Música clásica
Se considera música clásica a la música académica hasta antes de la década de 1950, cuando los nuevos lenguajes ocuparon la creación de los compositores.
Como concertista clásico, Mauricio Valdebenito ha orientado su propuesta hacia los repertorios latinoamericanos y chilenos para guitarra, grabando una serie de discos y explorando además la frontera entre la música escrita y la oralidad. Es un músico altamente dotado, perteneciente a esa generación pródiga de guitarristas chilenos que ganó espacios y créditos en los '90, luego de que Luis Orlandini obtuviera en 1989 el histórico concurso de la Radio ARD en Munich: Romilio Orellana (n. 1970), Wladimir Carrasco (n. 1972), José Antonio Escobar (n. 1973) y Carlos Pérez (n. 1976), entre otros.
Los mundos de lo acústico-orgánico y lo electrónico-digital se encuentran en la creación de Valentina Maza, compositora, intérprete de viola y productora, aunque también gestora cultural con un importante registro de trabajos en este campo. Se ha desempeñado en varios frentes de la música, desde la experimentación en la electrónica ambient, con protagonismo absoluto de la viola, hasta la composición de música principalmente para obras de danza, junto con una presencia en la música docta durante distintos momentos, integrando agrupaciones como los cuartetos de cuerdas Sukos y Giros o el Ensamble MusicActual.
Monserrat Sembler, o Monse Sembler, es una exponente de múltiples músicas que cruzan territorios desde el canto trovadoresco a la música docta y desde el pop y la música de raíces latinoamericanas al jazz. Su creación como nombre propio llegaría en un disco como cantautora luego de largos períodos como flautista y acompañante de figuras mayores de la música popular, como las estrellas pop Mon Laferte y Denise Rosenthal y el trovador Benjamín Walker.
Premio Nacional de Artes Musicales 2004, Cirilo Vila fue un activo compositor, pianista y académico chileno, que cruzó entre mundos artísticos y pudo forjar una privilegiada formación con maestros de Chile y Europa. Como a pocos músicos, sin embargo, a su impronta como creador e intérprete la sostenía también su amor por la docencia. Vila fue formador de varias generaciones de músicos, desde un espacio en el Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile que mantuvo desde 1970 y por más de cuatro décadas. Vila fue un destacado pianista tanto solista como en música de cámara, y tuvo un tiempo de trabajo junto al Ensamble Bártok. Su obra como compositor muestra piezas asociables a la música docta, experimental, contemporánea, popular e incidental para teatro. «Nos enseñó algo de lo que nunca se habló en clases —recordaba sobre su tiempo como alumno suyo Eduardo Carrasco—; esto es: el amor a la música, que es algo que no se enseña, pero sí se contagia».
Un cruce que va desde la música clásica, en sus dimensiones sinfónicas y camerísticas, hasta el jazz contemporáneo han marcado la historia de Patricio Pato Banda, solista que desde 2006 inició un camino musical en ciudades de Alemania como Saarbrücken y Colonia. Desde allí consolidó su posición como músico en un circuito europeo de orquestas y además presentó sus propios trabajos creativos. En esa línea figura el álbum Everywhere & nowhere (2021), con música para cuarteto de jazz contemporáneo, que incluyó la participación del reputado tenorista estadounidense Seamus Blake.
Premio Nacional de Arte en 1996, el compositor y pianista Carlos Botto obtuvo diversas distinciones en los festivales de música chilena, y dedicó de paso una parte importante de su vida a la enseñanza, teniendo entre sus alumnos al concertista Alfredo Perl.
Además de ser uno de los primeros compositores chilenos que adoptaron en su obra la dodecafonía y el serialismo, Eduardo Maturana fue un activo protagonista de la escena vanguardista que se estableció durante la década de 1960, con músicos como León Schidlowsky, Gustavo Becerra y Leni Alexander, entre otros. Suya es “Responsorio para el guerrillero”, emblemática pieza que describe este período en Chile, donde incorporó inéditos elementos al sonido de la orquesta y la narrativa sinfónica.
Leni Alexander Pollak es la más importante compositora en Chile durante el siglo XX. Ese estatus se lo entrega la musicóloga Raquel Bustos Valderrama, especialista en estudios de género, en su libro La mujer compositora y su aporte al desarrollo musical chileno, donde observa el devenir, la vida y obra de Alexander dentro de un universo reducido de creación femenina. Nacida en 1924 en Breslavia (entonces parte de Alemania, actualmente en Polonia), huyó del régimen nazi en 1939. Se convirtió en ciudadana chilena en 1951 y como compositora se identidican una serie de obras tempranas a partir de 1949, canciones y piezas de cámara. Alumna de Fre Focke, Alexander se unió a las vanguardias de los años '50 y avanzó luego en esa línea, escribiendo obras de diversa consideración, música sinfónica como "Equinoccio" (1962), de cámara, cantatas, lieder, música incidental para teatro, ballet, cine y mimos. A ellas se suman sus reconocidas piezas radiofónicas donde amplió el uso de los medios y creó una serie de obras denominadas "teatro para escuchar" o hörspiel, donde ella desmantelaba por completo el formato del radioteatro. La más trascendental, dado que marcó el inicio del trabajo en esta línea, es "Par quoi? A quoi? Pour quoi?" (1971), para mezzosoprano, voces habladas de niños, ensamble instrumental y soporte electrónico, estrenada ese año en la Bienal de Zagreb.
A pesar de haber sido un compositor autodidacta, Próspero Bisquertt se convirtió en una fuerza motora de la creación chilena, recibió el Premio Nacional de Arte en 1957 y dejó en la historia los himnos de la Universidad de Santiago, la Escuela Militar y la Fundación Santa María. Bisquertt (n. 1881) forma parte del frente de los compositores pioneros del área académica, nacidos a fines del siglo XIX y que establecieron el primer catálogo de obras chilenas: Enrique Soro (n. 1884), Pedro Humberto Allende (n. 1885), Carlos Lavín (n. 1883), Carlos Isamitt (n. 1887), Acario Cotapos (n. 1889), Alfonso Leng (n. 1894) y Domingo Santa Cruz (n. 1899).
Un autoexilio a la ciudad de Barcelona en 1975 en cierta forma invisibilizó su arte del conocimiento del público chileno, aunque en ninguna medida lo desplazó de la historia como el iniciador de la gran época de la guitarra de concierto. Eulogio Dávalos Llanos es el principal solista chileno, el que más repercusión tuvo a nivel mundial, el proyector de la insondable obra para guitarra de Violeta Parra, transcriptor de repertorio de Astor Piazzolla, guitarrista predilecto del compositor Gustavo Becerra y el primer concertista latinoamericano en grabar, en 1969, el “Concierto de Aranjuez”, quintaesencia de la literatura para la guitarra académica.
Premio Nacional en 1968, Alfonso Letelier cumplió un rol relevante en la promoción y la formación musical chilena, al impulsar una política de unificación de todos los estamentos musicales de la Universidad de Chile en su actual Facultad de Artes. Como compositor académico obtuvo prestigio nacional e internacional con sus obras vocales. Es el padre de dos músicos que obtuvieron el Premio Nacional en Artes Musicales: el compositor y organista Miguel Letelier (en 2008) y la contralto Carmen Luisa Letelier (en 2010).
Cellista y compositora de formación clásica, Ángela Acuña es una figura recurrente en los créditos de música incidental en el cine, en teatro y en televisión. Colaboradora de muchos musicos locales, desde el 2008 es parte de Malabia junto a Javiera Parra y Christian López, y el 2011 debutó con el disco solista Caverna, donde reunió sus trabajos por encargo para varios proyectos y canciones propias. En 2016 lanzó un segundo disco, con un mayor acento autoral: Música de Ángela.
Nino García fue un músico chileno como pocos, y no es un lugar común a propósito del trágico suicidio con el que terminó su carrera y su vida: es evidencia palpable. Son raros los casos de autores y compositores locales activos con propiedad en campos tan diversos como los de la televisión, el conservatorio, la música pop o la composición contemporánea, así como en oficios que fueron desde el canto hasta la dirección de orquesta. El grueso de su trabajo no puede encontrarse hoy en discos propios, sino entre los créditos que repartió como autor y/o arreglador en canciones grabadas por Gloria Simonetti, Ginette Acevedo, Fernando Ubiergo y De Kiruza, entre muchas otras colaboraciones.
Sergio Sauvalle Echavarría, guitarrista, creador e investigador, es hijo de Sergio Sauvalle, integrante de Los Huasos Quincheros, pero en lugar de seguir la ruta musical de su padre, combina en su propuesta artística las tradiciones académica y oral chilenas, que ha investigado en terreno y en particular en los recursos de la guitarra.
Compositor, gestor, impulsor y administrador, Domingo Santa Cruz cumplió un rol trascendente en la institucionalidad musical en Chile durante cuatro décadas y entidades cruciales como la Orquesta Sinfónica de Chile, el Ballet Nacional Chileno y la Facultad de Artes de la Universidad de Chile fueron establecidas gracias a sus esfuerzos. El musicólogo Juan Pablo González define a Enrique Soro (n. 1884), Pedro Humberto Allende (n. 1885) y Domingo Santa Cruz (n. 1899) como la tríada fundamental de la primera composición musical en Chile durante el siglo XX.
Guitarrista clásico, académico, investigador y divulgador de la música chilena a través de libros, ensayos, grabaciones y programas radiales, Óscar Ohlsen es uno de los principales nombres en torno a la guitarra de concierto, desde la década de 1970. Estudió en Santiago y Londres y se le define como uno de los pioneros concertistas en tocar el laúd en Chile, instrumento con el que ha explorado las músicas barroca y renancentista. Ha realizado numerosas giras por América del Norte y del Sur, además de Europa y lugares tan lejanos como Japón y China. Ha grabado discos para los sellos EMI y SVR, y ha escrito documentos educativos como "Aspectos técnicos esenciales en la ejecución del laúd" y "La música barroca: un nuevo enfoque". Es coautor del libro Historia social de la música popular en Chile, 1950-1970 junto al musicólogo Juan Pablo González y el historiador Claudio Rolle, volumen considerado una biblia de la música chilena. Ohlsen ayudó a proyectar la figura del primer guitarrista chileno, Carlos Pimentel, cuyas obras grabó en 1998. Profesor en la Universidad Católica, por tres décadas tuvo al aire el programa "Guitarra" en radio Beethoven.
Su paso resuelto por géneros musicales usualmente alejados entre sí convirtió a Luis Advis Vitaglich en un compositor de una versatilidad única en la historia de Chile. Sin haber estudiado en un conservatorio, y con una formación más ligada a las humanidades (se licenció en Filosofía), Advis fue encontrando su camino musical de un modo casi autodidacta. Asociado a baladistas, folcloristas, orquestas sinfónicas y de cámara, y bandas y cantautores de fusión latinoamericana, Advis marcó al menos un gran hito de la cultura chilena con la fundamental Cantata Santa María de Iquique (1969), aunque el total de su discografía es la constante de cumbres, ineludibles en el estudio de la música chilena del siglo XX.
Soprano clásica en una etapa de madurez musical, Esperanza Restucci había aparecido como una joven vibrafonista y cantante pop de la escena de los ’90 a la cabeza del grupo Masticables, razón por la que no es posible ubicarla en los mapas de la música chilena con precisión. Su historia la conduce por caminos alternativos unos de otros, sin mayores detenciones, y aunque su perfil ha estado de manera natural en un plano secundario, sigue siendo una de las figuras recordadas de esa generación. Restucci combinó su acción como percusionista melódica única en su tiempo, improvisadora, compositora, cantante pop y, final y definitivamente, intérprete de lírica de cámara con una serie de proyectos en este campo, estudios en Alemania y publicación de discos.
Alejandra Santa Cruz es una de las escasas mujeres instrumentistas que tuvieron presencia en el jazz chileno, aunque su historia como contrabajista se sitúa, desde luego, en el campo de la música docta, clásica y contemporánea. Integrante de la Orquesta de Cámara de Chile por más de dos décadas y con una sostenida trayectoria como profesora en la Universidad de Chile por quince años, su versatilidad la llevó también a incursionar en la composición de obras de música de cámara actual y en proyectos diversos, desde la música experimental a la música popular.