2000
Cuatro indiscutidos clásicos de la balada chilena concentró en poco tiempo la trayectoria de Cristóbal, intérprete que, casi sin planearlo, a los 23 años profesionalizó su gusto por la música en un Chile ochentero que acogía parte del canto popular sobre todo en sets de televisión y grandes festivales. "Una niña, una historia", "Te vas quedando sola", "Se te olvida" y "Basta ya" son los temas que hasta hoy identifican a este baladista de registro vehemente y catálogo poderoso, apoyado siempre en una cuidada selección de autores y arregladores.
Bajista de rock y funk, contrabajista de jazz y profesor de música de larga data, Miguel Ángel Pérez es uno de los solistas de la generación de los '90, integrante y puntal de diversas agrupaciones de la época que marcaron la escena: el jazz rock de La Red, el blues rock de La Banda del Capitán Corneta y el hard rock de Mandrácula. Además de trabajar en los inicios del músico pop Jano Soto y con la cantante y profesora de voces Gloria Pérez, y además de formar a bajistas de sucesivas generaciones en los años 2000 y 2010, Pérez pasó paulatinamente al contrabajo para integrar el trío de jazz del pianista Américo Olivari, junto al baterista Andy Baeza, tocar como ente autónomo y acompañar a una serie de cantantes e intérpretes de standards.
Humana es hardcore ilustrado. Todos sus integrantes fueron estudiantes de la academia de música Projazz en Santiago, y desde ahí el guitarrista Matías Figueroa y el bajista Miguel Morgado se inclinaron por las vetas estadounidenses más modernas del hardcore, derivación acelerada del punk rock, e iniciaron el grupo para aproximar su sonido al estilo de bandas de nuevo metal como Deftones e Incubus.
Orión Lion es el nombre de batalla de Orión Morales, pianista, compositor, arreglador, líder de conjuntos, combos y ensambles y joven director de big bands, cuya música se movió principalmente por los lenguajes del latin jazz. Fue un activo gestor cultural e impulsor del festival Jazz por la Paz desde 2016, cita que trajo a Chile a figuras internacionales del jazz latino, además de académico adjunto en la bostoniana Berklee. Como nombre propio, también llegó a presentarse con su quinteto en el Festival de Jazz de Providencia en 2012.
Es el cantante que mejor resume las características del nuevo pop consolidado desde 2010 en Chile. Gepe se inició en la década previa en el circuito independiente y desde esa base ha evolucionado hasta hacer llegar su música a un público amplio, con éxitos sucesivos y creciente presencia internacional. Así como fueron muy variadas las músicas que escuchó antes de ponerse a tocar, también han sido diversas las opciones de Gepe para hacer sus canciones, y se ha valido de ellas para aparecer como uno de los cantantes y autores distintivos de su generación. Desde su inicio como solista en 2004, Gepe ha pasado por los instrumentos acústicos, el pop electrónico, una exitosa inclinación por los ritmos andinos, la tonada y tradición campesina, e incluso elementos del reguetón y la bachata en su búsqueda sostenida.
Tras regresar de una estadía en Chicago, el guitarrista Mauricio Rodríguez se reposicionó en el circuito capitalino como un solista capaz de dirigir proyectos jazzísticos (ya había liderado Almendra Trío al promediar los '90). En 2001 formó el llamado Supertrío, una banda de jazz (con nombre de grupo estelar de rock) que a la larga se transformó en uno de los primeros conjuntos en experimentar sobre el lenguaje de las “cifras irregulares”. En adelante, una buena parte de los jazzistas de los 2000 se sumergiría en estos tópicos rítmicos “cojos”.
Proyecto de rock folk progresivo formado en la ciudad de Quilpué y liderado por el guitarrista, bajista, cantante y compositor Carlos Cruz. Inspirado en épicas fantásticas, poéticas existencialistas, temáticas ecológicas y críticas sociales, su música ha transitado desde el rock de largo aliento a la canción acústica. La base del grupo la completa la tecladista Paula Demarco y en su primera década de vida, el grupo ha tenido distintas formaciones, desde dúo a quinteto, pasando por el cuarteto que grabó el disco Nuevo pulso (2010), que incluyó al baterista de Tryo, Félix Carbone. La pareja musical Cruz-Demarco es además pareja sentimental y su pequeño hijo Juan Salvador Cruz Demarco se integró al grupo como baterista a los cinco años en 2014, y quien aparecería en la música del disco Ciclos (2023).
Fugaz agrupación de hip hop liderada por el hijo del cantautor uruguayo Gervasio, Nahuel Viera (Elnawel), quien junto a tres músicos dio vida a este conjunto, parte de la explosión del género de la primera mitad de los 2000. Todos los músicos tenían experiencia en distintas agrupaciones del circuito rapero de esos años, y hacia el 2002 – tras diversas formaciones- dieron una existencia relativamente estable a Bajutopía, aunque sus cambios de integrantes serían permanentes en su historia.
Su conjunción chileno-bolivana hizo de Kollahuara uno de los grupos andinos más destacados de la historia musical de nuestro país porque consiguió, quizás como ningún otro, atrapar y luego proyectar las raíces más genuinas de la cultura altiplánica. Nacido a la par que Illapu, a comienzos de los años '70, Kollahuara se diferenció desde un comienzo del grupo antofagastino por plasmar un repertorio absolutamente plegado al acervo andino. Por ello tal vez su popularidad no se encumbró tanto como la de Illapu, pero a cambio logró el reconocimiento de los entendidos.
Hasta 2007, Felipe Caballero fue el cantante de Hechizo, banda a la que dejó para iniciar una carrera solista.
El canto, la danza y el teatro han sido fuentes de inspiración y expresión para Carolina Stefanía Aguilera Cifuentes, más conocida en los ambientes del Biobío como La Canarito, cultora de diversas músicas de raíz que van desde el folclor profundo como la cueca hasta expresiones asimiladas en su uso como la música afrolatina y tropical. Escénicamente, Carolina Aguilera utiliza un elenco instrumental de medianas dimensiones que se presenta como La Canarito y su Bandada. Chorera de nacimiento y penquista por adopción, es parte de una pródiga generación de mujeres cantoras y cantautoras vinculadas al folclor de esa zona del sur, que incluye a Vasti Michel, Fabiola González, Claudia Melgarejo, Liliana Riquelme y Cecilia Gutiérrez, entre otras.
Fue una sorpresa la que en 2016 dio Rulo (David Eidelstein) al presentar su primer disco como autor solista, y no porque resultase inesperado un trabajo por fuera de su popular grupo, Los Tetas. El músico ya había mostrado hasta entonces otros proyectos y colaboraciones (como en el dúo Esencia), pero de todos modos Vendaval lo largó por un camino nuevo como autor e intérprete. No era esta vez el funk ni el R&B la base de su sonido, sino la tradición del vals peruano, la bossanova y la cueca brava lo que guiaba la autoría de sus propias canciones. A los 38 años, Rulo, conocido hasta entonces sobre todo como bajista, se afirmaba así con orgullo como un cantautor latinoamericano, uno que añade influencias hoy como residente de Ciudad de México, donde se emplea como parte de la banda de Mon Laferte, sin abandonar sus proyectos solistas: «Es el resultado de una vuelta súper larga, y agradezco haberme dado el tiempo. Encontrar mi identidad como autor era un anhelo muy grande. Lo que más me interesa en la vida es ser compositor».
El nombre del guitarrista Paulo Alexandre Paranhos de Almeida aparece en la escena de la música popular y de fusiones a partir de la década de 1990. Profesor, investigador, solista, sesionista, compositor y productor, contribuyó al conocimiento de diversos ritmos de su Brasil natal. Paranhos se mueve entre músicas muy amplias, el jazz, la samba, el choro, la MPB, la fusión, el pop y el rock.
Nicolás Vera ha sido uno de los más activos músicos de jazz de la generación surgida en la década de los 2000. Primero como sidemen, luego como líder y finalmente como cofundador y codirector del sello Discos Pendiente, editora que vino a resumir el trabajo de diez años de esta misma oleada de músicos. Nacido en la musical y jazzística ciudad de Concepción, su trabajo en la capital fue determinante en la proyección de una discografía propia que nunca detuvo su frecuencia de ediciones en distintos formatos, lenguajes y propuestas.
Autor del himno generacional “Los momentos”, Eduardo Gatti ha representado, en diferentes momentos de su extensa carrera, el virtuosismo sobre la guitarra eléctrica, el rostro del primer hippismo chileno, la voz del Canto Nuevo y la solidez de la trova adulta. Sin embargo, su trabajo constante debe más bien instalarse dentro de una corriente de cantautoría sin más clasificaciones que su identidad personal. En ese género es uno de los nombres mayores en la historia musical chilena, con una lista bastante larga de canciones acuñadas en el gusto popular. En 2020, Eduardo Gatti recibió la distinción de Figura Fundamental de la Música Chilena, el mismo año en que la propia "Los momentos" cumplió medio siglo.
Originarios de Concepción, autodefinidos como «profetas en su tierra», este conjunto ha trabajado a lo largo de una década, con dos álbumes un sonido de esencial fusión, que en su caso suena a ritmo y cruce entre Latinoamérica y ciertas raíces rocanroleras y gitanas. Sus integrantes lo llaman «Gipsy GuarachaPsicodelic Rock». Un permanente trabajo en vivo ha mantenido en actividad al conjunto que, tras la pandemia de Covid19, el año 2022 retomó su agenda.
El canto del campo, la poesía popular, la guitarra traspuesta y el sonido de la armónica conviven en la historia José Pablo Catalán Guajardo, en una transferencia sanguínea que proviene de los linajes encabezados por sus abuelos, el arriero Sergio Catalán Martínez y el cantor a lo poeta José Miguel Guajardo Rozas. De ellos tomó las sabidurías de la vida centrina, a la vez que la décima. Con sus discos Canto campesino (2013) y Porque sé de dónde vengo (2017) ha sido parte del florecimiento de una escena de cultores de principios de siglo que han mantenido vivos los legados a través de grabaciones.
La mezcla de la raíz latinoamericana con los códigos del jazz y el rock anima a la banda Fusión Judá desde el año 2000. Sonidos de todo el continente han influenciado a este grupo originario de la capitalina comuna de San Joaquín, el cual mantiene su misma formación fundacional, y una activa agenda de presentaciones en locales nocturnos de Santiago y en festivales comunales.
Junto a Ignacio González y Claudio Werner, Jimmy Coll fue uno de los primeros nuevos saxofonistas de los '90, cuando las guitarras eléctricas dominaban la escena y las cañas recién estaban reclamando su sitial. Coll llegó a ser conocido y muy escuchado por las audiencias jóvenes de la época como el tenorista del primer quinteto de Cristián Cuturrufo.
La cruza de blues, soul y punk ha afianzado a Jiminelson como una de las propuestas hoy en actividad de más perdurable recuerdo en vivo y más reconocible discografía. Su electricidad intensa y masculina se emparenta con lo mejor de la tradición rockera estadounidense de raíz campesina, y la austeridad de sus arreglos contrapesa la fuerza vocal de Gustavo León, cantante de registro pastoso, incamuflable gusto por la música negra, y similar comodidad en el canto en castellano y en inglés. Desde su formación, Jiminelson ha ido experimentando mutaciones hasta dejar a León como único integrante fundador a bordo. Aunque no le acomoda la etiqueta de solista, en rigor es hoy el cantautor el motor fundamental del proyecto.