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Jorge Yáñez

Jorge Yánez es una figura importante de la música chilena, aunque su dedicación a ella la ha alternado con otros oficios y actividades. La relevancia de su repertorio tiene como piedra angular desde mediados de los años setenta el célebre vals chilote "El gorro de lana" pero su trabajo excede esa canción y es protagónico de varios momentos de la historia musical chilena. Ha tenido éxitos en radios y su imagen goza de un amplio reconocimiento público, debido a su trabajo como actor en cine y televisión. El trabajo musical de Yáñez ha combinado la raíz folclórica con la poesía popular y la reflexión política, y se cruza en diversas etapas con los de otros destacados creadores, como el conjunto Los Moros y Benedicto Piojo Salinas. Su oficio como compositor lo acerca a los géneros de la cueca, la tonada, el vals chilote, la paya y la décima.

Tita Parra

Los vínculos familiares han sido el principal ancla artística de Tita Parra, pero en ningún caso un fin en sí mismos. Cantautora, guitarrista y tecladista, la mayor de las hijas de Isabel Parra le ha dado forma a un cancionero de rasgos autorales, así como a un estilo de interpretación de raíz latinoamericana registrado tanto en sus propios álbumes como en los de otros músicos. Su discografía se distingue por una fusión que acomoda la raíz folclórica entre citas al jazz y a la música brasilera. Parte de su trabajo se ha dirigido por los derroteros exigentes de la electroacústica, con menciones escritas a problemáticas (identidad femenina, medio ambiente, meditación) de hasta entonces escasa reflexión en el cancionero chileno. Sus grabaciones y conciertos han contado con relevantes músicos de acompañamiento y apoyo, como, en diferentes momentos, Emilio García, Pedro Greene, Chicoria Sánchez y Manuel García.

Pablo Tamblay

Pablo Tamblay es un exponente nortino de la paya en Chile, pero a diferencia de un payador coquimbano como Raúl Talo Pinto, él es de tierra adentro. Nacido en Copiapó en 1954, Pablo León Tamblay Falke es carpintero de profesión, cantor, payador y guitarronero, y participa tanto en encuentros nacionales como en los que él mismo organiza en su región.

Américo

Américo es una de las mayores voces en la música chilena en el cambio de milenio, especialmente a partir de la popularidad con que su nombre atravesó espacios desde la música tropical nortina a la música romántica de masas, con el álbum de 2008 que lo catapultó a la fama: A morir. Allí, un éxito como “Que levante la mano” instaló a Américo como referente de la denominada "cumbia romántica" que imperó en la década de 2000, y que situó al cantante ariqueño en esa cúspide justo después del estallido del grupo La Noche, máximo referente del estilo.

Jermán Tejerina

Cantor, músico, bailarín y luthier, a Jermán Tejerina la comunidad atacameña lo ha considerado un sabio. Es uno de los abuelos en San Pedro de Atacama que mantuvo y proyectó el canto tradicional con caja chayera por más de 60 años de actividad. Nacido en ayllu de Séquitor, en San Pedro de Atacama, fue un cultor referencial allí y practicó con su estilo y entusiasmo distintas expresiones culturales de su comunidad likanantai.

Gabriel Feller

Junto con Nicolás Vera (n. 1980) y Cristóbal Menares (n. 1979), Gabriel Feller integra una nueva tríada de guitarristas del jazz moderno iniciados en la década de 2000. Su presencia sonora, nivel técnico y capacidad de congeniar lenguajes de guitarra bop, swing, hot, blues, rock y funk lo han convertido además en un solista dúctil y demandado, aunque en un permanente plano de sobriedad y en una ruta de diversas colaboraciones que desembocó en 2008 en su primer quinteto personal. El que marcó la diferencia entre su antes y su después.

Isabel Parra

A través de una extensa carrera dirigida por su firme y a la vez dulce sello de autora, Isabel Parra se ha destacado como una de las más reconocibles voces de la música popular chilena, más allá de sus excepcionales vínculos familiares. La hija de Violeta, hermana de Ángel, sobrina de Roberto y madre de Tita —por nombrar sólo a algunos de sus parientes destacados en la canción— se caracteriza por una pluma delicada, pero de ácida observación cuando así lo dicta la contingencia; y es entre estos dos polos que se debaten sus más importantes composiciones. Es, entre otras cosas, la gran voz femenina de la Nueva Canción Chilena.

Gabriel Brncic

Figura señera en la generación de compositores de la década de 1960, Gabriel Brnčić Isaza (ortográficamente escrito de esta manera) es el autor chileno más prolífico en el campo de la música electroacústica. Exiliado en Barcelona desde 1975, ha dejado una huella en España como creador y como educador. Se le considera un "compositor bisagra" dentro del panorama electroacústico de ese país, siempre ligado a las vanguardias, a través de contribuciones en el desarrollo de un lenguaje musical. Este trasciende los formatos instrumental o electroacustico, e integran ambos mundos mediante un método de composición unificado. A Brncic se le sitúa entonces como otro referente en la historia de la electroacústica, el hombre que sucedió a compositores fundadores como Juan Amenábar y José Vicente Asuar.

Daniel Miranda

Esencialmente guitarrista de jazz, pero al mismo tiempo activo en diversidad de proyectos de música popular, pop y hip-hop, Daniel Miranda llegó desde el norte chico para sumarse a la escena jazzística capitalina de la década de 2010, lo que desembocó en primeros álbumes suyos, donde desplegó la idea de una música en el pequeño universo de interacción del trío. Sus obras escritas en este enfoque de jazz contemporáneo aparecieron en trabajos como Viaje interior (2018) y Fragmentos de un imaginario (2024), para los que organizó distintos tríos.

Gatostar

Integrantes de los grupos rockeros Duna y Blu Toi se unieron en la primera década de los 2000 en el grupo Gatostar, una de las experiencias locales por desarrollar una suerte de grunge chileno. El cantante y guitarrista Néstor Ayala había liderado por un par de años al grupo Jada, pero en este proyecto buscó bajar las revoluciones y trabajar algo más cercano al sonido de rock unplugged y de canción autoral. De hecho, el disco Hombre solo (2005) fue grabado junto a un cuarteto de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la idea de una publicación solista, y se llenó de composiciones tristes e introspectivas, como "Tormenta" («es invierno y es eterno, abrígame más / quiero sentir movimiento / sabes que no puedo más / ahora pido paz»). Sólo después de mostrar ese álbum en vivo (en La Batuta) Gatostar se hizo banda. Pese a trabajar en nuevas composiciones, nunca llegaron a publicar otro disco.

Luciana Echeverría

Modelo y actriz en su primera adolescencia, Luciana Echeverría se convirtió en cantante pop cuando la producción de TVN creó el grupo Six Pack para acompañar con música el éxito que obtuvo su serie juvenil "Karkú" desde 2007. Allí, Echeverría llegó con quince años para ser una de las protagonistas (Luty), compartiendo el plató con Raquelita Calderón (Kel), la más popular del sexteto. Entrada la década de los 2010, Echeverría se convirtió en un rostro recurrente en la industria de las teleseries, dejando suspendida su faceta de cantante.

Waldo Cáceres

Existen opiniones que consideran a Waldo Cáceres como el baterista definitivo del histórico Nahuel Jazz Quartet, conjunto que marcó la primera modernidad del jazz chileno. Y no se refieren a que Cáceres era el músico estable cuando el pianista Omar Nahuel falleció en 1969 y el grupo se disolvió, sino al sonido que impuso una vez que Orlando Avendaño, su baterista original y quien tenía mayor popularidad, se mudó a Estados Unidos. Ahí donde Avendaño elaboró un beat poderoso, Cáceres lo sustituyó por un elegante toque, rasgo que distinguió a este exponente de la batería swing, bop y estilo west coast por más de 50 años.

Daniela Benito

Más cercana a la canción brasileña, Daniela Benito ha sido activa intérprete de repertorios latinoamericanos y, en su caso, una ariete más en la fuerte influencia que la bossa nova ha ejercido en músicos de las generaciones de 1990 en adelante: Ana María Barría, Marcelo Vergara, Valentina Carrillo, Carolina Ansoleaga o Paula Liz. De hecho, obtuvo en 2008 el primer premio del Festival Chile canta Brasil con la canción “Sozinho”, de Caetano Veloso. Parte de una vitrina de nuevas cantantes lanzadas desde el Instituto Projazz a mediados de los años 2000 como muestra de una opción por la depuración vocal, ha participado de ciclos de jazz y canciones compartiendo escenarios de pequeñas dimensiones con Natacha Montory, Javiera Abufhele o Valentina Payeras, algunas de ellas compañeras en el sexteto vocal Imanencia. Siempre acompañada de un músico de cabecera como el guitarrista (en rigor, bajista) Maximiliano Flynn, en 2007 y 2008 actuó en dúo, y luego de su viaje de estudios y recopilación a Brasil, el grupo se reorganizó como cuarteto en 2009 para explorar nuevas posibilidades rítmicas. En 2010, la cantante fue invitada por el pianista Roberto Bravo para interpretar dos canciones de Tom Jobim en su disco Poesía y música.

Claudia Aguilera

La atrevida canción romántica "Soñadora" fue el single de arremetida de la cantante y locutora ovallina Claudia Aguilera, quien solo en 2016 apareció en el disco tras una larga trayectoria como figura de la balada, el pop latino y los ritmos tropicales en la Cuarta Región. Aguilera inició un trabajo de la mano del compositor y productor Mauricio Guerra, hombre fuerte del grupo tropical Hechizo, para la gestación de su primer disco, que incluyó un videoclip de "Soñadora".

Luciano

Lucien Nicolet estampó su primera firma en graffitis callejeros de Santiago de Chile, cuando su nombre, a mediados de los años '90, era DJ Magi-k. Luego, hacia fines de la década, ganaría su segundo alias en Europa para volverse uno de los productores y DJs chilenos activos en el circuito electrónico internacional, donde hoy es reconocido por igual como Lucien Nicolet, Luciano o Lucien 'n' Luciano.

Lalo Parra

Tío Lalo para los sobrinos y cercanos, Eduardo Emeterio Parra Sandoval de nacimiento, Lalo Parra es parte de la primera y famosa generación de la familia Parra, cuarto hermano de la casa luego de Nicanor, Violeta e Hilda, y mayor que Roberto, Lautaro, Elba y Óscar Parra. Cantor, guitarrista, autor y compositor, durante su vida difundió un repertorio de cuecas choras, jazz guachaca y valses tradicionales acunado en la familia y aprendido en más de ocho décadas de historia. Entre todos sus hermanos fue quien más mereció el nombre familiar de tío, ya no sólo de parte de sus sobrinos originales, sino de todo el público que encontró en él un símbolo de experiencia popular chilena.

Gustavo San Martín

Los cruces territoriales de la percusión describen a Gustavo San Martín en tres frentes, a través de los cuales asume tradiciones rítmicas como baterista. Ha explorado la cueca urbana, las raíces de la cumbia y sus transformaciones y desde luego el jazz contemporáneo, género que lo situó finalmente como nombre propio y líder de quintetos con el disco En casa de árbol (2018). En ese campo su propuesta incursiona en los puntos de encuentro entre la improvisación jazzística natural y el amplio universo del folclor chileno.

Carmen Prieto

La línea cronológica de un bolero hecho en Chile largamente suspendido tras el época de oro de la industria discográfica y la radiofonía, se retomó a la manera solística cuando la joven cantante Carmen Prieto Monreal apareció en abril de 1990 en el Café del Cerro junto a un pequeño ensamble guitarras y percusiones cubanas. A través de su voz morena se replanteaba la fuerza poética y musical de aquellas canciones desagarradoras.

Diapasón Porteño

No son muchas las agrupaciones chilenas con la tradición de un instrumento —y no la de un repertorio— como brújula de trabajo, y Diapasón Porteño destaca por esa excepcionalidad y por la libertad con que la asumen. Así, sus grabaciones y colaboraciones abarcan el trabajo con tonadas, tango, boleros y cuecas. El extendido oficio musical de sus integrantes ha ganado la confianza de intérpretes tan reconocidos como Ángel Parra, Cecilia Echenique y Max Berrú, a quienes han secundado en la grabación de discos. Su objetivo ha sido, dicen sus integrantes, ejercer como «un eslabón entre los antiguos cultores de la guitarra popular chilena y latinoamericana, y las nuevas generaciones».

Emilio Bascuñán

Compositor, arreglador y orquestador, pero sobre todo un músico dedicado a la creación de literatura chilena para big bands y ensambles jazzísticos, Emilio Bascuñán ha realizado una serie de trabajos en este campo. Inspirado en la figura de la estadounidense Maria Schneider, esa propuesta desembocó en un repertorio especialmente dedicado a la orquesta infantil Conchalí Big Band, que en 2014 celebró sus veinte años de vida con un concierto en el Teatro Municipal de Santiago y con el disco XXI, cuyo material fue preparado por Bascuñán.