Iñigo Díaz
Criado en Ñuñoa, de niño conoció el mundo de las artes escénicas, de la mano de su madre bailarina. Los teatros fueron habituales en su vida y crianza, pero no sería hasta que vio tocar a una orquesta de música bailable que entonces quedó conectado al poderío del sonido de los metales, trompetas, trombones y saxofones.
Raúl López estudió Teconología en Sonido en la U. de Chile, en tiempos de la Unidad Popular. No solo presenció en histórico concierto que ofreció el cuarteto del baterista de jazz Elvin Jones en 1972 en la Unctad sino que realizó un registro igualmente valioso, que ha conservado por cincuenta años. La presencia allí de los saxofonistas Steve Grossman y Dave Liebman lo marcaron para siempre. Por ese tiempo ya había comenzado a tocar un saxofón alto y más adelante iría a convertirse en alumno del baritonista de la Orquesta Huambaly, Kiko Aldana.
Su fogueo como músico se dio en diversas orquestas de música popular bailable. Y a instancias del baterista Ricardo Ruiz, se sumó a esa práctica del músico de oficio y horas de vuelo. En quintas de recreo, locales y boliches diversos se consolidó como músico y aprendió a leer partituras sobre la misma marcha.
A fines de los '70, ya con una amplia cultura musical de jazz, Raúl López se integró al grupo Quilín, que realizó una propuesta de compleja música en el campo del rock fusión, y en el que asomaban elementos del jazz. Por ese tiempo, López también trabajaba como músico de la orquesta de televisión de Miguel Zabaleta, donde compartiría espacio con músicos de Concepción como el guitarrista Edgardo Riquelme y el baterista Alejandro Espinosa. En 1986 fue convocado para integrar el nuevo proyecto creativo de Riquelme, el quinteto Alsur, que iría a iniciar la era del jazz sudamericano, y que más adelante se convertiría en una amplia escuela.
Anhelos nortinos
Así también frecuentó el estudio Filmocentro, en la Plaza Ñuñoa, y se convirtió en músico de sesión. Inetgró la banda de Joe Vasconcellos en los '90 y grabó diversos álbumes de música chilena, incluso un recordado saxofón en "Una pala y un sombrero", de Gervasio. Desde luego, en los tres discos de Alsur, donde se interiorizó en el lenguaje y la propuesta de una música contemporánea y local. Entre 1990 y 1997, fue tenorista del Cuarteto Latinoamericano de Saxofones, que también integraban como solistas fijos Alejandro Vásquez y Jaime Atenas (de Congreso). Con este ensamble de cámara remarcaría su proximidad a la música del Cono Sur americano y grabaría otros tres álbumes.
Ya con su traslado a Coquimbo en 1997, Raúl López comenzó una vida nueva como profesor de escuelas en Copiapó y como músico de jazz en la escena nortina, compartiendo en otro círculo de creatividad, en el Club de Jazz de Coquimbo o el Teatro Centenario de La Serena junto a la familia Cuturrufo y otros valores, con los que organizó el quinteto hard bop Cokimbop. Ese mismo elenco grabó el disco Sudamerijazz (2022), nacido entre el estallido social y la pandemia como el primer catálogo de composiciones de Raúl López en la órbita del jazz sudamericano.
Actualizado el 14 de diciembre de 2023