Giovanni Cultrera

Giovanni Cultrera
Foto: Cristián Soto López

Giovanni Cultrera, pianista de origen siciliano afincado en Valparaíso después de la Segunda Guerra, es uno de los nombres mayores del jazz chileno, con un conocimiento aventajado de los repertorios y una vigencia que lo llevó incluso a mantenerse activo con más de 90 años de edad, una serie de discos publicados y una cantidad actuaciones que rompieron la barrera de los 1.300 conciertos con su cuarteto desde 2004. Su categoría como cultor del swing clásico, lo ubica en un cuadro de honor junto con solistas de la talla de Carmelo Bustos, Lucho Córdova, Daniel Lencina y, por supuesto, su compañero Alfredo Espinoza.

Ficha

Fechas

Catania (Italia) - 16 de marzo de 1931

Décadas

1950 |1960 |1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Giovanni Cultrera

Giovanni Cultrera, pianista de origen siciliano afincado en Valparaíso después de la Segunda Guerra, es uno de los nombres mayores del jazz chileno, con un conocimiento aventajado de los repertorios y una vigencia que lo llevó incluso a mantenerse activo con más de 90 años de edad, una serie de discos publicados y una cantidad actuaciones que rompieron la barrera de los 1.300 conciertos con su cuarteto desde 2004. Su categoría como cultor del swing clásico, lo ubica en un cuadro de honor junto con solistas de la talla de Carmelo Bustos, Lucho Córdova, Daniel Lencina y, por supuesto, su compañero Alfredo Espinoza.

Iñigo Díaz

De no haber sido por Cultrera, es probable que una generación completa de músicos de Valparaíso hubiera tardado demasiado tiempo en articularse como núcleo desde los comienzos de los '50. Porque tal como ocurrió con su compinche Pepe Hosiasson (también inmigrante y pianista), Cultrera fue un pivote del jazz en ese enclave porteño, no sólo encabezando iniciáticas sesiones de audición de música, sino gestando algunas de las primeras bandas dixie no capitalinas, además de concretar el que llegó a ser el primer Club de Jazz de Valparaíso.

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Foto: Federico Waelder

Desde sus tempranos años Cultrera tuvo acceso a la música popular norteamericana, incluso más que el repertorio tradicional napolitano. Su madre solía tocar al piano piezas de Gershwin, Porter o Hammerstein. El pequeño inspeccionaba en las 88 teclas como si fuera su juguete más preciado. Tiempo después ya tocaba con el instinto que finalmente lo iba de describir como pianista de jazz (nunca tuvo adiestramiento formal de piano clásico). Llegó a Valparaíso en 1948 y de inmediato se conectó con Hosiasson. Fue una época juvenil en que ambos recorrían el puerto juntos buscando almas gemelas en torno al jazz. El polaco le mostró su grandiosa colección discográfica y Cultrera lo adiestró en el swing pianístico.

Jazz en el puerto: la nueva pandilla
Pero a diferencia de Hosiasson, Cultrera permaneció en Valparaíso como un referente indiscutible del jazz porteño. Era algo así como una extensión de lo que 30 años antes había iniciado Pablo Garrido como gestor, formada por una camada completa de nuevos músicos de la Quinta Región. En 1953, Cultrera se integró al histórico conjunto que acompañó al tenorista Bud Freeman (figura mundial del swing, quien curiosamente vivió una temporada en Chile) y donde también figuraban Arturo Ravello (contrabajo) y Lucho Córdova (batería). Cultrera tenía 21 años cuando actuó con el saxofonista, durante 60 días ininterrumpidos en el Hotel Carrera, alternando el escenario con la tropicalísima big band del cubano Isidro Benítez (donde también destacaba la cantante Monna Bell).

En el período 1954-57 fue el gestor de multitudinarias jam sessions en espacios históricos como la Biblioteca Severín o el antiguo Teatro de la Crav. En ellas comenzaban a aparecer los nombres de Roque Oliva (clarinete), Álvaro Vicencio (saxofón), Hugo Valdebenito (batería) y los trompetistas Sergio Acevedo y Eugenio Yuyo Rengifo. Junto a estos colaboradores actuó además en el primer festival jazzístico de Concepción, consolidando a su alrededor al núcleo de jazzistas porteños. Para entonces seguía muy de cerca de sus pianistas modelos, y sin estudios formales podía acercarse al swing que desplegaban todos ellos: Art Tatum, Teddy Wilson y Oscar Peterson.

La historia de Cultrera en el jazz nacional se reconstituye en 1979, cuando regresa de Perú. Ya instalado en la capital, se transforma en uno de los hombres fuertes del piano en el Club de Jazz. Se integra a La Banda de Jazz (1979-84), pequeña orquesta encabezada por el trompetista Daniel Lencina y que lo conectó con quien tiempo después sería su gran aliado: el altoísta Alfredo Espinoza. De esa agrupación saldría una nueva en la que Cultrera también iba a poner su toque lírico: La Máquina del Swing (1984-86).

En adelante, y después de tocar para el mismísimo Lionel Hampton en el sexteto que el guitarista Alberto Maturana formó con el nombre de New Hampton Six, el pianista siciliano sería un sideman generoso (desde Lucho Córdova hasta Cristián Cuturrufo) y un interesante líder de tríos donde alternaría contrabajistas como Sammy Domínguez y Federico Dannemann (probando en las cuatro cuerdas) y bateristas como Antonio Gaete (de los Santiago Stompers) y Moncho Pérez (del Ángel Parra Trío).

El émbolo del swing: más de mil conciertos seguidos
Cultrera iniciaría un trabajo de duetos con Espinoza desde 1990, con quien recuperó los grandes repertorios de la era prebop, los autores clásicos y las melodías más tradicionales del cancionero. De esta manera, el pianista confirmaría su voto con el swing, ámbito donde mejor se ubicó y desde donde hizo su historia. Esos primeros ensayos en casa se trasladarían al escenario de Thelonious en 2003. Poco antes, Cultrera grababa junto al grupo Jazz and Company (con el baterista Waldo Cáceres) el álbum Light jazz (0% colesterol) (2002).

En 2004 se trasladó desde el club Thelonious y hasta el subterráneo de El Mesón Nerudiano de Bellavista, donde volvería a imponer su plusvalía como maestro del cancionero clásico. Allí lideró un cuarteto con Alfredo Espinoza que incluyó al baterista Jorge Rodríguez Donoso y a una rotativa de contrabajistas entre los que destacaron por continuidad Nelson Arriagada y Pablo Menares.

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Foto: Macarena Achurra

El grupo congregó además a una serie de cantantes de swing como Danielle Gilson, Camila Meza, Nicole Bunout, una iniciada Javiera Abufhele y la actriz Bárbara Wilson. Pero eso no fue todo: al mando de Cultrera el ensamble superó la barrera de los 900 conciertos, llegó al estudio de grabación para registrar los discos Jazz! (2005, con la voz de Gilson), Cultrera, Espinoza y compañía en vivo en Reñaca (2010, con Bunout) Live at Thelonious (2013, con Consuelo Schuster) y Giovanni '85. Live again at Thelonious (2017, con Thais Marie, Natalia Ramírez y Valentina Marinkovic), más tres series navideñas en tiempo de swing y generar cónclaves durante tres años seguidos en el Teatro Municipal de Viña, ya de regreso en su propia tierra.

En febrero de 2011 presentó a su cuarteto en el Teatro del Lago, como único programa jazzístico de las Semanas Musicales de Frutillar y en marzo lideró el gran concierto de conmemoración de sus 80 años en el Teatro de Carabineros, que contó con las participaciones de su conjunto regular y jazzistas como Daniel Lencina, Alejandro Espinosa, Boris Ortiz, Federico Dannemann, Claudio Rubio y la Conchalí Big Band. Un pianista italiano de swing para la historia del jazz chileno.

Actualizado el 22 de noviembre de 2023