Música experimental
La música experimental describe las manifestaciones que están detrás de los bastidores y cuyo gesto estético trasciende más allá de los modelos de una música convencional y comercial. En un permanente desafío a las normas de creación comunes, las variantes de la música experimental se multiplican y avanzan en distintas direcciones: desde la composición docta contemporánea y los experimentos en laboratorios de sonido, hasta la improvisación libre, el ruidismo, el jazz vanguardista y la creación a través de cintas magnetofónicas y de soportes digitales, sin omitir la diversidad del arte sonoro o, simplemente, la música creada con las armas tradicionales del rock.
Compositora y experimentadora en la música y el sonido a través de formatos que van desde la acústico e instrumental a la electrónica y la instalación artística, Tamara Miller ha desarrollado una obra propia y profunda principalmente desde Alemania. Allí llegó para realizar estudios, primero en Dresde en 2018, donde trabajó en el campo de la composición y su relación con lo escénico, lo performático y lo visual, de la mano del compositor Manos Tsangaris y con ciertas influencias de Helmut Lachenmann. Trabajó en esos mismos términos con el ensamble alemán El Perro Andaluz, y luego, ya establecida en Colonia, se vinculó con la música electrónica.
Las artes plásticas y visuales fueron la formación académica de Silvio Paredes y en varios sentidos su trabajo en el campo de la música se ha situado en la búsqueda por aplicar algunos de los conceptos allí aprendidos a piezas sonoras, bandas y discos. El bajo eléctrico y el stick han sido los principales instrumentos de trabajo para uno de los fundadores del grupo Electrodomésticos, que también integró agrupaciones pop de distinta época, como Primeros Auxilios en los '80 y Los Mismos en los '90 y 2000, del que también fue fundador, compositor y conceptualizador. Como nombre propio ha desarrollado una búsqueda, también ramificada hacia la electrónica experimental, la electrónica de ambientes, el pop y la performance.
Integrante de una cuarta generación de nombres en el grupo MediaBanda, al que arribó como bajista en 2015 y grabó en los álbumes Bombas en el aire y Maquinarias, Felipe Martínez Guidicelli ha aparecido en diversos frentes musicales. Solista, compositor e improvisador, desde sus primeros tiempos en la década de 2010 se desplazó en ambientes de las músicas creativas, desarrollando varios lenguajes: desde la música de cámara y la fusión latinoamericana hasta la música experimental y la música para escena. Su primer trabajo, sin embargo, se desenvolvió en el campo de la improvisación, con el relato concatenado de los dos volúmenes de Ritos cortidianos, que se publicaron en 2022 y 2023, respectivamente.
Tan indescifrable como estimulante, la música del dúo Pterodáctilo Rex vino a romper primeramente con lo que se conocía de las trayectorias musicales de sus dos integrantes, la cantante con formación académica Francisca Buendía, y el trombonista de jazz Alfredo Tauber. Luego, desde la experimentación musical, la baja fidelidad y la sicodelia, el proyecto rompió algo más y alcanzó un punto de altura a través de su álbum Caverna mágica (2022).
De todos los bateristas de jazz que se iniciaron en los '90, posiblemente el de mayor ductibilidad haya sido Andrés Andy Baeza. Su nombre se reparte en un abanico muy abierto: Desde el pop y el jazz-rock de sus inicios, pasando por la percusión docta, hasta la profundización de los lenguajes del bop moderno y la improvisación libre. Baeza fue un pivote de su generación.
En Chile, el perfil más conocido de Patricio Wang está vinculado a la renovación que sus creaciones aportaron a principios de los '80 a Quilapayún. Pero su alcance como compositor e instrumentista llega a los ámbitos contemporáneo, clásico y experimental tanto como a la música popular y latinoamericana que ha cultivado en otros conjuntos como Barroco Andino, Amankay y como solista. Desde su partida a Europa en 1976, Wang ha profundizado en la música contemporánea como parte de una extensa ruta artística. Activo hoy en Holanda y Francia, no tiene en la distancia un impedimento para seguir ligado a músicos chilenos.
Influenciado por la psicodelia de la década de los '70, desde Sun Ra y el último John Coltrane hasta bandas de británicas rock como Soft Machine y Gong, Julián Romero Parada adoptó el nombre de Surreal para un proyecto creativo situado en una música experimental. Su propuesta de composición desde el bajo eléctrico transita por diversos territorios, desde el jazz avant-garde, la fusión, la música progresiva y la improvisación liberada hasta desembocar en los misterios de las músicas ancestrales del sur de Chile, de donde él proviene. Su primer trabajo en esta línea es Delirio místico (2021).
Danieto es el seudónimo del santiaguino Daniel Nieto, músico de electrónica experimental que trabajó hasta el año 2000 bajo el nombre ADN y también formó parte del dúo Skipsapiens (junto a Pier Bucci). Es fundador del netlabel Impar, donde pueden encontrarse todas sus grabaciones. Ha tenido un involucramiento constante con iniciativas independientes de Chile y el extranjero.
Zuecokimonomagnético fue el seudónimo que durante nueve años adoptó el músico Edmundo Veloso, y bajo el cual grabó ocho discos que lo destacaron en la escena independiente de los años noventa, con suficiente rotación en espacios de radio alternativa. El músico también mostró durante ese período grabaciones como Linus y Zen Terrorist.
Fenomenal saxofonista alto surgido desde los talleres de jazz e improvisación dictados por el pianista británico Martin Joseph en 2001. Edén Carrasco se transformó meteóricamente en el gran hallazgo del jazz de vanguardia y la improvisación liberada a través de sus solos exploratorios, amplio manejo de los conceptos de ruido y silencio y también la técnica de respiración circular, uno de sus rasgos más representativos al momento de tocar. Desde fines de la década de los 2000 ha venido desarrollando proyectos espontáneos de improvisación junto a músicos argentinos, peruanos, austríacos o japoneses, que han quedado registrados en una saga de álbumes donde se captura la esencia de la música creada en "el aquí y el ahora".
José Miguel Candela es un referente entre la avanzada de compositores electroacústicos que a comienzos de la década de los 2000 retomaron esta estética extraviada durante el régimen militar. Candela apareció desde el grupo de rock progresivo y experimental Cangrejo y en su calidad de compositor llegó a desarrollar una serie obras acusmáticas (sólo con soporte electrónico) y mixtas (con instrumentos además de música pregrabada). Entre ellas destacan sus 81 micropiezas, pero por sobre todas las cosas, el nombre de José Miguel Candela se asocia a este resurgimiento de la música a través de procesos electrónicos como uno de los creadores de la Comunidad Electroacústica de Chile.
Inad es el proyecto creativo iniciado en 2016 por Daniela Ibarra, fonoaudióloga de profesión, además de cantante, autora, productora, investigadora y militante de una propuesta que supera los solos márgenes del pop y la experimentación musical de los sintetizadores y la electrónica, y se sitúa en un espacios de lo poético, filosófico y científico. También vinculada al arte sonoro con el proyecto Cepams & Co, sus canciones ahondan en aspectos autobiográficos, a la vez que revisitan las raíces de la música flamenca y arábiga, debido a su ascendencia siria materna. Fue ella uno de los primeros nombres del colectivo de artistas femeninas que formaron el sello T3MPLUM (Martina Petric, Dindi Jane, De Lein, Ana Sofía), en publicar un EP bajo esta etiqueta, Medium (2020).
Por historia y por creación, se puede considerar a Los Jaivas como la banda chilena de rock más importante de todos los tiempos. Su vigencia los iguala cronológicamente a unos Rolling Stones activos desde 1963, pero sobre todo es la propuesta de un cruce entre ese rock esencial y la incorporación de elementos del folclor que marcó la jerarquía de la banda viñamarina desde comienzos de la década de 1970. Los Jaivas fueron los impulsores de una escuela musical que unió el lenguaje natural de las guitarras eléctricas con la mística de las raíces latinoamericanas, andinas y sureñas. El gesto estético practicado por los hermanos Eduardo, Claudio y Gabriel Parra, junto con Mario Mutis y el carismático Eduardo Gato Alquinta desde comienzos de los '70, se transformó en el rasgo distintivo de la banda ciento por ciento chilena y que el mundo conoce como Los Jaivas. Esto es el estallido resultante de la fusión entre la tradición musical ancestral de Latinoamérica, las formas de la música docta y la electricidad de los instrumentos del rock. Sus caminos musicales se mantuvieron trazados durante los tiempos y aunque la muerte de dos integrantes haya obligado a renovar los nombres del quinteto original, su huella es la misma iniciada en 1963.
Creado y dirigido por el compositor y baterista Andrés Quezada, Narval Orquesta tomó la forma de un instrumento integral, desde la mirada que el músico planteó para una obra en sus inicios elaborada solamente en el computador. Ante esa necesidad de incorporación de timbres y colores, Quezada terminó convocando a solistas de distintas formaciones académicas y diversos ambientes musicales para poner en marcha una orquesta que deliberadamente situara su música "en tierra de nadie". El ensamble publicó una saga de álbumes entre los que destacó Botones (2022), nominado al Premio Pulsar en la categoría Jazz y Fusión en 2024.
Con una vida musical y creativa en Nueva York, Vicente Atria había permanecido oculto casi por completo para el público chileno, salvo cuando realizó una visita al país tras una década en esa ciudad, pero sobre todo comenzó a tener más visibilidad entre los audiencias de la música experimental con su desafiante disco The vex collection (2021), realizado junto al contrabajista estadounidense Mat Muntz. Baterista y compositor, Atria se ha sumergido en una exploración no solo desde la composición y la improvisación sino también del sonido como materialidad e incluso desde las lecturas que lo han acompañado en distintos momentos.
El paso de la electrónica intuitiva a la electrónica académica ha marcado el derrotero de Alejandro Albornoz (también presentado como Mankacen), compositor, improvisador, artista sonoro y visual e investigador que participó en la revitalización de la música electroacústica chilena desde mediados de los años 2000, y junto a compositores como Federico Schumacher y José Miguel Candela, principalmente con la puesta en marcha del festival Ai-Maako. Su ciclo de tres álbumes titulado Fluctuaciones vino a registrar los tiempos en que Albornoz se instaló en forma definitiva entre esa generación de autores de música acusmática.
Su enigmática figura será siempre un misterio sin resolver del todo. José Vicente Asuar es uno de los creadores fundamentales en el campo de la música electroacústica en Chile y en Latinoamérica, reconocido ampliamente en Europa. De su obra referencial, "Variaciones espectrales" (1959), los investigadores han señalado que se trata de primera creada ciento por ciento a través de dispositivos electrónicos. Pero eso no es todo. El temprano espacio de discusión e investigación del que fue protagonista en 1958 en la Universidad Católica, y sobre todo la construcción del famoso Comdasuar (1978), el primer computador diseñado de manera independiente para la creación de música, lo definieron en distintos sentidos como un pionero absoluto. Su muerte a los 83 años en 2017, vino a poner punto final a una era de creación.
Una micro-orquesta en la que confluyen desde polos tan alejados la música pop juvenil bailable y la improvisación liberada “inaudible” sólo puede llevar el nombre de MediaBanda. Un proyecto encabezado por la cofradía musical entre el multi-saxofonista Cristián Crisosto y la adelantada cantante Arlette Jequier, desde los tiempos de experimentación junto al grupo Fulano, y que a la larga abrió las puertas a toda una comunidad de músicos jóvenes desprejuiciados y con gran preparación. Es cierto que la MediaBanda pudo haber sido la extensión de Fulano, pero también es evidente que escribió su propia historia, en gran medida gracias al empuje de la troupe de nuevos solistas que le dieron vida.
Baterista de la generación cero.cero del jazz, la versatilidad de Nicolás Ríos va desde el post-bop hasta un marcado avant-garde, además de alternar en los espacios de la música de cámara a trabajos con electrónica. Es compositor pero sobre todo improvisador libre, aspectos que quedan expuestos en trabajos como Fuera de foco (2005), con que inició su ruta dentro del jazz. Se le considera un solista próximo al Andy Baeza de los años 2000, y es parte de una oleada de bateristas que en esos tiempos exploraron la música experimental. como Julio Denis, Matías Mardones y Hugo Manuschevich. Junto con ello, Ríos tuvo un rol protagónico en la gestación y producción de sonido a través de su estudio de grabación Palo Quemado.
A pesar de que su historia musical en Chile transcurre en un breve lapso en los años '60, la figura del pianista Manuel Villarroel representa la mayor la experiencia que el jazz chileno tuvo frente a la música de vanguardia. Villarroel fue un referente del free jazz y el avant-garde, como pionero en experimentos creativos que proyectó desde el piano junto con otros músicos fundamentales, como su hermano, el baterista Patricio Villarroel y, sobre todo, el pianista Matías Pizarro. Desde 1970, ha vivido en Francia, donde desarrolló prácticamente toda su carrera.