Pop

Diversa por definición, la música pop apela sobre todo a un vínculo con el oyente, por sobre un tipo de sonido o un estilo. Pop como abreviatura de "popular", esta música tiene como pocas un objetivo, el de generar identificación con la audiencia por medio de ritmos contagiosos, melodías recordables y composiciones de duración ajustada a los estándares de difusión de medios como la radio y la TV y, sobre todo, a los requerimientos de una industria que necesita vender canciones a ese gran público. Como tal, se puede dar con eficacia en los más diversos campos. La Nueva Ola de los años '60 es una de las primeras manifestaciones generacionales de música pop chilena, y desde entonces han continuado en esa senda baladistas y cantantes popularizados por la televisión así como diversos músicos y productores que han aplicado los sonidos del rock o las bases electrónicas a esta música.

Natalia Barahona

Con una larga vida de exilio en Venezuela y con la influencia de cantores de ese país como Simón Díaz, Chelique Sarabia, José Sifontes y Cecilia Todd, Natalia Barahona ha sido una intérprete de cantos latinoamericanos diversos, valses, pasajes, merengues, pero también boleros, tonadas y canciones trovadorescas, que ha llevado a contextos actuales con conjuntos acústicos y músicos de fusión y jazz. Sus discos son Flor de jengibre (2007), grabado en Venezuela, y Voz de algodón (2013), ya reestablecida en Chile.

Catártica Animal

Cultora de pegadizos ritmos bailables que ella ha definido como "electro cumbia uterina", María Paz Artigas toma el nombre de Catártica Animal para proyectar un trabajo como cantante solista, siempre en ese campo de la transformación de la cumbia a partir de la influencia de los sonidos urbanos y otros elementos del pop. En momentos previos integró temporalmente el dúo melipillano de cueca femenina Las Pecadoras, que dejó un marcado acento feminista antes incluso de los tiempos de movilizaciones. El canto de Artigas aparece en el álbum Cuéntame una cueca (2016). "La afro cumbia y los sonidos urbanos son los que nos llaman a la catarsis colectiva. El baile es fundamental para explorarnos y reconocernos", ha dicho la autora de canciones como "Ay corazón" y "En libertad", singles principales del EP Soltar (2018).

José Luis Arce

El registro y los modos del crooner han sido los más cómodos para que José Luis Arce despliegue su gusto por el canto, practicado en su caso por más de cuatro décadas y con una presencia televisiva y en escenarios que, por períodos, ha sido intensa. Aunque la asociación inmediata de su nombre lo acerca a Frank Sinatra —«el Sinatra chileno» ha sido una presentación en vivo y en impresos para promocionar mejor sus shows—, su repertorio acoge también canciones popularizadas por Tom Jones, Barry White, Neil Diamond y Lou Rawls; entre otras figuras de la música popular en inglés, sobre todo famosas en los años sesenta y setenta. Invitado habitual a "Sábados gigantes" en los años de más alta sintonía de ese programa, un segundo lugar en el Festival de la OTI-Chile (1989) y otro en el Festival de Viña del Mar 1990 se cuentan entre las conquistas de su trayectoria. Arce es un cantante activo en vivo, integrado también como cantante del extenso ensamble de la Universal Orchestra.

Nea Ducci

Una de las más múltiples figuras de su generación es Andrea Ducci, conocida como Nea Ducci en su faceta de artista plástica y como Nea si se trata de música. Integrante desde 2003 de los grupos CHC, Yaia, Los Mono y Van, en ese orden, ha sido además DJ, productora de encuentros musicales colectivos y gestora de exposiciones, todos trabajos previos a su estreno formal como solista con el disco A lo hecho pecho (2009). En paralelo ha sido invitada también a grabaciones de músicos como Efectos Espaciales y Los Ex en los discos Efectos Espaciales (2008) y Pistola de plástico (2008), respectivamente.

Muza

La música de la cantante y compositora Sol Aravena es tan sutil como su seudónimo. Muza fusiona letras sobre misticismo, amor y el paso del tiempo con sonidos acústicos, registros tomados de la naturaleza (lluvia, oleaje marino u hojas que se arrastran por el pavimento) y suaves bases electrónicas. Su estilo es la síntesis a la que ha llegado tras su paso por el grupo de new age Equs y el dúo de pop electrónico Sol Azul. Su línea expresiva y su incamuflable sensibilidad femenina al componer la emparentan con otras cantautoras como Rosario Mena y Yael Meyer.

Pachi y Pablo

Este dúo de vida breve y sólo un disco en su trayectoria alcanzó en los años de la Unidad Popular gran difusión televisiva y radial, gracias a un par de temas de inspiración pop y una reconocida influencia de grupos como Carpenters. Lo formaron dos estudiantes de la Universidad de Chile, Sonia Paz Soto-Aguilar (entonces estudiante de Teatro) y Pablo Rossetti (de Música), ambos con experiencia en grupos escolares (Pablo incluso había alcanzado a grabar algunos temas en singles) y la coincidencia de haber pasado parte de su crianza en Europa por el trabajo de sus padres.

Constanza Piccoli

Antes de convertirse en cantante pop, Constanza Patricia Piccoli Molina hizo una carrera como actriz adolescente en series de televisión que posibilitaron su presencia mediática a temprana edad. A los doce años se integró al elenco de "Bakán", de Mega, donde hizo el papel de Cata. Allí permaneció por dos años hasta que emigró a TVN para actuar en la similar "Karkú", donde obtuvo el rol de Cony. Allí compartió el plató con otras futuras estrellas del teen pop como Raquelita Calderón o Luciana Echeverría. Junto a ellas se integró a Six Pack, el grupo adjunto a la popular serie de TV y grabó el primer disco, Six Pack (2007). Después de tres temporadas al aire con "Karkú", Piccoli anunció una aparición como solista con el single “Eres el culpable”, perteneciente al disco Leyenda personal, que grabó en 2010 con Gonzalo Yáñez como productor, pero que entonces no fue publicado debido a su emergente participación en teleseries nacionales desde 2012.

Sin Instrumento Alguno (S.I.A.)

El hardcore punk que nace en las esquinas de altos bloques de concreto y entre el ruido de autos manejados con violencia no siempre está más expuesto que el que llega desde la periferia de la urbe caótica. La prueba es S.I.A. (Sin Instrumento Alguno), una banda oriunda de Paine, en la provincia de Maipo, que desde 1998 viene llenando la cartelera nacional de conciertos y viajando región por región para tocar con persistencia.

Testa

"Música electrónica en español y formato canción", es como define Teresita Cabeza el estilo musical de su camino solista, que arrancó a fines del año 2015, luego de que su anterior banda, Galatea, descendiera en actividad ante las múltiples ocupaciones de sus músicos. Testa es el nombre que adoptó la cantante, la voz en italiano para decir Cabeza, su apellido. Con ese alias entonces compuso en solitario una serie de canciones en el estilo dance, que fue mostrando en pequeños escenarios de Chile y México. En 2018 ampliaría ese espectro pop con un segundo disco, titulado Simbiosis.

Camila Bañados

Camila Bañados es cultora de una suerte de pop de dormitorio, un cancionero íntimo y reflexivo situado en un espacio reducido, lleno de abstracciones desde la letra y desde la música. Ella absorbe elementos diversos y dispersos para la elaboración de esa obra: la canción como artefacto, la electrónica de pulsos lentos, el componente jazzístico y la inspiración indie. Parte del elenco de artistas del sello Mescalina, publicó sus primeros discos en 2024.

Marineros

Un pop romántico con el adjetivo adicional de existencialista conduce la música de Marineros, dúo femenino que comenzó a capturar el interés de un público nuevo, aquel que estaba muy próximo a Javiera Mena, en el inicio de los años '10. Formado por la cantante Constanza Espina y la guitarrista Soledad Puentes, Marineros se instaló con autoridad en los circuitos de la música independiente con el disco O Marineros (2015), producido por Cristián Heyne, no obstante la rúbrica de un período de intensa actividad en escenarios que consolidó al dúo entre sus seguidores.

Malibú

Agrupación recordada por sus cuidadas armonizaciones vocales, Malibú integró en una inusual sociedad a funcionarios del Banco Central que, hacia 1974, decidieron profesionalizar su vocación por la música. Fue fundado por Rafael Puentes y desarrolló una carrera de al menos diez años, sustentada sobre todo en su trabajo en vivo, y en frecuentes apariciones en televisión y hasta tres invitaciones al Festival de Viña durante la década de los '70. En 1984, el grupo inició un largo receso reactivado en el año 2004 para explotar el repertorio nostálgico.

Estefanía D'Alençon

Presentada en su momento como "la voz del soul" e inspirada por la estrella afroamericana Aretha Franklin, la cantante Estefanía D'Alençon apareció por primera vez frente al público a través de las pantallas de televisión en 2012, en el programa de Chilevisión "Talento chileno" (que consagró en 2010 a Camila Silva), donde dio muestras de su acercamiento al pop y el soul. En sucesivas intervenciones del certamen llegó a ser semifinalista, lo que proyectó una siguiente etapa de una carrera que ya estaba activa con su disco EP Bolero fugaz (2012). Luego de su paso por televisión, D'Alençon se inició como compositora y productora de un nuevo repertorio para la edición de su primer disco soul de larga duración, titulado De lo humano a lo divino (2015), donde ella recogió elementos del rock, el jazz y el blues, y que tuvo la canción "Vagando por ahí" como su primer single.

Mantarraya

En sus más de diez años de historia, la banda penquista Mantarraya ha logrado esquivar las clasificaciones explorando en los límites del pop. Con varias publicaciones desde su nacimiento, en 2011, cada nuevo trabajo parece reinventar su sonido.

Claudio Carrizo

El productor, compositor y cantante Claudio Carrizo Viviani dedicó la mayor parte de su carrera musical a trabajar para otros artistas (Nicole, Keko Yunge, Álvaro Scaramelli), de cuyos espectáculos también ha sido corista. Su debut discográfico en 2003, el único álbum solista, permitió también calificarlo como cantautor romántico durante una época de oro para la televisión chilena, cuando también Carrizo trabajó como músico y productor en los nacientes reality shows y programas de talentos de canto. En los veinte años posteriores, hasta su muerte en 2024 orientó su oficio a los estudios de grabación y sets televisivos.

María Ela

Cantante pop y autora, Mariela Muñoz dejó de ser definitivamente Mariela Muñoz cuando debutó en el disco en 2002 con Voy a cantar. Antes de convertirse en María Ela solista, ella había sido modelo, bailarina y corista. Y tal como ocurrió con Daniela Aleuy, su compañera en los comienzos televisivos, fue su activa presencia en el programa “Pase lo que pase” la que la catapultó a la música como la última figura de la generación de la TV antes de la irrupción de los artistas fabricados en concursos de talentos y reality shows que dominaron las dos décadas siguientes.

Américo Olivari

Poco después de la aparición de un músico tan versátil como Lautaro Quevedo a fines de los ‘90, iba a ser Américo Olivari  mediados de los 2000 quien ocuparía también estas posiciones de polivalencia musical: "Soy Mr. Sideman", diría a un diario. Olivari es alumno de piano jazzístico de Mario Lecaros y después de integrar grupos pop-soul como Feria (1999-04) y LaMonArt (2001-03) se orientó mayormente al trabajo de músico de apoyo, principalmente de voces.

Sebastián Santa María

«Uno sale… completamente irresponsable. Es una etapa de la vida… de locura, en la que uno te manejas solamente con sueños», recuerda Sebastián Santa María en un registro de archivo de una entrevista suya en el programa televisivo "Más Música". Se refiere así a su partida a Europa a los 17 años, motivado por la idea —incierta todavía— de que podría allí desarrollarse como músico. Se trató, en su caso, de una irresponsabilidad bendita, que al poco tiempo lo tenía trabajando en sus condiciones soñadas en cuanto a colaboraciones, lecciones y libertad creativa. Aunque Santa María está en la memoria masivo por un single pop de gran difusión radial en 1987, "Keep on singing", su trayectoria lo ubica como una figura de peso en terrenos de exploración jazz-rock, y exigente autoría y coordinación de equipos. Su formación musical sobre el piano no le impidió luego mostrarse también como cantante y productor. Fue valorado como tal entre figuras de relieve internacional, todas las cuales lamentaron públicamente su muerte temprana, a los 37 años de edad.

Loyaltty

"La lealtad con lealtad se paga", declama en su "Manifiesto" la talagantina Almendra Barros, más conocida en los ambientes de la música urbana de la década de 2020 con el nombre de guerra de Loyaltty, una derivación de la voz anglo que justamente significa "lealtad". En el contexto pandémico se integró a un frente de trap femenino en los tiempos de explosión feminista, con otras figuras surgidas espontáneamente desde distintos territorios, como Akatumamy, Amikiraa, Vlntna B o Kya. Con su primer disco, Loyaltty impuso para sí la denominación de Mami trap en la escena de la primera mitad de los años '20.

Francisco González

Aunque forjó su identidad musical como baterista y fundador de los populares Lucybell, con los años Francisco González fue adquiriendo la habilidad y entusiasmo suficientes para tentarse también con el trabajo solista. Consciente de que el nuevo cauce de su búsqueda era incompatible con la dirección de Lucybell, González renunció a la banda en mayo de 2005, luego de editar un primer álbum sin el grupo, Óvalo, y tras catorce años de lealtad. Desde entonces, su discografía solista refleja los avances de un autor pop que busca una identidad distintiva y que se acomoda sin problemas en el canto.