Jazz

Aunque nacido en Estados Unidos en el profundo albor del siglo XX, el jazz se ha convertido en una de las músicas más universales de los tiempos modernos y su lenguaje rítmico y libertad expresiva ha sido asimilada por músicos de todas las latitudes y todas las épocas. Su categoría mestiza confronta la instrumentación, la melodía y la armonía de la música europea con el ritmo, el fraseo y el alma del blues, que a su vez proviene de la música africana. Conducido por un elemento intangible llamado “swing” y reinventado en cada interpretación por su carácter improvisacional, el jazz tomó el control de la música en Nueva Orleans, la cuna del jazz, y luego en Chicago, Kansas City y Nueva York, la capital del jazz, atravesando las décadas con un sinnúmero de estilos subsidiarios que explican el nacimiento de escuelas y estéticas: ragtime, stride o hot jazz en los primeros años, swing, bop, cool y third stream en una edad mediana, free, avant-garde y fusión en los tiempos modernos. Un cuadro de honor del jazz se ilustra con creadores universales, que son además los principales referentes de la historia: en la tradición están Jelly Roll Morton, Louis Armstrong y Duke Ellington y en la modernidad Charlie Parker, Miles Davis y John Coltrane.

Felipe Duhart

Parte de la generación de guitarristas de jazz que ganaron espacios en los años '10 como sidemen o solistas, Felipe Duhart ha recorrido diversos territorios musicales. Su sonido nace en el rock pero desemboca en todo tipo de fusiones vinculadas al jazz y a la música latinoamericana. Como acompañante ha explorado tanto el soul-jazz como el jazz manouche, mientras que en su calidad de líder ha encabezado tríos, cuartetos y sobre todo quintetos de jazz contemporáneo en la combinación de guitarra y piano. Duhart comparte circuitos musicales con solistas como Italo Aguilera, Gonzalo Ostornol, Francisco Saavedra, Diego Riedemann, Matías González y otros.

Orión Lion

Orión Lion es el nombre de batalla de Orión Morales, pianista, compositor, arreglador, líder de conjuntos, combos y ensambles y joven director de big bands, cuya música se movió principalmente por los lenguajes del latin jazz. Fue un activo gestor cultural e impulsor del festival Jazz por la Paz desde 2016, cita que trajo a Chile a figuras internacionales del jazz latino, además de académico adjunto en la bostoniana Berklee. Como nombre propio, también llegó a presentarse con su quinteto en el Festival de Jazz de Providencia en 2012.

Orlando Sánchez

Las músicas vernáculas diaguita y aymara, los bailes chinos de la fiesta de Andacollo, la guitarra traspuesta, el guitarrón chileno, y el jazz contemporáneo describen los frentes creativos de Orlando Sánchez, músico instalado en la escena de Coquimbo, y quien en 2012 hizo su estreno en el disco con una propuesta de mestizaje y manifiesto musical: Antijazz, grabado en directo desde el Observatorio Cruz del Sur, de Combarbalá.

Diego Riedemann

Diego Riedemann es un guitarrista post-bop particular. Primero porque, como Marcelo Troncoso, es zurdo y debió realizar su aprendizaje temprano en circunstancias semi adversas. Y luego porque ha definido su estudio a partir del trabajo de pianistas en lugar de guitarristas. Sigue la línea lógica de Bill Evans, Keith Jarrett y Brad Mehldau, aunque en su modo interpretativo también se pueden testear a guitarristas contemporáneos como Kurt Rosenwinkel o Adam Rogers.

Orlando Avendaño

Orlando Avendaño instala su nombre en la historia del jazz chileno como el baterista que estableció definitivamente en los escenarios la dinámica, la intensidad y la agresividad de los primeros solistas bop surgidos en Nueva York a partir de la década de 1940. Fue, a la larga, el sucesor de Lucho Córdova como figura predominante en el jazz tras los tambores y platillos, experimentando una carrera profesional meteórica que lo llevó a integrar una serie de conjuntos fundamentales a partir del año 1960. Orlando Avendaño es el “niño terrible del jazz”.

Sebastián Carrasco

Trompetista y fiscornista formado en la Universidad de Chile. Desde ese campo de la música docta contemporánea fue emigrando hacia otras rumbos creativos y expresivos, vinculándose con la escena del underground y el avant-garde de mediados de los 2000. Integró los talleres de improvisación de Martin Joseph y junto a su hermano mayor, el saxofonista Edén Carrasco, y también ha realizado trabajos en la música experimental como integrante del grupo de free rock LaKut. En 2016 se unió a la banda de fusión contemporánea de la cantante Arlette Jequier y entre sus principales colaboraciones en el campo del jazz figura su presencia en el sexteto del clarinetista Mauricio Barraza que se presentó en 2015 en el Festival de Jazz de Providencia.

Contracuarteto

Contracuarteto fue protagonista de una jazzística banda sonora de época, como uno los ensambles más duraderos desde las primeras décadas del siglo XXI. Formado por solistas de la generación del 2000, Andrés Pérez (tenor), Cristián Gallardo (alto) y los hermanos Roberto Carlos (contrabajo) y Félix Lecaros (batería), Contracuarteto utilizó este nombre para representar una intervención de los esquemas jazzísticos tradicionales, que fue asociada con la idea del "anti-bop": una música sustentada en los entramados polifónicos de saxofones para crear el soporte armónico necesario debido a la ausencia del piano, e impulsada además por una feroz sección rítmica.

Kámara

Agrupación vinculada a la época y la estética de jazz fusión, que hacia fines de los años '70 concentró a destacados instrumentistas, si bien su asociación fue breve y su impacto también estuvo vinculado a la banda de apoyo del cantante Osvaldo Díaz. Disuelto el quinteto, Edgardo Riquelme y Jaime de Aguirre continuaron su trabajo conjunto en el trío de jazz moderno Tercera Generación.

Amanda Irarrázabal

Contrabajista, compositora, improvisadora y experimentadora en varios frentes musicales, Amanda Irarrázabal ha sido un nombre de la música experimental, desde su formación como intérprete clásica, el jazz contemporáneo y la improvisación libre, hasta la autoría de canciones que plantean una discusión acerca de lo que convencionalmente se entiende por canción. Dicha propuesta quedó establecida en el tal vez más autoral de todos sus trabajos, un álbum grabado en México con el título de Caudal (2020). Antes de ello, desde luego, Amanda Irarrázabal dejó registrados una serie de discos colaborativos, sobre todo de improvisaciones con solistas en Europa, Sudamérica y mayormente Estados Unidos.

Vicente Atria

Con una vida musical y creativa en Nueva York, Vicente Atria había permanecido oculto casi por completo para el público chileno, salvo cuando realizó una visita al país tras una década en esa ciudad, pero sobre todo comenzó a tener más visibilidad entre los audiencias de la música experimental con su desafiante disco The vex collection (2021), realizado junto al contrabajista estadounidense Mat Muntz. Baterista y compositor, Atria se ha sumergido en una exploración no solo desde la composición y la improvisación sino también del sonido como materialidad e incluso desde las lecturas que lo han acompañado en distintos momentos.

Sergio Contreras

Entre la evidente escasez de trompetas solistas en los comienzos de los 2000 (en comparación con las de secciones instrumentales y los saxofones solistas), Sergio Contreras hizo su reaparición en el jazz nacional después de pasar por un intenso asentamiento en Barcelona. Antes de esas largas temporadas de estudio había probado como sideman en el trío del pianista Jaime Pinto, el sexteto del guitarrista Ramiro Molina, junto al grupo La Pichanga (entonces encabezada por el pianista Mario Feito) o en algunas bandas encabezadas por el saxofonista de la vieja guardia Carmelo Bustos.

Roberto Zamora

Multifacético baterista y percusionista, Roberto Zamora ha mantenido un bajo perfil en la escena de las músicas creativas, espacios en donde ha incursionado tanto en el jazz y la fusión como en la electrónica de escucha y la música contemporánea. En ese rumbo musical ramificado, Zamora alcanzó uno de sus puntos más altos con su trabajo como compositor de música académica para trío de cuerdas, en un álbum de carga autobiográfica titulado Texturas australes (2024).

Pablo Garrido

La figura de Pablo Garrido, compositor académico, violinista, director de orquesta, investigador del folclor, divulgador de la música chilena y defensor de los derechos laborales de los músicos también aparece en el "año cero" de la cronología del jazz chileno. Es el pionero, el prócer y un "patrono" de este género aprendido y asimilado, uno de los más antiguos en nuestro país. No sólo fue Garrido el primer músico en desarrollarlo como estilo en sus obras, además se transformó históricamente en su principal difusor, a través de escritos como la traducción al español de Jazz hot, del francés Hughes Panassié, magistrales charlas y el patrocinio a decenas de músicos durante las décadas de 1920 y 1930.

Lucho Córdova

José Luis Córdova Ballesteros es una de las leyendas del jazz chileno. Su figura representa el más importante referente dentro de la corriente denominada hot jazz, vale decir los preceptos del jazz en su más puro estado, asimilado por jóvenes músicos desde un lugar tan alejado como Chile. En esa observación, Córdova es un equivalente en peso específico a figuras pioneras como el director de big bands Pablo Garrido en el jazz melódico y el pianista Omar Nahuel en el jazz moderno. El baterista antofagastino fue además el mayor testigo de la historia del jazz, que protagonizó desde inicios de los años '40, como un generador de swing único, pero al mismo tiempo como su divulgador a través de la radio y la gestión cultural, como fundador del Club de Jazz de Santiago en 1943.

Ammy Amorette

Con un pie en el jazz vocal y otro en el pop, la cantante Ammy Amorette Escobar Carril (nombres de pila que juntos significan "A mi amor") se instaló como una de las voces más presentes de la escena posterior a la que lideró en Santiago Rossana Saavedra durante los '90 y que en este tipo de croosover estilístico desde la experiencia de Amorette llegó a tener importantes cultores entrados los años 2000.

José 'Pepe' Vergara

A pesar de que nunca desarrolló una trayectoria como líder, José Pepe Vergara es uno de los trompetistas más múltiples en diversas escenas musicales desde comienzos de los ’90. Un nombre recurrente en sesiones, grabaciones, orquestaciones y series en vivo como soporte de artistas e integrante de una camada de trompetas funcionales que van desde las orquestas televisivas y big bands swing y latin jazz, hasta pequeños grupos pop y funk: Gustavo Bosch, Cristián Muñoz, Patricio Pailamilla y el jazzista Sebastián Jordán entre sus nombres más comunes.

Álex Solar

Durante su primera época, el pianista Álex Solar proyectó su música con miras al trabajo junto a cuartetos, quinetos y sextetos por sobre la lógica del piano trío. Su primer disco es Malos modales (2024), que puso en marcha una serie de composiciones para un ensamble consolidado alrededor de Solar, con los músicos Mauricio Cáceres (guitarra), Sebastián González (contrabajo), y Fernando Quintana (batería). Como compositor ha desarrollado música diversa, desde material para trío a piezas y arreglos para big bands.

Matías Riquelme

Cellista, compositor, improvisador, pero ante todo un músico experimental, desde Francia y desde España Matías Riquelme ha sido cultor de una música moderna y subterránea, llevada a cabo en solitario pero también a través de distintos ensambles que ha dirigido, como Cellp, proyecto que abordó el jazz, la electrónica, el rock, la música docta y la música improvisada en diversas dimensiones.