Fusión latinoamericana

Más un instinto que un estilo, más una tendencia múltiple que un movimiento formal, la fusión latinoamericana es una expresión que permite designar los diversos resultados que generaciones de creadores, músicos y grupos chilenos han obtenido durante cinco décadas a partir del cruce entre las ricas fuentes de la música del continente adoptadas en Chile. Como método y espíritu tiene una genealogía que puede remontarse a los intentos de folclor panamericanista previos al Neofolklore de los '60, y que luego pasa por la fusión de conjuntos de la Nueva Canción Chilena, se mezcla con el instinto del rock y llega hasta compositores, intérpretes y conjuntos de la actualidad, abiertos al jazz, la música basileña y las raíces europeas.

Vejara

Folk, trova y rock es el triple santo y seña válido para la carrera que este grupo desarrolló por más de una década entre el rock chileno. «Folklor sin poncho, trova sin aburrirse y rock sin gringuerias», precisan ellos en su promoción, y FTR es la sigla con la que han editado parte de sus discos. El grupo mantuvo una misma formación durante su historia, y su discografía consiguió exponer dos dimensiones paralelass, entre la acústica y la eléctrica. Elementos andinos, africanos, afroperuanos y mapuches se funden en el sonido de la banda, sin equivalentes entre los grupos de su tiempo.

José Pérez Vargas

Principalmente bajista eléctrico de jazz fusión y compositor, José Pérez Vargas ha desarrollado una historia musical lejos de los circuitos chilenos desde que en 2004 se trasladó desde Valparaíso a Buenos Aires para estudiar. En el puerto había sido alumno de figuras del jazz fusión de los años '80 como el guitarrista Eduardo Orestes y el baterista Boris Gavilán. Con ciertas influencias iniciales en el rock, Pérez Vargas fue derivando paulatinamente hacia el jazz eléctrico, tomando el lenguaje de la improvisación, las sonoridades de la fusión y la interacción entre los componentes de los ensambles que formó, primero como sideman y luego en la demostración de un liderazgo que lo llevó a publicar el álbum Kosen-rufu (2022). Allí mostró su primer material propio, escrito para quinteto o sexteto de jazz contemporáneo y fusión. En paralelo, su bitácora musical lo sitúa en diversos proyectos, con nuevos estudios y apariciones en conciertos y giras en Brasil, Suiza, Austria, Italia y Francia, además de integrar el quinteto de baterista italiano Ramiro Ventimiglia.

Susana Lépez

La penquista Susana Lépez es una intérprete de diversos repertorios de música latinoamericana y fusión de estilos, que ha instalado su nombre en la escena de Concepción con una voz de fuerte acento en el canto popular. Se inició en 1997 y puso sus primeras voces en las grabaciones y actuaciones en vivo del grupo de rock progresivo Decúbito Supino, donde actuaba un joven Nicolás Vera en la guitarra.

Inti-Illimani (R)

Inti-Illimani® (o Inti-Illimani “Nuevo” o Inti-Illimani Hermanos Coulon) es el nombre con el que se ha denominado a una de las dos facciones de ese grupo, luego que en junio de 2004, tres integrantes históricos del conjunto iniciaran una nueva agrupación musical, y reclamaran el patrimonio y el nombre de Inti-Illimani.  La alineación que permaneció, se siguió presentando como Inti-Illimani, sin ninguno de esos apellidos, y no reconoce a sus ex compañeros como representantes del conjunto. Al margen del conflicto, el conjunto ha mantenido casi su misma misma formación por dos décadas, desarrolla presentaciones regulares dentro y fuera de Chile, y ha editado varios discos.

Latinomusicaviva

Es una palabra única en la que conviven las ideas musicales que rondaban alrededor del compositor y vibrafonista Guillermo Rifo en la parte final de los años '70. Latinomusicaviva fue entonces el proyecto más decisivo de su historia en busca de una estética para la naciente fusión y de una mirada impresionista de la ciudad de Santiago. Como ensamble de breve duración, abrió varias puertas para el surgimiento de esa fusión que no venía desde el rock, como en el caso de Los Jaivas, sino de la combinación de distintas experiencias que el propio Rifo había tenido como percusionista docto y de jazz, además de autor de una música que obtenía insumos de los ritmos folclóricos chilenos.

Tomás del Real

Las primeras creaciones de Tomás del Real superaron los límites de la trova latinoamericana sanguínea para introducirse en el territorio del folk europeo, con influencias celtas y balcánicas. Esa fusión de dos tradiciones quedó registrada en Tomando forma (2014), el primer disco del cantautor, que lanzó a los veinte años tras la experiencia de un viaje de seis meses solo junto a su guitarra por ciudades de Bélgica, Escocia, Bulgaria y Eslovenia. A lo largo de su historia, Del Real ha transitado un camino de encuentros entre esas vertienes musicales de su tierra y las pertenecientes a las músicas del Viejo Mundo, hasta llegar al dúo folk Don’t Chase the Lizard, que en 2022 formó junto a la violinista, cantante y compositora estonia Lee Taul.

Isabel Parra

A través de una extensa carrera dirigida por su firme y a la vez dulce sello de autora, Isabel Parra se ha destacado como una de las más reconocibles voces de la música popular chilena, más allá de sus excepcionales vínculos familiares. La hija de Violeta, hermana de Ángel, sobrina de Roberto y madre de Tita —por nombrar sólo a algunos de sus parientes destacados en la canción— se caracteriza por una pluma delicada, pero de ácida observación cuando así lo dicta la contingencia; y es entre estos dos polos que se debaten sus más importantes composiciones. Es, entre otras cosas, la gran voz femenina de la Nueva Canción Chilena.

Laia

La primera conexión entre las hermanas Sofía, Laura y Manuela Squella se impone en el trabajo de armonía vocal, un sello nítido en la música del trío Laia, con que ellas emprendieron una ruta en la música independiente en el final de la turbulenta década de 2010. Si bien se iniciaron como cultoras de una canción soul, en esa primera época también figuraban como autoras, instrumentistas y educadoras, lo que proyectó un alcance mayor dentro de la música. Con el tiempo Laia transitando con cada vez más decisión a una creatividad dentro de la fusión de raíz folclórica, que incorporaba elementos del folk, el jazz e incluso el pop.

Laura Fuentes

Para una cantante como Laura Fuentes, la doble militancia en la música de raíz latinoamericana y el mundo pop no significó en absoluto una contradicción estilística, sino más bien la posibilidad abierta de expresión y mestizaje musical. Fuentes, nacida en Chile, con padres norteamericanos y una larga vida en Estados Unidos, llegó a ser una de las figuras entre la comunidad de artistas que en los 2000 modernizaron las propuestas iniciadas por la Nueva Canción Chilena en los '60 y en el Canto Nuevo en los '80, aunque emparentada con cultoras de la música del mundo moderna como Verónica González o Catalina Claro.

Jacqueline Fuentes

El de Jacqueline Fuentes es otro de los nombres de músicos chilenos que se han abierto caminos fuera de Chile gracias a las sonoridades latinoamericanas fusionadas entre sí y con otras influencias, que en el caso de esta cantante y compositora incluyen el folclor y la música clásica. Radicada desde 1995 en Los Angeles, California, ha grabado dos discos y sus canciones han sido antologadas en el catálogo del sello de músicas del mundo Putumayo en EE.UU.

Luz Cuadros

Clarinetista en su origen, luego saxofonista alto y en ocasiones sopranista, Luz Cuadros ha transitado por distintos derroteros musicales, primero como sidewoman y sesionista de proyectos de fusión, música latinoamericana, pop y cumbia, hasta estrenar un perfil como líder y compositora de una música de enfoque moderno que atraviesa los territorios del jazz, las fusiones y la música docta contemporánea. Su primer trabajo en esta línea es Desestructura (2017), donde ella escribió obras para noneto.

Juana Fe

Juana Fe, o también llamada Juanafé, es una banda musical pero sus fundamentos, su inspiración y sus formas de trabajo trascienden el quehacer estrictamente artístico. Por esta razón han sido considerados un proyecto insigne en la música chilena de la década de los 2000. Conocidos masivamente por su canción "Callejero", el conjunto desarrolla los sonidos tropicales chilenos y continentales, se han presentado intensamente en Chile, y han viajado varias veces al extranjero. Gestores del fundamental sello y estudio La Makinita, en 2014 vieron partir a su cantante y fundador, el carismático Juanito Ayala.

Ser o Dúo

Ser o Dúo es un proyecto de músicas creativas que combinan timbres acústicos de la guitarra clásica y latinoamericana frente a una diversa panorámica de aerófonos del mundo. Formado en Valparaíso, el dúo ha realizado una propuesta de música de cámara que cruza territorios, desde lo estético y creativo hasta lo geográfico. Tanto así que la declaración de la pandemia mundial en 2020 atrapó a sus integrantes en Katmandú, Nepal, durante la producción del documental Sonidos nómades, que mostraría sus viajes, conciertos, clínicas y diversos cruces y colaboraciones con músicos.

Mamma Soul

Con una variedad amplia en influencias, las escuelas del sonido de Mamma Soul beben del soul, el hip-hop, el reggae, el blues y la música latinoamericana. A lo largo de su extensa historia, y pese a varios cambios de formación, se han mantenido como un conjunto integrado sólo por mujeres. En general, se ha tratado de intérpretes con proyectos previos y también en paralelo al grupo, algunos de los cuales los han hecho destacar como solistas (como en el caso de Moyenei Valdés, su vocalista principal en tiempos del disco Fe, de 2001). Tras un tiempo de receso, Mamma Soul es hoy un grupo activo, con antiguas y nuevas integrantes a bordo.

Miloska Valero

Autora y cantora, cultora de la guitarra traspuesta, intérprete del cuatro venezolano, ocasional guitarronera y también profesora de música, Miloska Valero, muchas veces presentada solo como Miloska, forma parte de una generación de cantautoras que toman los insumos del folclor profundo para transformarlo en una música esencialmente mestiza, urbana y contemporánea. Su paso por las Escuelas de Rock viene a dar cuenta de esas transformaciones naturales. Valero se estrenó con el disco Amasijo (2013), mientras que su participación en importantes álbumes conmemorativos del centenario de Violeta Parra en 2017 le dieron mayor visibilidad, hasta que sus proyectos de investigación de ritmos y danzas latinoamericanas la llevó más adelante a publicar dos álbumes titulados Latinidad.

Cristóbal Tobar

Versátil baterista y estudioso de las músicas actuales, Cristóbal Tobar tiene una historia que transita en diversos caminos simultáneamente, entre el jazz sanguíneo en el que se inició hasta el drum and bass y sobre todo el funk en sus distintas dimensiones. Ocasionalmente DJ y activo músico de figuras del pop independiente como Pedropiedra, Mariel Mariel, Andrés Landon, Marcelo Vergara y el grupo Uruz, Tobar tuvo su estreno como líder con un proyecto de jazz funk al que denominó Nasty Trío y con el que en 2017 llegó al disco: Sucio y sensual.

Los Príncipes

El hecho de que los integrantes del sexteto de cueca urbana hayan sido estudiantes universitarios de música, musicología y sonido, define la posición que Los Príncipes tuvieron en la escena de la cueca una vez iniciado el rescate de esta música hacia mediados de los ’90 por grupos como Los Santiaguinos, Los Trukeros y también por el grupo de rock Los Tres.

Mamblues

Mamblues es uno de los múltiples proyectos que encabezó el vibrafonista, percusionista clásico y profesor del Instituto de Música UC Carlos Vera Pinto en su trabajo dentro de la música popular. Como su nombre lo indica, fue una mixtura entre música afrolatina y jazz, o más específicamente entre el mambo cubano y el blues, que es la base de ese jazz. Organizado como ensamble de percusiones latinas con el insigne músico Alejandro Reid como protagonista, incluyó un doble frente de vientos, saxofón y trompeta, además de la sección rímitca del jazz. El sonido del vibráfono, desde luego que acercó la propuesta a la música de Cal Tjader, que Vera Pinto escuchaba en sus años de formación en el jazz latino. Como septeto la mayoría de las veces Mamblues trabajó con repertorio tradicional de autores como Tito Puente, Paquito D'Rivera, Chano Pozo, Mongo Santa María y Dizzy Gillespie.

Nicole Nietzschmann

Los estudios académicos de canto, piano, composición y arreglos para música popular vienen a definir el perfil musical de Nicole Nietzschmann, formada principalmente en la Escuela Moderna de Música. Los resultados de todas esas experiencias aparecen en Ser ahí (2017), disco con que debutó en el circuito, presentando un repertorio de canciones sustentadas en la música latinoamericana como fondo, el jazz como tratamiento y el canto pop de matices soul como forma. Alumna de profesoras como Lorena Pualuan, Paula Herrera y Karen Rodenas, con estudios junto al pianista de jazz Moncho Romero, Nietzschmann fue voz del grupo Los Prana, en su última época, y como solista en 2015 trabajó en un primer repertorio para el disco No dejarlo pa' después. Sin embargo, su proyecto final se encaminó a Ser ahí, para el que se rodeó de músicos de jazz como Raimundo Barría (piano), Milton Russell (contrabajo) y Juan Pablo Jaramillo (batería), así como del compositor y arreglador Emilio Bascuñán, con quien trabajó parte del repertorio del álbum.

David Azán

Trovador formado en las postrimerías de la dictadura, David Azán fue integrante del grupo de música latinoamericana Coré durante los años '90, donde actuaban músicos como Manuel García y los futuros integrantes de Inti-Illimani, Daniel Cantillana y Christian González. Alumno del compositor y profesor Fernando Carrasco, referente en la música latinoamericana a través de las décadas, Azán ha sido a la vez que autor de canciones y cantor, arreglador, sesionista, productor discográficos y diestro guitarrista. Sus trabajos en este ámbito se diversifican desde el acompañamiento para el canto comprometido de Rebeca Godoy, hasta su decisiva mano en álbumes tan distintos como Viñeta (2010), del propio Daniel Cantillana, y Hecho a mano (2012), de la cantautora pop Jazmín Gómez. Sus discos solista son Pop de palo (2015) y Canto forastero (2018).