Pop

Diversa por definición, la música pop apela sobre todo a un vínculo con el oyente, por sobre un tipo de sonido o un estilo. Pop como abreviatura de "popular", esta música tiene como pocas un objetivo, el de generar identificación con la audiencia por medio de ritmos contagiosos, melodías recordables y composiciones de duración ajustada a los estándares de difusión de medios como la radio y la TV y, sobre todo, a los requerimientos de una industria que necesita vender canciones a ese gran público. Como tal, se puede dar con eficacia en los más diversos campos. La Nueva Ola de los años '60 es una de las primeras manifestaciones generacionales de música pop chilena, y desde entonces han continuado en esa senda baladistas y cantantes popularizados por la televisión así como diversos músicos y productores que han aplicado los sonidos del rock o las bases electrónicas a esta música.

Lanza Internacional

Con estructura de clásico "power trío", y canciones que evocan a ratos el sonido de los años '80, Lanza Internacional es el nuevo grupo de los dos hermanos Durán, compositores del desaparecido grupo Los Bunkers, que el 2014 cerró su historia cuando ya llevaban varios años radicados en la capital mexicana.  Desde entonces, la dupla de músicos permaneció en esa ciudad, actuando como colaboradores y productores de nombres como el cantante mexicano Pepe Aguilar y Los Ángeles Negros, mientras trabajaban a puertas cerradas un nuevo proyecto con el músico mexicano Ricardo Najera en la batería. A mediados de 2017 lanzaron su primera canción, "Mala fama" y comenzaron a presentarse en vivo.

Daniel Guerrero

En 1986 y mientras era todavía un estudiante de secundaria, Daniel Guerrero conoció a Pablo Castro en el colegio San Agustín, de Ñuñoa. Juntos formaron el dúo La Sociedad, proyecto con el que lograron considerable éxito en Chile y en algunos otros países, gracias a una renovada fórmula de pop romántico. Ha sido ése el molde que más le ha servido a Guerrero en su carrera solista, a partir de la disolución del dúo, en el año 2001. Tres discos produjo en ese tiempo solista, cuando además convirtió en un reputado productor y compositor.

Muriel Valle

A la zaga de las cantantes de jazz más reconocidas de la década de 1990, como Rossana Saavedra y Claudia Acuña, una joven Muriel Valle comenzó a aparecer en un circuito alternativo al epicentro del Club de Jazz. Sin embargo fue ella la que primero editó un trabajo de canciones norteamericanas, como voz iniciada en este campo: en 1999 autoprodujo y publicó el disco Standard jazz y blues, a dúo con el guitarrista Christopher Fox. Casi como un "eslabón perdido" del canto jazzístico, Muriel Valle conectó a dos generaciones de cantantes: la de los años '90 y la que surgió en los tempranos años 2000 con Myriam Olivares y Alexandra Inzunza.

Benito Cereno

Muchas veces aportó canciones el periodista y realizador audiovisual Álvaro Díaz a proyectos con nombres de banda o a discos de amigos músicos. Y cuando se decidió a debutar con su propio cancionero en disco tampoco quiso ocupar su propio nombre, sino resguardarse en un seudónimo literario (Benito Cereno es una novela del estadounidense Herman Melville), como separando aguas entre sus muchas actividades y proyectos creativos.

Daniel Chiang

Desde la guitarra eléctrica y el rock-pop, Daniel Chiang apareció en una escena indepedendiente como cantautor con material como "Renacer" y "Letras por pistolas", primeros resultados de un trabajo de composición que lo llevó a grabar un álbum debut con el sello Pez Records y la mirada del productor Christian Gálvez, músico de jazz que ha colaborado con Chiang. Con estudios tempranos en el Conservatorio de la Universidad de Chile, y luego de música en la Escuela Moderna de Música y de sonido el Uniacc, Chiang viajó a la escuela de Berklee, en Boston. Sus discos son Letras por pistolas (2011) y Géminis (2016), que presentó singles como "Tus trampas" y "Mucho que dejar". En el intertanto de ambos títulos, grabó un álbum en directo con material propio en versiones acústicas y eléctricas con banda, y ya en 2019 Chiang anunciaba un tercer disco de estudio con la canción "Nos volvemos a encontrar", producida por Leo García.

Masticables

Masticables fue el grupo que formó la cantante y vibrafonista Esperanza Restucci, hija del músico de fusión Antonio Restucci, antes de cumplir los veinte años, en una escena de abundancia para el pop de los '90. El proyecto funcionó por apenas cuatro años pero presentó a la joven figura en sociedad, como compositora de canciones, voz principal e intrumentista. La banda se formó con el baterista Víctor Larraguibel, el tecladista Miguel Celis, el bajista Marcelo da Venezia y el guitarrista y Angelo Pierattini, músicos que luego formaron Weichafe. Se presentó en un circuito de la época, dominado por escenarios como Laberinto, La Batuta, Tomm Pub y los festivales de rock en Balmaceda 1215, donde Masticables fue seleccionada como una de las seis bandas de 1997. Luego de la disolución del grupo, Esperanza Restucci inició sus estudios de canto lírico, que la llevaron tiempo después a radicarse en Alemania.

Makiza

Makiza es un nombre fundamental del hip-hop chileno de la primera década del siglo, y su legado de tres discos abrió nuevas vías de influencia para el desarrollo del género en el país. Su interrumpida carrera puede resumirse además en una frase con la que alguna vez el propio grupo definió su relación: «En el amor puede pasar cualquier cosa». Con sucesivos períodos de separación y reunión, el grupo concluyó definitivamente su romance a mediados del año 2006, luego de un destacado e influyente trabajo de casi una década; el cual hoy destaca no sólo por la alta calidad de sus grabaciones, sino también por haber impulsado el desarrollo de músicos más tardes destacados de sobra de modo solista o en otros proyectos, incluyendo a Ana Tijoux, Cenzi y Seo2.

Rock Hudson

Ejemplares de lo que alguna vez llegó a denominarse "electrónica orgánica", Rock Hudson le dieron a la banda una categoría propia a partir de una música hecha con las propias manos por sobre los sonidos digitales, los beats y las muestras cut-and-paste. La banda fue una plataforma musical para el notero de TV Fernando Lasalvia y llegó a publicar dos álbumes en esa primera época de actividad, suspendida luego durante dos décadas y que desembocó en un regreso a los escenarios y al disco.

Vonerick

En medio de la moda del britpop, Vonerick levantó sus primeros acordes. Un único álbum (Eterno milagro, en 2003) y dos minidiscos (los EPs Selva y Quiero tener un amplificador con las perillas de una cocina), fueron el balance de su trayectoria. «El disco tiene canciones más rápidas, pegajosas a la primera. Lo que hemos creado después está más ligado al intimismo y la nostalgia», explicaron sobre su sonido. Después de recorrer varios locales santiaguinos, hicieron promoción en medios mexicanos como Rocksónico, pero Vonerick terminó por diluirse poco más tarde, sin plasmar más de esos nuevos sonidos nostálgicos.

Oddó

A los 23 años, Ismael Oddó Arrarás, vale decir Oddó a secas, ya había pasado por dos bandas (como bajista de Alamedas y de la banda de soporte de Francisca Valenzuela), y tiene un catálogo de canciones pop con una significativa difusión en radios y en vivo. Desde el año 2015 torció su sonido al reguetón, lanzando varias canciones de ese estilo.

Picnic Kibun

Integrantes de inquietudes musicales diversas dieron forma a Picnic Kibun, un grupo que durante más de una década de vida llevó adelante un pop explorativo, bien recibido en el ambiente indie de Santiago, descrito por una nota de prensa como «música hecha de bases electrónicas bailables, rimas, ritmos de reggaetón y letras desinhibidas, entre otros ingredientes». Algunos hitos de su historia incluyen haber ganado  en 2007 el concurso "Nuevos Sonidos" organizado por el sitio Super 45, la publicación de un álbum y varios EP,  la musicalización de una serie para televisión (Transantiaguinos) y la creación de un sello propio, ENDMK. El grupo mostró diferentes formaciones (de cuarteto, trío y dúo), por las cuales se asomaron músicos luego destacados en otros proyectos, como Rubio y Blit. Hubo una breve rearticulación del proyecto hacia 2021, cuando Tatsu Jones, desde Londres (Inglaterra), y Juan Necochea, en Boston (EE. UU.), trabajaron nuevos singles, aunque a gran distancia geográfica uno del otro y de Chile.

María Perlita

La apertura de los shows de la francesa Olivia Ruiz en Santiago, Puerto Montt y Concepción en 2006 presentó en escenarios a María Perlita, el nombre con el que la cantautora Daniela Jordán ha elegido mostrar, en Chile y Europa, su música levantada sobre guitarra, piano y voz. La compositora define sus canciones como «bien rockeras» pero afirma su opción preferencial por lo austero, lo que ha quedado expuesto a través de discos como Panc (2007), realizado durante un tiempo de vida en París, y Moneditas (2014), ya de regreso en Santiago de Chile.

María Francisca

Un extenso período de estudio de piano clásico desembocó en la identitaria propuesta de María Francisca Pérez cuando ella pasó a tomar el nombre artístico de María Francisca —a secas— y emprender un proyecto pop como solista, fundamentado en su instrumento sanguíneo. Desde 2011 sus canciones pianísticas tomaron forma y significado, y así la cantautora entregó un primer repertorio en el autobiográfico disco Mis regalos.

Emilia Borlone

Actriz, cantante y autora, Emilia Borlone es un nombre de la música independiente con aspiraciones masivas surgidas en el turbulento período que acompañó al estallido de 2019 y la pandemia de 2020. Varias de sus canciones, como "Dragón de fuego" o "Qué voy a almorzar", responden a esas experiencias de contexto. Con una natural proximidad al pop radial, la bossa nova, el soul y el folk, pero también a una música que se acerca al folclor, Emilia Borlone se ha distinguido más que nada como cantautora, con un repertorio fundamentado en vivencias propias. Su primer disco resume todo ese período que comenzó a surgir ya en la adolescencia. Rota (2022) incluye colaboraciones de Pedropiedra, Charly Benavente y Celeste Shaw, y presenta canciones como "Petirrojo", que marcaron su primer rumbo tanto musical como de escritura de letra. Por ese tiempo radicada en México, Emilia Borlone pasó de sus presentaciones a solas o a dúo a una banda conformada solo por mujeres.

Tatiana Bustos

De cantante romántica a comienzos de los años '90 a agresiva rockera poco tiempo después, Tatiana Bustos intentó hacer encajar su contrastante propuesta musical con el gusto del público masivo y, a la vez, con los circuitos asociados al rock. Con el mérito extra de ser autora de sus temas y contar con la producción del experimentado Juan Andrés Ossandón, Bustos dejó una balada para el cancionero popular chileno como "Sinceridad", su tema más reconocido y con el que logró un triunfo en el Festival de Viña del Mar de 1993. Ya en los años 2000 debió enfrentar diversos prejuicios y ella cambió de vida para dedicarse a la crianza y a su carrera profesional.

Jorge Caraccioli

Jorge Caraccioli es al jazz vocal masculino lo que Rossana Saavedra al femenino: una figura difícilmente alcanzable en términos de swing adquirido en el ADN, manejo de lenguaje y técnica sobresaliente, y que no tuvo más maestros que su propio instinto. Pero durante mucho tiempo Jorge Caraccioli vivió entre las cuatro paredes del estudio de grabación, en el negocio de la música publicitaria y sin salir a los escenarios reales.

Sol Azul

El enorme hit “Atrévete a amar” dejó a Sol Azul como la parada más exitosa en la trayectoria musical de la cantante Sol Aravena, quien sin embargo se ha ocupado más larga y consistentemente en el proyecto Muza. Sol Azul fue una sociedad breve entre Aravena y Juan Pablo Quezada, músico vinculado principalmente a la música new-age y de fusión étnica bajo el seudónimo Prabha.

Bahía Inútil

El proyecto musical liderado por la destacada actriz y dramaturga Manuela Infante es Bahía Inútil. El grupo tomó forma con la grabación de su primer disco, montado en un estudio casero de Punta Arenas durante el verano de 2011. Allí se registraron un puñado de canciones de tono melancólico, todas cantadas en inglés (Infante vivió su parte de infancia en Canadá), y que luego contó con la producción de Fernando Milagros, parte del grupo durante unos años. Es un trabajo que su cantante asegura que «surge del placer de cantar y llorar cantando». Su nombre es una referencia a una zona de Tierra del Fuego que se llama justamente así (por ser un sector que, aunque geográficamente es una bahía, no tiene los requisitos para albergar barcos), y que conjuga bien el concepto de su música: «Un territorio que se caracteriza por ser de pura desolación y silencio, pero, a la vez, grandioso y sobrecogedor. Un espacio que no sirve para más que emocionarse».

Superbanda de los '80

La nostalgia de sus músicos y de un cierto público adulto son el sustrato de la Superbanda de los '80, un peculiar proyecto de pop que agrupa a vocalistas e instrumentistas de grupos exitosos del llamado "boom pop" de los años '80 en el país. Desde 1999, se presentan en escenarios a lo largo de Chile, alternando la actividad con largos períodos de receso. Paralelamente, cada uno de los músicos ha protagonizado puntuales presentaciones con sus bandas originales.

K-réena

K-réena es un pseudónimo de absoluta fantasía funky utilizado por la cantante Katherine Macarena Contreras Contreras, como representación fonética de una contracción entre sus dos nombres. K-réena pertenece a la camada de artistas vinculados al R&B que aparecieron con decisión en la segunda mitad de los años 2000: Loretto Canales, Go, Rulo, Consuelo Schuster, Martina Lecaros, Mistysa, Celeste Shaw, Carito Plaza, Capy o Ignacio Torres.