Funk y soul
Si la música soul elevó el alma hacia un cielo propio, el funk trajo al cuerpo de vuelta a la tierra. Soul significa “alma”, mientras que para la juventud de color en Estados Unidos la palabra funk significaba “cuerpo”, o más estrictamente, el aroma que exudaba el cuerpo en una pista de baile cuando sonaba esta nueva música. Funk y soul son entonces dos vías de acceso a la música de raíz afroamericana, que tiene sus orígenes en el gospel y el R&B, y más particularmente en el famoso sello Motown con una serie de artistas jóvenes como Sam Cooke, Ray Charles o Aretha Franklin durante los años '50 y '60 en el ámbito del soul, y con el James Brown de fines de los '70 como el máximo referente del funk.
Saxofonista de jazz y fusiones, Nelson Laplagne ha explorado una creatividad moderna que involucra la base jazzística y las variantes del funk, la electrónica y la fusión de las raíces musicales latinoamericanas. Además ha incursionado en la gestión cultural y es el impulsor del San Bernardo Jazz Fest, que se realiza en el Parque García de la Huerta de esa comuna al sur de la capital donde Laplagne nació.
La experiencia del grupo Fusión, considerado históricamente el primer proyecto chileno de jazz eléctrico, según acredita el musicólogo Álvaro Menanteau en su libro Historia del jazz en Chile (2003), fue el resultado de largas sesiones de audición, intercambio de influencias, conversaciones y jam sessions realizadas por los nuevos músicos vinculados al jazz de fines de los '60. En rigor fue un ensayo espontáneo tras el contacto que en 1967 tomaron el bajista Enrique Luna (n. 1946) y el pianista Matías Pizarro (n. 1949) y que generó una convocatoria masiva de solistas para desembocar en el único álbum que esta banda llegó a editar, a través del sello Alba: Top soul (1975).
Goldyne es el nombre musical de la cantante y compositora puentealtina Javiera Pérez Mejías, exponente de una línea de música pop que se nutre de elementos del R&B contemporáneo, con canciones mucho más atmosféricas que estructuradas, líneas melódicas etéreas y pulsos siempre en medio tiempo que finalmente construyen los ambientes sonoros. En ese sentido, ella tomó más elementos del neosoul que del pop soul que en Chile había tenido un importante desarrollo a partir de fines de los '90. Su álbum Anhelos y desapegos (2024) remarca estos aspectos, un trabajo que además tuvo la participación de Killua97 y el productor Neon, dos nombres clave en esa primera etapa de musical de Goldyne.
Sarazul es el alterego musical de la rapera Francisca Guzmán, exponente del freestyle y también poeta urbana que ha atravesado espacios desde el hip-hop hacia el neosoul y aproximaciones al trap de su época. Sin una cultura hiphopera a la mano como otras exponentes de su tiempo, Sarazul desembocó espontáneamente en la improvisación rítmica y la escritura, que la llevó a publicar su primer disco en el contexto pandémico: Mercurio 52 (2020). Ella definía su estilo como neo hip-hop e incluso hip-hop "pachamámico", apuntando a otras fuentes que inspiraron sus rimas, no necesariamente de experiencias de vida metropolitana. Sarazul también ha realizado colaboraciones con Valentina Marinkovic, el dúo Reptila, el grupo de música étnica Kimche y el rapero Nfx, entre otros cruces.
Un disco del grupo Sol y Medianoche lleva su nombre: América Paz. Fue publicado en 1990, un año después del nacimiento de América Paz Soto Domínguez, hija de los músicos de esa banda de rock de raíz folclórica, el bajista Jorge Soto y la cantante Sol Domínguez. Virtuosa solista del bajo activo de seis cuerdas, versátil en los lenguajes del rock, el pop, la fusión, la música progresiva, el funk y el metal, América Paz llegó a ser calificada como "la dama de hierro del bajo".
Actriz primero y cantante de jazz después, Andrea Gutiérrez se sumó a las generaciones de voces femeninas formadas desde comienzos de los años 2000 en academias y con maestros de canto y lenguaje. Activa en el circuito musical desde mediados de los años '10, ha desarrollado una propuesta de fusión que une el jazz con el soul y las raíces folclóricas, y desde ese ángulo ha escrito su propio material, que combina con el tradicional repertorio standard. Sus participaciones en ciclos de voces la han llevado a presentarse a solas con el pianista Alans Barahona y también con conjuntos mayores, cuartetos y quintetos.
La aparición de Raiza en el medio musical del cambio de milenio vino a definir otra rama de la música pop en Chile, hasta entonces bastante inexplorada. Raiza fue un puntal en esa escena del soul, como alternativa melódica y rítmica a lo que en la década de los '90 habían impuesto grupos como Chancho en Piedra y Los Tetas desde el funk-rock. Ese circuito tuvo bandas y proyectos de época como Mamma Soul, Papanegro, FunkReal, LaMonArt o Feria, como los más reconocibles, además de solistas como Go y Solo di Medina, y entre ellos Raiza impuso su estilo de latinismo soul con precisión, sonido depurado y canciones pegadizas. Inicialmente un trío formado por Yuri Hevia (batería), Gustavo Figueroa (bajo y voz) y Ernesto Kong (guitarra), vino a regresar en 2024 tras un largo paréntesis, ya con una formación renovada.
Entre las diversas exponentes del canto femenino de aproximación al pop-soul como Ema Pinto (Matahari), Moyenei Valdés (Mamma Soul) o Cristina Araya (Feria), Lorena Pualuan logró que su nombre fuera definitivamente reconocido y repetido en cierto circuito B del pop cuando se puso al frente de la orquesta de bronces LaMonArt al comenzar los años 2000.
Rocío Sotomayor Ulloa ha utilizado los alias de Rou Cx y Rou C, el más decisivo de ellos y con el que se instaló en un circuito musical vinculado a la música urbana en su sentido más amplio, considerando las aproximaciones al soul, el R&B y el hip-hop, aunque también a ciertos elementos del trap y el reguetón que ella ha utilizado. Más una cantante con formación y vocación pop, que una exponente del underground, Rou C contaba en sus primeros años con una nutrida red de colaboraciones, donde se anotaban los nombres de Liricistas, Gran Rah, NFX, Emaflu o Esteza. En 2019 publicó el EP de cinco canciones 18:55, junto al músico y productor Fat Jota, y en 2022 dio un paso más con #777, con los productores Cn Beatz, Jestein Ritmos y Siene Music, y que llegó a ser nominado al premio Pulsar en la categoría Música Urbana.
Tres nuevos nombres del bajo eléctrico en torno al jazz-funk estallaron a mediados de los 2000: entre Jaime Ferrada (en Alüzinati) y Roberto Trujillo (en LaMonArt), el único que se pasó al contrabajo de manera determinante fue Eduardo Peña, conocido en los círculos jazzísticos como Crespo. Un músico solvente e inquieto que se abrió paso en la escena con una pulsante propulsión de líneas de soporte, composiciones personales y un inédito liderazgo de agrupaciones entre una partida de emergentes contrabajistas de esa década: Alonso Durán, Nelson Vera, Sebastián Gómez, Pablo Vidal o Milton Russell, son algunos de sus contemporáneos.
Voz aventurada y autorizada en los campos del reggae chileno y sus cruces mestizos hacia el R&B, el soul, el funk y e incluso el rap, Vanessa Valdez ha sido conocida como versátil corista. A comienzos de 2013 apareció con su propia voz con la canción "Escapar", el primer paso a una historia propia dentro de la música de raíz negra. A los dieciocho años se integró a la línea de voces de La Pozze Latina (2001-02) y poco después integraba su primer grupo significativo, donde fue cantante principal, Da Jungla (desde 2004). Sus colaboraciones incluyen apariciones en las bandas de Quique Neira, en colectivos como ZicutaEjecuta, y en grupos estables como Matahari, tres frentes estilísiticos que describen los territorios de la música pop en los que Valdez transitó. Pasaron más de diez años de trabajo en la música antes de que la cantante editara su primer disco, el EP Paso a paso (2015).
En una tradición pop-soul chilena que se remonta a fines de la década de 1990 y comienzos de la década de 2000, con agrupaciones como Matahari, Mamma Soul, Feria y LaMonArt, la puertomontina Ivania Arteaga se estrenó como solista con el pseudónimo altamente soulero de Ania Ivania y el EP de cinco canciones titulado Aire (2019).
Guitarrista y compositor, Edison Belmar ha desarrollado su carrera desde los terrenos de la fusión, con especial inclinación al jazz y la música de raíz latinoamericana. El músico fue miembro fundador del grupo Matahari, y junto a ellos recibió el premio Altazor 2003. Su currículo también incluye colaboraciones y grabaciones junto a gente como Jano Soto, el grupo de rock Coyote y el trío Contrapunto. Desde el año 2004 reside en Francia, donde ha desarrollado una intensa labor en torno a la docencia y la intepretación constante en vivo, en solitario o junto a otros proyectos.
A pesar de que nunca desarrolló una trayectoria como líder, José Pepe Vergara es uno de los trompetistas más múltiples en diversas escenas musicales desde comienzos de los ’90. Un nombre recurrente en sesiones, grabaciones, orquestaciones y series en vivo como soporte de artistas e integrante de una camada de trompetas funcionales que van desde las orquestas televisivas y big bands swing y latin jazz, hasta pequeños grupos pop y funk: Gustavo Bosch, Cristián Muñoz, Patricio Pailamilla y el jazzista Sebastián Jordán entre sus nombres más comunes.
Fue una sorpresa la que en 2016 dio Rulo (David Eidelstein) al presentar su primer disco como autor solista, y no porque resultase inesperado un trabajo por fuera de su popular grupo, Los Tetas. El músico ya había mostrado hasta entonces otros proyectos y colaboraciones (como en el dúo Esencia), pero de todos modos Vendaval lo largó por un camino nuevo como autor e intérprete. No era esta vez el funk ni el R&B la base de su sonido, sino la tradición del vals peruano, la bossanova y la cueca brava lo que guiaba la autoría de sus propias canciones. A los 38 años, Rulo, conocido hasta entonces sobre todo como bajista, se afirmaba así con orgullo como un cantautor latinoamericano, uno que añade influencias hoy como residente de Ciudad de México, donde se emplea como parte de la banda de Mon Laferte, sin abandonar sus proyectos solistas: «Es el resultado de una vuelta súper larga, y agradezco haberme dado el tiempo. Encontrar mi identidad como autor era un anhelo muy grande. Lo que más me interesa en la vida es ser compositor».
El cerebro y motor del grupo nu jazz Alüzinati fue un agudo conocedor de los teclados setenteros, y seguidor de músicos funk como Herbie Hancock o Bernie Worrell. Toda una estética que se vio reflejada en sus composiciones para Alüzinati. Sin embargo Ariel Pino arrastra una trayectoria como pianista de jazz en ese circuito desde mediados de los '90, que a la larga lo transformó en un teclista ambivalente: en el swing con el piano Steinway, y en el groove para los pianos Rhodes, Hammond y Clavinet. Su manejo de estos sonidos electrónicos y lenguajes lo llevaron a integrarse al Ángel Parra Trío en 2013.
Múltiple guitarrista de la generación de los '90 y nuevo exponente referencial del jazz rock durante esa década, a través del estudio que realizó sobre el enfoque del inglés John McLaughlin y sus trabajos con la Mahavishnu Orchestra. Fue una experiencia que llevó a Jiménez a formar el power trío Lamatraca, con el que publicó los álbumes Brahma (2004), Moksha (2006) y El viaje de Ganesh (2012). Pero en simultáneo, Jiménez actuó como guitarrista en proyectos de soul, funk y pop, integrando diversas formaciones de Feria y de Matahari. En 2015 inició un plan de investigación y reinterpretación de la música de Víctor Jara, que llevó a cabo con la cantante y compositora Cecilia García Gracia, en el proyecto CiudadeDós, que editó un trabajo audiovisual titulado Huellas (2016).
Gabriel Paillao, también reconocido en sus círculos como Gabo Paillao y en ocasiones con el pseudónimo de Knom en su proyecto personal de hip-hop, es pianista de jazz, compositor, productor, gestor cultural y activista. Pero sobre es el impulsor de una agrupación tan rompedora como La Brígida Orquesta, proyecto con el que ha obtenido dos premios Pulsar. Formado como niño músico en la Conchalí Big Band, se vinculó con las escenas de la música en la periferia, principalmente en la cultura del hip-hop. En ese alcance tocó el piano en Cómo Asesinar a Felipes y ha sido colaborador de una serie de nombres de las músicas independientes de raíz negra, desde el saxofonista de jazz Franz Mesko a la cantante de soul Celeste Shaw, pasando por los raperos Hordatoj y Portavoz, el grupo hip-hop Movimiento Original y Ana Tijoux, con quien ha salido de gira internacional. Su música como autor aparece en la serie discográfica Ayekafe (2021), que ponía en relieve la creación de los músicos de linajes mapuches.
Cantante, autora y actriz de teatro, Francisca Riquelme Artal fue reconocida como la voz principal de la poderosa orquesta afrobeat chilena Newen Afrobeat a lo largo de 14 años, una plataforma desde donde ella se fogueó con liderazgo y despliegue en el escenario y el espectáculo, además de alentarla a investigar la escala pentatónica menor presente en las músicas africanas. Desde entonces comenzó a ser conocida como Fran Ri, el nombre musical que llevaría adelante en un carril paralelo al de Newen Afrobeat en sus búsquedas como solista para una música centrada en el concepto del ritmo, los pulsos y los tambores. En este plano, Fran Ri recogió la base del afrobeat impulsado por Fela Kuti y le añadió elementos del R&B contemporáneo y el neosoul que practicaba como cantante también interesada en otras voces del afropop nigeriano, como Tiwa Savage o Niyola. El primer resultado de ello fue el álbum Madame & Samurai Groove (2020), que a veces también fue presentado como el de una banda autónoma, con integrantes del propio Newen Afrobeat como colaboradores. Con ese repertorio, Fran Ri se presentó entonces en el Festival Womad de 2020, en su primera aproximación como nombre propio a la black music. El trabajo siguiente, el disco EP Ri.tmo (2024), la encaminó hacia nuevos matices incorporando en las canciones elementos de la música urbana, en especial el trap, observada y tratada desde el soul.
Diez años de experiencia en grabaciones, giras continentales, premios y alta difusión junto a Los Tetas dejaron a Tea Time en una privilegiada posición como solista. El principal rimador y compositor de esa banda consiguió tener su disco propio en 2009, presentado entre otro montón de proyectos (incluso un libro de poesía) que reflejaba la diversidad de sus inquietudes. Camilo Castaldi, su nombre real, ha colaborado con varios músicos chilenos y ha sido parte también de grupos como Funk Attack y Criminal Jazz. Su trayectoria en la música muestra una extensa pausa, hacia 2017, debido a graves y públicas acusaciones de violencia contra una ex pareja, entre otros delitos, y que determinaron su expulsión de cualquier proyecto asociado a Los Tetas.