Fusión latinoamericana

Más un instinto que un estilo, más una tendencia múltiple que un movimiento formal, la fusión latinoamericana es una expresión que permite designar los diversos resultados que generaciones de creadores, músicos y grupos chilenos han obtenido durante cinco décadas a partir del cruce entre las ricas fuentes de la música del continente adoptadas en Chile. Como método y espíritu tiene una genealogía que puede remontarse a los intentos de folclor panamericanista previos al Neofolklore de los '60, y que luego pasa por la fusión de conjuntos de la Nueva Canción Chilena, se mezcla con el instinto del rock y llega hasta compositores, intérpretes y conjuntos de la actualidad, abiertos al jazz, la música basileña y las raíces europeas.

Juan Antonio Sánchez

Juan Antonio Chicoria Sánchez es un puntal en la fusión latinoamericana que desde la década de 1990 vino a completar la línea iniciada por la Nueva Canción Chilena. Como solista de la guitarra contemporánea, de cámara y fusión fue parte de una tríada donde también se pueden identificar a Antonio Restucci y Alberto Cumplido. Chicoria participó de varios mundos musicales, el folclor en primera instancia pero también las corrientes modernas de la música erudita brasileña, el flamenco y la guitarra clásica latinoamericana, dejando una serie de partituras como compositor, sobre todo sus reconocidas tonadas de cámara. A ello, en una etapa posterior de su creación, se incorporó también al mundo de la música para la infancia.

Rebeca Godoy

La de Rebeca Godoy es una de las voces más persistentes en la canción comprometida en Chile, entregada a su vocación por la música latinoamericana entre sones de bolero, ranchera, tango, vals peruano y la raíz folclórica chilena así como a las causas sociales de las que siempre se hizo parte desde los escenarios, a partir de sus inicios a mediados de los años '70.

Raimundo Santander

A los diecinueve años apareció como promisoria figura del jazz cuando se iniciaba el milenio y cuando el circuito volvió a poblarse de guitarristas: Sebastián Prado, Armando Ulloa, Gabriel Feller, Diego Farías, Álvaro Zavala o Juan Pablo Escares. Desde 2003 Raimundo Santander fue uno de los primeros músicos jóvenes en liderar ensambles, aunque progresivamente su propuesta creativa fue mutando desde el jazz contemporáneo a un jazz latinoamericano que tuvo su rostro más visible en los sucesivos proyectos con sus sextetos, septetos y octetos que llamó La Orquesta del Viento. A ello se suma una postrera llegada al grupo Cómo Asesinar a Felipes, esta vez como bajista.

Ensamble Transatlántico del Folk Chileno

Más de sesenta músicos, venidos desde extremos del territorio como Arica y Chiloé, se reunieron en torno al proyecto impulsado por el profesor y acordeonista porteño Ernesto Calderón (n. 1984), conocido además por su trabajo junto a Pascuala Ilabaca en Valparaíso. El Ensamble Transatlántico del Folk Chileno se instaló en un discurso de renovación creativa y fusión musical a partir de la diversidad de ritmos del país, desde el huayno y la saya nortina, a la pericona sureña, la inspiración mapuche, la cueca rural centrina e incluso las influencias de la música de África y la India.

Manduka

Así como muchos miembros de la Nueva Canción Chilena que partieron al exilio tras el Golpe de Estado de 1973 absorbieron la cultura de los lugares que los acogieron, el artista brasileño Manduka esquivó la dictadura de su país refugiándose en Santiago durante la Unidad Popular, donde estableció estrechos vínculos con importantes artistas nacionales y logró interesantes cruces musicales. Su talento quedó plasmado en variadas obras literarias y musicales, pero destaca sobre todo el lazo establecido en nuestro país con gente como Los Jaivas, Amerindios y Congregación, entre otros.

Gabriel Reyes

El jazz contemporáneo, la raíz brasileña y otras variables de fusión latinoamericana han determinado los lenguajes de la fina guitarra de Gabriel Reyes, quien pertenece a una generación de solistas que aparecieron en la primera mitad de los años 2000: Cristóbal Menares, Nicolás Vera, Sebastián Prado, Armando Ulloa, Nicolás Yankovic o Gabriel Feller, con quien colideró un poderoso cuarteto post-bop a dos guitarras eléctricas. Su trabajo de creación de obras para ensamble de jazz moderno desembocó tiempo después, con el disco Trébol (2008), que Reyes editó con el sello Vértice Records.

Maximiliano Flynn

Contrabajista de jazz, bajista eléctrico y guitarrista de diversas músicas sudamericanas, en especial la bossa nova y la MPB que ha desarrollado largamente junto a la cantante Daniela Benito en dúos y conjuntos mayores,  Maximiliano Flynn aparece como uno de los músicos más versátiles en circuitos alternativos, con militancias en agrupaciones de jazz, sesionismo en proyectos de pop independiente, giras y grabaciones. Es parte de una nutrida generación de músicos de jazz que reubicaron el contrabajo como un instrumento valioso y que durante décadas había tenido escasos cultores.

Sergio Sauvalle Echavarría

Sergio Sauvalle Echavarría, guitarrista, creador e investigador, es hijo de Sergio Sauvalle, integrante de Los Huasos Quincheros, pero en lugar de seguir la ruta musical de su padre, combina en su propuesta artística las tradiciones académica y oral chilenas, que ha investigado en terreno y en particular en los recursos de la guitarra.

José Manuel Lattus

La cantautoría de vocación acústica y el espíritu trovadoresco son elementos que animan el trabajo de José Manuel Lattus, uno de los muchos solistas iniciados a partir del siglo XXI, quien ha estampado sus composiciones en cuatro discos de estudio y un registro en vivo.

Constanza Guzmán

Constanza Guzmán es una cantautora chilena nacida en Bélgica, donde ha transcurrido su vida musical como cultora del canto popular latinoamericano y la riqueza de la música construida desde los instrumentos acústicos. Además es compositora de canciones en diversos ritmos regionales, que ella ha instalado en ese contexto europeo, con presentaciones en Bélgica, Francia, Alemania y Holanda. Su primer álbum es Melodías del instante (2022), en el que escribe canciones en español y portugués, como resultado de un decisivo paso por Brasil.

Difuntos Correa

Dibujos animados primero, músicos reales después, los Difuntos Correa son un grupo que partió escudado tras la imagen de un conjunto musical de caricaturas y que, a partir de 2003, en dos años se transformó en una de las bandas más populares de su época. Con cuatro discos y éxitos radiales como "Pasaje en avión", "Black dancing", "Arrepentido" y "Mujer azul", se situaron en la primera década de los 2000 como uno de los grupos chilenos de mayor actividad en giras y conciertos, incluyendo el Festival de Viña del Mar y varias Cumbres del Rock Chileno. La salida del cantante el año 2012, y el regreso de la formación original, se plasmó en un cuarto disco el 2013, siempre en los códigos del rock, el ska, los ritmos latinos, y los guiños a la historia musical chilena.

Zenit Collective

Una experimentación en el ritmo y en el groove sostienen la música de Zenit Collective, un ensamble de jóvenes músicos que surgió en tiempos pandémicos con una propuesta sostenida en esos matices percusivos, a través de una sección protagónica de parches y accesorios afrolatinos, africanos y latinoamericanos: tumbadoras, djembes, timbales, zurdos, repiques, shakers e incluso pad electrónico. Suma, además, el uso de la voz sin texto e instrumentos innovadores para ensambles de este tipo, como el acordeón y la marimba.

Seidú

En la música para teatro reside el origen de Seidú. Fue en elenco musical del Teatro del Silencio donde se conocieron Pablo Quezada y Nelson Rojas. Primero formaron una banda de rock, que desde 2012 sumó otros músicos y otros sonidos, inspirados, han dicho, “en la riqueza cultural del valle de La Ligua”, la ciudad en la que creció Quezada y donde su padre fue uno de los fundadores del Museo en 1985. Seidú debutó el año 2013 con un primer disco, en el que plasmó una diversa fusión de sonidos del rock y del folclor, atractivos videoclips y una poderosa puesta en escena. En 2018 lanzaron su segundo trabajo, titulado Folcore.

Alameda Memoria

El gran formato, la labor colectiva y la divulgación histórica han sido hasta ahora los ejes de creación y trabajo para esta peculiar agrupación santiaguina. Primero el esfuerzo biográfico sobre el más carismático obrero y activista sindical chileno del siglo XX (Cantata por Clotario Blest, 2018), y luego la investigación y denuncia de la cantata Menéndez. Auge y caída del rey de la Patagonia (2020) —sobre el estanciero español y genocida del pueblo selknam José Menéndez— son hasta ahora sus dos grandes obras, presentadas en disco y en espectáculos itinerantes. La formación instrumental de Alameda Memoria incluye violín, violonchelo, saxofón, clarinete, flauta traversa, guitarra, bajo eléctrico, batería, y piano, más voces y narración; y combina ritmos y tradiciones sudamericanas y europeas. Mantiene a Felipe Sandoval como director musical, y todos sus estrenos constituyen creaciones originales.

Aquila

De la mano del joven compositor y vibrafonista Guillermo Rifo, el grupo Aquila llegó a ser reconocido en la historia como el primer proyecto sustantivo en el encuentro del jazz con la música popular y la música docta. Como un legítimo e híbrido ensamble de cámara, Aquila encontró su protagonismo en una variante de estilo y punto de vista creativo que no sólo sobrevivió largamente en la música chilena sino que se convirtió en una de las ramas más fuertes desde los últimos 30 años: la fusión.

Carlos Pacheco Torres

Guitarrista, compositor, académico e innovador en la enseñanza del flamenco, Carlos Pacheco Torres tiene credenciales suficientes como para figurar entre los músicos que más lejos ha llegado en su campo. Nacido en Temuco y criado en Gorbea, desde 1989 viene escribiendo una historia musical del todo desconocida. Ese año llegó Córdoba, una de las ciudades de Andalucía donde el flamenco es patrimonio puro, y allí ha llegado a ser investido por los propios gitanos y flamencos como «maestro». Junto a Carlos Ledermann en Chile, Carlos Pacheco Torres es el otro gran nombre entre los docentes de la guitarra flamenca.

Natalia Contesse

La creación de una música propia a partir del aprendizaje del folclor es el camino emprendido por Natalia Contesse para instalarse entre las voces de la canción chilena actual. Después de sondear en las raíces musicales latinoamericanas y del mundo durante años y con diversos grupos previos, ha grabado como solista los discos Puñado de tierra (2011) y Corra la voz (2013), poblados de canciones con influencias de la cueca, la tonada y la décima entre otras tradiciones, y ha cantado en escenarios de Argentina, España, Francia, Inglaterra e Italia. La cantante aglutina además a diversos artistas vinculados al folclor en la Escuela Creativa de Artes, Folclor y Oficios, escenario que desde 2009 dirige en la comuna santiaguina de La Reina.

Altiplano

Altiplano es uno de los grupos que, iniciados en Chile, han desarrollado en el extranjero su trabajo en torno a la música latinoamericana. Fundado por Mauricio Vicencio Alquinta en 1976, el conjunto se ha mantenido activo entre Ecuador y frecuentes viajes a Suiza y Noruega, países en los que ha actuado en vivo y ha grabado los más de veinte discos que componen su catálogo (no todos ellos disponibles en nuestro país).

Karen Rodenas

Karen Rodenas es una cantante y profesora de voces. Integra la generación de solistas de mediados de los años 2000, que comenzaron en el repertorio tradicional del swing pero luego estallaron en distintos espacios musicales, entre ellas los nombres de Natacha Montory, Camila Meza, Nicole Bunout y Javiera Tagle. Rodenas se convirtió en una estudiosa solista de la música improvisada y la fusión en sus diversas formas, encabezando proyectos de jazz propios o como parte de conjuntos. Su único disco es Karen Rodenas Cuarteto (2013).