Iñigo Díaz

Hijo del compositor y musicólogo Fernando García (Premio Nacional de Música 2002) y de la bailarina y coreógrafa Hilda Riveros, en 1973 llegó a Lima. En 1979 se trasladó a La Habana donde su madre obtuvo una gran figuración como bailarina. Ahí llegó a ser discípulo de batería de Enrique Pla y aún siendo un alumno de música actuó junto a figuras como el trovador cubano Vicente Feliú o el cantautor cubano Donato Poveda. Entonces Alejandro García obtuvo definitivamente su nombre artístico de Alex (no confundir con el baterista de rock chileno Alex García, quien tocó en Panzer).

Regresó a Santiago en 1989, una vez abierto el ingreso para las familias exiliadas desde 1973, para iniciar una itinerancia por clubes y festivales. Así ejerció múltiple militancia y colaboraciones musicales con grupos como Makondo (fusión latinoamericana), Salsa Maestra (salsa) y La Red (jazz-rock). En 1993 compuso la música para la coreografia Tiempo de percusión (de su madre, Hilda Riveros), estrenada por el Ballet del Teatro Municipal e interpretada en vivo junto a Joe Vasconcellos en los parches (en La Habana ya había hecho lo propio con Pavana para una infanta difunta, estrenada por el Ballet Nacional de Cuba).

En 1996 se radicó en Nueva York para profundizar en los ritmos afrocubanos, convirtiéndose en un versátil sideman de la escena latina. Un año después formó el grupo multinacional Afromantra con el que definió su variante de líder de ensambles, compositor y arreglador, incorporando además al pianista de jazz chileno Pablo Vergara (Nexus, Cyberjazz). A la cabeza de Afromantra, grupo que llegó a actuar en el mismísimo club Birdland en Manhattam, Alejandro Álex García editó los discos de latin jazz Latin jazz ensemble (2000), Alignment (2003) y Uplifting spirit (2006).