Punk
Tres acordes de guitarra eléctrica y un disgusto pueden ser suficientes para sostener una canción punk, género obtenido del rock que desdeña la técnica instrumental y la metáfora poética en favor de un mensaje directo y una entrega que enarbola la precariedad de sus intérpretes como prueba de honestidad. El punk surgió a mediados de los años '70 en Estados Unidos como derivación del llamado garage-rock, y se masificó más tarde en Inglaterra a través del trabajo de bandas emblemáticas, como Sex Pistols y The Clash. Ampliado con los años a un concepto de actitud antisistémica y antisolemnidad artística, el punk sigue sosteniendo una cultura musical vigente, tanto en su estado puro y en derivados del tipo del hardcore, el oi! y el anarcopunk, como en la combinación con parientes cercanos, entre ellos el ska, el reggae o el power-pop.
Uno de las pocas bandas chilenas que desde los márgenes de la industria ha tendido puentes entre décadas ha sido Fiskales Ad-Hok. Muchos nombres asociados al punk surgidos en medio del interesante momento creativo que motivó la resistencia a la dictadura fueron quedando en el camino o se vieron agotados una vez que Chile entró en la transición democrática. Pero Fiskales Ad-Hok ha ido encontrando con los años nuevos blancos de denuncia, ampliando su grito hasta asegurarse de que a nadie le sea fácil evadirlo. Su discografía, su trayectoria, y sus decisiones de autogestión la convierten en un grupo de referencia para el punk, la canción de denuncia y el rock independiente en nuestro país. Late en sus discos un mismo pulso de arrojo y disconformidad, capaz de convertir sus canciones en dardos veloces contra autoridades, promesas vacías y, a veces, hasta contra ellos mismos. Su sistema de trabajo autogestionado ha resultado de gran influencia para varias bandas formadas a la luz de su ejemplo, y demuestra que incluso un grupo de punks chilenos está capacitado para manejar su propia empresa (el sello C.F.A.), organizar giras a Europa, y agitar los escenarios locales sin más ayuda que la de sus fans. «Antifascistas, antisexistas y a favor de la autogestión», según propia definición, Fiskales Ad-Hok es, además, un grupo de características únicas en la historia de nuestro rock, con vaivenes en su historia y formaciones pero un trabajo activo por más de cuatro décadas. En febrero de 2025, la banda anunció una pausa que se hizo efectiva de inmediato.
Desde su formación, a fines de los años ochenta, Ocho Bolas ha sido emblema de la escena punk de Valparaíso, con un trabajo intermitente pero de fiera identificación con su entorno. Su discografía muestra temas furiosos, agitados y críticos, pero siempre apegados al lugar en el que nacen. Tal como cantan en “Voy pa’l Barón”: “Así es el mundo del rocanrol/ Hay poca plata pero mucha diversión/ No tomo el metro pero voy en ascensor”.
Era el sueño adolescente de Rosemarie Vargas tener un grupo rock y llegar a un sello discográfico, y en ese impulso juvenil reside el origen de Venus, probablemente la primera banda chilena de rock conformada sólo por mujeres. Algunos sencillos radiales y varios cambios de estilo y de integrantes marcaron sus siete años de historia, que en los años 2000 tuvieron una fugaz resurrección.
Las letras de Los Mox! son como el relato de ese infaltable amigo que ve todos los desaguisados cometidos en un festejo de la noche anterior, y que luego vive para contar quién se enfrascó con quién en una discusión sin sentido, quién derramó el vaso de vino en el sillón blanco y quién pasó horas en el baño producto de la ingesta excesiva de alcohol o de la rancia crema chantilly de la torta cumpleañera.
El panteón de bandas punk chilenas reserva un espacio destacado para BBs Paranoicos, grupo activo a lo largo de varias décadas (aunque con interrupciones) y que ostenta una prolífica discografía vinculada al hardcore melódico y la crítica social.
Encapuchados, barricadas, policías, el Papa y el mismo Satán son motivos y protagonistas frecuentes que entre otros aparecen por las canciones de Anarkía Tropikal, el más caótico de los grupos de cumbia de su época. Encapuchados ellos también, sus integrantes salieron a la luz en 2006 incorporando a la fiesta sus letras contra la iglesia, la ley y el orden, al son de ritmos que van del sound y la cumbia villera hasta el rock y el metal. «Kreemos en ke la músika y el arte en general es una herramienta de lucha en kontra del kapital, el estado, la religión institucionalizada, el fascismo mental y polítiko y tantas otras basuras ke nos impone este sistema neoliberal», es sólo el comienzo de su público manifiesto.
En la fuerza del primer punk de resistencia nacido en Chile se inscribe la historia de Políticos Muertos, banda activa desde fines de los años ochenta, y que en un cruce intermitente de tres décadas, ha mantenido en el recorrido un inalterado y firme mensaje pensante sobre la convivencia en Chile. Políticos Muertos concentra su legado en un cassette (Políticos Muertos, 1997) y un CD (Todas las tumbas, 2015), además de un libro con su historia y sus letras, titulado este último con la definición que mejor se les ajustó durante su historia: «Rock paria».
Una propuesta aún más contestataria de la que a mediados de los años '90 mostraba parte del punk en Chile convirtió a Disturbio Menor en una banda clave de la potente escena hardcore que tuvo lugar en la segunda mitad de esa década en la capital chilena.
Tenían edad suficiente para estar todavía en el colegio cuando formaron Díacatorce, y al mismo tiempo que otras bandas adelantadas en evolucionar desde un pasado punk como Griz (1998) y Familia Miranda (1999), ya en 2000 este grupo estaba lanzando su primer y único disco. Iniciado con una formación de hombres y mujeres, Día Catorce fue siempre impulsado por Susana Cortés y Carolina García en voces, bajo y batería junto a diversos guitarristas, y pasaron por alto la regla de tocar al pulso acelerado del hardcore-punk para sumar otros ritmos y velocidades, cantando acerca de familias disfuncionales o sobre la lavadora como un electrodoméstico para centrifugarte los sesos. La última guitarrista de Díacatorce fue Alejandra Elgueta, y con ella el grupo dio origen en 2003 a un nuevo trío, Las Jonathan.
Pese a su sonido crudo, usualmente asociado a la generación del primer punk chileno, había en Índice de Desempleo un cuidado armónico y un compromiso pensante hacia la turbulencia sociopolítica durante la cual le tocó trabajar. Con un rock denso, garage, la banda —que en su formación más estable mantiene a bordo al primer guitarrista de Panico— rozó por momentos lo más oscuro de la new-wave desplegada en el país en la segunda mitad de los años ochenta. Sin registros profesionales por décadas, el grupo ha tenido post 2010 rearticulaciones distanciadas en el tiempo para mostrar discos y nuevos recitales.
Nombre importante para el hardcore chileno de los años noventa, gracias a su continuidad histórica e ideológica, de visos e ideario que los acercaron al metalcore y el vegan straight edge, Asunto es también una banda admirada e influyente en su circuito. Además de la persistente autogestión en Santiago, la banda ha podido, en sus más de dos década de historia, mostrar su trabajo a través de compilados extranjeros, realizando también presentaciones en Europa, México, Argentina, Perú, Colombia y Brasil.
Al menos tres documentales sobre su vida y obra, un libro con el análisis de su discografía y hasta un musical biográfico montado alguna vez en Alemania tienen a Álvaro Peña como protagonista, y el cauce sería comprensible si su trayectoria fuese la de un intérprete de hits, conquistas contables y giras que consignar en un apartado de hitos de la música chilena, pero todo ha sido para él más bien lo contrario. Peña avanza por los caminos atenuados pero profundos del culto, y su composición iconoclasta, heterodoxa y cruda no deja de llamar la atención en círculos de admiradores que interpretan en ella un valioso gesto de libertad creativa. La unión sin pudores de vida personal y música es una de las características del trabajo de este nativo de Valparaíso y residente de Konstanz (Alemania), a quien el Golpe de Estado de 1973 encontró en Londres, y que desde entonces largó una vida europea que suele destacarse por su tiempo de coincidencia con Joe Strummer, con quien compartió casa okupa y banda (The 101ers) antes de que el turco-británico comenzara a forjar una leyenda junto a The Clash.
La palabra "pachanga" aparece seguido en los carteles callejeros de las actuaciones de este grupo. Pero si el término muchas veces tiene que ver con la cumbia, el sello personal que Rezaka del Norte imprime a la fiesta es sobre todo el sonido norteño de la ranchera mexicana, cuajado en la mezcla que identifica a la banda: "ranchera con actitud punk".
A mediados de la primera década de los 2000, Inestable trabajó un punk-pop sintonizado a los sentimientos temperamentales que acompañan a la adolescencia y la primera critica social que se motiva en la adultez. Los títulos de sus canciones ("Aburrimiento sin fin", "Penas en alcohol", "No sé por qué", por ejemplo) y un club de fans llamado Clan Perdedor eran coherentes en el tono y la propuesta de su sonido. La banda nacida en Maipú debutó discográficamente en 2003 con un disco autoeditado, y cerró su trayectoria con un segundo álbum, en el que incorporaron una particular versión para el clásico del uruguayo Gervasio, "Con una pala y un sombrero".
Humana es hardcore ilustrado. Todos sus integrantes fueron estudiantes de la academia de música Projazz en Santiago, y desde ahí el guitarrista Matías Figueroa y el bajista Miguel Morgado se inclinaron por las vetas estadounidenses más modernas del hardcore, derivación acelerada del punk rock, e iniciaron el grupo para aproximar su sonido al estilo de bandas de nuevo metal como Deftones e Incubus.
Su inolvidable nombre, persistente autogestión y avanzado espíritu subversivo convirtieron a Pinochet Boys en una de las bandas más importantes del punk chileno —según muchos, la primera de todas—, pese a su corta vida y a que por décadas no existió registro alguno de su trabajo. El grupo mantuvo siempre una misma formación, y decidió su separación durante un viaje a Brasil. Todos sus integrantes se destacaron luego en diversos proyectos musicales en Chile y el extranjero. Pinochet Boys es ineludible en la revisión de los márgenes de la cultura santiaguina bajo dictadura; un logro que la banda jamás llegó siquiera a imaginar.
Ocupan un lugar de referencia: ser la primera banda de Concepción compuesta totalmente por mujeres. Con actitud frontal y letras feministas, esta agrupación punk fundada a fines de los años '90 por Gabriela Rodríguez (Animales Exóticos Desamparados) ha mostrado ejemplares ímpetu y persistencia, soportado una intermitente carrera por más de dos décadas, incluso entre grabaciones fallidas y cambios en su formación. Flores Marchitas es un conjunto clave dentro de los movimientos feministas y para la historia musical penquista.
Formado de las cenizas del grupo Día Catorce, el trío fue uno de los primeros grupos chilenos que tomó la influencia del movimiento de riot grrrls y decidió trabajar un punk-rock feminista, tal como en el cambio de milenio lo hicieron Lilits, Golden Baba, Vaso de Leche y otras bandas de vida más breve. A lo largo de su historia Las Jonathan mantuvieron una fuerte presencia en vivo con canciones que hablaban de verdades simples, y fueron cultoras de un sonido marcado por los cambios de ritmos y juegos de voces, fuera de todo virtuosismo.
Banda pop-punk surgida el 2005, que incluyó a la estrella televisiva adolescente Javier Javbo Castillo (BKN) como cantante. Sus singles "Por siempre" y "Canción para ella" tuvieron una significativa difusión entre ese público etáreo. Con estructura de guitarra, bajo y batería, muestran un pop de buena factura que crece al margen de los laboratorios de la televisión y de la industria. Solo publicaron el disco Quiero salir (2007).
Sus enérgicos shows y el carisma de su líder, el fallecido TV Star, han preservado el recuerdo de Dadá dentro de los escasos mitos del rock chileno, pioneros en los primeros ensayos locales de punk. No existen registros de su trabajo musical, aunque su historia quedó por escrito a través del trabajo hecho por el guitarrista del grupo en el libro Dadá. Underground bajo dictadura (2009).