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Los Huastecos del Sur

Los Huastecos del Sur son un grupo vocal e instrumental chileno pionero en cultivar la música popular mexicana, con gran acierto, entre los años 1938 y 1958. Obtuvieron gran popularidad en base a la interpretación de corridos, huapangos y otros estilos que hacia 1938 estaban muy de moda a raíz de la película Allá en el rancho grande (1936), que protagonizara Tito Guizar. Sus integrantes originales fueron Julio Beas, Luis Beas y Gerardo Cárdenas, en una primera etapa en la que el grupo grabó canciones como "El fanfarrón" y "Soldado de levita", ambas de 1943, en discos de 78 rpm para el sello Victor. Hacia 1945 los hermanos Beas fueron reemplazados por Óscar Rodríguez y Sergio Baeza. En 1953 se incorporó al conjunto, en reemplazo de algunos de ellos, el célebre cantante Fernando Trujillo, que permaneció en el elenco hasta 1963.

Chito Faró

Autor de "Si vas para Chile", Chito Faró tiene una vida marcada por dos rasgos tan conocidos como paradójicos: es el hombre que escribió la más famosa canción de todos los tiempos dedicada a Chile y murió en medio de la pobreza y el abandono después de una vida dedicada a la música popular.

Jaime Atria

Jaime Atria es un activo autor de tonadas, valses, cuecas y canciones festivaleras con gran presencia en la industria del folclor de masas y la música típica, además de el responsable de una de las piezas más representativas de la identidad chilena del siglo XX. Ese himno canción nacional comienza con el trallazo cuequero de “Déjame que te llame / la consentida”, y se llama, justamente, "La consentida", obra que le significó a Atria un espacio entre los grandes autores de canciones chilenas de todos los tiempos.

Los Cuatro Hermanos Silva

En la historia de la música típica chilena, Los Cuatro Hermanos Silva están entre los intérpretes que en los años '40 renovaron ese repertorio con la actuación de mujeres en el rol de cantantes y figuras escénicas, y es el conjunto que con más persistencia ha exportado su música a nivel internacional, extendida desde el repertorio chileno al latinoamericano.

The Chicagoans

El trío de jazzistas aficionados que al comenzar los ‘40 ensayaba a puertas cerradas, se convirtió en la semilla para la gestación del histórico Club de Jazz de Santiago. Era una banda formada por los amigos René Eyheralde (clarinete), Ernesto Tito Rodríguez (corneta) y Lucho Córdova (batería), quienes practicaban una música lejana al “jazz melódico” de arreglos y totalmente bailable que por entonces ejercían los músicos profesionales de las orquestas.

Isaías Angulo - El Profeta

Poeta popular y destacado guitarronero, Isaías Angulo es uno de los quince cultores naturales del canto a lo poeta cuya sabiduría fue recogida por Violeta Parra. Conocido como El Profeta y contemporáneo de cantores como Emilio Lobos y Juan de Dios Reyes, el testimonio de su conversación, canto y versos consta en el libro Cantos folklóricos chilenos, recopilados por la artista y publicados por editorial Nascimento en 1979, trece años después de su muerte.

Carlos Pimentel

Carlos Pimentel Barrera fue uno de los pioneros en la guitarra clásica chilena en los albores del siglo XX, protagonista de un intenso trabajo de creación y docencia en Valparaíso, descrito por la producción de abundantes partituras que transitaron desde la música docta a la música popular. Su catálogo superó las 500 obras, con piezas para guitarra, piano y canto, principalmente danzas de salón, gavotas, valses, schottischs, mazurcas y polkas, además de habaneras, tangos, foxtrots y hasta tonadas y cuecas. En 2015 su legado llegó al Archivo de Música de la Biblioteca Nacional.

Manuel Ulloa Cortés

Manuel Ulloa Cortés es antecesor de generaciones de cultores del canto a lo poeta y del guitarrón en Chile. Padre de Osvaldo Ulloa Lobos (n. 1936), uno de los más respetados guitarroneros veteranos de la actualidad, él fue el hombre que educó en ese instrumento a su hijo y le traspasó una tradición que luego se ha transmitido a cantores como Juan Pérez Ibarra (n. 1954) y Alejandro Ramírez (n. 1979) por el mismo vínculo de maestro a discípulo.

Carlos Navarro - el Pollito

Cantor y acordeonista, integró elencos del histórico conjunto cuequero Los Chileneros, que llevó la “cueca brava”, también llamada centrina, urbana y chilenera desde la calle al disco y que tuvo a otras emblemáticas figuras en esta línea: Hernán Nano Núñez, Raúl Perico Lizama y Luis Baucha Araneda. Aún así, Carlos Pollito Navarro fue el músico que menos popularidad tuvo dentro de este fundamental conjunto.

Dúo Rey-Silva

Un nombre capital en toda la música típica y de raíz folclórica chilena es el del Dúo Rey-Silva. Durante más de cincuenta años de actividad a partir de su inicio en 1935, Alberto Rey (1915-1991) y Sergio Silva (1917-2017) fueron figuras principales en géneros como la cueca y la tonada, además de trabajar con variedad de músicos señeros como Arturo Gatica, Esther Soré y Mario Catalán entre otros. El Dúo Rey-Silva figura en los inicios del cine musical chileno, fue parte de la bohemia más dorada de los años ‘40 a los ’60 y emprendieron giras por América Latina y EE.UU., además de ser la plataforma para el trabajo de Alberto Rey, solista en arpa y otra figura central de la música chilena.

Alberto Rey

Más de medio siglo de historia musical chilena está asociado a la figura de Alberto Rey, arpista del célebre Dúo Rey-Silva y como solista. Luego de tocar con el temprano conjunto típico Los Guasos de Chincolco, en 1935 formó el Dúo Rey-Silva junto al guitarrista Sergio Silva, con quien emprendería una carrera de más cincuenta años ininterrumpidos. En paralelo desarrolló una cuantiosa discografía personal con arreglos de música folclórica para arpa, como también una frecuente colaboración en grabaciones de otros músicos. Uno de sus últimos trabajos fue la reedición del LP El huaso que yo conozco (1967), grabado por el Dúo Rey-Silva junto a Pedro Messone y reeditado en 2001, pero Alberto Rey murió antes de la publicación de disco, a los 85 años y después de 66 años de prolífica carrera.

Clara Solovera

Autora de los populares versos ‘‘Ayúdeme usted, compadre / pa’ gritar un viva Chile’’, Clara Solovera es una de las principales creadoras de la música típica chilena. Suya es esta clásica ‘‘Chile lindo’’ (1948), canción que encabeza la lista de himnos costumbrista de las tonadas chilenas, además de ‘‘Mata de arrayán florido’’ (1948), ‘‘Manta de tres colores’’ (1956), ‘‘Álamo huacho’’ (1963), ‘‘Te juiste pa’ ronde’’, o ‘‘Huaso por donde me miren’’, parte del repertorio que hace de ella una de las más prolíficas fuentes para la tonada.

Margot Loyola

Margot Loyola es, junto a Violeta Parra, una de las dos grandes maestras del folclor chileno. Dedicada a la investigación y la enseñanza, contribuyó a renovar esa música al impulsar el trabajo de campo en los grupos de proyección folclórica de los años '50, difundió y estudió estas tradiciones en Europa y América y es la única folclorista que ha ganado el Premio Nacional de Arte, reconocimiento que recibió en 1994. Falleció en agosto de 2015, a la edad de 96 años, dejando un legado de estudios de campo, recopilación y canto de más ocho décadas. Desde 2016, cada 15 de septiembre, el día de su natalicio, se celebra el Día Nacional de la Cultura Tradicional y Popular Chilena.

Lalo Parra

Tío Lalo para los sobrinos y cercanos, Eduardo Emeterio Parra Sandoval de nacimiento, Lalo Parra es parte de la primera y famosa generación de la familia Parra, cuarto hermano de la casa luego de Nicanor, Violeta e Hilda, y mayor que Roberto, Lautaro, Elba y Óscar Parra. Cantor, guitarrista, autor y compositor, durante su vida difundió un repertorio de cuecas choras, jazz guachaca y valses tradicionales acunado en la familia y aprendido en más de ocho décadas de historia. Entre todos sus hermanos fue quien más mereció el nombre familiar de tío, ya no sólo de parte de sus sobrinos originales, sino de todo el público que encontró en él un símbolo de experiencia popular chilena.

Los Provincianos

Los Provincianos fueron uno de los grupos urbanos herederos de la tradición iniciada por Los Cuatro Huasos en 1927. Con un origen universitario, se conformaron oficialmente  en 1938 en los estudios de Radio Cooperativa. y grabaron decenas de discos en el formato de 78 RPM, y en los años 60 -con algunos cambios en su formación- editaron dos discos larga duración, todos con el sello RCA Victor. Además de temas clásicos de la llamada música típica, como "Oro purito" o "Amarga ausencia", el conjunto desarrolló un repertorio propio, lo que es un sello distintivo en su género musical, y que dejó éxitos como "Mi casa de campo" o "Tu beso". Se disolvieron en 1966, pero hasta hoy son un punto referencia en la interpretación de repertorio tradicional, y el período musical que la academia ha llamado "música típica".

Luis Barragán

Luis Barragán fue uno de los arregladores más importantes de la historia de la música popular chilena, y legó tan importantes grabaciones como composiciones para la canción de su tiempo. Orquestador, compositor y pianista de jazz (integró brevemente el grupo The Chicagoans), su nombre figura en los créditos de populares singles y LPs, incluyendo "La torcacita", de Ginette Acevedo (1971); el bolero "Una cruz" y el rock lento "Por creer en ti", de Isabel Adams; y todo el exitoso primer repertorio de Cecilia para el sello Odeon ("Dilo calladito", "Puré de papas", "Baño de mar a medianoche", "Aleluya"). Inscribió también canciones propias, como el bolero "En un rinconcito" (1955), popularizado por Arturo Millán; la balada "Ay amor", para Los Ángeles Negros; o la cumbia "El zapato con arena", grabada por Luisín Landáez. Otros de los nombres con los que trabajó fueron Los Huasos Quincheros, Carlos Contreras y Los Hermanos Arriagada.

Mickey Mardones

Fue la colorida figurita del Ratón Mickey, que él lucía en su chaqueta cuando salía a tocar, la que consolidó la identidad musical del saxofonista Fernando Mario Mardones Álvarez, mucho más conocido como Mickey Mardones. Es un ejemplar de aquellos músicos de cancheo y repertorios populares y bailables de los años '50 que hicieron el paso hacia hacia el swing y la improvisación jazzística. Junto con Carmelo Bustos y Kiko Aldana, Mickey Mardones completa una tríada de estos grandes saxofonistas que lograron trascendencia.

Luis Hernán Araneda - El Baucha

Cantor de fuste y observador privilegiado de la vida callejera de Santiago durante casi todo el siglo XX, Luis Hernán Baucha Araneda protagonizó historias suficientes para levantar mil cuecas. Integrante fundador (junto a Hernán Nano Nuñez) del conjunto Los Chileneros, «El Baucha» representó en sus últimos años de vida a una cultura casi extinta, aquella que tuvo al folclor urbano como la expresión de los márgenes más ásperos y esforzados de la vida en la gran ciudad. Se ocupó desde niño entre mataderos, mercados y arrabales, manteniendo una sola y gran constante: su amor por el canto vivo y poderoso, ése que él llamaba «de combate»; capaz de enamorar mujeres «y hacer llorar a los choros», en sus palabras.

Manuel Saavedra

Por años el guitarrón más antiguo de Pirque estuvo en buenas manos. Fue el que tocó hasta el final Manuel Saavedra, cantor y poeta popular de esa ciudad de la región metropolitana que es, a su vez, la cuna de ese instrumento tradicional chileno. Fallecido en 2013 a los noventa años, Saavedra dedicó buena parte de su vida al guitarrón y el canto y fue el más veterano cultor de esas tradiciones ya entrado el nuevo siglo.

Domingo Pontigo

Uno de los más importantes y prolíficos poetas del canto a lo divino es Domingo Pontigo Meléndez. Hijo de San Pedro de Melipilla, tierra que ha sido la cuna de cantores insignes como Atalicio Aguilar y Adiel Fuenzalida, Domingo Pontigo es agricultor, poeta popular y cantor a lo humano y lo divino desde 1947, y es reconocido como el poeta popular de mayor producción escrita en Chile.