Música experimental
La música experimental describe las manifestaciones que están detrás de los bastidores y cuyo gesto estético trasciende más allá de los modelos de una música convencional y comercial. En un permanente desafío a las normas de creación comunes, las variantes de la música experimental se multiplican y avanzan en distintas direcciones: desde la composición docta contemporánea y los experimentos en laboratorios de sonido, hasta la improvisación libre, el ruidismo, el jazz vanguardista y la creación a través de cintas magnetofónicas y de soportes digitales, sin omitir la diversidad del arte sonoro o, simplemente, la música creada con las armas tradicionales del rock.
Contrabajista, compositora, improvisadora y experimentadora en varios frentes musicales, Amanda Irarrázabal ha sido un nombre de la música experimental, desde su formación como intérprete clásica, el jazz contemporáneo y la improvisación libre, hasta la autoría de canciones que plantean una discusión acerca de lo que convencionalmente se entiende por canción. Dicha propuesta quedó establecida en el tal vez más autoral de todos sus trabajos, un álbum grabado en México con el título de Caudal (2020). Antes de ello, desde luego, Amanda Irarrázabal dejó registrados una serie de discos colaborativos, sobre todo de improvisaciones con solistas en Europa, Sudamérica y mayormente Estados Unidos.
Daniel Navarrete ha sido un músico de triple valencia: ejecuta el contrabajo con arco como solista o al interior en conjuntos de música de cámara contemporánea, lo pulsa en jazztets variables en clubes y lo desarma sonoramente en ensambles de improvisación libre en escenarios subterráneos. Un músico funcional y con un estilo tipo punto medio entre los duros contrabajistas de jazz y los pulcros contrabajistas clásicos.
La Pichanga fue un proyecto de jazz vinculado a los lenguajes de la experimentación y la improvisación desatada, que no contó con demasiada valoración en la escena jazzística de sus tiempos. Nunca fueron parte de las comunidades más establecidas del jazz mainstream, nunca fueron parte de las programaciones del Club de Jazz y siempre prefirieron seguir una línea musical underground. Con ese espíritu contestatario sus músicos desarrollaron una propuesta y dejaron un único disco como registro: Arriba de la pelota (2006).
Compositora, cantante, pianista y percusionista, Valeria Marmentini apareció en 2010 con su proyecto personal de laberínticas canciones bajo el pseudónimo de Airelavaleria, palíndromo con su nombre de pila. Paralelo a sus estudios de composición en Projazz y como parte de un sexteto de voces llamado Imanencia, se hizo conocida como integrante de la banda de la cantautora Camila Moreno.
Inspirado en el concepto de deconstrucción del folclor desarrollado por Violeta Parra a través de su investigación de la guitarra criolla, el músico Felipe Moreno puso en marcha sus propósitos como compositor contemporáneo y guitarrista a través de un ensamble al que denominó, justamente, Anticueca. Alrededor suyo, su enfoque y su catálogo de obras ha funcionado con la geometría del trío de guitarra traspuesta, saxofón y batería desde 2015 en adelante, pero también ha alcanzado rangos sonoros mucho mayores sobre el final de la década.
Guitarrista, compositor y productor musical, de formación principalmente autodidacta, Lorenzo Román —en ocasiones presentado como Zoroman— ha sido uno de los pocos exponentes de las seis cuerdas involucrados con la improvisación libre. Propuestas de investigación sobre las texturas sonoras y expansión tímbrica son conceptos que lo describieron como guitarrista de vanguardia en los años 2000. Román se inició como guitarrista clásico, pero desembocó en la improvisación libre (junto a los ensambles de Martin Joseph) y el rock experimental (con el grupo Prolapsus).
Tres ex integrantes del grupo de rock experimental Yonhosago, disuelto en 2007, integran el grupo Klaine Trío, consecuencia lógica de esos primeros propósitos, aunque en transcurso de una década sus músicos también fueron adquiriendo protagonismo en variados proyectos de música de vanguardia. El bajista Santiago Astaburuaga también tocó en MediaBanda (2000-08). Por su parte, el baterista Christian Hirth, con estudios de percusión clásica en la Unviersidad Católica, alternó entre el camerístico Grupo de Percusión UC, la misma MediaBanda (2000) y el dúo de percusión improvisada Code (2005). El guitarrista Santiago Blanco fue el único músico que alternó además una carrera de ingeniería. Klaine Trío editó en 2012 su primer disco, Istiklal, primer título del sello CHT Müsik.
Escritor de la generación de comienzo del siglo XXI, Carlos Labbé ha desarrollado en paralelo una búsqueda a través de diversas fuentes musicales y sónicas, desde el pop independiente, el rock experimental, la música de baja fidelidad y la electrónica. Desde su primera novela, Pentagonal: incluidos tú y yo, publicada en España, ha editado un serie de discos que dan cuenta de este trabajo de laboratorio.
El paso de la electrónica intuitiva a la electrónica académica ha marcado el derrotero de Alejandro Albornoz (también presentado como Mankacen), compositor, improvisador, artista sonoro y visual e investigador que participó en la revitalización de la música electroacústica chilena desde mediados de los años 2000, y junto a compositores como Federico Schumacher y José Miguel Candela, principalmente con la puesta en marcha del festival Ai-Maako. Su ciclo de tres álbumes titulado Fluctuaciones vino a registrar los tiempos en que Albornoz se instaló en forma definitiva entre esa generación de autores de música acusmática.
Ícono ineludible del bajo eléctrico activo desde los tiempos de la vanguardia del rock fusión, Jorge Campos ha sido un aguerrido y erudito solista a la vez que un cultor de las músicas de protesta. En el punto de intersección que marcan el rock progresivo y la fusión latinoamericana, se ubica Campos, quien demostró su potencial como integrante de agrupaciones capitales en los años finales de la dictadura: Fulano (1984) y Congreso (1986). Luego, como nombre propio, fue una figura reconocible y protagónica de la "gran fusión".
Ramona Estrella es el nombre que en 2019 adquirió la cantante, guitarrista y compositora Bernardita Fiorentino para una etapa nueva en su música tras un largo período como exponente del jazz vocal. Se inició antes de cumplir los 20 años en una escena vinculada al swing y paulatinamente fue accediendo a nuevos espacios, cada vez más arriesgados y experimentales hasta desembocar en un proyecto pop que llevó adelante entre Santiago y Melbourne, Australia. El disco que abrió ese camino para ella fue Despacia I: dolor (2020).
Compositor, investigador y multi-instrumentista Francisco Campos ha transitado por amplios territorios de las músicas actuales y las raíces del folclor, a través de canciones contenidas en discos de distinta naturaleza e investigaciones que ha realizado en relación al guitarrón de la zona central, en especial de Pirque, y las festividades ancestrales de los bailes chinos del Aconcagua.
Kinética es una de las formas de referirse a la cinésica, aquella disciplina que estudia los movimientos corporales conscientes e inconscientes y su valor comunicativo en lo gestual. Y es el concepto que Emiliana Abril Araya tomó para iniciar su proyecto como solista en la música experimental. Tres álbumes alrededor de la idea de la cinésica marcan su primera época en la experimentación con las tecnologías aplicadas a la composición, a la voz y a la poesía, y cuyos resultados siempre abiertos se instalan en diversos espacios: la electrónica, el hip-hop, el pop, el soul, la improvisación libre y las vanguardias.
Como ensamble de música actual, denominada así para referirse a ciertas corrientes de la creación en el siglo XXI, Xatarra ha bordeado líneas de música y sonido distintas, considerado en su narración instrumentos provenientes de la música clásica o sinfónica, como el cello y el fagot, y dispositivos de la música electrónica de ritmos y de ambientes, aparatos de muestreo y sintetizadores mayoritariamente. La música es resultado de este encuentro y Xatarra —voz que juega simbólicamente con la idea de la "chatarra"— se ha impuesto como uno de los proyectos centrales de la comunidad del sello 11:11. Entre sus integrantes que cuentan con proyectos solistas están la cellista y compositora Isidora O'Ryan y el compositor y productor Andrés Abarzúa. Después de intermitentes apariciones desde que comenzaron a hacer investigación sobre la música improvisada y la producción hacia 2015, Xatarra publicó el disco Cuadros (2023). Antes, habían elaborado trabajos próximos a la instalación lumínica (con el artista Sergio Mora Díaz) y la danza contemporánea (con el colectivo La Vitrina), además de establecer vínculos con nombres como Foex, Bruxista y Nico Rosenberg.
Rock y experimentos sónicos abiertos por completo a nuevas vías de composición guió la historia de Agrupación Ciudadanos, posiblemente la banda de mayor persistencia en la improvisación libre desde los tiempos en que Los Jaivas la convirtieron en marca de sus inicios en Viña del Mar.En algún punto de 1983 Juan Carlos Contreras habilitó una sala de ensayo en el altillo de su vivienda de calle Concha y Toro 30 B. Ahí se congregó una gran cantidad de músicos de diversos estilos y ensayaron ahí bandas pioneras del punk chileno como Pinochet Boys, Dadá y Los Jorobados.
Un poeta-músico o un músico-poeta es Mauricio Redolés dentro del arte contemporáneo chileno, dependiendo de a quién se le pregunte o qué formato se privilegie en el análisis. Hay libros y discos en el trayecto profesional de este hombre que ha pasado gran parte de su vida como vecino del capitalino barrio Yungay, aunque también canciones que se cruzan con poemas (y al revés) y que quizás sea mejor no clasificar del todo. El propio Redolés se ha definido, sencillamente, como «un poeta que tiene una gran admiración por el rock», y desde esa cruza ha inscrito observaciones inolvidables y agudas sobre la cultura popular chilena, de un caracter autoral distinguible y hasta ahora incisivo.
Trompetista, improvisador y educador, Benjamín Vergara Portales fue uno de los nombres que merodearon las músicas experimentales durante la década de 2000 y pusieron en marcha esas tempranas experiencias acerca de la música improvisada, todo un pensamiento creativo que comenzó a tomar peso durante el período. Su trabajo junto al referente mundial de la música improvisada, el guitarrista británico Fred Frith, rubricó entonces esta militancia y su propio manifiesto, que defendió durante largo tiempo como nombre propio desde diversos frentes.
Desde sus inicios el ensamble experimental Normaldis, creado al interior de una academia de música popular rigurosa como la Escuela Moderna de Música, dio un paso adelante en su filosofía musical al incluir en la alineación no sólo a compositores e intérpretes propiamente tales, sino también a la figura del ingeniero de sonido con un protagonismo tal vez mayor. De hecho, Normaldis se articuló originalmente como una dupla única con Sebastián Rehbein frente a la partitura y Carlos Barros (alias Marlos Barron) frente a la mesa de sonido.
En el apartado de chilenos universales, Violeta Parra tiene pocos nombres a su altura. Aunque nunca ganó un premio Nobel ni lideró conscientemente una fuerza social, la compositora de "Gracias a la vida" logró ubicar su arte en muchos círculos y puntos geográficos, y desde su muerte, en 1967, su legado no ha hecho más que expandirse. Cantantes extranjeros de diversos géneros han grabado sus canciones; y centros de estudio, museos y libros mantienen activo hasta hoy el análisis de su obra inconmesurable, a la vez tradicional y pionera, vanguardista y popular. En 2017, tanto la institucionalidad chilena como el pueblo se volcaron a las calles para celebrar el centenario de su nacimiento, ocurrido el 4 de octubre de 1917 en la localidad ñublense de San Carlos. Y desde 2015, ese mismo 4 de octubre se celebra el Día de la Música Chilena.
Multifacético baterista y percusionista, Roberto Zamora ha mantenido un bajo perfil en la escena de las músicas creativas, espacios en donde ha incursionado tanto en el jazz y la fusión como en la electrónica de escucha y la música contemporánea. En ese rumbo musical ramificado, Zamora alcanzó uno de sus puntos más altos con su trabajo como compositor de música académica para trío de cuerdas, en un álbum de carga autobiográfica titulado Texturas australes (2024).