Hip-hop
Uno de los más importantes movimientos recientes en la música local junto con el punk y el metal, el hip-hop recoge en Chile desde fines de los '80 los cuatro elementos de esa cultura, entre el verso, la producción musical, la ilustración y el baile. En otras palabras, el rap, el DJ, el graffiti y el breakdance. Varias oleadas se han sucedido en esta historia, desde sus orígenes a fines de los '80, la nueva escuela de mediados de los '90 y ramificaciones posteriores entre la combatividad, la elaboración musical o la sensibilidad poética de contemporáneos que limitan con un bullente escenario underground germinado en el nuevo siglo.
Tras decantar el ímpetu electrónico que agitó las urbes de Chile durante los años noventa, fueron apareciendo trabajadores del tecno de referentes más amplios (hip-hop, pop, soul). Bitman & Roban es un proyecto representativo de esa nueva etapa del trabajo electrónico en el país. La dupla de Toto Bravo y Christian Powditch se fue afianzando no por su discoteca sino por su versatilidad, al ser capaz de componer música para situaciones diversas, no limitadas a la pista de baile. En su caso, el verbo «componer» es preciso: el dúo arma sus tracks según la lógica del cortar/pegar, mezclando códigos propios de la electrónica (uso de secuencias y programaciones) con ideas asociables al hip-hop, principalmente los samplers y scratches. El nombre de Bitman & Roban, que representa la idea del "beat" y del "robo" —o la apropiación de una música ajena a través del muestreo— también es una alteración fonética y gráfica de los superhéroes de la editorial DC Comics Batman & Robin.
Arte Elegante, seudónimo de Roberto Herrera, es un prolífico rapero, cuyo trabajo musical no solo se ha expresado en canciones, sino que también en talleres regulares que dicta en cárceles y centros penales. “Vengo del hampa / Sobreviví en el hampa / Y allá en el hampa / Encontré la lámpara” dice en una canción del 2018, retratando también un pasado complejo, con varios años en Hogares de Menores y en cárceles, y él nunca ha ocultado. Sus numerosos discos y videos se entremezclan con los que han hecho alumnos de sus talleres, y en ellos se estampa un poderoso testimonio de un sector de la sociedad chilena. Desde el 2018 comenzó a integrar bases bailables a sus canciones y se acercó a músicos de trap, con los que ha compartido varias colaboraciones, como también con nombres como Santaferia o la joven Flor de Rap.
A veces Almeyda de la Riddim, a veces Almeyda Queen o a veces simplemente Almeyda, la sanmiguelina Javiera Opazo aparece como una figura de la música, el canto y la danza desde un contexto callejero. Toda la imaginería a su alrededor está teñida de espacios periféricos, la cultura del grafiti y los bailes urbanos populares. Y desde su posición de autora de textos y compositora de canciones en la música urbana, su mirada sobrepasa ampliamente las temáticas del dinero, el sexo y el empoderamiento para acceder a un espacio donde ella habla de justicia social, dignidad, conciencia de clase, medioambiente y feminismo. Todo ello está expuesto en Voz que sana (2022), su álbum debut.
“Yo comencé en La Florida / cuando de Antofa llegué”, dice Jonas Sanche en su canción “Street-to”, resumiendo su llegada al mundo del rap, cuando apenas era un niño y se trasladó con su familia a vivir a Santiago. Tras ser parte de grupos como Encasa o KTF Clan (con quienes editó el disco La Invasión 2.0), el año 2012 lanzó su primer álbum solista, Verdades, la voz de la avenida, con 17 canciones que encerraban historias de barrio, defensa de su oficio rapero y algunas canciones de tono triste. Con una reconocida influencia del rap español y, en general, de mucho rap internacional, Sanche ha sido invitado por sus pares chilenos a compartir canciones, y tiene un activo circuito en vivo.
Vinculado desde muy joven a grupos como Tiro de Gracia y Tapia Rabia Jackson, y luego afirmado como músico y productor solista, Zaturno es uno de los más precoces maestros de ceremonia del hip-hop en Chile. Sus pasos musicales han tenido como objetivo, en sus palabras, «chilenizar el hip-hop», y en la cruzada ha sumado a invitados pop tan importantes como Jorge González y Gepe, y atravesado fronteras, de Chile a Suecia.
Surgido en una de las comunas más pobres de Santiago, el grupo Legua York (también presentado como Leguayork) es uno de los referentes chilenos de un hip-hop político y combativo, y uno de los primeros en conjugar la carga ideológica de movimientos como la Nueva Canción Chilena con el registro de la cultura de calle. Cultores de un perfil opuesto al de bandas súperventas como Tiro de Gracia o Makiza, Legua York se nutrieron de las raíces de la música negra para musicalizar sus rimas marcadas por la denuncia y la crítica social, las que han sido ampliamente difundidas por medios de la izquierda política.
El encuentro entre Camilo Castaldi, rapero del grupo Los Tetas, y el guitarrista de jazz Nicolás Vera, uno de los fundadores del sello Discos Pendiente en 2010, posibilitó el armado básico de este proyecto nutrido de influencias diversas: desde el funk duro hasta el jazz eléctrico y el rap. Durante ese año, Criminal Jazz, una forma de ilustrar el “asesinato” de los preceptos, trabajó en repertorios nuevos, con letras de Castaldi y música dirigida por Vera. Convocó a otros jazzistas de la escena, como Agustín Moya (saxo tenor), Eduardo Peña (bajo) y Julio Denis (batería), e incluyó a voces invitadas como Rulo Eidelstein y Paz Court. Su único disco, Criminal Jazz (2011), apareció en forma paralela al reencuentro de Los Tetas.
Surgidos en la Ciudad Satélite de Maipú, el dúo de MCs Liricistas es uno de los nombres mayores del hip-hop de la generación post 2000, aquella que creció con las canciones de grupos como Tiro de Gracia o Makiza. Armestyle y Bejamic partieron grabando en forma artesanal en sus casas, hasta que el año 2011, apoyados por TexasEstudio, editaron 4 life, y se establecieron como uno de los grupos más importantes del género, con un trabajo permanente que en 2016 lanzó su cuarto disco, también editado por un sello español. Responsables de una revista y un programa de radio de rap, Liricistas hablan en sus letras de vida cotidiana, de sueños y temáticas sociales.
Más un colectivo de jóvenes raperos y una organización territorial que un elenco establecido de músicos, la popular y populosa comuna capitalina de Renca ha sido el espacio desde donde se proyecta la acción y la creación de Renca Mundo. Iniciado en el Centro Cultural Nuestra Gente y formado por jóvenes MCs involucrados con el hip-hop, el reggae y el dancehall, también ha sido una instancia de gestión cultural en las poblaciones, de educación en colegios y de creación artística en torno a la cultura hip-hop, del grafiti, el breakdance, las artes circenses, el canto y la poesía urbana. Producto de esa experiencia, en 2010 Renca Mundo llegó a organizar un encuentro que fue presentado como "La cuna del rap santiaguino", lo que derivó en un álbum con la participación de 28 maestros de ceremonia renquinos, titulado Renca Mundo. Más adelante apareció el disco Tabú (2017), que incluía a una iniciada Gloria Allel.
El Mercurio lo describió alguna vez como «el músico más malo de este país», pero es más acertado decir que Eduardo Lalo Meneses ha sido voz precursora y siempre atenta del hip-hop chileno. Haber fundado y liderado por más de quince años al grupo Panteras Negras le dio a este rimador nacido y críado en Renca un pase natural a la vocería del rap más bravo hecho en los márgenes de Santiago. Meneses se define como un rapero «de por vida» y anima desde el año 2003 una trayectoria solista, la cual alterna con encargos de producción.
Si bien Movimiento Original ha ocupado la mayor parte del camino artístico de MC Piri, hay muchos otros episodios de su historia al margen de esa agrupación, de la que salió el 2015, tras siete años y tres discos. Piri comenzó en la música de adolescente, en el grupo Excelencia Prehispana, con quienes editó un disco (Uno a uno). El 2008 se integró a Movimiento Original, donde fue uno de los cantantes y el responsable de la incorporación a su repertorio de temas de origen folklórico. Esa vocación la volcó también en su primer disco solista, Madera, editado el año 2014. Un año después salió de su banda, e inició un camino solista, que debutó el 2016 con el disco Dejando huella, donde sigue por los mismos derroteros musicales de su ex banda.
Kinética es una de las formas de referirse a la cinésica, aquella disciplina que estudia los movimientos corporales conscientes e inconscientes y su valor comunicativo en lo gestual. Y es el concepto que Emiliana Abril Araya tomó para iniciar su proyecto como solista en la música experimental. Tres álbumes alrededor de la idea de la cinésica marcan su primera época en la experimentación con las tecnologías aplicadas a la composición, a la voz y a la poesía, y cuyos resultados siempre abiertos se instalan en diversos espacios: la electrónica, el hip-hop, el pop, el soul, la improvisación libre y las vanguardias.
Integrantes de inquietudes musicales diversas dieron forma a Picnic Kibun, un grupo que durante más de una década de vida llevó adelante un pop explorativo, bien recibido en el ambiente indie de Santiago, descrito por una nota de prensa como «música hecha de bases electrónicas bailables, rimas, ritmos de reggaetón y letras desinhibidas, entre otros ingredientes». Algunos hitos de su historia incluyen haber ganado en 2007 el concurso "Nuevos Sonidos" organizado por el sitio Super 45, la publicación de un álbum y varios EP, la musicalización de una serie para televisión (Transantiaguinos) y la creación de un sello propio, ENDMK. El grupo mostró diferentes formaciones (de cuarteto, trío y dúo), por las cuales se asomaron músicos luego destacados en otros proyectos, como Rubio y Blit. Hubo una breve rearticulación del proyecto hacia 2021, cuando Tatsu Jones, desde Londres (Inglaterra), y Juan Necochea, en Boston (EE. UU.), trabajaron nuevos singles, aunque a gran distancia geográfica uno del otro y de Chile.
Némesis no hubiese existido si la carrera del grupo Makiza se hubiese asentado desde un primer momento. Allí trabajaron por primera vez juntos Cenzi y Seo2, destacando ambos por sus respectivos talentos en la composición, programaciones y letras. Sin embargo, la decisión de Ana Tijoux de abandonar el grupo, a fines del año 2000 (poco después de la publicación del exitoso álbum Aerolíneas Makiza), llevó al par de amigos a buscar un modo de no echar por la borda lo que habían aprendido en el cuarteto. Armaron así el proyecto Némesis, que alcanzó a publicar dos álbumes antes de su disolución. La carrera de ambos músicos ha continuado luego por muy activas sendas solistas.
La fotógrafa y rapera Isabel Riffo es Isa Deyabú o, directamente, La Deyabú, una poeta urbana que tras 15 años de vida musical en el dúo Deyas Klan lanzó un primer trabajo en solitario luego de un viaje por varios meses en países sudamericanos. Producido por CuatroBeats –como todos sus trabajos con su dúo anterior– las canciones hablan desde su barrio (“No es tan Santa la Julia") o de temáticas femeninas (“Ancestras”), pero también de las reflexiones de ese mismo viaje decisivo. “Tienen que ver con reencontrarme conmigo misma”, dijo para explicar esa carrera solista. Un enorme listado de invitados chilenos y provenientes de esos países que visitó la acompañaron en su disco debut, titulado Matria (2018), que incluye citas a Violeta Parra.
Al menos tres etapas marcan la historia de Los Tetas, banda-cuna no sólo de una apuesta poderosa de funk hecho en Chile, sino también de trayectorias musicales individuales que han aportado a la música local. En los años noventeros de transición democrática, Los Tetas pusieron en la radio una serie de canciones que vinieron a marcar época: "Corazón de sandía", "Hormigas planas" y "La medicina", entre otras. Aquellas sucesivas fases en su historia deben rastrearse en pasos dentro y fuera de Chile, entre períodos de gran éxito autogestionado y otros de avance lento y distancia entre sus integrantes. Su reactivación en 2011 y sus planes de relanzamiento chocaron al poco andar con noticias cubiertas por la crónica policial, que por varios años mantuvieron al conjunto en la incertidumbre y a sus músicos en proyectos por separado. En 2024, Los Tetas se presentaron como un proyecto rearticulado, aunque como dúo.
Parte del mecanismo musical de FDA, agrupación que fue clave en la consolidación del hip-hop chileno en el siglo XXI, DJ Dacel ha sido un protagonista desde su posición de beatmaker, DJ y productor, con trabajos múltiples para raperos, discos y sellos discográficos, aunque en paralelo también elaboró su propia música solista. Daniel Celso Huerta tomó la identidad musical de DJ Dacel a partir del acrónimo de sus nombres, y con esa marca fue referente en la escena hiphopera moderna. Una de sus mayores contribuciones fue la creación de Beatminds, instancia que posibilitó el encuentro y la visibilidad de muchos productores o beatmakers de la escena local y que alcanzó una importante proyección.
La sociedad musical que en el año 2000 formaron Rafael Pérez (DJ Raff) y Víctor Flores (Solo di Medina) generó una comprensible expectativa. Ambos músicos llevaban años de trabajo junto a La Pozze Latina, pero además habían destacado en colaboraciones con muchas otras bandas. Su unión debe verse como un proyecto intermitente, siempre interrumpido por los muchos encargos de producción y asesoría que ambos reciben de otros músicos, así como por sus respectivas carreras de promoción solista.
Una rapera de San Joaquín es Dania Neko, que en su música acusa recibo tanto del rap norteamericano como del español, pero también tiene influencias de Ana Tijoux, el folclor chileno, la bossa nova y la música latinoamericana. Con letras que hablan de política y justicia social, un cuidado trabajo en las melodías y muchas colaboraciones en su historia –en sus propios discos y en canciones ajenas-, Dania es un nombre cada vez más reconocido en la nuevas generaciones chilenas del hip-hop.
Hay cuatro frentes en este colectivo. Dos hacen de DJs, y todos cantan, bailan y se disfrazan en sus actuaciones, siempre avivadas con coreografías y cotillón de fiestas de cumpleaños. Como colectivo, los Etéreostienen una dinámica incansable, atentos a distintos proyectos musicales y artísticos, personales o comerciales, que abarcan desde el hip-hop a la música electrónica. Tal como las actividades paralelas de sus integrantes, se trata de una agrupación insaciable, fértil en canciones, letras y pasos de bailes.