David Ponce
El autor nació en Santiago el 16 de marzo de 1908, en el entonces rural sector de la calle Antonio Varas. Creció desde los dos años en el capitalino barrio Lastarria, donde su familia se mudó en 1910: su infancia transcurriría desde entonces en la vieja casa de calle Lastarria 80 que medio siglo después sería usada por la compañía de teatro El Aleph, del actor Óscar Castro. En esa vecindad de calles adoquinadas, el niño Flores del Campo cantó por primera vez en la Parroquia de la Vera Cruz cercana a su casa.
Luego vendrían otros estímulos artísticos. Mientras estudiaba en el Instituto de Humanidades contiguo a la Universidad Católica, Flores asistía a sus primeras funciones de cine mudo en el Teatro Septiembre, de Lira con Alameda, y a las veladas bufas del Teatro Municipal a mediados de los años 20. Tras egresar del colegio estudió derecho en la Universidad Católica durante un año y trabajó en la Contraloría General de la República y en la Dirección General de Carabineros, institución a la que pertenecía su padre.
Las películas y las tonadas chilenas
Antes de escribir canciones, Flores del Campo fue cantante y actor. En 1931, tras estudiar canto y dar conciertos en la Municipalidad de Viña del Mar, ganó una beca de ese municipio para estudiar en EE.UU. y no dejó ir la oportunidad: el período original era de ocho meses y él se quedó por ocho años. Se presentó como cantante, formó su propia orquesta y cumplió contratos con Columbia Broadcasting o en sitios como el Coconut Groove del Hotel Ambassador, en Los Angeles. Y también llegó al cine.
En el Hollywood de los años 30, el actor chileno apareció en las películas El sombrero de copa, Ramona, El californiano y El demonio a caballo. Pero más importante es El día que me quieras (1935): en la décima y más célebre película del astro tanguero Carlos Gardel, Francisco Flores del Campo encarnó al yerno de protagonista, un personaje secundario llamado Daniel Dávila. Según ha recordado su amigo el pianista Valentín Trujillo, durante el rodaje Flores y Gardel hablaron sobre Chile y el cantante se sentó al piano para tocar una informal versión de ‘‘Yo vendo unos ojos negros’’.
El cine fue también su primera ocupación al regreso, cuando protagonizó Romance de medio siglo, la primera película de Chile Films. Pero una enfermedad a la garganta afectó su voz y frenó su carrera de actor y cantante. Pudo ser el fin. Pero fue un comienzo. Empezó entonces su trabajo como compositor.
Según ha recordado el propio Valentín Trujillo, la primera canción que compuso Flores del Campo fue ‘‘Tonadita chilena’’ (1938), y éxito inicial también fue una tonada: ‘‘Mi caballo blanco’’. El autor empezó a nutrir el repertorio de grupos como Sonia y Myriam, iniciadas en 1942, y sobre todo Los Huasos Quincheros, a quienes les entregó su primer bolero, "Sufrir" en 1944, y desde entonces canciones que grabaron en distintos momentos de su carrera: ‘‘Mi caballo blanco’’ (1960), ‘‘Tonadita chilena’’ (1961), ‘‘Campo lindo’’ y ‘‘Qué bonita va’’ (1971) y ‘‘Dos corazones’’ (1973).
Aparte de las tonadas ‘‘Arroyito perfumado’’, ‘‘Canción de la montaña’’ y ‘‘Virgen del Carmen patrona’’, de la guaracha ‘‘Yo quiero tener un bote’’ o de la marcha ‘‘A mi bandera’’, Flores escribió en los '40 y '50 tres de los más populares boleros chilenos. En 1944 ‘‘Sufrir’’ (‘‘Vivir esperando un quizás / es mejor que saber que nunca volverás’’), en 1949 ‘‘Agonía’’ (‘‘Tengo que pasar por su casa / para llegar a la mía’’) y en 1950 ‘‘Niebla’’. Los Quincheros grabaron los tres, en distintos discos, y en 1961 los reunieron en el disco Nosotros, junto a la orquesta de Valentín Trujillo.
La pérgola de Flores
A fines de 1958 el autor empezó a trabajar en una comedia musical que sería un clásico del teatro chileno: La pérgola de las flores, la historia de la lucha que las floristas del Santiago de los años 20 libran por salvar de la demolición al tradicional mercado de flores citadino.
La obra fue estrenada en marzo de 1960 en Sala Camilo Henríquez, con una conjunción de talentos de la época. Escrita por Isidora Aguirre, compuesta por Francisco Flores del Campo, dirigida por Eugenio Guzmán y escenificada por Bernardo Trumper, fue presentada por el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica que dirigía Eugenio Dittborn. Encabezaban el elenco original Carmen Barros, Ana González y Silvia Piñeiro junto a Maruja Cifuentes, Ramón Núñez, Violeta Vidaurre, Nelly Meruane, Anita Klesky, Héctor Noguera y Mario Montilles, entre otros. Su primera temporada se extendió por tres años y el disco que editó el sello Philips vendió en un año más de cinco mil copias, cifra elocuente para su tiempo.
La pérgola de las flores fue montada en 1961 en el Teatro Español de Madrid, el Teatro San Martín de Buenos Aires y otros escenarios de España, México y Argentina. De entonces data la versión fílmica argentina en la que actúa Antonio Prieto en el rol protagónico de Tomasito. El papel de Carmela ha sido encarnado por actrices como Carmen Barros, Lucy Salgado, Fresia Soto, Marcela Medel y Ema Pinto. Y además de La pérgola de las flores, su autor escribió las comedias Como en la gran ciudad, Doña Javiera y su fantasma, La señora de la Plaza Brasil y la revista Los Siete Espejos.
Otra tonada histórica de Francisco Flores es ‘‘Qué bonita va’’ (1964), que tuvo dos versiones paralelas: Los Huasos Quincheros ganaron con ella la competencia del cuarto Festival de Viña en 1964, y al mismo tiempo fue grabada por el grupo del Neofolklore Los Cuatro Cuartos, quienes la transformaron en uno de sus mayores éxitos junto a otra tonada del autor, ‘‘Dos corazones’’. De un catálogo de más de 180 canciones, sus boleros fueron grabados por los mexicanos Pedro Vargas y Leo Marini, ‘‘Yo quiero tener un bote’’ tuvo una versión del argentino Mario Clavell, Harry Belafonte grabó ‘‘Mi caballo blanco’’ con The Belafonte Folk Singers en el disco At home and abroad (1961) y Miriam Makeba hizo lo propio con ‘‘Tonadas de medianoche’’. Años más tarde, durante su visita a Chile, la cantante griega superventas Nana Mouskouri se enteró con sorpresa de la nacionalidad del autor de ‘‘Mi caballo blanco’’, que también grabó en uno de sus discos.
Una placa en tributo al artista fue inaugurada en el viejo emplazamiento de la pérgola, contiguo a la iglesia de San Francisco, en 1989. Él estuvo ahí para recibir el honor, pero ya un año antes le había sido detectado un cáncer a la garganta que, aunque trató quirúrgicamente, minó su salud. La mañana del 11 de diciembre de 1993, día de elecciones presidenciales en Chile, el vecino Francisco Flores del Campo, de 85 años, votante por la comuna de Providencia, fue a sufragar temprano. No se veía decaído. Por eso, en el fragor electoral del día, la noticia fue inesperada: un ataque cardíaco le quitó la vida esa misma tarde.
En sus funerales, efectuados en la capitalina Iglesia de la Asunción en Vicuña Mackenna y Marcoleta, Gloria Simonetti y Valentín Trujillo tocaron ‘‘Sufrir’’, su bolero más popular, vuelto a grabar por ambos en 2011, en el disco de duetos Intimo. Y nunca antes tuvo más sentido la tradicional despedida de las pergoleras en el cruce de avenida La Paz con Artesanos, camino del cementerio. En medio de una comitiva multitudinaria, Francisco Flores del Campo partió ese día completamente cubierto de flores.