Tropical

Pocas influencias extranjeras han tenido una presencia tan sostenida y variada en el tiempo como los diversos géneros musicales venidos del Caribe, adoptados por el público chileno como parte de los gustos bailables y la fiesta nacional. Son generaciones de ritmos y de audiencias las que han disfrutado de esta música tropical, desde los años '30 con la guaracha, el cha cha cha y el mambo de las orquestas de los '40 en adelante, y con la explosión en cumbias de los años '60, incluidas todas las transformaciones que ese ritmo colombiano ha experimentado entre sonoras, combos, orquestas y conjuntos, hasta llegar a modas más recientes como la del sound, la música axé, la cumbia villera y el reggaetón. La música tropical ha moldeado la fiesta popular y el baile nacionales por décadas.

Orquesta Huambaly

La Orquesta Huambaly fue la más popular, sobresaliente y profesional agrupación de música afrocubana en la explosiva década de 1950, con repertorios de mambo, chachachá, rumba, bolero e incluso swing que estimularon a un nuevo público chileno y de paso lanzaron al estrellato a una serie de solistas de alta categoría que integraban sus filas. Durante toda la década fue la orquesta tropical mayor, primero con sus temporadas en el restorán Nuria y finalmente con la histórica gira por Europa de 1959, que como corolario de un éxito sin precedentes también precipitó su final. En honor a su memoria y su música vibrante, 50 años después de su disolución nuevos músicos recogieron el legado para interpretar esos repertorios pioneros formando una una "nueva orquesta Huambaly".

Lucía Covarrubias

Baladista, cantante pop, integrante original del grupo Sum, y con incursiones en la música urbana, la cumbia y el reguetón como solista, Lucía Covarrubias fue ganadora de la Gaviota en la competencia internacional del Festival de Viña del Mar de 2016, con la canción "Te quiero", que presentó junto a su hermano, Cristián Covarrubias. Fue una antesala a la publicación de su primer disco, que incluyó la canción "¿A quién no le gusta el reggaetón?", una defensa del estilo en boga durante esa década y un ensayo de ritmo y texto.

La Sonora Palacios

La Sonora Palacios es el nombre fundacional de la cumbia chilena. El conjunto se inspiró en el formato instrumental cubano de la sonora, pero con el ritmo colombiano de la cumbia que en los '60 se extendía por América Latina. En 1964 editaron un single con dos canciones: “El caminante”, de origen argentino, y “La mafafa”, del autor cubano Julio Gutiérrez. Desde entonces nunca dejaron de grabar discos, presentarse en vivo y sonar en radios. “Los domingos”, “Un año más”, “El galeón español”, y muchísimas otras son clásicos y números imperdibles de toda fiesta en Chile, en sus versiones originales o en interpretaciones que han realizado centenares de grupos profesionales y aficionados. En 1982, con la partida de varios músicos incluido el cantante Tommy Rey, desde la Sonora Palacios se inició La Sonora de Tommy Rey, otra historia referencial en la música tropical chilena. Pero el grupo original, bajo el liderazgo de su trompetista y fundador, Marti Palacios, y su hijo Marti, timbalero desde 1979, ha recorrido los tiempos sin detenciones. Completa una discografía de más de 30 títulos, con un show que ha presentado  permanentemente en grandes y pequeños escenarios en Chile y en el extranjero.

Orquesta Los Peniques

Formada en 1953 por dos parejas de hermanos, los Durán y los Moya, la brillante Orquesta Los Peniques se inició directamente con una recordada temporada en el Hotel Carrera en 1955. Estaba dirigida por el pianista y arreglador argentino Tomás Di Santo y las líneas de vientos estuvieron a cargo de músicos muy jóvenes, algunos de ellos siendo menores de edad y aún en el colegio. Fue así como siguieron el ejemplo de la orquesta argentina Santa Anita, que se presentaba bajo el lema "Ritmo en el alma": la Orquesta Los Peniques siguió la misma lógica adquiriendo el slogan de "Ritmo y juventud" para sus presentaciones.

Ariel Arancibia

Uno de los más prolíficos compositores chilenos del siglo XX, Ariel Arancibia registró sobre quinientas canciones de su autoría, y no es sencillo escoger cuál es la más famosa: para elegir están los éxitos de la Nueva Ola "Dilo calladito" (Cecilia) y "La gotita" (Gloria Benavides), el éxito de clásico universitario "La ballena" (Sussy Vecky), el tema televisivo "El bailongo" (Don Francisco); y el éxito absoluto de Los Huasos Quincheros, la guaracha "El patito", entre otros. Y además está su fundamental labor como arreglador, en discos tan relevantes como Homenaje a Óscar Castro (1970), de Los Cuatro de Chile. De gran versatilidad musical, durante su carrera se dedicó a las revistas musicales, los clásicos universitarios, la televisión, el cine, el teatro, la tarea de dirección artística que desempeñó en el sello RCA Victor y la composición de música sobre poemas de Pablo Neruda, Óscar Castro, Daniel de la Vega y otros autores. Fue siete veces finalista en el Festival de Viña, donde ganó una Gaviota de Plata en 1972; y meses antes de su muerte, en 1997, fue nombrado socio emérito la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, SCD.

La Noche

Cada década ha tenido en Chile su jerarca en ritmos tropicales, y en el primer decenio del 2000 el trono lo ocupó La Noche, referente mayor en el paso de la cumbia festiva a la cumbia romántica, y uno de los conjuntos más vendedores del país durante al menos un lustro. Años de trabajo sin mucha difusión prepararon su temple para la locura que se desataría a partir de 2006 con hits como "Es el amor", "Quiero ser libre" y "Que nadie se entere"; composiciones en clave de cumbia villera argentina con letras que desdeñan el molde del amor romántico para insertar las relaciones de pareja en triángulos, cuartos de motel y ocultos encuentros eróticos. El salto fue entonces enorme en proyección, desde su origen en el Valle de Aconcagua (en pueblos como Catemu y Llay Llay) a los más grandes y mejor pagados escenarios del país. En la historia del conjunto, el más notorio cambio se dio en 2010 con la salida del cantante Leo Rey, tras lo cual La Noche ha pasado por varios otros movimientos de integrantes.

Alejandro 'Álex' García

Toda una vida de ritmos hecha fuera de Chile vivió el baterista y percusionista Alejandro García, desde que sus padres fueron exiliados por el gobierno militar. Terminó por construirse como músico, compositor y cultor del jazz latino y la fusión latinoamericana primero en La Habana, donde aprendió el rudimento y el lenguaje percutidos, y luego en Nueva York, megápolis donde consolidó su carrera a la cabeza del ensamble latin Afromantra.

Leo Rey

Fue como vocalista del grupo La Noche que Cecil Leonardo Leiva Reyes se convirtió en ídolo a escala nacional, pero su salida del grupo, en 2010, no le quitó las ganas de continuar como cantante. Con la popular banda de cumbia romántica, Leo Rey grabó tres álbumes de estudio, desde Amor entre sábanas (2005) a La noche buena (2009). Su trayecto solista acumula ya otros tres discos, sostenidos por decisión propia en un permanente trabajo de recitales por todo el país.

Rigeo

Cantante, productor musical y ocasional animador de televisión, Rigeo (Rodrigo Aránguiz) fue uno de los pioneros chilenos en la interpretación de los nacientes ritmos urbanos a comienzos de la década de los 2000, que dominarían la escena de la música popular por más de dos décadas. El reguetón y ciertos acercamientos al hip-hop marcaron su música, que quedó registrada en los discos Reality flow (2004), donde aparece "Indestructible", con su famoso coro de alerta "danger, danger, cuidado", y Knock out (2005), que versiona de clásicos de otros estilos tropicales. Su estilo lo llamó, sin más, "ragga flow".

La Mary

Su origen en Calle El Medio en San Vicente de Tagua Tagua y la cultura barrial, futbolera y familiar allí definieron la posición en la música popular de Mary Silva, conocida en los escenarios como La Mary, cantante de ranchera tropical en sus primeros tiempos y estrella chilena de la cumbia villera con posterioridad. Ella ingresó en la escena de una nueva música tropical tomando el concepto de "cumbia de barrio", que representaba esa historia propia llevada al escenario con canciones villeras que presentó incluso en Argentina, la cuna natural de esta variante de la cumbia. Canciones como "Sos un botón", "Brindo", "Antología" o "Las karatecas" alcanzaron impacto de popularidad.

Los Reales del Valle

Los Reales del Valle son, junto a Los Luceros del Valle y Los Hermanos Bustos, parte de la punta de lanza de la explosión de la música norteña mexicana en Chile en los años ‘70, y al igual que ellos han cimentado su popularidad en el éxito combinado de los corridos y las cumbias.

Rumberos del 900

«Preservar en la conservación histórica del repertorio popular bailable de todos los tiempos en Chile», es cómo esta orquesta define la orientación de su trabajo, y en esa definición hay pistas sobre los cauces de su sonido pero también sobre su conciencia al hacerlo circular. Rumberos del 900 se alista en la tradición de grandes orquestas de baile que han trabajado en Chile desde los años '40, y avanza en pleno siglo XXI en un pulso afrocaribeño, rigor interpretativo y repertorio que se conecta con ella, de la Orquesta Huambaly a la Ritmo y Juventud (entre sus influencias, también mencionan a combos extranjeros clásicos, como los de Pérez Prado y La Sonora Matancera).  

Dash & Cangri

El dúo de reguetón Dash & Cangri fue el resultado de otro de los productos de telerealidad llevados a cabo por Cantal 13 una década después del boom de los reality shows. En el programa televisivo "Dash & Cangri. El precio de la fama", emitido en 2012, se mostraba la vida de dos jóvenes de extracción popular y las aventuras que encabezaron junto a un tropel de amistades y sus familias. Los protagonistas fueron dos maipucinos Maickol González Vega (Dash) y Sebastián Leiva Bravo (Cangri), quienes ya había aparecido en otro proyecto de esta naturaleza, en la misma estación, que lanzó a un estrellato breve a la joven gitana Perla Ilich. El dúo adquirió una explosiva popularidad y así, con un grupo de productores musicales liderados por Rodrigo Stambuk (Glup!) y Enzo Massardo (Uruz), el dúo de jóvenes actores por casualidad pasó a ser un dúo musical. En 2012 editaron su disco El precio de la fama. Luego de ese boom que generó la televisión, ambos integrantes del dúo continuaron vinculados a la industria del espectáculo. En el verano de 2019, Leiva fue encontrado muerto en extrañas cincunstancias en una localidad de Bolivia. Tenía 27 años.

Panchito Cabrera

Francisco Cabrera Sánchez tiene una historia musical imparable desde que en 1947 llegara a la capital procedente de Antofagasta para integrarse a la orquesta característica de Armando Bonansco. Tocó ritmos tropicales y de salón de baile en locales diversos, llegó a los auditorios radiales para hacer bolero y canción popular, y practicó rock and roll y twist. Con todo, Panchito Cabrera fue esencialmente un guitarrista de jazz y conservó para sí la categoría que le entregó el entorno musical: el "Django Reinhardt chileno", el único músico que dedicó una vida a estudiar la obra del célebre guitarrista belga, lo que lo llevó a liderar una escuela de adherentes del llamado "jazz manouche".

Los Trianeros

Los Trianeros es el conjunto de música popular bailable más importante de la austral Región de Magallanes. Se formaron a mediados de los '60 en Punta Arenas tocando música melódica de moda en la época, e influenciados con la incipiente Nueva Ola, el bolero, el rock and roll y la música tropical que hacía bailar a los chilenos desde los años '50 con la Orquesta Huambaly. Con su sonido característico basado en la guitarra eléctrica y el órgano Casio, Los Trianeros fueron uno de los principales exponentes de los jóvenes conjuntos que cultivaron la cumbia en esta década, junto a Los Cumaná, Los Bingos y Los Fénix.

Alanys Lagos

Alanys Lagos ha sido presentada como una promesa de la ranchera tropical a mediados de la década de 2020, a partir de sus canciones "Yo quiero todo contigo", que fue su primera composición, "Si supieras", "Bandolero" y "Basta ya", un éxito en reproducciones en plataformas, donde aparece ella aparece junto a Zúmbale Primo. Con una interpretación pasional, alegría, picardía y gran manejo escénico, Alanys Lagos fue abriéndose paso en la música mexicana, siguiendo a referentes que van desde Antonio Aguilar y Vicente Fernández, hasta la estrella del pop latino Selena y la baladista chilena Myriam Hernández. En 2025, esa primera época como cantante se rubricó ya en calidad de nueva figura en la industria, con el premio Pulsar en la categoría Música ranchera, por su disco EP Y seguimos...

Valentín Trujillo

La televisión ha sido una gran vitrina para el talento del pianista y orquestador Valentín Trujillo Sánchez, aunque no del todo justa con la profundidad de su trabajo y el alcance de sus vastos conocimientos musicales. El casi eterno acompañante del animador Don Francisco, como director de orquesta en “Sábados Gigantes” es, también, uno de los arregladores fundamentales de la música popular chilena durane una era de oro para la industria fonográfica, tanto en discos como en grandes conciertos. Junto con ello, Trujillo fue proyector de nuevas figuras de la música a lo largo de las primeras décadas del siglo XXI. En 2024 su nombre marcó un hito más al convertirse en el primer intérprete de música popular en ser distinguido con el Premio Nacional de Música.

Solange

Solange Arancibia, cantante de música ranchera en la Cuarta Región, se presenta en como "La reina del Valle del Elqui".

Pink Milk

Un proyecto que se ubica en las fronteras del teatro y la música es Pink Milk, elenco formado por tres jóvenes actrices que se propusieron recrear en escena canciones de los años '40 y '50 conocidas por el cine y en la interpretación de grupos femeninos como The Andrews Sisters, o por divas como Marilyn Monroe o la española Lilian de Celis. Una cuidada caracterización, un riguroso trabajo vocal y un amplio repertorio de canciones de entreguerra y posguerra las llevaron a grabar en 2015 su primer disco y a participar en una serie de montajes y conciertos teatrales.