Canto y trova

Poemas y canciones de amor, de humor o de política fueron parte del oficio del trovador histórico, personaje nacido ya en épocas medievales y que mil años después regresó a la música popular con el mismo sentido. Su figura renació en los años '60, cuando en América Latina y Europa surgieron autores cuyas canciones –interpretadas con la sola compañía de una guitarra- hablaban de sentimientos personales y temas sociales. Canto y trova son formas modernas de expresión del trovador, quien a falta de despliegue instrumental centra el poder de su música en las letras y en su virtuosismo como ejecutante de esa pequeña orquesta de seis cuerdas. Desde Francia a Estados Unidos y desde Cuba a Chile, los cantautores reaparecieron en la década de los grandes cambios. En nuestro país se activó en el marco de la Nueva Canción Chilena y luego siguió con el movimiento joven del Canto Nuevo, pero su oficio es ahora tan genérico que ha superado todas las etiquetas.

Luciano Altair

Cantautor santiaguino, que en su composición roza ámbitos exigentes de producción y arte sonoro. Su primer disco, Heridas (2024), se ganó en prensa calificaciones de «vanguardista», por su propuesta sugerente, en capas sonoras y texturas atípicas en el pop. El propio músico prefiere hablar de una exploración desde la letra y la música, que nunca se aleja por completo de lo convencional. Se trata de un trabajo coherente con la influencia que reconoce en nombres estadounidenses como Bon Iver y Sufjan Stevens: «Sigo mucho esa camada de artistas gringos que partieron muy indie, muy en la guitarra y muy en la canción folk-pop para después transformarse en una cosa media incomprensible», le comentó al medio Expectador. La música ha sido para él un trabajo persistente, de muestra en vivo en formato de banda, desde la publicación de un primer single en 2020 ("Daga").

Osvaldo Leiva

Osvaldo Leiva es un cantautor que perteneció al movimiento cultural y musical del Canto Nuevo durante la década de 1980, pero que también tuvo presencia en espacios de la música en televisión de la época. En 1982 ganó el concurso del programa "Chilenazo" con su canción más famosa, "El flaco Chile", y luego participó en dos versiones de la competencia nacional para el Festival OTI. Profesor de música, compositor y con un virtuoso dominio de la guitarra, nunca editó un disco durante la dictadura de Pinochet, y sólo registró algunas canciones aisladas con autoproducción. A fines de los '80 dejó la música para iniciarse en la apicultura. Resultado de esa experiencia es una de sus obras más interesantes, que entonces sobrepasaba la cantautoría y la trova donde se había formado y desempeñado: la "Suite Miel, música del ballet de las abejas", compuesta en 1994 como una obra situada en el espacio de la música de tradición escrita, que llegó a ser incluida en programas de la Orquesta Sinfónica de Chile.

Cristina Narea

Cantautora y guitarrista, Cristina Narea  comenzó su carrera en la música en los años ochenta en Chile  (con el nombre de Cristina González), inserta en la escena del Canto Nuevo y como parte integral de ese movimiento. Canciones suyas como “Flor de aromo” y “11 de noviembre” circularon profusamente por los escenarios de la época, en peñas,  parroquias y espacios universitarios.

Sebastián Arancibia

La canción de autor y la fusión latinoamericana son ámbitos en los cuales ha desarrollado su trabajo Sebastián Arancibia, nombre joven asociado a la música de raíz, que en su primer disco tuvo colaboraciones de músicos relevantes de la escena local, como Paz Mera, Ema Pinto y Andrés Pérez, entre otros. Era todavía un estudiante de enseñanza Media cuando contactó, a través de MySpace, a Magdalena Matthey, quien luego se convirtió en una suerte de mentora para su carrera musical. Fue ella quien lo indujo a hacer estudios de música en la escuela Projazz y quien lo presentó en su primer concierto, en el bar La Barcaza de avenida Santa Isabel, en Santiago. En adelante, cultivó un repertorio que fue registrado en un primer disco titulado VerdeSelva y canela, publicado gracias a un proyecto de financiamiento colectivo. Ese álbum, que fue presentado en mayo de 2015 en la Sala Master, contenía canciones inspiradas por la raíz latinoamericana, con timbres acústicos, delicados arreglos y letras reflexivas. El bar Thelonius, el Teatro Projazz, la Casa de la Cultura de La Cisterna y La Tienda Nacional son espacios que han acogido actuaciones de Sebastián Arancibia, quien ha combinado su carrera con el trabajo con compañías de teatro y su labor como profesor. 

Sol y Lluvia

Sol y Lluvia es uno de los grupos más populares de la música chilena, y sus canciones son parte de la banda sonora de la resistencia a la dictadura militar. Nacidos a partir de un núcleo de hermanos, en un taller de serigrafía en la capitalina comuna de San Joaquín, la banda articuló una guitarra acústica, una batería de bombos y un bajo eléctrico para desarrollar canciones  de abierto contenido social y político, pero con melodías alegres y hasta bailables. Sus letras directas han hecho referencia a la paz, la represión y las desigualdades sociales, completando así la propuesta del conjunto. Si bien Sol y Lluvia se mueve al margen de los medios y la industria, goza de un arraigo popular innegable.

Felipe Schuster

Felipe Schuster integró Hic Sunt Leones, banda de la segunda mitad de la década de los 2000, con la que elaboró un sonido pop que si bien no alcanzó ecos masivos, fue ampliamente reconocido por su factura. Hacia fines del 2011, cuando ya el proyecto no existía, Schuster comenzó a desarrollar un trabajo solista que el 2012 presentó en vivo, y en el disco Atiempo (2013). Con sonidos similares a su banda de antaño, un tributo al tema "Campos verdes" de Eduardo Gatti, que grabó junto al propio cantautor y la producción de Pablo Stipicic. Al tiempo que alterna su oficio musical con su profesión de abogado, ha seguido componiendo canciones y su segundo trabajo fue La montaña (2015), y desde entonce sigue lanzando singles en sociedad con el compositor Javier Barría.

Fran Quintero

Una cantautoría que no omite los atributos de la canción pop aunque sitúa sus atmósferas melancólicas siempre en ese universo poético personal, conduce la música de Francisca Quintero. Es parte de una generación de compositoras guitarra en mano y madura escritura de textos en la que se pueden encontrar los nombres de Martina Lluvias, Antonia Navarro, Catalina Navarro o Dulce y Agraz, entre otras creadoras. Sus colaboraciones con músicos como Benjamín Walker, en la canción "Silencio acelerado", y sobre todo el resultado de una ópera prima como La carta (2022), cruzada y definida por la pandemia, le valieron un espacio en la escena de los años '20.

Víctor Jara

No sólo su asesinato, en septiembre de 1973, han hecho de Víctor Jara uno de los artistas más trascendentes de la música de nuestro país, sino que es su trabajo y su obra lo que definitivamente lo consagró como una de las más grandes figuras de la cultura chilena. Fue folclorista, director de teatro durante una década en la Universidad de Chile, parte del elenco de la Peña de los Parra entre 1966 y 1973, trabajó con los grupos Cuncumén, Quilapayún, Inti-Illimani, Los Cuaracas, Huamari y Cantamaranto, y compuso y cantó más de 150 canciones, varios clásicos de la canción universal, como "Te recuerdo Amanda", "El derecho de vivir en paz" o "Plegaria a un labrador". Conmovido por una época en la que despuntó una enorme efervescencia social, el cantor representó el sentimiento de búsqueda de dignidad para las clases sociales populares, como militante del Partido Comunista, y fue un entusiasta partidario del gobierno socialista de Salvador Allende. Su arte y sus aspiraciones fueron coherentes con su historia; la de un hijo de campesinos que llegó a avecindarse a un sector marginal de Santiago. Su nombre es hoy el de un artista universal.

Cadenasso

Felipe Cadenasso es un guitarrista, cantante, compositor y productor vinculado al sello Cápsula Discos, responsable de una partida insigne de álbumes de la música independiente del siglo XXI. Ha sido integrante de los grupos Los Precarios, Fruto Prohibido (2000) y Matorral (2001), su más emblemático proyecto. Con este conjunto llegó a diseñar una música de sobresalientes abstracciones para el formato de canción, en los álbumes Remoto control (2013) y Gabriel (2015), que le valió una categoría mayor en la composición contemporánea de rock.

Óscar Andrade

Las canciones de Óscar Andrade han rozado varios géneros y modas, pero nunca se amoldaron a una de ellas en específico. Su obra se encontró en sucesivos momentos con el Canto Nuevo, la trova y el pop, y experimentó un cambio significativo durante los catorce años de trabajo y estudios del cantautor en Alemania. Antes de cumplir los 20 años de edad, Andrade ya había levantado al menos dos hits imperecederos ("Noticiero crónico" y "La tregua"), y ha sido inevitable que el resto de su trayectoria se compare siempre con esas cumbres de popularidad de los años ochenta. Aunque breve, su discografía acumula composiciones asociables a la balada pero también de provocadora observación social, impuesta en televisión y radios incluso en tiempos en que tal opción constituía un riesgoso desafío político.

David Azán

Trovador formado en las postrimerías de la dictadura, David Azán fue integrante del grupo de música latinoamericana Coré durante los años '90, donde actuaban músicos como Manuel García y los futuros integrantes de Inti-Illimani, Daniel Cantillana y Christian González. Alumno del compositor y profesor Fernando Carrasco, referente en la música latinoamericana a través de las décadas, Azán ha sido a la vez que autor de canciones y cantor, arreglador, sesionista, productor discográficos y diestro guitarrista. Sus trabajos en este ámbito se diversifican desde el acompañamiento para el canto comprometido de Rebeca Godoy, hasta su decisiva mano en álbumes tan distintos como Viñeta (2010), del propio Daniel Cantillana, y Hecho a mano (2012), de la cantautora pop Jazmín Gómez. Sus discos solista son Pop de palo (2015) y Canto forastero (2018).

Mariela González

Un rin con nombre y ritmo chilotes pero compuesto en el entorno citadino de Santiago es un reflejo fiel y un punto de partida para la música de Mariela González. "Rin del jardín" es una de las primeras melodías de esta autora y cantante iniciada en el Canto Nuevo, de los '70, a partir de los cuales ha sostenido un repertorio registrado décadas más tarde en su disco En privado (2002), además de algunas canciones de Congreso que cuentan con su coautoría. Radicada en Francia desde 2005, continúa allí su trabajo entre el canto y la fusión latinoamericana.

Callejón

Dentro del ya diverso panorama del Canto Nuevo, Callejón fue un grupo en extremo peculiar, que, como pocos de la época, cruzó mundos entonces lejanos: de la universidad a la olla común; de lo docto a lo popular; de la ideología formal a una desobediencia cívica casi anárquica. En lo musical, su guía fue la raíz latinoamericana, y su repertorio se afirmó con composiciones de autores tan importantes como Luis Advis, Jorge Spiginsfield, Jaime Soto León y Rodolfo Norambuena, entre otros. El tema "Se da la casualidad" trascendió como un "clásico de fogata" en circuitos universitarios, y hasta hoy cantautores como Manuel Huerta la reinterpretan en vivo.

Rocko de la Rosa

Actor, poeta y músico, Juan Carlos Salas es Rocko de la Rosa, el nombre de fantasía de un trovador urbano en un constante choque de contradicciones. Rocko, por la dureza de una gran piedra, y Rosa por la delicadeza de una flor. Proveniente de Agua Santa, en Viña del Mar, y establecido más tarde en Concón, Rocko de la Rosa ha sido uno de los cantores de los puertos y ciudades de la Quinta Región, a la zaga de la generación que impulsó Chinoy con guitarra y canto, y junto con otros aguerridos trovadores como Lautaro Rodríguez, Demian Rodríguez y Kaskivano. Sus canciones transitan entre la raíz del blues y arremeten en rumbos del rock y el reggae, pero siguen siendo piezas para guitarra y voz. “Es mejor vivir como un bandido que como un aburrido”, canta en "Oveja negra", una de las canciones de su primer disco, Rocko de la Rosa (2015), un brindis por los derrotados.

Schwenke & Nilo

Probablemente la expresión más importante y representativa del movimiento de Canto Nuevo, desarrollado en Chile durante la década de los '80, fueron los valdivianos Schwenke & Nilo, un dúo que mantuvieron por más de treinta años los músicos Nelson Shwenke y Marcelo Nilo. Inspirados en la tradición de la canción social, en las inquietudes en torno a las relaciones humanas y en apego a la naturaleza del sur de Chile, muchas de sus canciones fueron clásicos de los circuitos más activos de oposición al régimen de Pinochet. El proyecto nunca detuvo su trabajo, incluso tras la muerte de Nelson Schwenke en 2012.

Nico Michel

Las comarcas cordilleranas de Lonquimay constituyen el espacio decisivo en la historia personal de Nicolás Michel, y desde allí su nombre se ha proyectado como el de un trovador eminentemente sureño. Sus canciones aparecen como crónicas territoriales o visiones impresionistas de La Araucanía, sobre todo en la panorámica que muestra su primer álbum, Sur temprano (2016). Allí se exhiben textos sobre reflexiones y pasiones personales, pero también sobre la poética de la naturaleza, crítica social y canción contingente, temáticas que han marcado su escritura y su canto.

Luis Le-Bert

Luego de la primera separación de Santiago del Nuevo Extremo, a mediados de los años ochenta, el cantautor Luis Le-Bert comenzó un trabajo individual que se ha mantenido ininterrumpido hasta hoy. Su estilo autoral y su sistema de promoción ha respondido durante este tiempo a una irrestricta autonomía, manteniéndolo como una voz creíble y digna de atención, aunque marginal a la difusión masiva. El tránsito desde la trova hacia la cueca en subjetiva lectura es uno de los senderos por los que darle coherencia a su inquietud musical solista, autodefinida por él como «canción de vanguardia».

Tito Fernández

Tito Fernández decía que no sabía escribir ni cantar particularmente bien, y que el escenario fue «una suerte de tortura necesaria: gracias a él puedo vivir, porque no sé hacer otra cosa». Sin embargo, convivió con logros únicos en el desarrollo de la música popular chilena, de entre los cuales la popularidad de canciones como "Me gusta el vino" y "La casa nueva" son los más inmediatos de reconocer. El Temucano fue un cantor capaz de cruzar audiencias, incluso en los períodos más divisorios de nuestra historia social reciente, tomando de la tradición folclórica aquella esencia narrativa que explicó su original razón de ser, y que supo combinar con los códigos de géneros populares, como el bolero. Las canciones de Fernández son historias para escuchar con atención, y si bien nunca buscaron redundar en los tópicos amorosos de la balada, transmitían un afecto entrañable por aquello que podríamos llamar nuestra identidad: el paisaje, la familia, la charla entre amigos, los brindis, la nostalgia.

Eduardo Gatti

Autor del himno generacional “Los momentos”, Eduardo Gatti ha representado, en diferentes momentos de su extensa carrera, el virtuosismo sobre la guitarra eléctrica, el rostro del primer hippismo chileno, la voz del Canto Nuevo y la solidez de la trova adulta. Sin embargo, su trabajo constante debe más bien instalarse dentro de una corriente de cantautoría sin más clasificaciones que su identidad personal. En ese género es uno de los nombres mayores en la historia musical chilena, con una lista bastante larga de canciones acuñadas en el gusto popular. En 2020, Eduardo Gatti recibió la distinción de Figura Fundamental de la Música Chilena, el mismo año en que la propia "Los momentos" cumplió medio siglo.

Antonio Gubbins

Cantautor de comienzos de los '80, Antonio Gubbins fue parte de los escenarios del movimiento del Canto Nuevo, trascendiendo, sin embargo, esos circuitos masivos gracias al tema "Magdalena Rapa Nui", que obtuvo varios premios en concursos televisivos. Con una prehistoria rockera, en el grupo The Apparition, Gubbins se retiró de la música a fines de los '80, para regresar en 1998 con un disco autoproducido, donde revisó su propia historia, en un ejercicio casi personal, que el denominó Intimo. Hoy está retirado de la actividad musical profesional.