Rock
Con más de cinco décadas de vida cumplidas a escala mundial y con la guitarra eléctrica como su arma predilecta de sonido, el rock es casi igual de antiguo desde su primera adopción en Chile a mediados de los años '50, y ha descrito una de las evoluciones más múltiples de la música popular local. Imitado al comienzo, chilenizado en parte por la Nueva Ola, transformado en himno nacional para el Mundial de 1962, puesto al día por jóvenes airados a fines de los '60, revolucionado por toda una nueva generación hippie y telúrica a comienzos de los '70, aguerrido bajo la dictadura, agitado por la new wave a mediados de los '80 y abierto hacia formas como el punk, el metal, el reggae o el pop, la música rock se ha multiplicado en un sinnúmero de nombres y tendencias desde los años '90 hasta la actualidad.
Hacia fines de los años '90, ciertos barrios de Brooklyn se fueron convirtiendo en un reducto de arte chileno, con pintores, escritores y músicos inmigrantes enlazados entre sí por amistad e instalados en barrios como Williamsburg. Nutria fue uno de ellos, el más interesante desde la perspectiva musical, autor de álbumes de interesante fusión entre un rock de baja fidelidad y la canción folclórica latinoamericana; o, como prefiere definirlo Christian Torres, el principal sostén del proyecto «folklore chileno transplantado». Su proyecto musical desarrolló toda su etapa inicial en Nueva York, pero hoy se ancla en Santiago de Chile.
Los Ángeles Salvajes fue un cuarteto beat progresivo-psicodélico de San Bernardo de vida breve y discografía limitada a dos singles para el sello Odeon. Nació como la continuación de Las Sombras, que ellos integraban hasta la salida de su cantante Nano Vinés, en 1966. El grupo avanzó hacia un sonido más rockero, en la medida de su exploración del sonido, las armonías vocales, los ritmos y las letras, que lo acercaron a una performance vanguardista para aquella época, evidenciada en sus singles "Sicodélico" / “Las escaleras del palacio del rey Guillermo” (1967) y “Nadie ha cambiado” / “Carnet 363” (1968).
Una puesta en escena innovadora para el estándar de la música chilena de los años ochenta fue la que desarrolló La Banda del Gnomo, un grupo con una mayoría de integrantes de formación académica y que aventuró una cruza de géneros que abarcó desde el hard-rock al rock progresivo. Su actividad se concentró sobre todo en vivo, y no tuvo discos en una primera etapa.
El cantautor penquista José Riquelme cultiva en su proyecto personal la experimentación a través del pop, con temáticas íntimas, y líricas que juegan con las posibilidades del lenguaje. La influencia de la música religiosa por parte de su madre, la introducción al rock por el lado de su padre, y la ruralidad de su infancia y adolescencia en Carampangue determinan el trabajo de Ineino.
Dos continentes y varias mutaciones atestiguaron la música enérgica y colorida de Panico (así, sin la debida tilde), la única banda chilena rock de contables avances en Europa. Su historia en Santiago y París supuso desarrollos distintos, aunque unidos en un mismo concepto de música inquieta y mirada global. El grupo iluminó el solemne escenario chileno de los años noventa, y avanzó más tarde en una discografía capaz de combinar la matriz rockera de avanzada con ritmos tradicionales latinoamericanos, como la cumbia y el bolero. Si es por sintetizar, fueron dos sus fuentes principales: el punk, que les enseñó los beneficios del «hazlo por ti mismo»; y la psicodelia, que les recordó que la música debe ser también una experiencia delirante y visual. Su trabajo puede ser considerado como una guía pionera para el rock independiente más tarde asentado en el país.
El prolífico trabajo en la música de este intérprete, guitarrista, compositor y productor ha trascendido la historia de la banda en la que se inició, Electrodomésticos (y a la cual sigue vinculado hasta hoy, entre muchos trabajos paralelos). Carlos Cabezas ha sido un músico arriesgado, guía de una carrera marcada por giros sorpresivos. Sus creaciones profundas y atemporales son difíciles de clasificar, aunque caben siempre dentro de una corriente popular y acotada a los códigos de un rock amplio y adulto, canalizado tanto en discos propios, como en proyectos colectivos y por encargo. Su nombre es referencia generacional e innegable influencia para un modo de hacer rock vinculado al riesgo y la colaboración propositiva.
Pilar de la historia musical chilena, el cantante al frente de Los Jaivas fue por cuarenta años fundador e integrante de ese conjunto sin interrupciones, hasta su súbita muerte en enero de 2003. Sus compañeros lo reconocen como uno de los grandes responsables del espíritu y de la fusión musical de la banda. Fue en ella donde desarrolló su propuesta musical, de la que se desvió pocas veces, como en el año 1997, cuando produjo el disco Magia olvidada de Huaika, la banda de sus hijos, o en 1969, cuando abandonó Los Jaivas para hacer un revelador viaje por América Latina. Su forma de tocar la guitara, el uso de instrumentos de viento y su aguda voz son los ingredientes que convierten su nombre en un imprescindible de la música popular chilena.
Productor, compositor y multiinstrumentista, Camilo Cintolesi desarrolló durante años su labor musical vinculándose a otras bandas, principalmente Tiro De Gracia (de la cual fue parte durante dos años). Acumula hasta ahora dos álbumes solistas (en 2005 y 2010), así como una experiencia breve como gestor de un sello independiente (Maravilla Records). Hijo del músico Vittorio Cintolesi, vivió parte de su niñez en París, y se inició en tempranas clases de piano y guitarra eléctrica. Formó sus primeras bandas cuando aún era estudiante escolar, de entre las cuales la más destacada fue Roma (con la cual publicó Vagomundo, en 1990; y, más tarde, el EP Rock chileno). Cintolesi tiene el título de ingeniero de ejecución en sonido, y como tal asesoró puntuales etapas de las bandas Bambú, Weichafe, Rojo Latino e Índice. Desde 2016 su vehículo de trabajo musical es la Camilo Cintolesi Band.
Una vida profesional dedicada a la traducción era la que había proyectado para sí misma Andrea Telias hasta que, a los 24 años, su destacada participación en la Escuela de Talentos de Alicia Puccio la decidió a profesionalizar su interés por el canto (y, de paso, cambiar su nombre). Telias se inició cantando de modo amateur en reuniones sociales, intentó una carrera musical que no prosperó junto a La Banda del Gnomo (1986-88), y finalmente encontró en la compositora Scottie Scott la alianza creativa que le permitió destacar como solista. Tras presentarse en el Festival de Viña del Mar en 1990, siguió presentándose en vivo, y en el año 2005 participó en el programa Rojo VIP, junto a una serie de cantantes de los '60 y los '80.
Hacia la segunda mitad de la década del 2000, fosfenO se propuso llevar de Concepción a Santiago un rock «estimulante, intenso y ruidista», en palabras de sus integrantes. Debutaron en escenarios penquistas hacia 2005, y no tardaron en publicar un primer EP. Dos años más tarde ya probaban suerte en la capital como residentes. Su único álbum, Arousal (2007), precedió una serie de cambios en la formación de la banda, que continúo con shows dispuestos a defender un sonido asociado al fenomeno lumínico que se apunta en su nombre: «Lo denominamos como posrock somático, pues invitamos al oyente a transformar ondas y vibraciones acústicas en energía, y estados mentales y emocionales».
Entre secuencias, guitarras y teclados se vislumbra —sensual, a veces; potente, otras— la vocalista de Cabaretta, una banda capitalina que debutó en 2006 tras responder por tres años al nombre de Capital, y que tuvo durante su historia entre sus referentes a los grupos de rock o bases electrónicas tipo Depeche Mode, The Cure y Garbage, dedicados a la canción y la melodía.
Una mezcla de cantautor, rockero y cantante pop es Gonzalo Yáñez, músico uruguayo afincado en Chile desde su adolescencia, y quien tuvo su primer acercamiento profesional a la música a través de la banda No me Acuerdo. Fue un grupo de vida breve que contó, sin embargo, en un momento con la producción de Jorge González. Ese contacto motivó más tarde la incorporación de Yáñez como guitarrista invitado de Los Prisioneros. Hoy el joven se desempaña como solista, y compositor y productor por encargo.
Se iniciaron en 2007 con un nombre tan poco manuable como el de "Luis Advis, Cantata Rock Santa María de Iquique cien años después", con los músicos de Chancho en Piedra, Ismael Oddó y Caíto Venegas de Quilapayún, Camilo Salinas y Fernando Julio de Inti-Illimani Histórico". Pero luego su identidad quedó más clara: Colectivo Cantata Rock. Formado para recrear con nuevos arreglos el histórico disco Cantata Santa María de Iquique (1970), desde su estreno lo han seguido presentando ocasionalmente por más de una década, han agregado a sus presentaciones otros temas de la Nueva Canción Chilena, y han editado una canción original.
Vocalista fundador del trío de rock Weichafe, otrora guitarrista de la banda de rock latino Bambú y parte del disuelto proyecto Hueso, Angelo Pierattini tiene un amplio terreno recorrido previo al emprendimiento de su carrera en solitario, iniciada de manera formal en 2008 con su primer disco, y que lo mantuvo muy activo hasta el reencuentro de Weichafe el año 2014. Su camino solista dejó varias canciones que sonaron en radios, bandas sonoras y pequeños escenarios a lo largo de Chile.
A pesar de ser conocido masivamente como un músico de populares orquestas televisivas desde los años '80, la historia artística de Carlos Corales lo enviste con un título muchísimo más contundente que estas simples membresías. Corales es una de las llaves maestras en la instauración de la estética y la música psicodélica, el blues y el rock and roll en Chile desde fines de los '60, a través de su liderazgo del grupo Aguaturbia.
Aunque en un comienzo la tarjeta de presentación de Camilo Salinas estaba precedida por el antecedente de ser el hijo de Horacio Salinas, el director de Inti-Illimani, su multifacético trabajo individual y colectivo forjaron una historia propia. De formación clásica, Camilo Salinas es sobre todo un eximio pianista, pero desde los '90 fue volcando paulatinamente a la música popular. Pettinellis, Chico Trujillo, el grupo Los Bipolares, e Inti Illimani Histórico son algunos de los conjuntos de los que ha sido parte, pero también su nombre figura en decenas de bandas sonoras de películas, series de televisión y obras de teatro. En 2017 presentó Solo piano, su primer disco estrictamente solista.
Pese a ser contemporánea del llamado «boom pop» de los años ochenta en Chile, La Banda del Pequeño Vicio se tiñó de un color más oscuro y propositivo que el de ese apartado, con presentaciones que combinaron música, poesía y artes escénicas; y que hoy son recordadas como un experimento valioso en algo parecido a un rock teatral. Si bien el grupo no buscó figuración en los circuitos comerciales, de su núcleo salieron músicos importantes para el pop chileno de la siguiente década, como Andrés Bobe y Luciano Rojas, que fueron parte de su formación antes de estabilizarse en La Ley.
Fueron una de las bandas rock nacidas en la segunda mitad de los años setenta. Su nombre es una vaga referencia a un brebaje conocido en el altiplano, y su música se desarrolló sobre todo en vivo. Su único disco quedó grabado pero sin posproducción ni edición. Canciones como "Ahí va el loco", "Morena sensual", "Dama tristeza", "Santiago de noche" y "Ven a mí" sí son recordadas por parte de una juventud capitalina adscrita al rock, y que creció en una época adversa para el grueso de las expresiones creativas.
Cristián Espiñeira llegó al pop y al rock como bajista de grupos como Pettinellis y Yeti en una segunda etapa musical después de desempeñarse como contrabajista clásico y de jazz en los ’90. Nacido en Los Ángeles, Espiñeira tuvo sus inicios Concepción integrando una pequeña banda de dixieland penquista como reemplazante del legendario contrabajista Eugenio Urrutia. Si historia musical más determinante se situó en los territorios del rock y el pop, alternando su trabajo de producción como de músico y colaborando en distintas épocas con figuras como Álvaro Henríquez, Francisca Valenzuela o Piero Duhart.
Durante sus seis años de trabajo, EntreKlles levantó una de las pocas expresiones de auténtico rock barrial desarrolladas en el Chile de transición. El grupo surgió en Peñalolén y se mantuvo férreo en la autogestión y los versos de resistencia cultural. La banda se reunió brevemente en el año 2005 para presentar un nuevo disco, cuando ya algunos de sus integrantes destacaban en otras bandas, como Silvestre y La Patogallina Saunmachín.