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Zalo Reyes

Fue un baño de lágrimas el origen de la carrera de Zalo Reyes, el hombre que a partir de los éxitos "Una lágrima y un recuerdo" (1978) y "Con una lágrima en la garganta" (1979) ganó el favor popular chileno, encarnó un fenómeno de masas en 1982 y 1983, y llegó a ser uno de los cantantes más exitosos de esa década, con los impactos radiales "Motivo y razón" (1982), "Amor sin trampas" (1985), "Un ramito de violetas" (1985), "Mi prisionera" (1988) y "María Teresa y Danilo" (1988). Es un heredero de la genealogía de cantantes populares chilenos que empieza con los boleros de los años '60, hermanados con la llamada "canción cebolla", y que sigue con los conjuntos melódicos de la edad de Los Ángeles Negros, Los Galos y Los Golpes. Esa sintonía con el gusto popular le permitió además mantenerse activo y acceder al reconocimiento generacional de un público joven en el nuevo siglo, donde consolidó su categoría de nombre principal de la música popular chilena. Afectado por distintos problemas de salud, en agosto de 2022 falleció a los 69 años. Miles de personas llegaron a su funeral.

Los Reales del Valle

Los Reales del Valle son, junto a Los Luceros del Valle y Los Hermanos Bustos, parte de la punta de lanza de la explosión de la música norteña mexicana en Chile en los años ‘70, y al igual que ellos han cimentado su popularidad en el éxito combinado de los corridos y las cumbias.

Juan Cristóbal Meza

Pianista, compositor y productor, Juan Cristóbal Meza ha sido especialmente autor de música para cine. Inició este recorrido musical con material para teatro, documentales y cortometrajes independientes en los años '80, pero sobre todo se consolidó como autor de bandas sonoras en las décadas de 2000 y 2010. Así escribió partituras para una serie de películas chilenas mayores, algunas de ellas superproducciones como Fuga (2006). La música de Juan Cristóbal Meza se puede apreciar también en cintas como Dawson, Isla 10 (2009), Teresa (2009), Patagonia de los sueños (2013), Neruda (2014) y Pacto de fuga (2020).

Silvia Urbina

La más importante de las fundadoras del grupo Cuncumén junto al cantante y compositor Rolando Alarcón es Silvia Urbina. Parte de la primera alineación de ese conjunto de proyección folclórica a contar de 1955, ella se mantuvo en el grupo hasta 1961, época en la cual desarrolló además el conjunto paralelo de los Cuncumenitos en el que aplicó su oficio de educadora en la formación de niños dedicados al folclor chileno. Cantó y grabó discos a dúo con músicos como Rolando Alarcón y Patricio Manns, y luego se mantuvo activa en diversos escenarios folclóricos. En octubre de 2004 recibió el Premio Nacional de Folclore que entrega el Sindicato de Folcloristas y Guitarristas de Chile, en reconocimiento a su cuarenta años de trabajo como investigadora y profesora.

Clarita Parra

Varios países han escuchado la voz y la guitarra de Clarita Parra, una cantautora e intérprete vinculada a la música desde la genética familiar, pues, como hija de Eduardo Lalo Parra, es parte de la segunda generación de parientes activos en la música. Ocupada primero en la recreación de repertorio ajeno, con el tiempo la autora fue desarrollando un cancionero propio, en parte cronístico y en parte folclórico. Su repertorio abarca sobre todo cueca, trova y fusión latinoamericana, y se cruza en varios momentos con el de su padre, con quien llegó a grabar varios discos. En 2024, Clarita Parra recibió el Premio a la Música Presidente de la República, distinguida en el ámbito de la música de raíz folclórica.

Miguelo

Miguelo es uno de los nombres más recordados de la abundante oferta musical de la televisión de los '80. En esa escena poco diversa el cantante se distinguió por su informalidad y el uso de baile y sensualidad en sus presentaciones en vivo. Su gran hit fue "Filo contigo", una canción con una escasa rima, pero donde el uso de una expresión juvenil de moda ("dar filo", es decir "castigar con la indiferencia") la convirtió en un fenómeno pop. El año 1985 Miguelo sonó en radios y estuvo en televisión, y en 1986 llegó al Festival de Viña del Mar. Sus canciones son esenciales para describir y comprender la música chilena de la década de 1980.

Jaime de Aguirre

Conocido mucho más en su rol como ejecutivo de televisión, Jaime de Aguirre fue durante los años setenta y ochenta un nombre de inequívoca asociación a la música chilena. Como ingeniero, productor y compositor se involucró entonces en decenas de producciones locales, si bien nunca en un crédito protagónico. "Chile, la alegría ya viene", el canto que simbolizó la campaña del No a Pinochet es su composición más famosa e importante. Treinta y cinco años después, y tras su paso por la televisión, De Aguirre llegó a ser ministro de las Culturas del gobierno de Gabriel Boric durante un período en 2023.

Amparito Jiménez

Amparito Jiménez  es una cantante colombiana arribada en los años '60 a Chile, y desde entonces fue una pieza fundamental en la historia de la cumbia en el país, donde ganó el apodo de "Reina de la cumbia" y ha sido reconocida por ser la primera en popularizar ese ritmo en su vertiente folclórica colombiana. Entre sus mayores éxitos en el país se cuenta "La pollera colorá", de autoría de los colombianos Wilson Choperena y Juan Madera Castro. Amparito además colaboró con músicos locales y los nutrió de repertorio, hasta que, avanzados los '70, paulatinamente se retiró de la vida profesional de la música. Desde hace varios años reside en La Serena, donde ha vinculado su quehacer artístico a su vocación religiosa y ha participado ocasionalmente en grabaciones con músicos jóvenes.

Keko Yunge

Keko Yunge debutó en 1984 como cantante en Sábados Gigantes, en un oficio que él ejercía en pubs, alternando covers - el repertorio habitual de esos espacios- con temas propios. El sello RCA le ofreció entonces grabar un disco, sus canciones ingresaron a las radios y así, un poco de golpe y cuando tenía 22 años , inició una carrera profesional como músico, fundamentalmente con canciones de amor, pero también con temas sociales y reflexiones generacionales. En 1994 presentó el que tal vez es mayor hit de su historia, “Pensando en ti”, parte la banda sonora de una teleserie de TVN, y al año siguiente actuó en el Festival de Viña del Mar por primera vez. Su actividad musical ha pasado por distintos periodos de intensidad, pero sigue siendo un músico activo, que desde los años 2000 se acercó a temáticas ecológicas y a otros géneros musicales.

Roberto Bravo

Dueño de un sitial entre los pianistas más destacados de Chile y América Latina, Roberto Bravo ha desarrollado una formación desde comienzos de los años '60 con maestros como Rudolf Lehmann y Claudio Arrau y en conservatorios de Varsovia, Moscú y Londres, pero también ha cultivado una dedicación por la música popular. Esa vocación se ha manifestado tanto en los repertorios de sus conciertos, en los que suele incorporar arreglos instrumentales para obras populares latinoamericanas, como en parte de su discografía, en la que ha grabado composiciones de autores como Silvio Rodríguez, César Isella, Luis Advis, Víctor Jara, Violeta Parra, Pablo Milanés y Astor Piazzolla en su serie de discos Para mis amigos.

Julio Numhauser

"Cambia, todo cambia" ha sido el gran aporte solista de Julio Numhauser al cancionero popular chileno, pero su trabajo musical ofrece vertientes más amplias y diversas que las de la pura cantautoría. Junto a los hermanos Julio y Eduardo Carrasco, Numhauser fue uno de los tres fundadores del grupo Quilapayún, y alcanzó a estar con ellos hasta su primer álbum, en 1967. Fue él quien buscó el nombre del conjunto y estableció el contacto con su primer director artístico, el cantautor Ángel Parra. Luego de su partida,  comenzó una larga historia musical con diversos conjuntos en los que siempre fue el compositor principal. Destaca entre ellos sobre todo el dúo Amerindios, uno de los nombres más frescos del movimiento de Nueva Canción Chilena.

Nené Lecaros

Inés del Carmen Lecaros es la hermana menor del clan de músicos vinculados al jazz y que comandan Roberto (n. 1944), Mario (n. 1950) y Pablo (n. 1957). Aunque ella se acercó al reperotorio standard desde su primera actuación en público en 1977 en una jam en el Club de Jazz donde interpretó un tema de Charlie Parker en estilo vocalese, su historia musical la vincula a la composición y autoría de canciones latinoamericanas de raíz y más sobresalientemente a la inspiración de la bossa nova en su creación personal.

Óscar Parra - Canarito

Las andanzas con sus hermanos mayores y la vida nómade y busquilla que marcó a todos los Parra Sandoval determinaron que la vida de Óscar Parra estuviese dedicada, sin alternativas, al arte popular. Aunque su oficio principal fue el circo —donde fue conocido como Tony Canarito— el hermano menor de Violeta, Nicanor y Roberto ofició también como cantor, y hasta levantó una breve discografía. Diversos proyectos de investigación ordenaron la fascinante biografía de quien se describía a sí mismo como «el Parra menos Parra».

Gloria Benavides

La primera niña solista de la música pop chilena fue Gloria Benavides. Surgida en el marco de la Nueva Ola, junto a otras precoces figuras de la canción como Marisole y Mireya Gilbert, la cantante dejó como hit para el cancionero popular el tema "La gotita", y se fue alejando paulatinamente de la música para convertirse en comediante televisiva. Desde ese oficio ha desarrollado varios personajes, con los que ha trascendido incluso más que su carrera musical.

Chamal

En un punto intermedio entre los maestros de la proyección folclórica chilota y las nuevas generaciones dedicadas a esa música está Chamal. Fundado en 1968 bajo la influencia de recopiladores como Héctor Pavez, Gabriela Pizarro y Millaray, desde 1975 el conjunto mostró una presencia principal en la música folclórica que estuvo en la base del Canto Nuevo, y de hecho su primer LP, Tierra de alerces (1976), fue también el primero de la historia del sello Alerce, principal promotor disquero de ese movimiento. Con varios discos publicados y frecuentes giras al extranjero desde 1988, Chamal mantiene vigente la proyección de los cantos y las danzas de Chiloé después de cuatro décadas de trabajo.

Luis 'Chino' Urquidi

Pese a nunca haber recibido instrucción formal como músico, Luis Chino Urquidi se hizo cargo de al menos dos de los más exitosos proyectos de canción popular desarrollados en Chile a partir de los años sesenta. Como fundador de Los Cuatro Cuartos y Los Bric-a-Brac, Urquidi destacó como un talentoso arreglador y pianista, hábil en la armonización de voces y en la elección de un repertorio que fue a la vez masivo y propositivo. Su aporte fue fundamental para el desarrollo de música a nivel popular capaz de ser, también, rigurosa en las armonías. Su inicial interés por el jazz derivó con los años en su investigación del folclor y el pop. Sus socios artísticos incluyeron a gente como Pedro Messone, Las Cuatro Brujas y Los Hermanos Zabaleta.

Los Marginales

Aunque su historia suele quedar fuera del radar de los medios, Los Marginales está entre los nombres fundacionales del rap chileno, y su actividad, desarrollada en Santiago desde fines de los años 80, precedió al momento en que el género llegó a radios y grabaciones profesionales. Fue una apuesta hip-hop que avanzó entre escenarios callejeros, grabaciones caseras, difusión boca-a-boca y resistencia política dura, con una dictadura aún en ejercicio. De todos modos, consiguieron no sólo ser una inspiración importante para muchos raperos de futuro prestigio nacional, sino también firmar el primer contrato discográfico de una banda hip-hop chilena con un sello multinacional. Su único cassette, Marginal, se publicó en 1992.

Antonio Smith

Un camino de búsqueda, musical y filosófica, encauzado primero en los grupos Congregación y Sol de Chile, y más tarde en diversos proyectos a solas (bajo seudónimos como Awankana y Senchi) ha sido el de Antonio Smith. Su creación musical ha estado vinculada desde un inicio a un cuestionamiento más amplio sobre la vida, la trascendencia y la deriva humanista; y así ha quedado registrada en los discos grabados por él a lo largo de cinco décadas, principalmente en Argentina, donde llegó en 1973. Es música por completo ajena a la dinámica promocional, que, en palabras de su autor, conforma un lenguaje de síntesis y magia «para penetrar en las dimensiones ocultas de palabras simples».

Cometa

Si en los '70 los experimentos chilenos tuvieron a los grupos Aquila y Fusión como los primeros y prácticamente los únicos exponentes del nuevo jazz, las referencias durante la década de los '80 están dirigidas al legendario ensamble jazz-rock Cometa, según advierte el musicólogo Álvaro Menanteau en su investigación Historia del jazz en Chile (2003). Allí el académico recoge la relevancia e influencia que tuvo Cometa dentro de una nueva edad para el jazz, como punto de confluencia para una generación completa músicos que encontraron en los instrumentos electrificados su creatividad.

Q.E.P.

Pocos grupos se ajustaron tan bien a los requerimientos del llamado boom pop de los años ochenta en Chile como Q.E.P., el cuarteto de las ágiles y adherentes "Johnny Peineta" y "Otro día más en la ciudad". Con ganas de introducirle color a un momento en que la trova del Canto Nuevo teñía a parte de la canción joven chilena de una opaca y doliente melancolía, sus integrantes se ajustaron a los grandes escenarios que ofrecía el Chile militarizado, dispuestos, incluso, a combinar difusión musical y vida privada (a la manera de los suecos ABBA, el grupo mantuvo un tiempo a dos parejas sentimentales). Luego de grabar dos discos y ofrecer conciertos por todo Chile, Q.E.P. terminó su sociedad, dejando el rastro del trabajo musical solista de algunos de sus miembros.