Canto y trova

Poemas y canciones de amor, de humor o de política fueron parte del oficio del trovador histórico, personaje nacido ya en épocas medievales y que mil años después regresó a la música popular con el mismo sentido. Su figura renació en los años '60, cuando en América Latina y Europa surgieron autores cuyas canciones –interpretadas con la sola compañía de una guitarra- hablaban de sentimientos personales y temas sociales. Canto y trova son formas modernas de expresión del trovador, quien a falta de despliegue instrumental centra el poder de su música en las letras y en su virtuosismo como ejecutante de esa pequeña orquesta de seis cuerdas. Desde Francia a Estados Unidos y desde Cuba a Chile, los cantautores reaparecieron en la década de los grandes cambios. En nuestro país se activó en el marco de la Nueva Canción Chilena y luego siguió con el movimiento joven del Canto Nuevo, pero su oficio es ahora tan genérico que ha superado todas las etiquetas.

Chinoy

Dueño de una voz particular y andrógina, de una cantautoría prolífica, de una discografía alternada entre ediciones oficiales e informales, y de inquietudes artísticas extendidas a la poesía y la pintura, el cantautor Mauricio Castillo –«Chinoy», por su abuelo carpintero– pasó de tocar en bares de Valparaíso a ser, entre los años 2008 y 2009, un fenómeno de visitas en la entonces masiva e influyente plataforma MySpace, y luego uno de los nombres más reseñados por la prensa local. Desde entonces, y entre vaivenes biográficos atípicos para los de un músico de éxito, su trabajo se mantiene como uno de los de más firme identidad en el panorama de solistas nacionales nacidos después de 1980. El músico ha tenido una disposición proclive al trabajo en vivo e itinerante, con visitas a Colombia, México, Alemania y Argentina (se radicó por un tiempo en Córdoba y en Buenos Aires). A su modo, y según sus impulsos, su trayectoria es fascinante, en parte, por su impredictibilidad.

Taller Recabarren

Taller Recabarren fue uno de los muchos proyectos que ocuparon al compositor Sergio Ortega durante su exilio en París, y se convirtió en uno de los grupos importantes para la difusión de música chilena en Europa en los años setenta. Aunque su discografía fue breve, incluyó una importante cantata histórica basada en la vida de Bernardo O’Higgins.

Vicente Cifuentes

Un nuevo exponente de la trova moderna apareció a la zaga de los nombres de Manuel García, Nano Stern y Benjamín Walker en tres momentos distintos. El cantautor chillanejo Vicente Cifuentes era un desconocido en nuestro país hasta que reapareció en 2013 tras una década de vida en República Dominicana, donde asimiló el folclor caribeño, principalmente de la bachata. Cifuentes fue esencialmente activista de la canción protesta, sobre todo luego del estallido social de 2019. Al verano siguiente obtuvo la Gaviota en el Festival de Viña del Mar, por su canción "Chillán", que interpretó tocando una guitarra pintada en homenaje a las víctimas de la represión policial y luego editó su determinante álbum Relato, inspirado en el 18-O.

Carolina Frambuesa

Nacida en Concepción y con una vida centrada en localidades sureñas como Chiguayante y Parral, Carolina Frambuesa es una de las nuevas cantautoras que ha vinculado rock y folclor en canciones guiadas por guitarra y voz que, en sus palabras «mezclan metáfora y realidad». Sus primeras experiencias de bandas, como Reptar y Surmenage, estuvieron marcadas por el sonido rock, y en ellas Carolina asumió la función de vocalista y guitarrista.

Vicencio Navarro

Cantautor independiente que en 2002 comenzó a dar conciertos en distintos bares de Santiago, con canciones y relatos en primera persona. Su permanente trabajo en vivo le ha granjeado gran recepción entre los aficionados a la trova urbana. Vicencio Navarro articula su oficio de cantautor con el de producción de encuentros de canto y cantautoría, como el que creó con el nombre de "Dándole Cuerda". Además, ha compartido escenario con exponentes del género de todas las generaciones (desde Eduardo Gatti a Chinoy), ha grabado con cantantes como Sabina Odone. Los discos de su primera trilogía son Ese día (2009), Sincronías (2012) y Era de noche (2016), cuyas canciones hablan de amor y de vida cotidiana, y se despliegan tanto en el formato tradicional de la guitarra y voz, como en el de la pequeña orquesta de acompañamiento.

Ignacia Torres

Un cruce entre la trova latinoamericana, las raíces del folclor centrino y el folk anglo se aprecian en las canciones de Ignacia Torres, cantautora perteneciente a una generación de autores que tomaron posición en la década de 2010, con nombres como los de Nicole Bunout, Javiera Barreau y El Árbol de Diego, entre otros. Apareció en el medio en 2021 con la canción "Horarios de oficina", y poco después publicó un primer álbum, Corazón abierto (2022), con su canción ariete  y feminista "Alma de mujer". En 2023 integró el elenco que realizó la gira "Cantoras por el Sur", junto a la cantante Verónica Soffia y la chelista Magdalena Rust.

Daniela Medel

Inicialmente reconocible como guitarrista, acordeonista, pianista o tecladista en bandas de música tan distinta como las de Javier Barría, Camilo Eque o Mauricio Barraza, Daniela Medel alcanzó su dimensión solista a través de Sincronía (2017), disco con el que puso en circulación un primer cancionero autoral que la respaldó como compositora y que presentó como propuesta un pop intenso, de bordes íntimos y auténtica poesía existencialista juvenil, en el siempre insondable desencuentro de los pensamientos y las emociones.

Ramírez Neira

Daniel Jesús Díaz es Ramírez Neira, compositor y autor de canciones con guitarra, con una influencia de la tierra sureña, la poesía y la literatura. De hecho su trabajo como cantautor comenzó en 2010 luego de un infructuoso proyecto de banda de rock que iría a homenajear entonces a Juan Rulfo, uno de sus padres literarios. Ramírez Neira nació en el seno de una familia campesina y minera de Lota. Su primer disco es  Útero (2011), del que se desprende su canción "Con la soga al cuello", pieza que fue antologada en el disco Absenta musical, vol. 2: cantautores (2011), álbum que presentó a una nueva partida de solistas, cantores y trovadores de la década de 2010.

Víctor Moris

Compositor y productor, la historia musical de Víctor Moris cruza espacios que van desde la raíz más pura de la trova hasta el rock y las fusiones con el folclor latinoamericano. En ese recorrido Moris realizó un trabajo con el poeta mapuche Elicura Chihuailaf que se convertiría en el primer álbum dedicado a su obra: Canción azul (2006), una pieza donde se reunían todos aquellas influencias musicales. Sus inicios se advierten en Concepción con una cercanía a la música andina, aunque luego se amplió hacia otros bordes de la música, desde estudios en el campo de la guitarra clásica a una militancia en el grupo Zurdaka. Más decisivo fue, incluso, su trabajo con el candombe afrouruguayo y las colaboraciones que ha marcado con el brasileño Sergio Boré y el grupo Tambores Urbanos, donde Moris aparece en una serie de discos.

Alexis Venegas

Para hablar del grupo de artistas reconocibles dentro de lo que alguna vez se conoció como «novísima canción chilena», el nombre de Alexis Venegas es ineludible. Activo en conexión con un público nostálgico de canciones acústicas, con parciales reminiscencias a la ética y al sonido de movimientos como la Nueva Trova Cubana y la Nueva Canción Chilena, aunque también de bien dispuesto cruce al pop. Y si se trata de autodefiniciones, Alexis Venegas prefiere un sustantivo sencillo: «cancionista».

Javier Farías

Cantautor independiente de Santiago. El año 2001 ganó el Festival de Todas las Artes Víctor Jara y el 2010 compuso una serie de canciones a partir de poemas de Armando Uribe, que volcó en el disco Que fue todo esto.

Carolina Carrera

Una aguerrida cantora y autora de la generación de los años '10 es Carolina Javiera Carrera Zúñiga, talquina con nombre de patriota de la Independencia y que comparte ángulos de la canción con guitarra junto con solistas como la magallánica Naara Andariega, la maulina Evelyn Cornejo, la collipullense Tamara Quijada , la temuquense Susana Cofré o la capitalina Daniela Millaleo, quienes han adoptado elementos de la trova y de la canción protesta en sus propios repertorios. En el disco de 2017, Canciones mayores, Carolina Carrera instala también una crítica muy personal a una sociedad que se aleja de la naturaleza e impone un estilo de vida que va en contra de los ciclos de la luz natural.

Loreto Lorca

La vena y la raíz del folclor latinoamericano y de Violeta Parra están presentes en las canciones de Loreto Lorca —nacida como Loreto González Lorca—, cantautora urbana, guitarrista y charanguista que se ha proyectado hacia temas de la naturaleza y el espíritu humano. Siendo adolescente viajó por Chile, Sudamérica y Norteamérica, donde obtuvo distintos conocimientos, luego aplicados a su creación. Tras décadas de canto popular, en su primer disco, Viento azul (2016), reconsidera esa raíz trovadoresca e incorpora elementos de la fusión y la world music.

Nico Michel

Las comarcas cordilleranas de Lonquimay constituyen el espacio decisivo en la historia personal de Nicolás Michel, y desde allí su nombre se ha proyectado como el de un trovador eminentemente sureño. Sus canciones aparecen como crónicas territoriales o visiones impresionistas de La Araucanía, sobre todo en la panorámica que muestra su primer álbum, Sur temprano (2016). Allí se exhiben textos sobre reflexiones y pasiones personales, pero también sobre la poética de la naturaleza, crítica social y canción contingente, temáticas que han marcado su escritura y su canto.