Canto a lo poeta

Entre las tradiciones más patrimoniales de Chile está el canto a lo poeta, suma ancestral de dos disciplinas legadas por transmisión oral: el canto a lo humano y el canto a lo divino. Es decir, poesía popular que versa sobre asuntos terrenales y religiosos, respectivamente. Según el investigador Francisco Astorga, el origen del canto a lo divino se remonta a la Conquista, cuando los misioneros jesuitas del siglo XVI enseñaron la doctrina cristiana a los indígenas por medio de la poesía en décimas. Luego, los primeros trovadores y juglares españoles aplicaron a su vez el estilo musical y literario a textos profanos y dieron origen al canto a lo humano, que incluye el arte de los payadores o cultores de la poesía improvisada. Basado en dos formas poéticas principales, la cuarteta o copla y la décima espinela, el canto a lo poeta es interpretado con instrumentos como el guitarrón, el rabel y la guitarra "traspuesta" o afinada en modos distintos al convencional, y generaciones de cultores lo han mantenido vivo en vigilias, escenarios y encuentros de payadores hasta nuestros días.

Benedicto 'Piojo' Salinas

Cantor, payador, guitarrista y guitarronero, Benedicto Salinas Jiménez, conocido como el Piojo Salinas, es uno de los mayores cultores del canto popular chileno. Se inició en el folclor, integró el elenco de la Peña Chile Ríe y Canta creada en 1965 e integró una agrupación formada por Pedro Yáñez, Santos Rubio y Jorge Yáñez que en 1980 restituyó la popularidad de los encuentros de payadores. Músico comprometido además en la resistencia cultural después de 1973, sufrió el peor golpe de su vida cuando su esposa, su hijo y su cuñada murieron tras un operativo policial en 1986 y engrosaron el historial de víctimas de la dictadura. Desde entonces y hasta su muerte en 2008, la vida de Piojo Salinas fue una lucha entre ese drama personal y la chispa y picardía que desde antes habían caracterizado su carrera, una de las más significativas del canto popular en nuestro país.

Manuel Sánchez

En el campo de la poesía popular, en particular de la paya y del guitarrón, Manuel Sánchez es uno de los más adelantados herederos. Cantor a lo humano, poeta popular y payador, trajo desde sus inicios, a comienzos de los 90, el caudal de una voz joven para esas tradiciones. Está entre los inquietos cantores que mantienen vivos tales oficios en frecuentes encuentros nacionales de payadores y guitarroneros, pero además con publicaciones de discos y libros de su autoría, y talleres constantes desde la labora del divulgador. Más allá de la raíz pura del canto a lo poeta también es autor y compositor, y tanto en sus proyectos solistas como en colaboraciones con Fabiola González, Mauricio Redolés y el Ensamble Tradicional Chileno ha puesto su voz y el guitarrón al servicio de otras formas del folclor y de la canción popular.

Hermanos Morales

Un apego de vida a la tradición campesina y la música de su zona, Colchagua, animó por más de dos décadas el trabajo de Los Hermanos Morales —o Los Hermanos Morales de Lolol, como también se les conoció—, conjunto familiar que tuvo su mayor conquista en el primer lugar del Festival del Huaso de Olmué de 1979. Varias grabaciones registran la amplitud de un repertorio alimentado tanto por la composición original como por el material recolectado en terreno, y en el que pueden encontrarse sobre todo cuecas, tonadas, periconas, décimas y canto a lo poeta. Sus cuatro integrantes combinaron la interpretación, la autoría, la investigación y diversas labores para la divulgación del folclor chileno del Valle Central, tanto en escenarios formales como en encuentros comunitarios de campo, como bautizos, matrimonios, trillas y fondas.

Moisés Chaparro

Cada vez que el más reconocible cantante de Inti-Illimani, José Seves, entona el homenaje a Víctor Jara que es "Canto de las estrellas", se escuchan los versos de Moisés Chaparro. Es la composición con que este autor ha trascendido hacia el gran público en su rol de compositor, con la base que le dan sus completos oficios de cantor, poeta popular y payador, su faceta más frecuente.

Manuel Saavedra

Por años el guitarrón más antiguo de Pirque estuvo en buenas manos. Fue el que tocó hasta el final Manuel Saavedra, cantor y poeta popular de esa ciudad de la región metropolitana que es, a su vez, la cuna de ese instrumento tradicional chileno. Fallecido en 2013 a los noventa años, Saavedra dedicó buena parte de su vida al guitarrón y el canto y fue el más veterano cultor de esas tradiciones ya entrado el nuevo siglo.

Jorge Céspedes - El Manguera

Chispeante como pocos, Jorge Orlando Céspedes Romero es maestro electricista y por ese oficio lo conocen sus clientes en Puente Alto, pero como payador, poeta popular y cantor tiene más fama y un nombre propio: El Manguera. Parte del grupo de payadores Los Mentaos, ha publicado dos libros y tres discos y es frecuente invitado a encuentros nacionales de paya.

Honorio Quila

Honorio Quila es uno de los veteranos cultores del guitarrón y la poesía popular en Chile. Cantor a lo humano y lo divino, es un referente para cultores más jóvenes y se mantuvo activo hasta su muerte entrado el nuevo siglo entre las nuevas generaciones de cantores a lo poeta.

Manuel Ulloa Cortés

Manuel Ulloa Cortés es antecesor de generaciones de cultores del canto a lo poeta y del guitarrón en Chile. Padre de Osvaldo Ulloa Lobos (n. 1936), uno de los más respetados guitarroneros veteranos de la actualidad, él fue el hombre que educó en ese instrumento a su hijo y le traspasó una tradición que luego se ha transmitido a cantores como Juan Pérez Ibarra (n. 1954) y Alejandro Ramírez (n. 1979) por el mismo vínculo de maestro a discípulo.

Nara de Shile

Un desvió de su trabajo de años junto a bandas —sobre todo, aquel junto al grupo Umbría en Kalafate— significó en 2018 la decisión del porteño Cristián Bustamante de publicar un disco a solas y bajo seudónimo. Nara de Shile lo identificó al momento de publicar Ejercicios decimales (un experimento a lo humano), valiosa exploración en la poesía popular chilena y el atrevido cruce de sus formas tradicionales con instrumentos como el trompe, sonoridades experimentales y teclados de origen europeo (MonotronKorg).

Osvaldo Ulloa

Se llamaba Osvaldo del Tránsito Ulloa Lobos, pero quienes lo conocieron saben que su nombre más familiar era «Chosto», y que era una de las eminencias de la poesía popular en Chile. Nacido en el fundo El Principal de la ciudad de Pirque que siempre fue su hogar, Ulloa fue un devoto del canto a lo divino y un cultor natural del guitarrón chileno, herencias recibidas de su padre, Manuel Ulloa Cortés, también cantor a lo divino, que Chosto cultivó en encuentros de canto y guitarrón hasta su muerte, el 7 de octubre de 2010.

Juan Pérez Ibarra

Entre la valiosa comunidad de poetas populares de la ciudad de Pirque, Juan Pérez Ibarra es el más dedicado a la tradición del canto a lo divino o poesía popular de inspiración religiosa. Discípulo y compañero de Osvaldo Ulloa y Santos Rubio, cantor, poeta popular y guitarronero, es también cuasimodista y ministro de la comunión, además de gestor de encuentros en torno al canto popular y al guitarrón.

Emma Madariaga

Emma Madariaga es una cultora del verso improvisado perteneciente a un reconocido linaje de cantores a lo poeta de Cartagena, con Arnoldo Madariaga Encina (n. 1938), su abuelo, y Arnoldo Madariaga López (n. 1965), su padre. En ese contexto, comenzó a cantar y a tocar el guitarrón y la guitarra traspuesta a los seis años, en la comuna de Litueche. La familia fue distinguida como Tesoro Humano Vivo en 2017.

Hugo González Urzúa - El Pichilemino

Dos cantores populares chilenos comparten el nombre de Hugo González. El mayor es Hugo González Urzúa, El Pichilemino, cantor a lo humano y lo divino, poeta y payador. El nombre data de su cuna natal en Pichilemu, pero vive en Curanilahue, donde donde participa en vigilias de canto a lo divino y organiza encuentros de payadores, las dos facetas del canto a lo poeta. Sus versos constan además en el disco colectivo Payando despedimos el siglo (2000) junto a Fernando Yáñez y Alejandro Cerpa Fuenzalida, El Pumita de Teno, y en una grabación propia, Lo que al pueblo pertenece. El Pichilemino publica también una lira popular cada dos meses, en otra de las expresiones tradicionales de la poesía popular chilena.

Alfonso Ureta

Conocido principalmente por su rol en el conjunto de fusión de raíz Los del Maipo, Alfonso Ureta Munizaga mantiene una identidad musical vinculada con el territorio de Pirque, también conocido como la cuna del guitarrón chileno. Su crianza en esos lares campesinos y la fuerte presencia del canto a lo poeta allí lo llevaron a conocer de cerca la mística del guitarrón, las múltiples entonaciones locales y de otras partes de la Zona Central, además de conocer a los maestros pircanos y a realizar sus propias investigaciones, tanto fonográficas como historiográficas y metodológicas.

Arnoldo Madariaga Encina

Arnoldo Madariaga Encina es el patriarca de una familia dedicada al canto, la poesía popular y la paya en Chile, al mismo tiempo que gestor de uno de los más importantes encuentros nacionales de payadores en su natal ciudad de Casablanca y un activo participante en el ámbito del canto a lo divino.

Francisco Astorga

Francisco Astorga Arredondo fue cantor a lo humano y lo divino, poeta y payador, y representó a uno de los centros importantes de la poesía popular chilena. Nacido en la localidad de El Romeral de Pilay (próxima a Codegua, en la Región de O"Higgins), fue el organizador del encuentro anual de payadores celebrado en La Punta de Codegua, uno de los más importantes del género, e iniciado en 1993.  Al igual que cantores como Juan Pérez Ibarra, de Pirque, y Arnoldo Madariaga Encina, de Casablanca, fue también uno de los grandes artífices del canto a lo divino en Chile. Activo también como docente, falleció en julio de 2021.

Pedro Yáñez

El canto, el guitarrón, la paya y la poesía popular son todos ingredientes de la tradición que se encuentran en Pedro Yáñez, uno de los más persistentes cultores del canto en Chile. Nacido en la ciudad sureña de Campanario, conoció desde esa cuna la raíz tradicional antes de llegar a Santiago, donde estuvo entre los fundadores de Inti-Illimani y del Dúo Coirón e inició su carrera entre movimientos tan principales como la Nueva Canción Chilena, el Canto Nuevo y el canto a lo poeta, del que ha sido uno de los mayores impulsores hasta hoy. Un nuevo hito en su camino fue el popular elenco de payadores que formó en 1980 junto a Santos Rubio, Jorge Yáñez y Benedicto Piojo Salinas, previo a su trabajo desarrollado desde entonces como abanderado de la paya en asociación con Eduardo Peralta y Cecilia Astorga, entre otros. En 1999 ganó el Premio Nacional de Música Presidente de la República.

Fernando Yáñez

Nació en Chillán, pero es uno de los tres cantores que han puesto en el mapa musical chileno a la localidad de Campanario, en la comuna de Yungay, región del Bío-Bío. Junto a sus hermanos mayores Pedro Yáñez (n. 1946) y Eduardo Yáñez (n. 1947), Fernando Yáñez Betancourt se ha dedicado al canto como poeta popular, cantor a lo humano y payador, además de gestor de diversos encuentros de paya en su región natal.

Arnoldo Madariaga López

Cantor a lo humano y lo divino, poeta popular y payador, Arnoldo Madariaga López tenía 13 años cuando fue uno de los fundadores de las vigilias de canto a lo divino iniciadas en los años 70 en el capitalino Templo Votivo de Maipú. Era un destino familiar: Madariaga es la segunda generación dedicada al canto después de su padre, Arnoldo Madariaga Encina (n. 1938), con quien además ha compartido la mayor parte de su trabajo en la poesía popular religiosa y también en la paya. Su hija, Emma, ha completado tres generaciones en el oficio, que a la familia le valió en 2017 el reconocimiento gubernamental como Tesoro Humano Vivo.

Hugo González Hernández

Hugo Hernán González Hernández es oriundo de San Carlos, Ñuble, pero fue en Santiago donde descubrió la poesía popular y en particular la paya. Es un destino similar al que tuvo un cantor como Manuel Sánchez, con quien además Hugo González comparte una generación de nuevos payadores integrada por nombres como Alejandro Cerpa Fuenzalida (n. 1974), Myriam Arancibia (n. 1976) y Jano Ramírez (n. 1979). Iniciado a comienzos de los años noventa, González ha tenido maestros escogidos en los instrumentos que toca: empezó en el guitarrón con la guía de los hermanos Santos y Alfonso Rubio en Pirque, y en la guitarra traspuesta con el cantor, poeta y payador Francisco Astorga, de La Punta de Codegua. Ha participado en numerosos encuentros de payadores, donde además ha demostrado su buen oficio en la guitarra grande.
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