Rock
Con más de cinco décadas de vida cumplidas a escala mundial y con la guitarra eléctrica como su arma predilecta de sonido, el rock es casi igual de antiguo desde su primera adopción en Chile a mediados de los años '50, y ha descrito una de las evoluciones más múltiples de la música popular local. Imitado al comienzo, chilenizado en parte por la Nueva Ola, transformado en himno nacional para el Mundial de 1962, puesto al día por jóvenes airados a fines de los '60, revolucionado por toda una nueva generación hippie y telúrica a comienzos de los '70, aguerrido bajo la dictadura, agitado por la new wave a mediados de los '80 y abierto hacia formas como el punk, el metal, el reggae o el pop, la música rock se ha multiplicado en un sinnúmero de nombres y tendencias desde los años '90 hasta la actualidad.
Una música de auténtica visualidad, que tiene el sello de la cantante Patricia Rojas, marca la propuesta de María Bonobo, grupo creado al interior de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile por un elenco de estudiantes. A menudo representada en la figura de "la banda de los cuerpos desnudos", María Bonobo nació como inspiración espontánea tras la experiencia que significó su show de apertura del concierto de (me llamo) Sebastián en 2015, en la propia universidad. El nombre del proyecto proviene de la influencia del escritor Pedro Lemebel junto al comportamiento sexual de los chimpancés bonobos. Y su música expone signos del rock y el pop, pero también de aspectos de la electrónica de teclados, además de los ritmos urbanos que se impusieron a fines de la década de 2010. En sus discos EP de 2016 y 2019 han trabajado junto a músicos como Pedro Frugone e Ignacio Redard.
Primos y amigos aficionados al fútbol y el rock británico dieron forma hacia el año 2000 a Bellyco, banda que ha sustentado con su trabajo en vivo un esfuerzo de promoción enfrentado a diversas dificultades para darse a conocer. Recién en diciembre del año 2006 el grupo pudo editar el álbum que había grabado casi dos años antes en medio de promesas corporativas que nunca llegaron a concretarse. Canciones de melódica electricidad han caracterizado el trabajo de un grupo que se enorgullece de su autodefinido rótulo de «rock pegajoso».
Según apunta la historia de la música popular en Chile, el primer bajista eléctrico del jazz nacional fue este legendario músico peruano. Enrique Luna antes que Jorge Toscano Vidal, Ernesto Holman o Pablo Lecaros. Luna marcó la orientación con su particular operativa improvisacional sobre las cuatro cuerdas y, sobre todo, como pivote de un grupo de jazzistas modernos desde fines de los '60.
Nacida en Maipú en 1970, Arena Movediza es una de las agrupaciones que, junto a Tumulto, pude aspirar al título de banda fundacional del hard-rock chileno. Al conjunto le tocó trabajar en tiempos extraños, de polarización primero y represión (y toque de queda) después. Lo hicieron de modo convencido por más de una década, con la guía del sonido eléctrico y una opción de vida disidente como brújula. Sus publicaciones se concentraron en los años ochenta, y su historia muestra una larga lista de integrantes y períodos extensos de pausa (incluso con un intento de refundación, bajo el nombre Arena Rock, por parte de tres de sus fundadores, hacia 2001), que en todo caso mantienen activo el nombre y al baterista fundador, Carlos Acevedo.
Fue la presencia de instrumentos acústicos y letras en castellano dentro del ortodoxo rock chileno de los años '70 el principal aporte que representa el trabajo del dúo Andrés & Ernesto. Iniciados en pequeños escenarios del puerto de San Antonio, Andrés Godoy y Ernesto López llegaron casi en forma accidental al mundo del rock, constituyéndose a la larga en un número habitual de festivales y encuentros de la época.
La Neura es uno de los escasos representantes en Chile de la cruza musical entre punk y el llamado rock in opposition (cuyos ensayos previos a nivel europeo desarrollaron bandas referenciales como This Heat, Aksak Maboul o Etron fou Leloublan, desde fines de los ‘70). La Neura se ubicó en aquel intenso terreno del caos controlado y el orden complejo no descifrable en la escucha fácil y superficial. Pero su presencia fue demasiado underground —incluso para el underground— durante la década de 1990 como para resonar con la contundencia de otro grupo pariente: Akinetón Retard.
Adscritos a esa costumbre rockera que consiste en adoptar el nombre de una banda como apellido ficticio de sus integrantes, es también Devil Presley un grupo apegado a una música tradicional, "el rock directo y simple de los clásicos", como afirman. Es sorprendente la cantidad de alineaciones que han tocado bajo este nombre desde el inicio de la banda en 1998, tanto como la lejanía de las ciudades a las que han llegado a presentar la música pesada, eléctrica, ruda y acelerada que cultivan. Música plasmada en canciones que pueden llevar "Belcebú" y "Piscoleros" como nombres. Canciones de tatuajes, cuero y calaveras, de alcohol y mujeres.
Gameover fue el grupo con más vocación pop del circuito de rock independiente de comienzos de los años 00. Iniciados en círculos punk y en torno al pop ingenuo del sello Gatomo, ganaron marcas como su actuación con Stephen Malkmus en el Teatro Novedades en abril de 2002, , el triunfo en el concurso de nuevas bandas del programa radial ‘‘Super 45’’ (2001) y sus tres canciones en la película Los debutantes (2003), incluida una versión de ‘‘Creo que te quiero’’, del grupo Nadie. El nombre no se dice en inglés. Se pronuncia ‘‘gameover’’.
Cristián Heyne se ocupaba como bajista y parcial compositor en el trío Christianes cuando comenzó a trabajar paralelamente junto a Shogún; inicialmente un dúo, también con Jaime Laso. Con el tiempo, Shogún se convertiría no sólo en su principal cauce creativo, sino también en su proyecto individual, con lanzamientos y presentaciones intermitentes a lo largo de más de dos décadas. Aunque mantiene su nombre de grupo y suele incorporar a algunos colaboradores, Shogún debe verse como un vehículo comandado únicamente por Heyne, quien ha ido granjeándose en paralelo gran prestigio como productor pop. Aunque cotizada, la discografía de Shogún es en extremo esquiva, y, a estas alturas, casi sólo puede encontrarse como descarga digital.
Un desvió de su trabajo de años junto a bandas —sobre todo, aquel junto al grupo Umbría en Kalafate— significó en 2018 la decisión del porteño Cristián Bustamante de publicar un disco a solas y bajo seudónimo. Nara de Shile lo identificó al momento de publicar Ejercicios decimales (un experimento a lo humano), valiosa exploración en la poesía popular chilena y el atrevido cruce de sus formas tradicionales con instrumentos como el trompe, sonoridades experimentales y teclados de origen europeo (MonotronKorg).
Guitarrista de jazz y rock, con participaciones en bandas como Los Armandos y Rey Choclo, además de colaborar con diversos nombres de las escenas del pop contemporáneo como la cantante y actriz Elvira López Alfonso, Camila Moreno, Juga di Prima, Patricio Cáceres y el grupo de poesía y rock González y Los Asistentes. Músico inquieto, también ha incursionado en los ambientes de la cueca urbana y de la bossa nova, en un dúo que mantuvo con la cantante Daniela Medel. Como músico de la escena jazzística de los años 2010 ha liderado un trío de clubes junto a Cristián Matas (contrabajo) y Carlos Nelidow (batería) y ha compartido sesiones con el tenorista Franz Mesko. En 2016 lanzó 18, disco solista de cinco canciones donde aparecieron como invitadas Natisú y el dúo Yorka.
Sorprendió Tío Lucho cuando, en 2004, comenzó a actuar en Santiago después de unos subterráneos inicios desde 1999. Hasta la aparición de su disco debut no hubo reseña que dejara pasar la conformación instrumental de la banda: guitarra, batería, voz, saxo y teclado. Esa alineación le ha dado al grupo una sonoridad particular, plasmada en canciones inspiradas en el punk, el rock and roll de vieja escuela, el twist y el surf. Letras que hablan de ciudad y sublevación y una visualidad deudora de grupos como The Clash y Los Prisioneros más precoces completan el cuadro de una banda que ha encontrado en los escenarios su hábitat favorito.
Inicialmente una identidad adoptada como proyecto musical en solitario por el cantante, guitarrista y también periodista Andrés Cúneo Kroneberg a inicios de la década de 2010, Soul Robots terminó siendo una banda de rock y pop en el amplio sentido del concepto: un cuarteto a dos guitarras y sección rítmica, además de la voz del propio Cúneo. En 2013 se estrenó en la música independiente, además de autogestionada y autoproducida, con el EP Cinta nueva.
Entre el campo y la ciudad, y entre lo acústico y eléctrico se desenvuelven las canciones y los dos músicos de Los Mil Jinetes, Andrés Zanetta, ex integrante de Los Ejemplares, y Cristóbal Briceño, también líder del grupo de rock melódico Ases Falsos.
Compositor con trabajos en vivo y en estudio para múltiples búsquedas sonoras, Sebastián Vergara desarrolla una obra de diverso enfoque, piezas orquestales y camerísticas, además de trabajos en la electrónica de ambientes y secuencias, música para medios y propuestas de tipo experimental. En sus palabras, su trabajo musical busca "explorar la experiencia de escucha y producción de obra; trabajando la tensión entre el movimiento y lo estático, la contención y la liberación expresiva. También la visualidad y una narrativa implícita". Además de diversos encargos para imagen y arreglos para otros nombres en la música, Vergara se ocupa como docente. Tiene estudios de pregrado y posgrado en el área de la composición, los arreglos musicales, la estética y la filosofía.
Los Teyker's figuran entre las primeras bandas de rock formadas en Chile. Al momento de su fundación, en 1966, su objetivo inicial era traer al país un sonido inspirado en los Beatles, Rolling Stones y Shadows, y avanzaron en ello pese a sus cambios de formación y las dificultades propias del circuito de la época, aunque sin dejar registro en disco. Fiestas de colegio, primero, y después discotecas acogieron en vivo su repertorio de covers y temas propios, enarbolado en voz primero por Boris Galdames y luego por el baterista Víctor Huerta, admirador de Los Ángeles Negros y Led Zeppelin. Tras su separación, en 1974, sus integrantes se repartieron entre proyectos como Cristal, Rocío, Laucha Trío, Arena Movediza y Millantún. Se registran reuniones puntuales para presentaciones en los años ochenta y en 2007.
Canciones de vocación radiable fueron las que construyó este cuarteto nacido en Ovalle, que alcanzó a publicar dos álbumes en poco más de una década de trabajo. La banda fue parte de una escena naciente en el nuevo siglo, parte de lo que más tarde llegaría a ser conocido como «pop de guitarras». Con temas propios y covers de bandas como Canal Magdalena y Glup —nombres entonces no tan difundidos en una región donde prevalecía la música tropical— debutaron en vivo en 2001 en la Universidad de La Serena. Vinieron pronto significativos impulsos: un Fondart para grabar su primer single y video ("En soledad", 2002) y el triunfo en el concurso Bandas de Chile, que les aseguró un cupo en La Batuta y el aumento de su fama en Ovalle. Antes de tener un disco, Polter organizó en el 2003 su primer festival pop (repetido al año siguiente), el "Polterfest", con invitados como Sónica y Termita. Un nuevo triunfo en un concurso musical para bandas independientes ("¿Quieres sonar en la Rock & Pop?") los decidió a mudarse por un tiempo a Santiago. Allí la banda se concentró en la grabación de su primer disco, y Polter apareció en el 2005, lleno de letras críticas a la banalidad de la televisión y otros asuntos. El álbum Moderno (2008) sería su último registro como banda. Polter finalizó su actividad dos años más tarde, aunque con Óscar Hauyon decidido a seguir una carrera solista.
Integrantes de los grupos rockeros Duna y Blu Toi se unieron en la primera década de los 2000 en el grupo Gatostar, una de las experiencias locales por desarrollar una suerte de grunge chileno. El cantante y guitarrista Néstor Ayala había liderado por un par de años al grupo Jada, pero en este proyecto buscó bajar las revoluciones y trabajar algo más cercano al sonido de rock unplugged y de canción autoral. De hecho, el disco Hombre solo (2005) fue grabado junto a un cuarteto de cuerdas de la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la idea de una publicación solista, y se llenó de composiciones tristes e introspectivas, como "Tormenta" («es invierno y es eterno, abrígame más / quiero sentir movimiento / sabes que no puedo más / ahora pido paz»). Sólo después de mostrar ese álbum en vivo (en La Batuta) Gatostar se hizo banda. Pese a trabajar en nuevas composiciones, nunca llegaron a publicar otro disco.
Perteneciente a un cuerpo de cantautores contemporáneos afincados en el puerto de Valparaíso o en otros lugares de la Quinta Región, Andrés Celis, es decir Lito Celis, es una voz representativa entre esa narrativa porteña de su tiempo. Sus canciones exhiben bordes musicales próximos al pop, aunque consideran también las raíces de la música latinoamericana y el folclor. Como autor se ha interesado en el universo literario, la política contingente, la reflexión social y cierto existencialismo implícito en sus letras. Uno de sus álbumes más decisivos creados en Valparaíso es HU Ma NO (2014), que nació en una celda de la antigua Cárcel de Valparaíso, habilitada como estudio de grabación, con toda esa pesada carga de historia y dolor que ello representa.
Diva fue una banda representante de una de las primeras reformulaciones del pop chileno de los años '80, en la forma más ruda que adquirió para triunfar en la década siguiente, muy de acuerdo a lo que por entonces llegaba desde Estados Unidos en los discos y videos de grupos como Bon Jovi, Europe y Skid Row.