Canto y trova

Poemas y canciones de amor, de humor o de política fueron parte del oficio del trovador histórico, personaje nacido ya en épocas medievales y que mil años después regresó a la música popular con el mismo sentido. Su figura renació en los años '60, cuando en América Latina y Europa surgieron autores cuyas canciones –interpretadas con la sola compañía de una guitarra- hablaban de sentimientos personales y temas sociales. Canto y trova son formas modernas de expresión del trovador, quien a falta de despliegue instrumental centra el poder de su música en las letras y en su virtuosismo como ejecutante de esa pequeña orquesta de seis cuerdas. Desde Francia a Estados Unidos y desde Cuba a Chile, los cantautores reaparecieron en la década de los grandes cambios. En nuestro país se activó en el marco de la Nueva Canción Chilena y luego siguió con el movimiento joven del Canto Nuevo, pero su oficio es ahora tan genérico que ha superado todas las etiquetas.

Edson Guerrero

Cantautor y deambulante, Edson Alejandro Fuentes Bustamante fue conocido en los círculos de la música y el folclor urbano de los años '90 como Edson Guerrero. Es heredero de una rica tradición del canto campesino, que le legó su abuela, una cantora de Parral de oficio en las fiestas y celebraciones, casamientos, trillas y velorios. Edson Guerrero supo consolidar este encuentro de mundos en sus canciones, que mezclan tanto la trova poética con las danzas populares, y encontró un estatus de cronista de sus tiempos. Compositor ganador de la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar en 1996, con la "Cueca tristona", que interpretó entonces Clarita Parra, también compitió como intérprete en 1998 con su huayno "Madre del mineral". Su nombre fue recurrente en un circuito de festivales de la voz y la canción a lo largo de toda esa década, como el recordado festival Una canción para Jesús, de 1990, donde obtuvo el primer lugar. Guerrero fue uno de los primeros trovadores en grabar discos para el sello Leutún: En cuerpo y alma (1992), considerado una pieza de culto. Y tras obtener el segundo lugar en el Festival del Huaso de Olmué en 2001, llegaría entonces al Sello Azul como parte de la primera generación de músicos favorecidos (Sinergia, Claudio Carrizo, Delisse, Katty Ravlic, La Comarca, Manka Saya, Rosario Mena). De esta manera grabó el disco Con sabor a tradición (2002). Edson Guerrero falleció tres años después.

Lite Ruiz

Militante de una música de las raíces más profundas y los folclores sureño y andino, desde fines de 2013 Lizbeth Alejandra Ruiz encontró en tierras argentinas un nombre propio y un rumbo creativo. En el pueblo de San Marcos Sierras de Córdoba, donde se instaló finalmente, se convirtió en Lite Ruiz, se presentó en diversos escenarios con atuendos que representan a las culturas y apareció cantando coplas con una caja de ritual temazcalera, cuyo sonido se asemeja al del kultrún mapuche. Fue su imagen más reconocible en el período de vida en Argentina, aunque también cantó con guitarra criolla e incluso guitarra eléctrica.

Manuel Huerta

Uno de los autores y compositores más destacados en la historia de la trova en Chile es Manuel Huerta, cantor y guitarrista formado en los años ’80, con un catálogo de discos iniciado en 1986 que fue prosperando a lo largo de su carrera, a ritmo estable y sin interrupciones en todas sus épocas. Un canto comprometido y sensible es parte de su sello como autor, junto a un carácter musical que si bien tiene a la guitarra acústica como instrumento de cabecera se toma las libertades necesarias para incursionar en sonidos latinoamericanos más diversos e incluso en vetas de rock y funk en su sonido, y patentar así una identidad propia y variada.

La Catalina

Catalina Alarcón es La Catalina, una voz valdiviana en cuyas canciones se aprecian diversos elementos provenientes de las raíces folclóricas sudamericanas pero que al mismo tiempo cuentan con un marcado enfoque de pop autoral, melancólicamente sureño, con sonidos de cuerdas, maderas, pianos y el uso de la voz desde el espacio reflexivo y reducido. Su primer disco es Golondrina (2024), un álbum de exquisita elaboración, que tiene la inspiración del paisaje valdiviano.

Sebastián Gómez

Una especial posición tuvo Sebastián Gómez en la música. Iniciado como bajista y contrabajista de jazz en los años 2000, en la siguiente década comenzó a internarse indistintamente en la cantautoría y en la composición de música instrumental libre, que complementó con su actividad jazzística. Así fue tanto sideman de su hermano Cristóbal Gómez, como colaborador de cantautoras contemporáneas como Javiera Barreau. Su faceta solista quedó reprensentada en los discos Canciones para sanar (2015) y Desierto florido (2016).

Pablojarasca

Muchas veces vista y entendida como una banda de diversos timbres alrededor de Pablo Castro Undurraga, Pablojarasca es en realidad el nombre musical del propio cantautor. Un hombre que ha experimentado múltiple llegada a las músicas, como autor de canciones, como cantor con guitarra, como percusionista, como compositor de música para ensambles y arreglador de música para montajes escénicos o como investigador de folclores, ritmos e instrumentos de Sudamérica, en especial el candombe y la murga uruguayas. Como Pablojarasca, una idea que en cierta medida simbolizaba la frondosidad de un árbol, apareció discográficamente en 2022 con Seré movimiento. Poco tiempo después cambió su nombre musical al de Pablo Joaquín, cuando publicó el disco Tintinea (2025).

Kaskivano

Tres años menor que Chinoy comparte el oficio con su hermano y varios de sus características como músico, como la energía en escena y una notable capacidad para componer canciones. Desde ahí las semejanzas son las que comparten buena parte de los cantautores de este tiempo: La autogestión, la libertad musical y la capacidad para meter en sus canciones temas de amor y temas sociales. Marcelo Castillo, que es como se llama Kaskivano, adoptó el seudónimo de una banda que tenía cuando adolescente, y su camino solista se reveló luego de que su hermano Chinoy alcanzara cierta celebridad. Aunque las comparaciones le molestaron en un comienzo, Kaskivano ya ha trazado su propio camino.

Ignacia Torres

Un cruce entre la trova latinoamericana, las raíces del folclor centrino y el folk anglo se aprecian en las canciones de Ignacia Torres, cantautora perteneciente a una generación de autores que tomaron posición en la década de 2010, con nombres como los de Nicole Bunout, Javiera Barreau y El Árbol de Diego, entre otros. Apareció en el medio en 2021 con la canción "Horarios de oficina", y poco después publicó un primer álbum, Corazón abierto (2022), con su canción ariete  y feminista "Alma de mujer". En 2023 integró el elenco que realizó la gira "Cantoras por el Sur", junto a la cantante Verónica Soffia y la chelista Magdalena Rust.

José Seves

José Seves posee una de las voces mejor dotadas de la historia musical chilena. Y aunque la mayor parte de su historia está vinculada a Inti-Illimani (cuya voz corresponde a clásicos como “Vuelvo”, “Sambalando” o “Medianoche”), el cantante es también compositor y tiene una carrera solista antes y después de su paso por el Inti. Antes como cantante radial e intérprete folclórico del dúo Anita y José, y luego, tras su retiro temporal de su conjunto en 1998, como cantautor y folclorista. Hoy es parte de la facción histórica de Inti Illimani, al mismo tiempo que continúa su trabajo creativo independiente.

Natalia Molina

Una música desde la raíz folk brota en la obra de Natalia Molina, un nombre entre la activa generación de cantautores de la década de 2000 que en esa época renovaron el concepto de trova, incoporando elementos del rock, el pop y el folclor chileno a sus canciones y donde también es posible identificar a figuras como Nutria, Javier Barría, Nano Stern, Chinoy, el primer Gepe,  la primera Camila Moreno, Vilú, María Perlita o Felipe Cadenasso. También poeta e ilustradora, Natalia Molina marcó presencia en 2009 con la canción "Alma", que fue el punto de partida como autora de canciones expuestas a solas, con guitarra folk, o con banda de rock.

Isabela Ro

Canciones como "La tarareada" y "Negrolove" han marcado el rumbo creativo de Isabela Ro, cantautora sureña que vincula la trova con el pop mestizo y las raíces de las músicas latinoamericanas, de cierta manera resultado de una experiencia de viaje por el continente. Ese enfoque musical está principalmente representado en el disco Pecapitales y rituales (2017), donde ella observa los siete pecados. Su nombre es Nicole Illesca y en una primera etapa su vida transcurrrió entre Valdivia, San José y Mafil, hitos de la Región de los Ríos. Además se forjó en la música cantando en calles y micros de Concepción, donde estudió. Sus influencias musicales son figuras centenarias como Ella Fitzgerald y Violeta Parra, a quien ha homenajeado, pero ella además declara proximidad con nombres de la música chilena de sus tiempos, como el poeta y rockero Mauricio Redolés y el trovador Tata Barahona. Isabela Ro ha aparecido como cantante, guitarrista y acordeonista, y sus presentaciones siempre mantienen gran intensidad.

Naara Andariega

Cantora magallánica, poeta y viajera, Naara Andrea González Iglesias tomó de su abuela materna el adjetivo de "andariega" para bautizarse en la música popular y emprender con ese rasgo un espíritu de trashumante que la ha llevado a distintos confines del continente, desde el último borde de Punta Arenas, donde nació, hasta la ciudad de Buenos Aires, donde ha realizado gran parte de su vida como Naara Andariega. Su primer disco autoral y conceptual llegaría casi una década más tarde de esos primeros recorridos: Cardinal (2021).

La Pájara

El trabajo de esta cantautora ha mostrado un inusual equilibrio entre fuerza y fragilidad, entre pasión y melancolía. «No sé de dónde sale esta fuerza / la que acompaña siempre a mi voz / piensan que sale de mis pulmones / yo pienso que nace en mi convicción», dice uno de los versos incluidos en su primer disco, Malvarrosa (2013). Javiera Bobadilla prefiere presentarse como La Pájara, y ésa es sólo una de las peculiaridades de esta creadora, con estudios de música en Chile y España, y la disposición a hacer de sus canciones una plataforma de intensa expresión emocional. En 2014 ganó la Gaviota en la competencia folclórica de Festival de Viña del Mar con la canción "La retirada", y en paralelo obtuvo un segundo galardón a la mejor intérprete.

Eduardo Yáñez

Cantautor popular en su definición más estricta —como seña de creación y de vida—, Eduardo Yáñez ha estado presente en la música chilena de varias décadas, cruzando momentos y movimientos, desde la Nueva Canción hasta nuestros días. Sus referentes y principales influencias explican, en todo caso, que él elija presentarse como «un chileno de los años sesenta». Marcó un hito del canto contingente como autor de "Nuesto cobre", popularizada por la versión que grabó Quilapayún en 1972, y en los años siguientes, ya en dictadura, fue un proveedor de composiciones para intérpretes en Chile o el exilio como Isabel Parra, Patricio Manns, Inti-Illimani, Ortiga, Isabel Aldunate y Cecilia Echenique.

Javiera Hinrichs

Cantautora con aguda mirada hacia su entorno social y desde su interior poético, la penquista Javiera Hinrichs ha desarrollado una trayectoria solista y, desde 2015, junto a la compañía teatral La Obra, como directora musical e intérprete. Es, además, tecladista y vocalista de la banda Pájaro Aletheia, que publicó un primer disco en 2019. Guitarrista y pianista, tiene dos EP propios, influenciados por el folk, el blues y también el folclor sureño, la música de su tierra. Ha mostrado su trabajo musical en ciudades de Chile, Uruguay, España y Francia, y es socia fundadora de la Asociación de Músicos Independientes de Concepción.

Sol y Lluvia

Sol y Lluvia es uno de los grupos más populares de la música chilena, y sus canciones son parte de la banda sonora de la resistencia a la dictadura militar. Nacidos a partir de un núcleo de hermanos, en un taller de serigrafía en la capitalina comuna de San Joaquín, la banda articuló una guitarra acústica, una batería de bombos y un bajo eléctrico para desarrollar canciones  de abierto contenido social y político, pero con melodías alegres y hasta bailables. Sus letras directas han hecho referencia a la paz, la represión y las desigualdades sociales, completando así la propuesta del conjunto. Si bien Sol y Lluvia se mueve al margen de los medios y la industria, goza de un arraigo popular innegable.

Osvaldo Leiva

Osvaldo Leiva es un cantautor que perteneció al movimiento cultural y musical del Canto Nuevo durante la década de 1980, pero que también tuvo presencia en espacios de la música en televisión de la época. En 1982 ganó el concurso del programa "Chilenazo" con su canción más famosa, "El flaco Chile", y luego participó en dos versiones de la competencia nacional para el Festival OTI. Profesor de música, compositor y con un virtuoso dominio de la guitarra, nunca editó un disco durante la dictadura de Pinochet, y sólo registró algunas canciones aisladas con autoproducción. A fines de los '80 dejó la música para iniciarse en la apicultura. Resultado de esa experiencia es una de sus obras más interesantes, que entonces sobrepasaba la cantautoría y la trova donde se había formado y desempeñado: la "Suite Miel, música del ballet de las abejas", compuesta en 1994 como una obra situada en el espacio de la música de tradición escrita, que llegó a ser incluida en programas de la Orquesta Sinfónica de Chile.

Eduardo Carrasco

Compositor y nombre clave para la tradición popular chilena de los años '60, Eduardo Carrasco fue el pilar de Quilapayún desde sus inicios y hasta bien entrados los años '80, lo que significó acompañar su trabajo incluso en las turbulencias propias del exilio. Fundó el conjunto junto a su hermano Julio y el cantautor Julio Numhauser cuando aún era estudiante de Filosofía del Pedagógico de la Universidad de Chile. De ahí en adelante, Carrasco se convirtió casi en un símbolo del carácter disciplinado, creativo, generoso e investigativo que distinguió a Quilapayún, sin contar, por cierto, el de su férrea militancia comunista. Abandonó el conjunto entre 1988 y 2003, y en ese período su trabajo musical público fue más eventual que regular.

Pancho Domínguez

Desde la tradición trovadoresca de la poesía y la guitarra sola, Francisco Pancho Domínguez transitó hacia una música que expone diversos resultados, amplios sonidos y aproximaciones incluso a la canción pop. Dos discos EP y un largaduración marcaron su recorrido por la década de 2010, un pródigo período creativo en que Domínguez expuso una música influenciada por grandes nombres de América Latina, desde Silvio Rodríguez a Spinetta y Drexler, e incluso los chilenos Manuel García y Nano Stern, cantores folk de dos generaciones.

Trostrigo

Trostrigo es el seudónimo de Rodrigo Jorquera, cantautor que creció en Rancagua y se inició como compositor cuando se estableció en Argentina. En diez años, su música pasó de la canción acústica y de sonido casero a un pop colorido e inquieto, un camino que le ha permitido mostrar sus canciones en distintos continentes y contar con colaboraciones de nivel internacional.