2000
La historia musical de Dorian Chávez está ligada principalmente a su trabajo como DJ en la naciente escena de la música electrónica durante la década de 1990, cuando fue parte de la comunidad de impulsores de la cultura dance. También presentado como DJ Dorian Chávez, tuvo una decisiva residencia de 12 años en el club La Feria, uno de los símbolos de la electrónica nocturna capitalina en esos tiempos. Participó en fiestas por distintas ciudades de Latinoamérica, destacando los eventos Southamerican Music Conference de Buenos Aires y las versiones locales de la Love Parade. Y como productor ha colaborado junto a Tony Mass en distintos proyectos, desde compilados hasta producciones propias, además de trabajar mano a mano con Francisco Allendes en el proyecto Pacific Coast Project. Su muerte prematura, a los 53 años, impactó a la comunidad musical de la electrónica.
Baterista de la generación cero.cero del jazz, la versatilidad de Nicolás Ríos va desde el post-bop hasta un marcado avant-garde, además de alternar en los espacios de la música de cámara a trabajos con electrónica. Es compositor pero sobre todo improvisador libre, aspectos que quedan expuestos en trabajos como Fuera de foco (2005), con que inició su ruta dentro del jazz. Se le considera un solista próximo al Andy Baeza de los años 2000, y es parte de una oleada de bateristas que en esos tiempos exploraron la música experimental. como Julio Denis, Matías Mardones y Hugo Manuschevich. Junto con ello, Ríos tuvo un rol protagónico en la gestación y producción de sonido a través de su estudio de grabación Palo Quemado.
Ciudad Satélite fue parte de la oleada chilena de britpop, sonido que esta banda de la comuna santiaguina de Maipú tomó de la mano de Canal Magdalena, de quien efectivamente fueron ahijados en sus comienzos. También pertenecen al gran circuito de rock independiente, sólo que desde esa posición grabaron su disco debut en Argentina y lograron una nominación a los premios de MTV Latinoamérica en 2005.
El legado de la centenaria Margot Loyola Palacios está presente en el canto de Andrea Andreu, autora, intérprete de música de raíz y una de las últimas discípulas de la folclorista, investigadora y cantora linarense, junto con los nombres de Natalia Contesse y Claudia Mena, entre otras mujeres que llegaron hasta su casa en la comuna de La Reina para recibir sus enseñanzas. Principalmente a través de su disco Legado (2012), con abundantes canciones y danzas entregadas por la maestra, Andreu dio cuenta de esa experiencia. Pero incluso la influencia se traslada hasta sus primeros tiempos en la música folclórica, cuando integró el conjunto de proyección Palomar, creado por Loyola en los años '60.
Miembro de un clan histórico, Pablo Lecaros surgió en el jazz chileno y la música popular como uno de los primeros solistas del bajo eléctrico en la era de la fusión, junto al peruano radicado en Chile Enrique Luna. Lecaros fue desde mediados de los '70 un ejemplar inédito, formado con las claves del jazz, las armas del rock y las raíces de la música popular chilena. Un punto de confluencia de tres líneas que queda bien representado en su composición "Tonada para la pachamama", una de las más fundamentales en este campo, que el músico grabó con grupo La Marraqueta.
El nombre de Uwe Schmidt excede con creces la escena chilena, y sus múltiples seudónimos deben pesquisarse no sólo en su natal Alemania, sino en cada foco significativo para la música electrónica global; de Tokio a Nueva York, de Buenos Aires a Goa. Pero el hecho de que Schmidt haya fijado residencia en Santiago de Chile (en 1997, y en parte por el nacimiento de su hija junto a la tecladista chilena Cecilia Aguayo) lo convierte en un referente cercano, que además no ha cesado de establecer vínculos de trabajo con músicos locales.
Cerca de su debut como conjunto, Los Aucas tuvo un estreno masivo que marcó por años su historia, cuando en 1982 participaron junto a Pedro Messone con la canción "La tejedora", de Sandra Ramírez, en la competencia folcórica del Festival de Viña del Mar. El tema se volvió excepcionalmente popular, y el conjunto iba a volver a ese escenario a defenderla en la competencia histórica organizada en su edición del año 2000. Pero Los Aucas son un grupo de raíz folclórica de vida propia, con varias publicaciones, e idas y venidas por cambios y disputas entre sus integrantes, que los ha llevado a períodos de pausa y presentaciones en «facciones». Su discografía integra ritmos chilotes, y ritmos nortinos, de zamba, candombe y son.
Liderados por el guitarrista Aldo Sandoval en un circuito que va desde Valparaíso hasta Quilpué, el grupo Mandala (que significa "círculo" en sánscrito) ha sido una cara musical en el puerto desde mediados de la década de los 2000, nutrido de elementos del pop y la canción latinoamericana y brasileña junto a toques de latin jazz, que lo aproxima a grupos de como Motete, Fusión Judá, Trifulka o La Guacha.
El tránsito entre el florecimiento de la Nueva Canción Chilena interrumpido en 1973 y su continuidad en el Canto Nuevo tuvo entre sus hombres más activos a Nano Acevedo. Cantante, autor, gestor musical y sindical, Acevedo es un cantor urbano de raíz folclórica que se inició en escenarios como la precursora Peña Chile Ríe y Canta en 1968, ganó el festival de la OTI en Chile en 1977 y ha sido un activista del gremio en dictadura y democracia, con cuarenta años de trabajo en los que ha escrito canciones como "Rin del amor" y el auténtico éxito setentero chileno "Oda a mi guitarra".
Dos voces y dos guitarras definen el sello de Los Vargas, el dúo de hermanos que popularizó en Chile valses peruanos como ‘‘El plebeyo’’ y ‘‘Nube gris’’ desde 1958. En la genealogía chilena de ese ritmo, junto a solistas como Lucho Oliva, Palmenia Pizarro y Ramón Aguilera, Los Vargas están en la primera línea, y su carrera, iniciada en los años '40, ha sido continuada por una segunda generación de músicos.
Tal como una escena musical puede acoger como locales a extranjeros asentados en un determinado momento en el país (le sucedió en Chile a cantantes tan diferentes entre sí como José Bohr, Lucho Barrios y Gervasio, por ejemplo), existen aquellos músicos de proyección internacional cuyo vínculo con nuestro país es apenas la línea de inicio de su biografía, casi como una casualidad o un muy breve cruce de circunstancias. Es el caso de Alain Johannes, nacido en Santiago pero criado y educado entre Europa y Estados Unidos, y cuyo desarrollo como guitarrista, baterista, cantante y compositor—relevante incluso para los altos estándares del rock californiano— se dio muy lejos del circuito de espectáculos local. El músico se ha vuelto sin embargo en los últimos años un nombre cada vez más cercano a Chile, en parte por el cariño y admiración de la audiencia hacia su trayectoria, y en parte por su propio interés en mantener de algún modo ese vínculo biográfico. Además de sus álbumes solista, Johannes ha mantenido diversas bandas a lo largo de su vida (la más importante de ellas, Eleven) y ha colaborado como instrumentista y productor con nombres de prestigio mundial: Dave Grohl, Chris Cornell, Queens of the Stone Age, PJ Harvey y Arctic Monkeys, entre otros.
Versátil cantante y cultora de variantes que van desde la música popular en su más amplia gama hasta el jazz latino, Olga Torres es una de las primeras profesoras de canto popular que ejercieron la actividad tras las experiencias en el campo iniciadas por maestras de voces como Inés Délano en los '70 y Ana María Meza desde los '80. De este modo, su presencia fue más nítida en las aulas que en los escenarios desde que se concentró en la enseñanza académica y comenzó a formar a cantantes en la Escuela Moderna de Música y la Universidad de las Américas.
Iniciada espontáneamente en el Canto Nuevo de los ’80, Verónica González no fue una figura habitual en aquellos circuitos de música, poesía y protesta política y social como sus contemporáneas Isabel Aldunate, Cristina González o Rosario Salas. Sus permanentes viajes la ubicaron como una artista de paso por Chile, y fue la influencia de muchos sonidos la que determinó su lugar en la música: una exponente de la world music en Alemania, su lugar de residencia.
La música de la cantante y compositora Sol Aravena es tan sutil como su seudónimo. Muza fusiona letras sobre misticismo, amor y el paso del tiempo con sonidos acústicos, registros tomados de la naturaleza (lluvia, oleaje marino u hojas que se arrastran por el pavimento) y suaves bases electrónicas. Su estilo es la síntesis a la que ha llegado tras su paso por el grupo de new age Equs y el dúo de pop electrónico Sol Azul. Su línea expresiva y su incamuflable sensibilidad femenina al componer la emparentan con otras cantautoras como Rosario Mena y Yael Meyer.
El prolífico trabajo en la música de este intérprete, guitarrista, compositor y productor ha trascendido la historia de la banda en la que se inició, Electrodomésticos (y a la cual sigue vinculado hasta hoy, entre muchos trabajos paralelos). Carlos Cabezas ha sido un músico arriesgado, guía de una carrera marcada por giros sorpresivos. Sus creaciones profundas y atemporales son difíciles de clasificar, aunque caben siempre dentro de una corriente popular y acotada a los códigos de un rock amplio y adulto, canalizado tanto en discos propios, como en proyectos colectivos y por encargo. Su nombre es referencia generacional e innegable influencia para un modo de hacer rock vinculado al riesgo y la colaboración propositiva.
Sebastián Tato Seves es un nombre que aparece en varias historias de la música chilena. En primer lugar, es sobrino José Seves, de Inti Illimani, y es parte de dos grupos que, desde los años '90, contribuyeron a cimentar una nueva escena de música latinoamericana: La Comarca y Cántaro. Justamente con ellos se fue a Francia a mediados de los años 2000, y allá fue parte del colectivo La Bizikleta. A su regreso estuvo en la Orquesta Popular -proyecto donde tocaban ritmos latinoamericanos con letras contingentes- y debutó como solista, con el disco Tormenta 'e cuecas el año 2012. El 2017 resumió parte de su historia en un segundo disco, donde mostró nuevamente su sólido oficio de compositor, y se paseó por los distintos estilos de su carrera. Desde la trova al folclor latinoamericano, acercándose incluso a la balada.
Ligado a sellos con base en internet como Pueblo Nuevo y Jacobino Discos, Gerardo Figueroa es un músico y productor que se mantiene en contacto tanto con la música de precursores del rock chileno de los años '60 y '70 como con los más recientes escenarios de la música electrónica y experimental. De este modo ha participado en festivales del tipo de Ai-Maako y Fobia y también ha intervenido en campañas por una legislación acorde con los nuevos usos de internet en el campo de la propiedad intelectual.
Más de medio siglo y una extensa discografía acumula el Trío Inspiración en el trabajo con el repertorio romántico tradicional latinoamericano, y en ese trayecto ha cabido sobre todo el bolero, pero también el vals peruano, la canción «cebolla», la copla y la balada. Sin prejuicios sobre el estilo que se ajusta a su formación de trío de guitarras con armonías vocales, el grupo ha mantenido el circuito de restaurantes, quintas de recreo y festivales regionales como su espacio natural de acción. Alguna vez conocidos como «Los Panchos chilenos», el Trío Inspiración es prueba del vigor que cierta canción romántica en castellano mantiene más allá de las modas.
Al igual que otros próceres de la música tropical chilena, Adrián César Chauque es extranjero, y su penetración en Chile ha sido innegable y trascendente. Llegó en julio de 1993, a una presentación en Calama, y se terminó quedando por casi dos décadas. Primero residió en Antofagasta y luego se radicó en Santiago, y con distintos elencos en sus bandas de acompañamiento, con el nombre de Adrián y los Dados Negros difundió varios hitos populares en los 90, como sus versiones de "Tarjetita de invitación", "El santo cachón" y "Por qué me siguen las mujeres". El modelo de cumbia electrónica que trajo desde Argentina, y que en Chile casi no se conocía, le dio una enorme popularidad, y se convirtió en un referente para músicos locales. Desde el 2010 reside en Argentina, pero se sigue presentando en Chile, en Bolivia e incluso en escenarios europeos.