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Sergio Sauvalle Echavarría

Sergio Sauvalle Echavarría, guitarrista, creador e investigador, es hijo de Sergio Sauvalle, integrante de Los Huasos Quincheros, pero en lugar de seguir la ruta musical de su padre, combina en su propuesta artística las tradiciones académica y oral chilenas, que ha investigado en terreno y en particular en los recursos de la guitarra.

Rékiem

Aunque comenzaron como Réquiem en 1989, la historia oficial de esta banda arranca en 1995, con sólo un sobreviviente de esa etapa inicial, el guitarrista Julián Durney. La banda es nombre fundamental del aggro-metal chileno, trascendiendo los circuitos del género para ingresar incluso a la parrilla de MTV. Su historia de más de una década incluyó logros y también notables pruebas dramáticas, como la muerte de su líder, destacando siempre un sonido rockero de búsqueda y evolución a lo largo de una discografía estable y una agenda siempre activa de conciertos.

Seis a la Dixie

A la zaga de los tres principales conjuntos del Club de Jazz que alcanzaron una larga vigencia (la Retaguardia Jazz Band, los Santiago Stompers y el Santiago Hot Club), el grupo Seis a la Dixie se unió entonces a la actividad musical alrededor del jazz tradicional que estaba teniendo lugar en los años '90. Así cultivó una música vinculada directamente con el dixieland, estilo engalanado por una improvisación colectiva, dinámica interacción entre los músicos y popularizado también por vestuarios, chaqués, corbatines y sombreros canotier, como su imagen más reconocible.

Pancho Rojas

Músico de rock, cantante, guitarrista y también publicista, Francisco Rojas ha hecho historia en la música alternativa chilena de los '90 como vocalista de dos de las agrupaciones más significativas de la transición: La Banda del Capitán Corneta (1991) y Mandrácula (1995). A ellas debe sumarse Damajuana (2003), una tercera banda decisiva en su trayectoria, que lideró junto a unos jóvenes exponentes del rock. Su trabajo como solista llegaría a fines de la década de los años '10, con una sucesiva trilogía de discos de diverso alcance.

Chico Trujillo

La cumbia ha sido la razón y sustento de Chico Trujillo, un grupo con varios integrantes venidos del rock, pero que a partir del 2000 abrió camino para la fusión tropical por la que luego continuaron una serie de bandas más jóvenes. Su historia ha sido esencialmente cosmopolita —su inicial formación y desarrollo se dio en Alemania, en paralelo al trabajo de varios de sus integrantes en LaFloripondio, conjunto al que con el tiempo terminarían por opacar en fama— pero su arraigo en Chile es innegable, como lo confirma la excepcional masividad de su difusión en vivo y radios. Una discografía de publicaciones más bien distanciadas entre sí sólo confirma que el eje central del trabajo del grupo es el de los conciertos. A Chico Trujillo se le entiende —y disfruta— mucho mejor en vivo.

Pedro Messone

La primera fama le llegó a Pedro Messone al alero de su participación en Los Cuatro Cuartos, un grupo vocal de muy cuidados arreglos y alto nivel compositivo, en el que se asoció desde temprana edad junto a gente como Luis Chino Urquidi y Willy Bascuñán. Pero su decisión de dejar el conjunto estuvo lejos de poner en riesgo ese prestigio, y más bien terminó por potenciar su aporte al círculo de renovación del folclor que durante los años sesenta se desarrollaba con vigor en la industria. Durante un tiempo, Messone mantuvo además una destacada carrera como actor de teatro y cine, si bien el recuerdo de su nombre se asocia hasta hoy a la interpretación de al menos media docena de clásicos de la música popular chilena; entre ellos "El corralero" (que grabó junto al cuarteto Los de Las Condes), "El solitario", "La tejedora", "El ovejero", "Niña, sube a la lancha" y "Pa' mar adentro".

Sonora de Llegar

La impuntualidad de la mayoría de sus integrantes para las citas de ensayo dio origen al nombre de este grupo de la Quinta Región que, en su opción por la música bailable, se emparenta más con el ska y el punk que con los ritmos tropicales. El trabajo en vivo y el amplio despliegue instrumental han sido sus marcas de identidad, vinculadas de modo esencial a la fiesta y al humor destemplado de sus letras.

Los Updates

En las muchas facetas asumidas por la carrera musical de Jorge González, Los Updates fue una de las de más íntimo vínculo con sus pasos biográficos. El nacimiento del dúo tuvo relación con la decisión del cantautor de alejarse un tiempo de Chile, establecerse en México (más tarde, España) y retomar su asentado interés por la música de baile, esta vez en sociedad con su esposa, Loreto Otero. En cuatro años de trabajo, Los Updates se legitimó como un proyecto musical cosmopolita, y que ocupó de manera estable al ex Prisioneros. Tras su disolución, el músico continuó en su trabajo como cantautor solista.

Altiplano

Altiplano es uno de los grupos que, iniciados en Chile, han desarrollado en el extranjero su trabajo en torno a la música latinoamericana. Fundado por Mauricio Vicencio Alquinta en 1976, el conjunto se ha mantenido activo entre Ecuador y frecuentes viajes a Suiza y Noruega, países en los que ha actuado en vivo y ha grabado los más de veinte discos que componen su catálogo (no todos ellos disponibles en nuestro país).

Tiramizú

Siguiendo con la tradición de la música infantil más allá de las canciones instaurada por el grupo Mazapán desde comienzos de los '80, el trío vocal Tiramizú nació en 1996 como la respuesta directa a su propio público: los niños.

Andrea Labarca

Como parte del ranking juvenil de Sábados Gigantes en la mitad de los '80, Andrea Labarca fue una de más de los participantes de ese espacio, que, sobre la base de covers de temas de moda, protagonizó un fenómeno mediático que la llevó incluso al Festival de Viña en 1987. Su retiro ante la caída de esos espacios televisivos, dejó a la cantante fuera de las pistas, al igual que sus contemporáneos, hasta que en 1995 ella resolvió recomenzar su historia, que desde entonces ha alternado momentos de actividad y períodos de receso.

Los Picantes

Los Picantes representaron uno de los primeros fenómenos musicales chilenos que fundaron su difusión en Internet, cuando aun ni siquiera existía el concepto de de "virales" ni de redes sociales. " Falso amor", una canción que hicieron unos músicos como una broma, comenzó a circular en plataformas de intercambio de canciones en Internet, y tras varios años llegó a un popular programa de radio. Su popular respuesta llevó a su creadores a fundar un grupo, grabar discos y presentarse en vivo. Así fue como, por varios años, existieron Los Picantes.

Casino

Casino fue un trío continuador de ciertos músicos chilenos atentos en los años noventa al influjo del pospunk y el noise. Dos de sus fundadores provenían de la banda Sintra, y en su historia se cruza también la de Pablo Giadach, destacado luego como productor y colaborador de The Ganjas. A lo largo de sus años de trabajo, entraron y salieron de la banda también músicos fogueados en Elso Tumbay, Bellyco, Pendex y  Camión.

Inés Délano

Cantante melódica, pintora, dibujante y maestra de voces, en su paso por la música Inés Délano se convirtió en una pionera en la formación del canto popular en Chile, una vez que abandonó los escenarios en la década de 1970. Aunque conoció y manejó los repertorios tradicionales de bolero, tango y música popular norteamericana y europea, su historial también la instala como una de las más reconocidas y recordadas lady crooners del jazz chileno.

Bajutopía

Fugaz agrupación de hip hop liderada por el hijo del cantautor uruguayo Gervasio, Nahuel Viera (Elnawel), quien junto a tres músicos dio vida a este conjunto, parte de la explosión del género de la primera mitad de los 2000. Todos los músicos tenían experiencia en distintas agrupaciones del circuito rapero de esos años, y hacia el 2002 – tras diversas formaciones- dieron una existencia relativamente estable a Bajutopía, aunque sus cambios de integrantes serían permanentes en su historia.

Tizana

Son distintas fuentes musicales las que acuden a Tizana, el grupo que debe su nombre a una bebida natural medicinal, que en sus canciones cruza la cueca, la cumbia y el rock, y que como sello cuenta con un marcado protagonismo de la percusión africana. Dos discos editados hasta 2012 marcan una historia que ha tenido distintos períodos de intensidad, pero que ha contado con un importante actividad en vivo y sencillos radiales, como "Daño".

La Gorda

Dos discos editados y casi una década tocando son algunos de los antecedentes de La Gorda, trío santiaguino que cultiva un rock simple, eléctrico, crudo y enérgico. Casi siempre en ese formato, sus canciones incluyen también sonidos acústicos, algunos de raíz funk y pasajes más pausados, tocados con prolijidad en vigorosas presentaciones en vivo.

Inestable

A mediados de la primera década de los 2000, Inestable trabajó un punk-pop sintonizado a los sentimientos temperamentales que acompañan a la adolescencia y la primera critica social que se motiva en la adultez. Los títulos de sus canciones ("Aburrimiento sin fin", "Penas en alcohol", "No sé por qué", por ejemplo) y un club de fans llamado Clan Perdedor eran coherentes en el tono y la propuesta de su sonido. La banda nacida en Maipú debutó discográficamente en 2003 con un disco autoeditado, y cerró su trayectoria con un segundo álbum, en el que incorporaron una particular versión para el clásico del uruguayo Gervasio,  "Con una pala y un sombrero".

Carmencita Valdés

Nacida y criada en el Maule, Carmen Patricia Valdés Morales es depositaria de una profunda tradición alrededor de la cantora campesina de rodeos, animadora de campeonatos y figura central en las medialunas rurales. Un oficio que comenzó a cultivar en 1996 cuando cantó por primera vez en el rodeo de Villa Alegre, a unos 25 kilómetros de Linares, su ciudad natal. Ese canto a viva voz de Carmencita Valdés, en espacios abiertos la mayoría de las veces, llegaría al disco recién una década después, con los álbumes El capataz (2006) y Homenaje a un gran campeón (2007), dedicado al jinete Ramón Cardemil Moraga, considerado uno de los mayores nombres del rodeo chileno del siglo XX.