Los Cuatro Huasos (1927) e “hijos” de Los Huasos Quincheros (1937) y durante más de cuatro décadas desarrollaron un estilo propio basado en la tradición de ambas agrupaciones, pero proyectado hacia una canción dinámica y versátil.

Paula Monsalve

New-age y folk son dos etiquetas que no incomodan a Paula Monsalve para ubicar el lugar de su música, si bien en la difusión de su trabajo esta cantante y autora con largos períodos de residencia en el extranjero ha buscado permitirse el cruce con cauces diversos y amplios, también personales. Su motivo es, en sus palabras, «la música de tu tierra, de tu gente, la música que crece dentro tuyo: ésa es tu música propia». Madrid y Fairmount (Indiana, Estados Unidos) han sido hasta ahora las capitales para su trabajo, anclado desde un inicio a la matriz latinoamericana.

Kollahuara

Su conjunción chileno-bolivana hizo de Kollahuara uno de los grupos andinos más destacados de la historia musical de nuestro país porque consiguió, quizás como ningún otro, atrapar y luego proyectar las raíces más genuinas de la cultura altiplánica. Nacido a la par que Illapu, a comienzos de los años '70, Kollahuara se diferenció desde un comienzo del grupo antofagastino por plasmar un repertorio absolutamente plegado al acervo andino. Por ello tal vez su popularidad no se encumbró tanto como la de Illapu, pero a cambio logró el reconocimiento de los entendidos.

Ensamble

El quinteto jazz-rock y fusión de Valparaíso apareció a comienzos de los '80 para vigorizar la escena de bandas en la vanguardia del jazz eléctrico, con bandas como Kameréctrica (con el violinista eléctrico Roberto Lecaros), Quilín (con el guitarrista Alejandro Escobar), Cometa (con el baterista Pedro Greene), Alsur (con el guitarrista Edgardo Riquelme), y más adelante Trifusión (con el guitarrista Emilio García). Ensamble incluyó en sus filas al guitarrista Eduardo Orestes, al saxofonista Jaime Atenas, al tecladista Pablo Bruna, al bajista Carlos Martínez y al baterista Boris Gavilán. Realizó presentaciones en el entonces Teatro La Batuta en 1990, y en el centro Cultural San Martín de Buenos Aires en 1992. Editó el disco Sobre cordeles y bisagras (1990).

Fernando Yáñez

Nació en Chillán, pero es uno de los tres cantores que han puesto en el mapa musical chileno a la localidad de Campanario, en la comuna de Yungay, región del Bío-Bío. Junto a sus hermanos mayores Pedro Yáñez (n. 1946) y Eduardo Yáñez (n. 1947), Fernando Yáñez Betancourt se ha dedicado al canto como poeta popular, cantor a lo humano y payador, además de gestor de diversos encuentros de paya en su región natal.

Benedicto 'Piojo' Salinas

Cantor, payador, guitarrista y guitarronero, Benedicto Salinas Jiménez, conocido como el Piojo Salinas, es uno de los mayores cultores del canto popular chileno. Se inició en el folclor, integró el elenco de la Peña Chile Ríe y Canta creada en 1965 e integró una agrupación formada por Pedro Yáñez, Santos Rubio y Jorge Yáñez que en 1980 restituyó la popularidad de los encuentros de payadores. Músico comprometido además en la resistencia cultural después de 1973, sufrió el peor golpe de su vida cuando su esposa, su hijo y su cuñada murieron tras un operativo policial en 1986 y engrosaron el historial de víctimas de la dictadura. Desde entonces y hasta su muerte en 2008, la vida de Piojo Salinas fue una lucha entre ese drama personal y la chispa y picardía que desde antes habían caracterizado su carrera, una de las más significativas del canto popular en nuestro país.

Raúl Aliaga

Raúl Aliaga es un percusionista pionero de la música de fusión en los años '80 y su experiencia incluye diversos campos musicales. Artista de formación clásica, estudió percusión docta, fue parte de orquestas de televisión, grupos de rock y su nombre ha figurado en las alineaciones de grupos históricos de fusión como  Congreso, Latinomusicaviva y Fulano, como solista en diversos enfoques y arsenales percutivos, además marimbista y baterista.

Osvaldo Díaz

Considerado dueño de una de las mejores voces de la canción popular en Chile, Osvaldo Díaz fue un cantante activo en la televisión de los años '70, pero ha pasado por otras escenas como la última época de la Nueva Ola en la que se inició en 1968, su carrera como baladista en programas y festivales y el importante rol que jugó en el Canto Nuevo, al margen de los medios oficiales. De esa carrera quedan en la memoria canciones de diversa data, como "Ternura" (1968), "Los carasucias" (1976) y "Reflexiones" (1978) y las más recientes "Por favor no te vayas" y "No digas que no me amas" (1993).

Soledad Guerrero

Voz, nombre y figura validada y reconocida en los ’80 como parte del recordado “Ranking juvenil”, Soledad Guerrero es probablemente la única autora y cantante promovida desde ese set de “Sábados gigantes”, junto con otras voces que alcanzaron cotas de diversa altura en el pop posterior: Myriam Hernández, Luis Jara, Irene Llano o Andrea Labarca, entre otros. Además de establecer su sello en la música de la industria publicitaria, Soledad Guerrero ha escrito y grabado sus propias canciones a lo largo de varios discos.

Lázaro Salgado

En una rústica fotografía en claroscuros, una figura aparece a medias visible sobre la carátula de cierto viejo LP chileno publicado en 1976. Ése es el primer disco del cantor Pedro Yáñez, pero es además una muestra de respeto: el de la foto no es Yáñez, que en ese tiempo se asomaba a los treinta años, sino Lázaro Salgado, un hombre que para entonces ya era una escuela en la poesía popular chilena. Hoy es una leyenda. Es el poeta que encarna mejor que nadie la tradición del cantor prolífico en versos y errante por vocación, por caminos en los que se cruzó con gente tan diversa como Roberto Parra, Víctor Acosta, Santos Rubio, Nano Acevedo y el universo de payadores con el que compartió ese oficio. Poeta popular, payador y guitarronero, aprendió de sus antepasados y es reconocido por generaciones de cantores hasta nuestros días.

Luis 'Chino' Urquidi

Pese a nunca haber recibido instrucción formal como músico, Luis Chino Urquidi se hizo cargo de al menos dos de los más exitosos proyectos de canción popular desarrollados en Chile a partir de los años sesenta. Como fundador de Los Cuatro Cuartos y Los Bric-a-Brac, Urquidi destacó como un talentoso arreglador y pianista, hábil en la armonización de voces y en la elección de un repertorio que fue a la vez masivo y propositivo. Su aporte fue fundamental para el desarrollo de música a nivel popular capaz de ser, también, rigurosa en las armonías. Su inicial interés por el jazz derivó con los años en su investigación del folclor y el pop. Sus socios artísticos incluyeron a gente como Pedro Messone, Las Cuatro Brujas y Los Hermanos Zabaleta.

Los Viking's 5

Los Viking's 5 son parte de la segunda generación de grupos chilenos de cumbia. Nacidos en Coquimbo, en una zona especialmente prolífica en bandas tropicales, siguieron la huella abierta antes por La Sonora Palacios o Luisín Landáez en la mitad de los años '60, pero a la usanza nortina; esto es, cumbia con guitarra, bajo y batería, y sin sección de bronces. Su historia también es central para comprender el movimiento musical alrededor de una particular cumbia porteña en el Norte Chico.

Alfonso Letelier Llona

Premio Nacional en 1968, Alfonso Letelier cumplió un rol relevante en la promoción y la formación musical chilena, al impulsar una política de unificación de todos los estamentos musicales de la Universidad de Chile en su actual Facultad de Artes. Como compositor académico obtuvo prestigio nacional e internacional con sus obras vocales. Es el padre de dos músicos que obtuvieron el Premio Nacional en Artes Musicales: el compositor y organista Miguel Letelier (en 2008) y la contralto Carmen Luisa Letelier (en 2010).

La Isla de la Fantasía

Más que un grupo musical, La Isla de la Fantasía es el principal e histórico conjunto de cantores e instrumentistas dedicados a la cueca y la música popular en Valparaíso, y representa tanto una sede natural de unos precursores de la canción porteña como un punto de encuentro activo entre esos hombres y mujeres experimentados y las nuevas generaciones interesadas en esa tradición.