Fusión étnica

Cruces culturales y viajes a través del mundo han propiciado el nacimiento de la fusión étnica, una música moderna basada en los influyentes conceptos de mestizaje y globalización en el fin de siglo. Instalado en un contexto chileno, el término involucra dos orientaciones musicales que en el primer mundo fueron conocidas como world music y new age. Mientras la primera (músicas del mundo) rescata instrumentos vernáculos y ritmos folclóricos de distintas latitudes, a menudo músicas muy exóticas, la segunda (nueva era) se orienta a la creación de música de atmósferas, ambiental, reflexiva e incluso terapéutica, a partir de teclados. La fusión étnica, entonces, agrupa ambas líneas y en Chile se ha desarrollado con fuerza y presencia desde los años ’80, a través del trabajo de compositores y agrupaciones que han descubierto en África, India, Medio Oriente, el mundo celta o el mundo mapuche sus inspiraciones.

Shunyata

Conjunto de percusiones y danzas integrado por un elenco femenino de cultoras de tambores étnicos, parches, semillas y cueros africanos, mediorientales y afrolatinos, todas provenientes de la Escuela Moderna de Música. Su director y fundador es el percusionista Nicolás Rosenthal, quien integró el grupo de world music contemporánea Fractal y ha sido activo colaborador de proyectos vinculados a la música de fusión desde diversos sus ángulos. Su primer disco es La historia de la historia (2014).

Fernando Flamenco

Detrás de la marca genérica de Fernando Flamenco está el músico iquiqueño Fernando Lavín Mercado, uno de los guitarristas más narrativos y expresivos en este género de música andaluza incorporada al contexto chileno, junto con otros solistas como Andrés Hernández, Claudio Villanueva o Francisco García. La primera estación de su recorrido individual se llamó Guitarra pura, disco que Fernando Flamenco editó como parte de la generación de artistas del Sello Azul de 2013.

Verónica González

Iniciada espontáneamente en el Canto Nuevo de los ’80, Verónica González no fue una figura habitual en aquellos circuitos de música, poesía y protesta política y social como sus contemporáneas Isabel Aldunate, Cristina González o Rosario Salas. Sus permanentes viajes la ubicaron como una artista de paso por Chile, y fue la influencia de muchos sonidos la que determinó su lugar en la música: una exponente de la world music en Alemania, su lugar de residencia.

Emilia y Pablo

Emilia Lazo y Pablo Cáceres forman el dúo Emilia y Pablo, creado en España, donde ambos llegaron para estudiar Teatro e incorporarse a los círculos de las artes escénicas de Madrid. En paralelo, o también como derivación de esa experiencia, su creación tomó forma de canciones contemporáneas para las que ellos incorporaron aspectos de lo gestual y lo escénico. Entonces, el movimiento se convirtió un elemento tan sustancial como el canto, la música y el texto. Durante su primera época en Europa, con conciertos, giras y reconocimiento del medio por la profundidad de sus canciones, presentaron los álbumes Territorio de delirio (2021) e Isla virtuosa (2024), que describen este encuentro entre música y actuación.

Antonia Schmidt

Cantante, autora, instrumentista y educadora de pedagogía Waldorf, desde ese ángulo Antonia Schmidt ha sostenido su propuesta creativa de una música para niños que supera el mero enfoque didáctico tradicional. En sus palabras, la suya es una "música para sentir". Desde esa perspectiva, ha compuesto canciones con temáticas sobre meditación y medioambiente, además de recopilación de cuentos, mitos y leyendas de Chile y Latinoamérica que presentó en sucesivos trabajos. En esa discografía destaca Música para la Tierra (2014), el álbum que la puso de lleno en el circuito de la música infantil.

Baobab

El grupo de música de fusión africana Baobab, también conocido como Cantos del Baobab durante su primera época, es el resultado de un largo proceso de investigación de las músicas tradicionales y populares de diversas regiones del continente negro, pródigo en canciones, ritmos y el uso de tambores. Parte de este trabajo ha quedado expuesto en sus discos editados por el sello Mundovivo, Cantos del Baobab (2011) y Nimba (2014). La experiencia de Boabab vino a abrir el ángulo de observación de una música de raíz africana, con proyectos diversos que van desde Orixangó a Newen Afrobeat.

Surreal

Influenciado por la psicodelia de la década de los '70, desde Sun Ra y el último John Coltrane hasta bandas de británicas rock como Soft Machine y Gong, Julián Romero Parada adoptó el nombre de Surreal para un proyecto creativo situado en una música experimental. Su propuesta de composición desde el bajo eléctrico transita por diversos territorios, desde el jazz avant-garde, la fusión, la música progresiva y la improvisación liberada hasta desembocar en los misterios de las músicas ancestrales del sur de Chile, de donde él proviene. Su primer trabajo en esta línea es Delirio místico (2021).

Flor de Guayaba

Estas siete mujeres destacan en la escena penquista por cultivar el folclor afrolatino, con aires de bullerengue y otros ritmos tradicionales de Colombia. Su puesta en escena muestra diversas percusiones y ricas armonías vocales. Flor de Guayaba adapta parte de la tradición de aquel país a su entorno, evidenciando los enlaces tanto sociales como culturales con la invisibilizada raíz afro en Chile.

Paula Monsalve

New-age y folk son dos etiquetas que no incomodan a Paula Monsalve para ubicar el lugar de su música, si bien en la difusión de su trabajo esta cantante y autora con largos períodos de residencia en el extranjero ha buscado permitirse el cruce con cauces diversos y amplios, también personales. Su motivo es, en sus palabras, «la música de tu tierra, de tu gente, la música que crece dentro tuyo: ésa es tu música propia». Madrid y Fairmount (Indiana, Estados Unidos) han sido hasta ahora las capitales para su trabajo, anclado desde un inicio a la matriz latinoamericana.

Carol Antonia

Carolina Lorca Gálvez es Carol Antonia, cantante y compositora vinculada a diversas músicas modernas de fusión, desde el flamenco, el klezmer y la música gitana, a la raíz del folclor chileno. Se formó vocalmente tanto en el Instituto Projazz como en la Escuela Moderna de Música, con la maestra de canto Lorena Pualuan, pero también cuenta con conocimientos de expresión corporal y teatro. Como cantante ha explorado en los repertorios del jazz y el blues desde 2013, aunque su trabajo más decisivo tuvo lugar La Piroluzka, agrupación de música circense, gitana y klezmer. En paralelo lideró el proyecto Água da Lua, que interpretaba repertorios de la música portuguesa, y ha integrado las agrupaciones del guitarrista de flamenco y jazz Alberto Alberto Faraggi. Su primer disco es Perfumes del alba (2019), en el que, desde una mirada contemporánea de las raíces, resignifica el rol de la cantora latinoamericana, en un álbum de nítida influencia de la música andaluza, además de la tonada, la cueca y el bolero.

Claudio Recabarren

Cultor de lo que se ha denominado "astroarte", Claudio Recabarren Madrid es un pianista, organista y compositor que ha explorado la música en contacto estético y ético con el universo. Suya es la propuesta de un piano bajo un insondable océano de estrellas, programática puesta en escena que ha llevado a distintos observatorios astronómicos en Chile y a planetarios alrededor del mundo. Su obra alcanzó en 2020 un punto cúlmine con la obtención del primer premio en el Festival Fulldome de Jena, en Alemania, con la música para la película Piano under the stars.

Transubhiriano

Más que como una banda atada a un género en particular, Transubhiriano prefirió definirse como «un viaje por las distintas culturas del mundo que utilizan el trance y la danza como medio de conexión y de celebración». Esa misma soltura ha sostenido su historia, que es la de exploración y asociaciones emprendidas principalmente por Subhira, autor conocido por su trabajo de larga data en la fusión étnica, electrónica y latinoamericana.

Juan Coderch

El librepensamiento de un percusionista como Juan Coderch hizo posible que mundos tan históricamente “opuestos” como la música desde la academia y la música desde la calle pudieran conectarse en ciertos instantes. Coderch no sólo revolucionó la mentalidad y las capacidades técnicas de un percusionista sinfónico, sino que igualmente fue un ejemplo de versatilidad estilística, uno de los más agudos y respetados percusionistas de la música popular chilena desde los años '80.

Ser o Dúo

Ser o Dúo es un proyecto de músicas creativas que combinan timbres acústicos de la guitarra clásica y latinoamericana frente a una diversa panorámica de aerófonos del mundo. Formado en Valparaíso, el dúo ha realizado una propuesta de música de cámara que cruza territorios, desde lo estético y creativo hasta lo geográfico. Tanto así que la declaración de la pandemia mundial en 2020 atrapó a sus integrantes en Katmandú, Nepal, durante la producción del documental Sonidos nómades, que mostraría sus viajes, conciertos, clínicas y diversos cruces y colaboraciones con músicos.

Ajimsa

El rock fusión y la llamada música del mundo han guiado el trabajo de este grupo franco-chileno, que nació del encuentro entre el guitarrista y compositor chileno Cristián Torres y la cantante y tecladista francesa Julie Gaye. Con letras en inglés, francés y español, el enfoque musical atraviesa desde la música sudamericana a la medioriental, con aproximaciones al folclor arábigo, céltico y gitano.

Fractal

Un cruce transversal y otro longitudinal del planeta traza el grupo Fractal para definir su obra musical. Es un ensamble acústico que navega sin límites por las sonoridades, coloraturas e instrumental múltiple de distintas regiones de los cinco continentes y que lo ha llevado a crear una música orientada de manera predominante hacia la fusión étnica. Así Fractal siguió la línea de avances previos de compositores como Subhira, Andrés Condon o Tomás Thayer, y se sumó a una generación de agrupaciones como Alkymia, Amapiola y Transubhiriano.

Ignacio Rodríguez

Iniciado como baterista de grupos de rock, funk y jazz, Ignacio Rodríguez se convirtió a la música étnica tras descubrir el djembe en su primera juventud. Eso derivó en un profundo estudio de las raíces percusivas africanas, que pronto lo haría conectarse con timbres y significados del uso de instrumentos como el balafón, djun djun, udú, bargarabu, chequere y la kalimba. Poco después, Rodríguez fue atraido por los sonidos tibetanos, lo que además le significó ingresar en áreas de la música terapéutica. Su nueva habilidad para los diapasones, el gong y la tambora, se ha combinado con la ejecución del bombo legüero sudamericano, las semillas, el trompe y los metahues mapuches, la marimba centroamericana y el hang europeo, ese sonido metálico y melódico que lo llevó a editar en Barcelona su primer disco, Mandala (2008).

Jorge Herrera

Diversos géneros ha cubierto el bajista Jorge Herrera en las bandas de las que se ha hecho parte, y en las cuales acumuló experiencias de jazz y rock progresivo (Evolución), música cristiana (Vera Efigies), pop (Pie Plano) y  música terapéutica (Arcturus). A partir de cursos sobre sanación y reiki, el compositor ha tendido un puente entre esas prácticas y la música, con varios discos para realizar terapias de energía y relajación.

Carlos Pacheco Torres

Guitarrista, compositor, académico e innovador en la enseñanza del flamenco, Carlos Pacheco Torres tiene credenciales suficientes como para figurar entre los músicos que más lejos ha llegado en su campo. Nacido en Temuco y criado en Gorbea, desde 1989 viene escribiendo una historia musical del todo desconocida. Ese año llegó Córdoba, una de las ciudades de Andalucía donde el flamenco es patrimonio puro, y allí ha llegado a ser investido por los propios gitanos y flamencos como «maestro». Junto a Carlos Ledermann en Chile, Carlos Pacheco Torres es el otro gran nombre entre los docentes de la guitarra flamenca.