Fusión latinoamericana
Más un instinto que un estilo, más una tendencia múltiple que un movimiento formal, la fusión latinoamericana es una expresión que permite designar los diversos resultados que generaciones de creadores, músicos y grupos chilenos han obtenido durante cinco décadas a partir del cruce entre las ricas fuentes de la música del continente adoptadas en Chile. Como método y espíritu tiene una genealogía que puede remontarse a los intentos de folclor panamericanista previos al Neofolklore de los '60, y que luego pasa por la fusión de conjuntos de la Nueva Canción Chilena, se mezcla con el instinto del rock y llega hasta compositores, intérpretes y conjuntos de la actualidad, abiertos al jazz, la música basileña y las raíces europeas.
La cantautoría de vocación acústica y el espíritu trovadoresco son elementos que animan el trabajo de José Manuel Lattus, uno de los muchos solistas iniciados a partir del siglo XXI, quien ha estampado sus composiciones en cuatro discos de estudio y un registro en vivo.
El clan de los hermanos Cuturrufo, reconocidos músicos de Coquimbo, proyectaron su idea de una música contemporánea mestiza y terrenal, que utilizara las raíces del Norte Chico, desde la ancestralidad diaguita a las fiestas patronales, a través del ensamble denominado Cutus-Clan. Los Cuturrufo fueron históricamente una familia religiosa, devota del culto mariano y sus integrantes activos peregrinos al santuario de la Virgen del Rosario de Andacollo. Así fue como el compositor y percusionista Rodrigo Cuturrufo (n. 1968) llegó a crear primero el grupo Vernáculo, cuya música se planteó como ofrenda a la “Chinita” (Viva la Chinita de Andacollo, 1999). El Cutus-Clan representa la otra vida de los Cuturrufo, la de las boites, la cumbiamba, es decir la movida de la cumbia nortina, la improvisación jazzística y el rock.
Con una vida en la ciudad de Gotemburgo, en Suecia, el bajista, compositor y profesor de música Gabriel Aguilera desarrolló diversos proyectos en torno a la música de fusión, el jazz y las raíces folclóricas, primero observando desde Escandinavia la obra de los próceres del canto popular, Violeta Parra y Víctor Jara, y luego como autor de una música en el campo de la fusión y los mestizajes. Su vida previa al año 2011, cuando se radicó en Europa, transcurrió en la Quinta Región. Tuvo estudios de pedagogía en la Universidad de Playa Ancha al comenzar el milenio, y luego un estrecho vínculo con el bajo eléctrico de seis cuerdas, que sería determinante como instrumento y sonido en su etapa siguiente. Estudió con maestros como Marcelo Córdova y más tarde René Moris. Otros profesores del eje Valparaíso-Viña del Mar en su ruta como músico, intérprete y compositor, fueron el guitarrista Eduardo Orestes, el baterista Boris Gavilán y el pianista Gonzalo Palma. Cercano al credo evangélico, también practicó música religiosa, y ya en 2019 debutó como nombre propio y solista desde Suecia con el álbum programático Desde mis sueños, al que en 2020 le siguió un autoral Cuando te fuiste.
Con una palabra que en mapudungun significa «la llave del saber» y que fue además el nombre de la recordada editorial estatal durante el gobierno de la Unidad Popular, Quimantú es en tercer término el conjunto fundado en 1981 en Londres por el compositor y cantante Mauricio Venegas Astorga. Iniciado para cultivar la música andina en Inglaterra, país adoptivo de Venegas desde 1977, Quimantú se dedicó luego a la fusión de la música latinoamericana con las raíces celtas y europeas en general. Es un conjunto activa hasta hoy, parte esencial de cuyo trabajo reside en el contenido de reflexión social en sus creaciones y proyectos.
La música fue inspiración familiar en el caso de Jaime Atria Rosselot, cantautor solista, productor, compositor e integrante de varios grupos; hijo del famoso autor de "La consentida" y "Noche callada", Jaime Atria. Festivales de la canción estudiantil fueron su espacio más prolífico de difusión durante los años setenta, aunque han sido voces ajenas las que más han dado a conocer sus composiciones. Gente como Alberto Plaza, Magdalena Matthey, Eduardo Gatti, Juan Carlos Duque, Gloria Simonetti, Pedro Messone y Osvaldo Díaz han grabado canciones suyas.
Bordemar es uno de los más importantes grupos chilotes en actividad. Su cultivo del folclor de la isla —aunque con citas a otros géneros populares, como el jazz o el pop— ha sido ininterrumpido desde mediados de los años ochenta, y ha fortalecido una discografía de ineludible referencia para cualquier interesado en el género.
Saxofonista de todos los registros, soprano, alto, tenor y barítono, además de la flauta traversa, Jaime Atenas Sánchez es reconocido como una de las torres del grupo Congreso. Allí llegó como un joven músico de la Quinta Región para grabar el disco Pájaros de arcilla (1984) y desde entonces fue un referente en el sonido en transformación y consolidación para el conjunto. Pero su historia como nombre propio lo sitúa en el amplio abanico de músicas, como saxofonista en orquestas de baile y televisión y también en bandas de jazz-rock y ensambles de cámara y orquestas sinfónicas, donde mostró un amplio conocimiento de los lenguajes musicales junto con la diversidad de los timbres de sus instrumentos.
Ha sido desde el campo de la investigación que José Pérez de Arce ha llegado a la composición e interpretación musical. Sus más interesantes proyectos al respecto están muy lejos de un ámbito docto o de lo que habitualmente se entiende por vanguardia. La gran pasión en su vida de investigador y musicólogo autodidacta ha sido conocer el mundo indígena y vernáculo, con trabajos pioneros en áreas como la música mapuche, los bailes chinos, y la instrumentación de tribus precolombinas. Además, Pérez de Arce desarrolla desde principios de década un señero trabajo de difusión del guitarrón chileno, el cual descubrió junto al cantor popular Santos Rubio y que guió su trabajo en el disco Nometomasencuenta, cruce entre esa tradición campesina y canciones del repertorio rock latinoamericano.
La creación de una música propia a partir del aprendizaje del folclor es el camino emprendido por Natalia Contesse para instalarse entre las voces de la canción chilena actual. Después de sondear en las raíces musicales latinoamericanas y del mundo durante años y con diversos grupos previos, ha grabado como solista los discos Puñado de tierra (2011) y Corra la voz (2013), poblados de canciones con influencias de la cueca, la tonada y la décima entre otras tradiciones, y ha cantado en escenarios de Argentina, España, Francia, Inglaterra e Italia. La cantante aglutina además a diversos artistas vinculados al folclor en la Escuela Creativa de Artes, Folclor y Oficios, escenario que desde 2009 dirige en la comuna santiaguina de La Reina.
Nacido en 2005 en la Escuela Moderna de Música, donde sus integrantes se estaban formando, Mainumbi apareció en una nueva escena de música de fusión de la época que estaba poniendo atención en la diversidad y el colorido del continente americano. Alrededor del compositor y cantante Jorge Torres Benapres, la banda incursionó en la salsa como eje central, aunque esta fue igualmente transformada a partir de la mezcla con otros estilos afrolatinos, además de jazz, funk, rock y toda una gama de ritmos que se pueden encontrar en América Latina, lo que desembocó en el concepto de "salsa fusión".
Folk, trova y rock es el triple santo y seña válido para la carrera que este grupo desarrolló por más de una década entre el rock chileno. «Folklor sin poncho, trova sin aburrirse y rock sin gringuerias», precisan ellos en su promoción, y FTR es la sigla con la que han editado parte de sus discos. El grupo mantuvo una misma formación durante su historia, y su discografía consiguió exponer dos dimensiones paralelass, entre la acústica y la eléctrica. Elementos andinos, africanos, afroperuanos y mapuches se funden en el sonido de la banda, sin equivalentes entre los grupos de su tiempo.
Vanessa Álvarez Gudenschwager es Vane Arrebol, inquieta cantautora de la región de Los Lagos que ha experimentado en una propuesta contemporánea, sustentada no solo en el folclor de su tierra, Puerto Montt y el archipiélago de Chiloé, sino en las influencias de su época, el pop y cierta aproximación a la música experimental. Los estudios de piano clásico que adquirió en su niñez con el profesor Emilio Luppi en Puerto Varas fueron decisivos en su arranque como compositora de una música mayormente expuesta con el piano. También acordeonista y guitarrista, y alumna de canto de voces de distinta raigambre como Francesca Ancarola y Arlette Jequier, sus canciones recorren esos mundos del canto a solas y la música para agrupaciones mayores de fusión. Su primer álbum es Ventana al sur.
Desde inicios de la década de los 2000, Ana María Barría apareció como activa intérprete de música popular brasileña (MPB) y también como cultora de flamenco. Lideró distintos proyectos, en un abanico de múltiples variantes musicales: desde tríos eléctricos de MPB y bossa nova, hasta ensambles de cámara de música contemporánea brasileña y duetos vocales-instrumentales. Sus primeros contactos con la música chilena llegaron a su natal y lejano Puerto Aysén con el arribo tardío del Canto Nuevo y grupos de fusión como Congreso y Fulano, donde la agresiva performance de Arlette Jequier sería para ella una influencia.
Formado en el clarinete clásico, aventurado más tarde en la improvisación, consolidado en el jazz y proyectado en la fusión e incluso en la cantautoría, Mauricio Barraza ha sido un exponente contemporáneo dedicado del clarinete y el clarón. Otros solistas de jazz como Andrés Pérez y Diego Manuschevich, lo utilizaron como alternativa al saxofón. Pero en el tránsito del tiempo Barraza pasó de una música a otra, para combinar aspectos del jazz, la música docta y el pop en el disco Baladí (2017).
Reconocida periodista, conductora de televisión y locutora radial desde la década de 1990, Tati Penna inició su historia musical como integrante del grupo Abril cuando tenía 18 años. Era estudiante de Periodismo y llamó la atención por su poderosa voz de contralto. Fue solista de una formación que se hizo parte de los circuitos del Canto Nuevo con un repertorio de raíz latinoamericana, grabó un cassette y compitió en la competencia folclóricoa del Festival de Viña del Mar de 1982, con la "La semilla", de Pato Valdivia. Luego de la separación del grupo, inició una carrera propia como cantante que mantuvo intermitentemente, durante el tiempo en que se convirtió en conductora de televisión.
Congreso es un nombre fundacional en la suma del rock chileno con el folclor, un protagonista en la llamada "música de fusión" y un conjunto esencial en la identidad musical chilena. Su solidez y su convicción le han permitido sobrevivir a la falta de espacios tras la llegada de los militares, y a la irregular difusión de sus canciones. Como pocos, el conjunto goza del unánime respeto en la comunidad musical, y ha visto pasar por sus filas a varios de los más destacados instrumentistas del país. Superando los 50 años, el grupo sigue saludable y vigente, componiendo canciones, grabando discos y presentándose en vivo dentro y fuera de Chile.
Gabriel Parra nunca fue un baterista convencional, y por eso su muerte se define hasta hoy como un golpe irreparable para la biografía de Los Jaivas. Por técnica, carisma, liderazgo y creatividad, el músico se convirtió en uno de los pilares de la creación popular chilena, y el impacto ante su talento cundió varias veces entre especialistas extranjeros. Incontables instrumentistas jóvenes locales aseguran haber decidido su vocación luego de ver en vivo la fuerza incombustible del que es considerado, casi sin disidencia, el mejor baterista de nuestra historia. Cada 25 de julio —su nacimiento— se conmemora el Día del Baterista y Percusionista Chileno.
Conjunto de música latinoamericana activo entre 1995 y 1998, e integrado por estudiantes de pedagogía y otras carreras universitarias. En paralelo con Coré, Episodio fue uno de los nombres que en los años 90 recogieron el legado musical de grandes figuras de la Nueva Canción Chilena, y editaron la señera grabación en cassette Equipaje al sur (1995). Un segundo disco quedó inconcluso. El grupo fue una cantera de músicos que luego reanudarían su trabajo en otros conjuntos. Durante la última época de actividad, Rodrigo Bobadilla se unió al grupo Parabellum, que acompañaba a Patricio Manns, y luego siguió con Juan González en Sur-Gente. La misma dupla entre Bobadila y González se unió en 2003 a una nueva versión de Aranto, el conjunto dirigido por el experimentado músico Fernando Huaso Carrasco. Pablo López y Fabián Fuentealba dieron forma al dúo López-Fuentealba, mientras el guitarrista Eladio Alfaro inició una carrera como solista.
Jorge Bravo ha sido uno de los más importantes solistas del flamenco chileno fuera de nuestras fronteras, tal y como ha ocurrido con otros nombres en esta modalidad guitarrística, como Carlos Pacheco Torres (en Córdoba) Claudio Villanueva (en Madrid) y Andrés Hernández (en Sevilla). Instalado en Londres desde 2005, Bravo se ha desdoblado desde el flamenco al jazz gitano y a la música sudamericana sumando credenciales en distintos frentes, tanto como instrumentista como profesor.
Por supuesto en un juego de palabras entre el jazz como lenguaje musical adoptado desde su propia realidad y la estación televisiva catarí Al Jazeera, el grupo talquino All Jazzera ha desarrollado una propuesta de fusión libre, mezclando en su música sonidos y elementos diversos que van desde el jazz y el funk hasta el rock y el rap e incluso elementos de la música mapuche.