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Los Kabros Cool

Santiago Lupino, el seudónimo del cantante y tecladista Mito Sanhueza, es quien mantuvo a este grupo de rock durante más de una década, legando tres álbumes y un sonido funk-rock pulido durante su paso por las Escuelas de Rock.

Gabriel Puentes

Baterista de jazz contemporáneo que construyó una gran parte de su carrera como sideman y solista en Ciudad de México desde 1999, una vez que hizo sus primeras armas en los circuitos jazzísticos de Santiago y Concepción. Alejado de la escena nacional, Puentes se transformó en uno de los más activos bateristas en la capital mexicana, con una militancia abierta en proyectos que le permitió, como a muy pocos jazzistas chilenos, actuar en Europa y en las dos costas norteamericanas permanentemente.

Nicolás Ríos

Baterista de la generación cero.cero del jazz, la versatilidad de Nicolás Ríos va desde el post-bop hasta un marcado avant-garde, además de alternar en los espacios de la música de cámara a trabajos con electrónica. Es compositor pero sobre todo improvisador libre, aspectos que quedan expuestos en trabajos como Fuera de foco (2005), con que inició su ruta dentro del jazz. Se le considera un solista próximo al Andy Baeza de los años 2000, y es parte de una oleada de bateristas que en esos tiempos exploraron la música experimental. como Julio Denis, Matías Mardones y Hugo Manuschevich. Junto con ello, Ríos tuvo un rol protagónico en la gestación y producción de sonido a través de su estudio de grabación Palo Quemado.

Jacqueline Fuentes

El de Jacqueline Fuentes es otro de los nombres de músicos chilenos que se han abierto caminos fuera de Chile gracias a las sonoridades latinoamericanas fusionadas entre sí y con otras influencias, que en el caso de esta cantante y compositora incluyen el folclor y la música clásica. Radicada desde 1995 en Los Angeles, California, ha grabado dos discos y sus canciones han sido antologadas en el catálogo del sello de músicas del mundo Putumayo en EE.UU.

Transubhiriano

Más que como una banda atada a un género en particular, Transubhiriano prefirió definirse como «un viaje por las distintas culturas del mundo que utilizan el trance y la danza como medio de conexión y de celebración». Esa misma soltura ha sostenido su historia, que es la de exploración y asociaciones emprendidas principalmente por Subhira, autor conocido por su trabajo de larga data en la fusión étnica, electrónica y latinoamericana.

Los Pata e' Cumbia

Músicos con oficio en otros proyectos encauzan en esta banda sus diversos gustos en torno a la raíz latinoamericana, la cumbia tradicional y la canción popular de tintes eléctricos. Su repertorio ha combinado versiones para títulos populares con sus propias composiciones, liberando así un cancionero inesperado, que integra citas a Camilo Sesto, Los Wawancó y chanson francesa con invitaciones al baile llenas de referencias locales.

Lucho Córdova

José Luis Córdova Ballesteros es una de las leyendas del jazz chileno. Su figura representa el más importante referente dentro de la corriente denominada hot jazz, vale decir los preceptos del jazz en su más puro estado, asimilado por jóvenes músicos desde un lugar tan alejado como Chile. En esa observación, Córdova es un equivalente en peso específico a figuras pioneras como el director de big bands Pablo Garrido en el jazz melódico y el pianista Omar Nahuel en el jazz moderno. El baterista antofagastino fue además el mayor testigo de la historia del jazz, que protagonizó desde inicios de los años '40, como un generador de swing único, pero al mismo tiempo como su divulgador a través de la radio y la gestión cultural, como fundador del Club de Jazz de Santiago en 1943.

Alberto Maturana

Médico cirujano, director de la Onemi entre 1994 y 2006, gestor cultural, productor de discos, divulgador musical a través de programas radiales e impulsor del recordado Festival de Jazz de Tongoy que tuvo lugar en esa localidad durante más de una década, además de la serie de ciclos itinerantes bajo el nombre de Jazz al Atardecer. Alberto Maturana ha sido además uno de los más activos músicos aficionados de jazz, toda una escuela fundadora. Conocido en el medio como Doctor Jazz, Maturana es guitarrista, saxofonista y clarinetista. En los años '60 fue uno de los primeros músicos que comenzó a tocar bossa nova. En los años '80 formó el grupo New Hampton Six, con Carlos Vera Pinto (vibráfono) y Sergio Miquel (clarinete), en memoria del legendario Lionel Hampton. Y en los '90 reunió a un elenco de figuras bajo el sombre de Jazz and Company, junto a Giovanni Cultrera (piano) y Waldo Cáceres (batería), con quienes publicó el disco Light jazz (0% colesterol) (2002).

Matraz

Matraz es uno de las bandas fundamentales de la oleada del rock progresivo chileno de la generación de los '90, que tomó influencias de los clásicos del género y lo conectó con influencias locales poderosas como la de Fulano. Inicialmente un cuarteto de rock que incorporó elementos de la música docta, la fusión, la vanguardia e incluso el jazz, su fisonomía definitiva quedó supeditada a la presencia de la sólida cantante Loreto Chaparro, quien grabó el disco Gritaré (2004).

Agualuna

En 1997 una fracción del conjunto Acuarela dejó para siempre este proyecto con el objetivo de desarrollar sus propias ideas en torno a la música infantil. Un año después nació Agualuna, septeto electroacústico integrado por  compositoras, cantautoras, multi-instrumentistas y profesoras de música, quienes dieron un importante paso estético al integrar en sus creaciones una serie de elementos de la música popular históricamente vedados para los niños.

Canfusión

La banda de formación multinacional Canfusión nació en Londres en la primera mitad de los años noventa, y desde entonces se permitió pasar por cambios de integrantes, direcciones sonoras e incluso ciudades, manteniendo siempre a bordo a su fundador, el percusionista chileno Jorge Almonacid. El conjunto desarrolla una combinación de ritmos afrolatinos con jazz, rock y funk —la combinación de las palabras 'candombe' y 'fusión' explica su nombre—, y luego de una extensa experiencia europea se encuentra hoy establecido en Santiago de Chile.

La Julia Smith

En la década de 2010 se les definió como puntas de un recambio generacional para la extendida tradición rockera de su natal Concepción, ciudad con la cual han dialogado en sonido y en colaboraciones. Entre grabaciones y cambios de integrantes, La Julia Smith fue mutando y transitando con vigor por el rock and roll, la sicodelia y el pop con tintes de folk; pero sobre todo con un trabajo de rigor profesional.

Ammy Amorette

Con un pie en el jazz vocal y otro en el pop, la cantante Ammy Amorette Escobar Carril (nombres de pila que juntos significan "A mi amor") se instaló como una de las voces más presentes de la escena posterior a la que lideró en Santiago Rossana Saavedra durante los '90 y que en este tipo de croosover estilístico desde la experiencia de Amorette llegó a tener importantes cultores entrados los años 2000.

Matías Riquelme

Cellista, compositor, improvisador, pero ante todo un músico experimental, desde Francia y desde España Matías Riquelme ha sido cultor de una música moderna y subterránea, llevada a cabo en solitario pero también a través de distintos ensambles que ha dirigido, como Cellp, proyecto que abordó el jazz, la electrónica, el rock, la música docta y la música improvisada en diversas dimensiones.

La Tropa

Para Roberto Lecaros —el patriarca del clan de jazzistas chilenos que lleva ese apellido— la enseñanza fue tal vez la más trascendental de las artistas de su historia como músico. Desde que en 1979 fundara una de las primeras academias de formación en estos rudimentos, Lecaros tuvo siempre la mirada atenta en los "diamantes en bruto" que pudieran aparecer en su entorno. Su club, el recordado L'Atelier, operó como escenario de lanzamiento de nuevas figuras desde los años '80: los guitarristas Mauricio Rodríguez o Roberto Dañobeitía, los contrabajistas Jorge Rocha o Rodrigo Galarce, y el baterista Cristóbal Rojas se llevaron su primeros aplausos en L'Atelier o tocando al interior de las bandas de Roberto Lecaros.

QuieroStar

QuieroStar fue por un tiempo la sociedad de tres músicos ya conocidos en otras vías musicales, como los grupos Lulú Jam (en el caso de Sofía Oportot) e Intersecs (Raúl Durán y Arturo Saray). El trío se planteó como una propuesta pop sin presiones ni apuros, pero con gran cuidado en su puesta en escena (con recursos evidentes de la dinámica teatral, por ejemplo). El santiaguino Club Bizarre fue la plataforma inicial de muestra para su pop de aristas electro y disco, y su único álbum hasta ahora, Amistades pasajeras (2010), fue el registro de ese período de música en la discoteca. Con un trabajo de frecuencia intermitente, QuieroStar se mantiene con grabaciones y videos, y con Sofía Oportot como rostro y voz reconocible. En 2018, el single "Primera vez" destacó la alianza con $990. Se mantiene ahí la autodefinida línea de «sonidos sintéticos-melódicos-melancólicos desde Santiago de Chile».

Camila Moreno

El sentido del riesgo es la característica distintiva de la cantante, autora y compositora Camila Moreno, expresada en un acercamiento personal a los sonidos acústicos, a la electricidad del rock y la producción electrónica. Ha conseguido difusión internacional, buscando un vínculo entre su cantautoría y procesos sociales más amplios, situándose entre las voces destacadas de una generación de cantantes chilenos que comparten una inclinación a la raíz folclórica por instinto y un canto personal y testimonial al mismo tiempo.

Daniel Guerrero

En 1986 y mientras era todavía un estudiante de secundaria, Daniel Guerrero conoció a Pablo Castro en el colegio San Agustín, de Ñuñoa. Juntos formaron el dúo La Sociedad, proyecto con el que lograron considerable éxito en Chile y en algunos otros países, gracias a una renovada fórmula de pop romántico. Ha sido ése el molde que más le ha servido a Guerrero en su carrera solista, a partir de la disolución del dúo, en el año 2001. Tres discos produjo en ese tiempo solista, cuando además convirtió en un reputado productor y compositor.

La Culebrona

La Culebrona, a veces también presentada como LaKulevrona, es una banda cuya música fusiona distintos elementos, desde el ska y el punk a los ritmos latinos y aires gitanos. De este modo, su propuesta unió los mundos de la pachanga latinoamericana y la electricidad del punk rock. Fue parte de una oleada de conjuntos del underground de la década de 2000 que reunieron diversos insumos para su música y generaron una escena nueva de época, como La Mano Ajena, Banda Conmoción, Chorizo Salvaje y Combo Ginebra, entre otras. Su disco más importante y difundido es Challa (2010).