Funk y soul
Si la música soul elevó el alma hacia un cielo propio, el funk trajo al cuerpo de vuelta a la tierra. Soul significa “alma”, mientras que para la juventud de color en Estados Unidos la palabra funk significaba “cuerpo”, o más estrictamente, el aroma que exudaba el cuerpo en una pista de baile cuando sonaba esta nueva música. Funk y soul son entonces dos vías de acceso a la música de raíz afroamericana, que tiene sus orígenes en el gospel y el R&B, y más particularmente en el famoso sello Motown con una serie de artistas jóvenes como Sam Cooke, Ray Charles o Aretha Franklin durante los años '50 y '60 en el ámbito del soul, y con el James Brown de fines de los '70 como el máximo referente del funk.
Fue a través de De Kiruza que Pedro Foncea dio a conocer masivamente un interés por el canto anclado a la raíz afrocaribeña y la canción social, el cual lo ha distinguido como creador e intérprete. Fundó esa banda en 1987 junto al cantautor Mario Rojas, y permaneció como su vocalista y principal rostro hasta 1999. Su trabajo solista incluye temas para televisión (destaca su grabación para "Amándote", para la teleserie homónima), grabaciones propias para discos colectivos, y la colaboración como invitado a una serie de trabajos de bandas, como Tiro de Gracia y Gondwana. Además, en 1991 su dúo junto a Javiera Parra para el tema "Tira la primera piedra" se quedó con el triunfo en la competencia internacional del Festival de Viña. Su cotización es comprensible: Foncea es no sólo uno de los mejores vocalistas masculinos del último par de décadas en el país, sino también un gestor de iniciativas independientes que se ha mantenido cerca del desarrollo de exitosos proyectos funk y hip-hop.
Cuando la mayoría de los ejemplares que aparecieron en plataformas televisivas durante los años 2000 fueron cultores de la música pop bailable (Ximena Abarca, Karen Paola) o baladistas románticos (Leandro Martínez, Monserrat Bustamante), una figura como Nicole Andreu vino a ser la excepción de la norma. La cantante se orientó directamente hacia variantes de la música negra: el soul, el R&B y el hip-hop y tiempo después, durante su estada en Europa, confirmó una línea de música urbana, alternando ritmos de reggae, dancehall, rap y soul latino.
Tres músicos jóvenes pero de enorme experiencia se asociaron en Los Bipolares poco después de comenzar a trabajar juntos en Inti-Illimani Histórico. Entre otras bandas, Camilo Salinas había pasado ya por los Pettinellis, Los Tres y Ángel Parra Trío; Fernando Julio fue integrante de Javiera & Los Imposibles; y Danilo Donoso apoyó en vivo a Anita Tijoux y a grupos como Bizikleta.
Tres cuartas partes de Los Tetas siguieron trabajando a partir del año 2004 bajo el nombre Funk Attack. El nacimiento del grupo fue la inevitable consecuencia de la disputa entre integrantes que terminó temporalmente con la alianza de Los Tetas, fracturada luego de la salida del guitarrista C-Funk y su determinación por quedarse con el nombre de la banda. El conflicto fue luego superado con su reunión, en 2011, dejando a esta facción en pausa.
En la genealogía de los músicos de soul y rhythm and blues chilenos del nuevo siglo, Goda es un grupo de transición. Originado en la combinatoria entre Go y Da, es decir el cantante Gonzalo Astaburuaga y el baterista David Vásquez, el dúo existió entre 2003 y 2004, y al mismo tiempo fue una plataforma intermedia entre los grupos previos y posteriores de ambos integrantes, quienes en el disco Flash imperial (2003) dejaron testimonio del repertorio y el sonido de Goda.
Versátil baterista y estudioso de las músicas actuales, Cristóbal Tobar tiene una historia que transita en diversos caminos simultáneamente, entre el jazz sanguíneo en el que se inició hasta el drum and bass y sobre todo el funk en sus distintas dimensiones. Ocasionalmente DJ y activo músico de figuras del pop independiente como Pedropiedra, Mariel Mariel, Andrés Landon, Marcelo Vergara y el grupo Uruz, Tobar tuvo su estreno como líder con un proyecto de jazz funk al que denominó Nasty Trío y con el que en 2017 llegó al disco: Sucio y sensual.
De una generación siguiente a la de Los Tetas y Chancho en Piedra en los '90, éste es uno de los grupos chilenos que a fines de esa década descubrieron el funk. Y en su caso es una inspiración tan cierta que el nombre oficial de la banda es La Rabona, pero a menudo el nombre completo es con apellido: La Rabona Funk.
Entre la contundencia arrolladora de un tenorista como Cristián Mendoza y la aguda profundidad musical de otro como Agustín Moya, está Maximiliano Alarcón, conocido en el circuito con diminutivos "bop" como Max o Maxi, su marca indeleble. Versátil solista del saxofón tenor, su punto de vista musical lo ha incorporado indistintamente a las escenas del jazz contemporáneo y a las de la música popular de raíces negras, con intervenciones en proyectos de soul, funk y hip-hop.
El clan de los hermanos Cuturrufo, reconocidos músicos de Coquimbo, proyectaron su idea de una música contemporánea mestiza y terrenal, que utilizara las raíces del Norte Chico, desde la ancestralidad diaguita a las fiestas patronales, a través del ensamble denominado Cutus-Clan. Los Cuturrufo fueron históricamente una familia religiosa, devota del culto mariano y sus integrantes activos peregrinos al santuario de la Virgen del Rosario de Andacollo. Así fue como el compositor y percusionista Rodrigo Cuturrufo (n. 1968) llegó a crear primero el grupo Vernáculo, cuya música se planteó como ofrenda a la “Chinita” (Viva la Chinita de Andacollo, 1999). El Cutus-Clan representa la otra vida de los Cuturrufo, la de las boites, la cumbiamba, es decir la movida de la cumbia nortina, la improvisación jazzística y el rock.
Luis Cheul pertenece al segundo frente generacional de los bajistas eléctricos post escuela de Ernesto Holman que hicieron de su instrumento de base y soporte un arma solística reconocible. De amplia diversidad jazzística, rockera y latinoamericanista, para estos efectos de creación Cheul optó por el rendimiento de un instrumento eléctrico activo, de seis o más cuerdas, junto con otros bajistas en la década de 1990: Igor Saavedra (n. 1966), Juan Caballero (n. 1969), Miguel Pérez (n. 1970) el primer Nelson Arriagada (n. 1971) y Marcelo Córdova (n. 1973).
Luego de sumar recorridos en grupos de música funk y soul de los años '90, los dos iniciadores de este proyecto hicieron coincidir en Esencia su vocación por la fusión de raíz afroamericana y canción popular latina (cumbia, mambo, bossa nova). El baterista David Vásquez había formado Goda, y David Eidelstein, más conocido como Rulo, ya tenía experiencia como bajista de Los Tetas y de Funk Attack cuando ambos dieron forma a su nuevo grupo en 2004.
En un desdoblamiento entre la flauta traversa y el saxofón, sus instrumentos esenciales como intérprete, además del canto, Ema Morales ha sido una figura en la música popular desde distintos ángulos: por un lado sesionista y por otro solista, pero además con distintos rumbos musicales, que la sitúan tanto en el neosoul y la canción pop como en ciertos acercamientos a la música urbana. Junto al productor Cuatrobeats trabajó en sus primeras canciones, en el EP Agua (2022) y el LP Ema (2024). Ese mismo año marcó otro hito en su trayectoria solista como artista de apertura del concierto de Tom Jones en el Movistar Arena.
Saxofonista de jazz y fusiones, Nelson Laplagne ha explorado una creatividad moderna que involucra la base jazzística y las variantes del funk, la electrónica y la fusión de las raíces musicales latinoamericanas. Además ha incursionado en la gestión cultural y es el impulsor del San Bernardo Jazz Fest, que se realiza en el Parque García de la Huerta de esa comuna al sur de la capital donde Laplagne nació.
Las músicas negras, desde el R&B y el funk clásicos al hip-hop, el neosoul y el acid jazz de los '90, aparecen en la propuesta de un dúo de mestizajes como Sundaya. Formado en Nueva York por cantante Karin Hofmann y el bajista Cristián Rozas, ex integrante de Dracma, ha sido un proyecto migrante y nómade por naturaleza. Inició un recorrido desde esa gran ciudad cosmopolita en 2013, obteniendo insumos de las culturas afroamericanas en barrios y distritos como Harlem, el Bronx y Brooklyn, y desembocó en Chile poco después. Sudaya tiene también influencia de la música de Los Tetas y de C-Funk, figura que tuvo cercanía con el dúo.
Fue el concierto "Mamacitas" del festival Primavera Sound de 2022, encabezado por Lizz, el momento clave en que estalló la figura de Aura Bae frente al gran público. Hasta ese momento no tenía álbumes ni mixtapes publicados pero sí un contingente de primeras canciones ("Nena", "Loba", "Fina") donde ella exhibía diversos cruces, desde el reguetón y el trap, hasta el rap, el R&B y la música flamenca, con la inspiración de la española Rosalía. Esa tarde Aura Bae (que se pronuncia bei) compartió escenario con un frente femenino de uñas largas, colorido maquillaje y extensiones de cabello con el que también iría a identificarse generacionalmente en la música urbana: Akatumamy, Akriila y Vlntna B.
Banda de grandes dimensiones —o pequeña orquesta, según el punto de vista—, Modesto Medio se incorporó a la escena musical que proviene del histórico "funky ñuñoíno", donde nació este estilo a comienzos de los 90 (con grupos como Mama Natura, Karmaos o Ludwig Band). De hecho, el grupo tuvo un importante núcleo de músicos que estudiaron en el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, en esa comuna. Su música combina el funk con elementos del pop y el rock latino. Con un frente melódico de vientos —trompeta y saxofón—, sección rítmica y voz, Modesto Medio nació en 2011 y ya al año siguiente editó el EP homónimo de cuatro canciones. En 2015, la banda completó un repertorio ampliado que le permitió publicar el disco Ganando el tiempo.
Chilena-estadounidense, Dominga Flaño se formó con las influencias musicales del blues y el soul que obtuvo de la ciudad de Memphis, donde nació. Con estudios posteriores de teatro musical en Nueva York, inició un proyecto solista presentándose únicamente como Dominga, a través de una serie de canciones soul de alta factura, donde los idiomas y los acentos se cruzan y confunden, además de un sonido denso y oscuro y letras cinematográficas. Dimension (2020), pronunciando en inglés, es su primer disco. Inspirada en la música de Portishead, Dominga Flaño reunió allí todo ese material destacado por piezas como "Bored of your pace", "Baba yaga" o "Outil magique", las más difundidas del repertorio. Fue grabado con músicos de Cómo Asesinar a Felipes y La Brígida Orquesta, además de la producción de Arturo Zegers, un trabajo que puso a la cantante en una órbita de solistas soul de su tiempo, como Sofía Correa, Ania Ivania, Soulfía y Esteza.
Exponente de un cadencioso pop-soul, Sofía Correa es un eslabón más en esta cadena musical que tiene sus primeros nombres femeninos en Ema Pinto desde el pop y Rossana Saavedra desde el jazz. En ella se detectan influencias que van desde Corinne Bailey Rae hasta Lianne La Havas. En medio de sus estudios de Música de la U. Católica de Valparaíso, durante el año de la pandemia, lanzó su primer EP con el sello Mescalina. Titulado Mi razón, presentaba melódicas canciones pop-soul como "Imaginaria" y "Vamos sin prisa". Autodidacta y activa autora de canciones, la viñamarina cuenta con un historial de participaciones como adolescente en diversos festivales de la canción, tanto en Santiago como en Valparaíso. Su primera canción fue "Desconocidos", que en 2016 capturó la atención del público. Ello la encaminó luego a tomar contacto con músicos y productores, como Bastián Herrera, y a cantar junto con Joe Vasconcellos en una grabación para Felipe Choupay.
El rasgo distintivo de una generación de voces formadas técnicamente en escuelas de canto popular, fue la versatilidad de los repertorios y Javiera Tagle dio una muestra de ello desde que apareció a mediados de la década de 2000 como una activa intérprete de pop, soul, funk, jazz, bossa nova y bolero. Junto con cantantes contemporáneas como Nicole Bunout, Karen Rodenas, Loretto Canales o Javiera Abufhele, Tagle compartió el gusto por todos esos ritmos y cancioneros diversos desde una formación en Projazz (donde muy pronto se convirtió en académica), pero ha sido más directamente la influencia soulera clásica de Aretha Franklin y luego voces neo soul como Erykah Badu o Jill Scott las que la han impulsado a ofrecer conciertos temáticos y a coliderar el grupo funk La Fuga junto al bajista Álvaro Aguirre. Como solista se ha presentado en espacios como el club El Perseguidor con su trío y en duetos de voz y piano junto a Diego Arístegui.
A pesar de que nunca desarrolló una trayectoria como líder, José Pepe Vergara es uno de los trompetistas más múltiples en diversas escenas musicales desde comienzos de los ’90. Un nombre recurrente en sesiones, grabaciones, orquestaciones y series en vivo como soporte de artistas e integrante de una camada de trompetas funcionales que van desde las orquestas televisivas y big bands swing y latin jazz, hasta pequeños grupos pop y funk: Gustavo Bosch, Cristián Muñoz, Patricio Pailamilla y el jazzista Sebastián Jordán entre sus nombres más comunes.