1970

70

Rafael Traslaviña

Delineado desde los años de esplendor de la radio, la orquesta, la boite y la industria discográfica propias del siglo veinte, la figura del músico de oficio capaz de valerse en los diversos géneros populares de la época en Chile tiene una expresión exacta en Rafael Traslaviña. Con más de seis décadas dedicadas a la música, este pianista tocó y grabó en discos de jazz, cueca, tango y otros ritmos bailables, y a su muerte ocurrida en 2011 dejó como herencia una estatura bien ganada entre los principales instrumentistas de esa era en la música popular.

Tamarugo

Músicos en el exilio en Francia pusieron este proyecto en marcha a fines de la década de los '70. Formado principalmente por el pianista Matías Pizarro, el guitarrista Alejandro Rivera, el bajista Pablo Texier y más tarde el baterista Patricio Villarroel, Tamarugo se inscribió en la música de fusión, que tomó elementos del rock progresivo, el folclor sudamericano y el jazz moderno. Su único disco fue editado en 1979 en Francia. Tan lejos del mar presentaba canciones trovadorescas , con letras escritas para el conjunto por el poeta Gustavo Mujica, y revestidas con instrumentos electrónicos con un enfoque propio de la era de la fusión.

Millaray

El conocimiento y la difusión del folclor chilote en Chile tiene como nombre mayor el de Millaray, el grupo fundado en 1958 por la investigadora y folclorista Gabriela Pizarro que, junto a Cuncumén, fue uno de los más influyentes conjuntos de proyección folclórica iniciados al alero de Margot Loyola y Violeta Parra en los años ‘50.

Los Blue Splendor

El puerto de Valparaíso, el movimiento de la Nueva Ola en los años '60, un sonido característico surgido a la par de los pioneros de rock local y una leyenda vigente hasta nuestros días son elementos unidos en la historia de Los Blue Splendor, uno de los más recordados conjuntos chilenos de los últimos treinta años.

Osvaldo Díaz

Considerado dueño de una de las mejores voces de la canción popular en Chile, Osvaldo Díaz fue un cantante activo en la televisión de los años '70, pero ha pasado por otras escenas como la última época de la Nueva Ola en la que se inició en 1968, su carrera como baladista en programas y festivales y el importante rol que jugó en el Canto Nuevo, al margen de los medios oficiales. De esa carrera quedan en la memoria canciones de diversa data, como "Ternura" (1968), "Los carasucias" (1976) y "Reflexiones" (1978) y las más recientes "Por favor no te vayas" y "No digas que no me amas" (1993).

Ana María Meza

Proveniente de una familia vinculada a la música docta, el Teatro Municipal y la Orquesta Filarmónica de Santiago, la cantante Ana María Meza abrió la paleta cromática para profundizar en algunas variantes de la música popular más allá de los territorios del canto lírico. Se transformó en una importante intérprete de jazz clásico y pop-jazz y de paso en una de las más activas maestras de voces, como lo había hecho previamente la legendaria Inés Délano.

Maitén Montenegro

Maitén Montenegro es una cantante y comediante que se inició siendo niña, por intermedio de su padre, el prestigioso actor Raúl Montenegro. Por su trabajo, vivió varios años en Venezuela y Puerto Rico, donde debutó como actriz en producciones dramáticas. A su regreso, a los 13 años, adoptó su nombre artístico (el real es María Teresa Vásquez) y montó varios espectáculos y programas detelevisión, que en 1973 la llevaron al teatro Bim Bam Bum. Entre 1978 y 1980 fue parte del primer elenco del programa de humor Jappening con Ja, y luego se integró como comediante a Sábados Gigantes, protagonizando sus propios Café Concerts, y llegando al Festival de Viña de 1985 con un espéctaculo de música y baile. Avanzados los años 90 se trasladó a Miami como productora de Sábados Gigantes, y allá montó una academia que el año 2006, cuando regresó a Chile, instaló en Santiago. En medio de toda esa historia, su paso por la música es casi un detalle, pero dejó un hit: De 1972, la sentida despedida de una esposa que ve partir a su marido: "Canción para una esposa triste".

Carlos Riesco

Premio Nacional de Arte en 2000, Carlos Riesco destacó como compositor y gestor, dirigiendo el Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile y presidiendo la Academia Chilena de Bellas Artes. Inició su formación como compositor en 1943 con Pedro Humberto Allende en la Universidad de Chile. Desde 1947 hasta 1949 estuvo en Nueva York y tomó cursos con David Diamond, Aaron Copland y Olivier Messiaen. Tres años después volvió al extranjero, primero a México para estudiar con Rodolfo Halffter, y luego a Francia, para matricularse en la clase de Nadia Boulanger.

Marcos Aldana

El apellido que denota este saxofonista en su identificación habla de una pertenencia a uno de nuestros clanes jazzísticos. Pero la historia de Marcos Aldana no sólo lo consigna como el eslabón entre dos generaciones de los solistas Aldana —con su padre Enrique Aldana y su hija Melissa Aldana—, sino que además lo señala como el único saxofonista de su generación activo en el jazz straight ahead durante el largo apagón cultural. Fue, además, el gran formador de los nuevos saxofonistas del jazz contemporáneo.

Juan Amenábar

Juan Amenábar es uno de los mayores compositores modernos de la historia, pilar en el desarrollo de la música electroacústica que tuvo lugar en los años '50. Desde su condición de ingeniero civil también fue precursor de los laboratorios de investigación ideados para la música a través de dispositivos electrónicos. Prueba de ello es el Gabinete de Electroacústica para la Música de Arte (Gema), creado en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile en 1991. Si bien fue autor de piezas vocales e instrumentales para solistas y conjuntos, es considerado uno de los impulsores de la electroacústica en nuestro país y en Sudamérica —junto a los compositores León Schidlowsky y José Vicente Asuar— con su fundamental obra "Los peces" (1957).

Semilla

El grupo Semilla es el valioso testimonio de la música de los años '70, de aquellos sectores de la sociedad más golpeados por la dictadura militar. Fueron ex rockeros de poco más de 20 años los que dieron vida a Semilla a mediados de los '70. Se presentaron en los escasos escenarios de esos años, como la Peña Doña Javiera, y en 1981 editaron un cassette con el sello Alerce. Canciones que hablaban de su oficio musical, de esperanzas de cambio y de historias nacidas en contextos de represión fueron el repertorio de una historia que terminó al poco tiempo. Uno de ellos, Jorge Venegas, inició un camino solista y, años después, Semilla fue tributado desde el punk rock de Los Miserables.

Héctor Soto

Considerado entre los charanguistas más notables y el más prolífico entre sus pares, Héctor Soto fue pionero en las grabaciones solistas para ese instrumento en nuestro país, con un material que durante largo tiempo ha sido referencia para músicos y estudiosos del tema. Compositor, profesor y divulgador, su carrera discográfica es la más extensa de los charanguistas chilenos. Ejecutante de charango tenor, ronrroco, maulincho, guitarra, tiple y teclados ha sido un gran difusor del instrumento: fundó en Argentina su propio Instituto del Charango y ha mantenido la fundamental plataforma Charango.cl. Soto ha desarrollado un repertorio de canciones propias —entre las cuales se cuenta la conocida pieza "Rosita de Pica"—, recopiladas o de autores como Violeta Parra, Raúl de Ramón, Sofanor Tobar, Willy Bascuñán, Víctor Jara y Patricio Manns. Su libro Charango para todos (2019) es vital fuente de lecciones.

Santiago Stompers

El solo hecho de haber superado los 40 años de plena vigencia como núcleo indisoluble y de haber tenido en sus filas a algunos de los más importantes músicos del jazz de todos los tiempos (el trompetista Luis Huaso Aránguiz, el pianista Hernán Prado, el baterista Lucho Córdova y el clarinetista René Eyheralde) confirman la categoría de clásico adjudicada a los Santiago Stompers. Apenas unos pasos detrás de una Retaguardia Jazz Band orientada al estilo Nueva Orleans, los Stompers se establecieron como su “rival” por naturaleza, una banda hiperactiva, lúdica, popular y llena de altibajos, pero en definitiva el más importante proyecto cultor en Chile del dixieland de Chicago.

Pedro Leal

Pedro Leal es un cantante y guitarrista folclórico conocido principalmente por haber integrado el conjunto de Silvia Infantas y Los Baqueanos y posteriormente el Dúo Leal-Del Campo, que desde los años 60 cantó junto a Ester Soré, su esposa  y cómplice artística hasta entrados los años 90. Dotado tenor, Leal inscribió su nombre en varios pasajes de la música folclórica chilena del siglo XX.

Magaly Acevedo

Cantante y vedette chilena, forjada en los años '60 en clubes nocturnos, como el célebre Bim Bam Bum.

Escombros

La música de Escombros, un grupo de rock de la generación de los años ‘60 en Chile, estaba fuertemente influenciada por bandas anglosajonas de la época. Eran cuatro chilenos y el austríaco Walter Ziman (un profesor de Educación Física becado por su país en Santiago), quien componía parte de las canciones y hacía los arreglos.

Moncho Pérez

Ramón Eugenio Pérez Alé, es decir Moncho Pérez, es parte de una reconocida saga de bateristas de jazz venidos desde Concepción, y definió su estilo con poderío rítmico e intensidad. Formado como baterista en los cancheos de matiné, vermouth y noche, en boites y locales donde él actuó en conjuntos de música bailable. Pero Moncho Pérez se fue autoconstruyendo como solista de jazz partir de los años ’70, alcanzando cotas de mayor altura en sus años en el Ángel Parra Trío y luego como líder de sus tríos y cuartetos que mantuvo en Valparaíso y Viña del Mar. Solo después de 50 años de actividad como músico, en 2024 publicó su primer disco: Tralka wenü, es decir, Talcahuano.

Arena Movediza

Nacida en Maipú en 1970, Arena Movediza es una de las agrupaciones que, junto a Tumulto, pude aspirar al título de banda fundacional del hard-rock chileno. Al conjunto le tocó trabajar en tiempos extraños, de polarización primero y represión (y toque de queda) después. Lo hicieron de modo convencido por más de una década, con la guía del sonido eléctrico y una opción de vida disidente como brújula. Sus publicaciones se concentraron en los años ochenta, y su historia muestra una larga lista de integrantes y períodos extensos de pausa (incluso con un intento de refundación, bajo el nombre Arena Rock, por parte de tres de sus fundadores, hacia 2001), que en todo caso mantienen activo el nombre y al baterista fundador, Carlos Acevedo.

Los Chamacos

Conjunto melódico con grabaciones clásicas de boleros y valses peruanos en nuestro país, así como en el acompañamiento de importantes voces chilenas desde los años cincuenta y durante varias décadas. En sucesivas formaciones se anclaron temporalmente en Los Chamacos figuras del canto y la guitarra, tales como Juan Angelito Silva, Pepe Fuentes y Luis Alberto Martínez.