TV pop

Una vez que el dominio que impuso la radio en los ‘30, ‘40 y ‘50 con sus grandes auditorios y sus estrellas de la canción en directo comenzó el declive en los ‘60, un nuevo semillero de música popular chilena se trasladó a la televisión en las siguientes dos décadas. La TV cobró una importancia inusitada durante la dictadura militar: la variante del llamado TV pop se instaló así en un país marcado por el toque de queda y la represión sobre cualquier forma de cultura no oficialista. Entonces tuvo el monopolio sobre la entretención y fue el laboratorio de nuevas partidas de cantantes, de gran afinidad con la balada romántica, cuya vía de difusión no fue ni los discos ni los conciertos, sino los sets de programas como “Dingolondango”, “Sábados gigantes” y “Martes 13”, y más tarde los reality shows y concursos como “Protagonistas de la música”, “Operación triunfo” y el emblemático “Rojo, fama contrafama”.

Mario Guerrero

Desde los mejores tiempos de Luis Jara como figura romántica que no estallaba en popularidad un baladista tan demandado por el gran público. A Mario Guerrero le bastaron sólo meses de exposición ante las cámaras para demostrar que su calidad vocal y magnetismo como figura pop podían superar el contexto de alta competitividad en que estaba inmerso en el concurso televisivo “Rojo, fama contrafama”. Aún después del período de mayor presencia de ese programa, Guerrero continuó con una sostenida carrera discográfica de la mano de la masividad.

Daniela Castillo

Daniela Castillo Vicuña fue una de las figuras centrales de la generación del programa televisivo "Rojo, fama contrafama", que dominó las preferencias del gran público durante un largo período en la década de los 2000 y que tuvo una alta exigencia para esos aspirantes, incluso embrollos periféricos respecto de la música: Daniela Castillo fue llamada “la cuica de Rojo”. También es una de las cantantes pop que superó ese momento de gracia y popularidad y en los años siguientes siguió adelante con su carrera, editando una serie de álbumes donde alternó entre la balada latina, el pop dance y los ritmos urbanos.

Óscar Andrade

Las canciones de Óscar Andrade han rozado varios géneros y modas, pero nunca se amoldaron a una de ellas en específico. Su obra se encontró en sucesivos momentos con el Canto Nuevo, la trova y el pop, y experimentó un cambio significativo durante los catorce años de trabajo y estudios del cantautor en Alemania. Antes de cumplir los 20 años de edad, Andrade ya había levantado al menos dos hits imperecederos ("Noticiero crónico" y "La tregua"), y ha sido inevitable que el resto de su trayectoria se compare siempre con esas cumbres de popularidad de los años ochenta. Aunque breve, su discografía acumula composiciones asociables a la balada pero también de provocadora observación social, impuesta en televisión y radios incluso en tiempos en que tal opción constituía un riesgoso desafío político.

Jorge Abril

El pianista más popular de la era de las orquestas hasta la televisión junto a Valentín Trujillo es Jorge Abril. Recordado por su capacidad para acompañar sin ensayo previo y por un oído privilegiado, en 1970 Jorge Abril fue iniciador de uno de los grupos esenciales de la cumbia chilena, Giolito y su Combo, con el percusionista Arturo Giolito. Trabajó, además, con dos de los más importantes directores de orquesta chilenos, Valentín Trujillo y Horacio Saavedra.

Claudio Reyes

Actor de teleseries, con papeles de galán,  Claudio Reyes estaba grabando en 1989 la tercera temporada de A la sombra del ángel de TVN, y el equipo de producción le propuso  sumarse a  la banda sonora con una canción, "Por qué llora la tarde", original del baladista brasilero Antonio Marcos . Su versión  se difundió rápidamente en radios y en shows televisivos, pero con un nombre distinto, sacado de su inolvidable su estribillo: "La tarde está llorando y es por ti".  "Ahi me di cuenta que cantaba mal" dijo el mismo actor en año 2009 a La Tercera, aludiendo sus limitadas virtudes musicales, algo que ha reconocido muchas veces - incluso con humor - tras su breve aventura musical. Claudio Reyes siguió siendo actor, cómico en programas de televisión y hasta concejal de la UDI en los años 2000 y cantaba su hit en espectáculos de comediante. Falleció en julio de 2024.

Arenita

Después del reinado juvenil que gozó la bailarina y cantante pop Karen Paola en sus años en “Mekano”, iba a ser otra figura tan popular como controversial la que dominaría las pantallas de la mediatarde en un programa adolescente. Natalia Rodríguez llegó a “Yingo” con 18 años y con el seudónimo de Arenita. Así era conocida en el circuito de fiestas “pokemonas”, tribu urbana a la que pertenecía. En 2007 se integró a este programa juvenil de Chilevisión, y no sólo impuso ahí su fuerte personalidad. De esta manera siguió avanzando hasta grabar un disco de canciones pop y ritmo de reguetón, titulado homónimamente. Arenita se convirtió en una siguiente figura musical desde la plataforma televisiva, que ya había lanzado en un lapso de cuatro temporadas a las bailarinas Yamna Lobos y Kathy Barriga y las celebridades de reality shows Angélica Sepúlveda y Jenny Contardo. Pero fuera del circuito televisivo primero y fuera de Chile después, desde 2018 siguió una vida en Suecia, lejos de la música y la televisión.

Mariela Montero

Tras su participación en la versión argentina del reality show "Gran hermano" en 2007, Mariela Montero se instaló en Chile para integrarse en 2009 al elenco de "Pelotón VIP" e iniciar de este modo una carrera en la industria del entretenimiento, como modelo y activa participante de programas de telerealidad. Esto la llevó a ganar un espacio en el circuito de celebridades durante esos años.

Andrea Labarca

Como parte del ranking juvenil de Sábados Gigantes en la mitad de los '80, Andrea Labarca fue una de más de los participantes de ese espacio, que, sobre la base de covers de temas de moda, protagonizó un fenómeno mediático que la llevó incluso al Festival de Viña en 1987. Su retiro ante la caída de esos espacios televisivos, dejó a la cantante fuera de las pistas, al igual que sus contemporáneos, hasta que en 1995 ella resolvió recomenzar su historia, que desde entonces ha alternado momentos de actividad y períodos de receso.

Patricia Maldonado

La cubana Olga Guillot era el espejo en el que Patricia Maldonado se miraba hacia los años '70, y su exitosa carrera como intérprete durante esa década y la siguiente siguió el mismo rumbo intenso hecho famoso por la mujer de canciones como "Miénteme", "La música" y "Qué sabes tú". Maldonado se convirtió en una de las mejores cantantes chilenas en el rubro de boleros y las más profundas canciones románticas, capaz incluso de dar a conocer su trabajo en el extranjero.

Alejandra Ramírez

Una canción en el estilo pop-soul titulada “No me pidas amor”, con la que participó en la preselección del Festival de Viña del Mar de 2003, fue la primera experiencia solista de Alejandra Ramírez, una de las más versátiles voces en secciones corales de artistas pop, orquestas de televisión y sesiones de estudio. Eso hasta que en 2011 grabó la canción "De punta a punta" para la teleserie juvenil "Vampiras" y luego inició la producción de un primer disco propio, junto al baterista Carlos Figueroa Salazar, el mismo músico que había escrito “No me pidas amor” diez años antes.

María José Quintanilla

Parte de la primera generación del programa de talentos de TVN "Rojo, fama contrafama", María José Quintanilla fue entonces la menor de los participantes. Aunque no ganó la competencia, su carisma, su talento vocal y el repertorio mexicano de corridos y rancheras la convirtieron en la cantante más popular. Su primer disco dejó la alta marca como uno de los más vendidos en la era del CD, éxito refrendado en el Festival de Viña del Mar de 2004. Fiel a sus orígenes rancheros, pero estableciendo puentes con la balada y el pop, su carrera musical ha seguido activa a casi 20 años de ese trascendente debut televisivo.

René Calderón

Percusionista, pianista, arreglador, director de orquesta, compositor y productor, René Calderón ha estado involucrado en casi incontables proyectos musicales, en géneros diversos y con colaboradores de diferentes generaciones. Su trabajo ha sido reconocido en festivales como el de Viña del Mar, de la Patagonia y El Cairo; y su involucramiento en orquestas lo ha acercado al trabajo sinfónico. Discos de Verónica Villarroel, Douglas, Luis Jara, José Alfredo Fuentes, Axé Bahía, Willy Bascuñán, Sonia La Única y Gloria Simonetti llevan su nombre en los créditos de arreglos y producción, tareas en las que también ha tenido encargos desde Argentina, Bolivia y Perú. En junio de 2019, Calderón largó un peculiar proyecto de grabaciones sucesivas en piano para repertorio de músicos chilenos, disponibles en la plataforma Spotify a un ritmo mensual y hasta completar dieciocho entregas.

Paul Barreaux

Paul Barreaux perteneció al popular programa dominical “Venga conmigo” de Canal 13 conducido en los '90 por el cantante-animador José Alfredo Fuentes. Como figura televisiva, el bailarín Paul Barreaux llegó a ser considerado el primer “rapero sin calle” de la historia. Fue su éxito inicial en el staff del grupo de baile “Generación 2000” el que lo catapultó en 1995 y 1996 a una plataforma pop que se tradujo en un disco de hip-hop editado por BMG bajo el nombre de Kaviar klub (1997). La historia musical no llegó mucho más allá.

Carolina Molina - La Rancherita

Conocida inicialmente como “la princesa mexicana”, Carolina Molina se consagró en definitiva como «La Rancherita», título que le quitó de las manos a la propia María José Quintanilla, con quien compartió espacios de música mexicana en la tercera generación del programa de talentos “Rojo, fama contrafama”. Sus espectáculos en vivo en discoteques, restoranes y parrilladas populares y su permanente presencia en pantallas de televisión la convirtieron en una de las favoritas entre el público masivo del pop. A quince años de su estreno discográfico, y ya instalada en México, la cantante practicaba un giro musical que la ubicó como exponente de la música latina urbana, con aproximaciones a los ritmos del reguetón, la bachata, la cumbia y la kizomba, en un nuevo perfil como cantante.

Augusto Schuster

Innegable galán adolescente del Bicentenario, Augusto José Schuster Picó marcó un punto de referencia en el teen pop chileno a partir de sus apariciones en las series televisivas “Amango”, “Química, el juego del amor”, “Corazón rebelde”, emitidas entre 2007 y 2010 por Canal 13, y que lo convirtieron primero en un demandado actor y luego en un popular cantante. Se estrenó como cantante con el disco Bonsai, (2017), y al año siguiente fue una de las figuras más aplaudidas en el programa del Festival de Viña del Mar.

Bárbara Intriago

Para enero de 2003, Bárbara Intriago se convirtió en una de las primeras aspirantes a ídolo pop en el recién creado concurso de televisión “Rojo, fama contra fama” y que entonces marcaría el pulso de las nuevas estrellas juveniles de la canción y la balada latina con nombres de gran popularidad como María Jimena Pereyra, María José Quintanilla, Leandro Martínez o Daniela Castillo. No fue igual para Bárbara Intriago, quien llegó a cantar piezas como “Tú, siempre tú” en el breve espacio en que estuvo. Fue eliminada a fines de febrero de 2003 a manos de la baladista viñamarina Monserrat Bustamante.

Carolina Mestrovic

A los 17 años, Carolina Mestrovic se convirtió en la última ganadora del programa “Rojo, fama contrafama”, una vez que cumplió el lustro iniciado en 2003 como concurso de talentos de canto y baile. Desde ese estudio de TVN fue promovida una generación completa de baladistas jóvenes y cantantes pop: María Jimena Pereyra, Leandro Martínez, Mario Guerrero, Daniela Castillo, María José Quintanilla, Carolina Soto, Monserrat Bustamante o Bárbara Muñoz, fueron las primeras estrellas que editaron discos bajo ese alero. Carolina Mestrovic, en cambio, sólo alcanzó a participar del último aire con baladas anglo y canciones pop dance.

Madriela Marchant

Inicialmente conocida en escenarios sureños con el pseudónimo de Solange, la cantante romántica Madriela Solanch Marchant Campos retomó su nombre cuando dio el significativo paso de dejar Chillán, donde había transcurrido su vida, para probar suerte en la capital y poco después estrenarse como solista en la primera edición del concurso televisivo “Factor X”, de TVN, en 2011. Allí, la cantante finalizó con el tercer lugar, pero ello le significó el inicio de una carrera en la música pop que tuvo un paso inicial con el disco Mírame (2012).

César Ávila

Como uno de los nombres destacados del concurso televisivo "Operación triunfo", César Ávila fue uno de los baladistas más populares en los inicios de la década de 2000. Sus fans lo describieron como "la voz que le canta al amor". Ávila fue una fugaz alternativa a Mario Guerrero como resonante voz en el recambio de la figura del  "eterno enamorado".

Soledad Guerrero

Voz, nombre y figura validada y reconocida en los ’80 como parte del recordado “Ranking juvenil”, Soledad Guerrero es probablemente la única autora y cantante promovida desde ese set de “Sábados gigantes”, junto con otras voces que alcanzaron cotas de diversa altura en el pop posterior: Myriam Hernández, Luis Jara, Irene Llano o Andrea Labarca, entre otros. Además de establecer su sello en la música de la industria publicitaria, Soledad Guerrero ha escrito y grabado sus propias canciones a lo largo de varios discos.