Dúo Rey-Silva

Dúo Rey-Silva
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Biografía patrimonial

Un nombre capital en toda la música típica y de raíz folclórica chilena es el del Dúo Rey-Silva. Durante más de cincuenta años de actividad a partir de su inicio en 1935, Alberto Rey (1915-1991) y Sergio Silva (1917-2017) fueron figuras principales en géneros como la cueca y la tonada, además de trabajar con variedad de músicos señeros como Arturo Gatica, Esther Soré y Mario Catalán entre otros. El Dúo Rey-Silva figura en los inicios del cine musical chileno, fue parte de la bohemia más dorada de los años ‘40 a los ’60 y emprendieron giras por América Latina y EE.UU., además de ser la plataforma para el trabajo de Alberto Rey, solista en arpa y otra figura central de la música chilena.

Ficha

Años

Santiago, 1935 - 1991

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1930 |1940 |1950 |1960 |1970 |1980 |1990 |

Géneros

Integrantes

Alberto Rey, arpa y voz (1935 - 1991)
Sergio Silva, guitarra y voz (1935 - 1991)

Dúo Rey-Silva
Biografía patrimonial

Un nombre capital en toda la música típica y de raíz folclórica chilena es el del Dúo Rey-Silva. Durante más de cincuenta años de actividad a partir de su inicio en 1935, Alberto Rey (1915-1991) y Sergio Silva (1917-2017) fueron figuras principales en géneros como la cueca y la tonada, además de trabajar con variedad de músicos señeros como Arturo Gatica, Esther Soré y Mario Catalán entre otros. El Dúo Rey-Silva figura en los inicios del cine musical chileno, fue parte de la bohemia más dorada de los años ‘40 a los ’60 y emprendieron giras por América Latina y EE.UU., además de ser la plataforma para el trabajo de Alberto Rey, solista en arpa y otra figura central de la música chilena.

David Ponce

La doble combinación entre dos voces y dos instrumentos, arpa y guitarra, define el estilo característico con que se consagró el Dúo Rey-Silva. Alberto Rey, de nombre real Luis Alberto Azócar, nacido en Curicó el 16 de junio de 1915, y Luis Sergio Silva Rivadeneira, nacido en Santiago el 26 de mayo de 1917, tenían poco más de veinte años cuando se conocieron en 1935, según el recuerdo de éste último, en un partido de fútbol entre los equipos Arrieta Guindos, del barrio de Silva, y Propa, dependiente de la Papelera, empresa donde Azócar trabajaba como telefonista.

Los dos traían alguna experiencia musical previa. El investigador Felipe Solís Poblete establece que, tras su arribo a la capital, Azócar había sido parte de Los Huasos de Chincolco, uno de los señeros conjuntos de huasos chilenos, y Silva había integrado un dúo con su hermano mayor, según recuerda el propio músico en una entrevista en 2006 de la que están obtenidas la siguientes citas. Pero fue como dúo que los nombres de Rey y Silva iban a quedar escritos con grandes caracteres en la historia.

Al inicio eran dos guitarras: los años ’30 y ‘40
“Fue el número protagónico del espectáculo folclórico tanto popular como ilustrado de los años cuarenta”, destacan Juan Pablo González y Claudio Rolle, autores del libro Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 (2005), donde consignan que desde esos primeros años el Dúo Rey-Silva actuó desde en rodeos hasta en conciertos de música folclórica en el Teatro Municipal de Santiago.

Algunos hitos señalados por González y Rolle para la trayectoria del conjunto en la década del ’40 son su participación en conciertos folclóricos con Elena Moreno, Las Hermanas Loyola y Los Provincianos en teatros santiaguinos como el Cervantes y el Municipal (1943), en una Fiesta Nacional de las Danzas y Cantares organizada por la gubernamental Dirección de Información y Cultura (DIC) en el Parque Forestal junto a Las Hermanas Loyola y Los Hermanos Barrientos (1946) y en la obra cómico-dramática “Mal’haya tu corazón” presentada por Hermógenes Méndez, lamado “el actor de la chilenidad” (1949), también con Las Hermanas Loyola.

Al inicio eran dos voces y dos guitarras, pero esa configuración cambió tras una primera gira en 1945, con destino a Argentina. En ese recorrido, según el recuerdo de Sergio Silva, el grupo trabajó en Buenos Aires con un contrato de tres meses y alternó con artistas internacionales como el mexicano José Mojica y los argentinos Libertad Lamarque, Alberto Castillo y Charlo. Y fue en ese viaje, según documentan González y Rolle, donde Alberto Rey conoció y adoptó el arpa paraguaya. “El día que debutamos nosotros con arpa en un teatro fue en teatro Baquedano”, recordaba Silva. “Y nos daba miedo porque el arpa no lo había tocado nunca un hombre”.

Protagónicos y acompañantes: cuecas, tonadas y música internacional
El Dúo Rey-Silva desarrolló en paralelo desde los mismos años ’40 una nutrida serie de grabaciones, para el sello RCA Victor al inicio y para Odeon más tarde, y sobre el inicial formato de los discos de acetato de 78 revoluciones por minuto vigentes para la fecha,

De acuerdo con la discografía reconstituida por Felipe Solís Poblete, el primer registro del grupo es la tonada “A las cuatro de la mañana” (1940), con letra de Carlos Ulloa Díaz y música de Alberto Rey. Sergio Silva precisaba que esos primeros años el dúo cultivaba tanto repertorio chileno como internacional de vals peruano, bolero o pasodoble. “Yo era más internacional y Rey era más folclórico”, recordaba. Pero el repertorio chileno tiene una presencia importante en esos discos tempranos.

Ahí aparecen títulos y créditos como los del citado Carlos Ulloa Díaz con Esther Martínez, de quienes el dúo grabó entre otras la tonada “A la orilla del brasero”, el vals “Los argentinos” (“Dúo Rey-Silva con guitarras”, según la información de la etiqueta) y la cueca “Santos” (“animan Carlos Alonso y Marta Charlín con arpa, acordeón y guitarra”). El crédito para la animación de las cuecas aparece con frecuencia en otras grabaciones, como “El salitre”, de Alberto Rey (“animan M. Arce y Teresa Maibé”) y “Los arriendos”, de Pepe Olivares y Alberto Rey (“animan Pepe Olivares y Olguita Villanueva”).

Clara Solovera y Lucho Bahamonde, compositor e integrante del conjunto Fiesta Linda, son otros autores destacados por Sergio Silva en el repertorio histórico del dúo. E igual de habitual fue la labor de acompañamiento que desempeñaron para otros cantantes, en grabaciones y en escenarios. Esther Soré y Margarita Alarcón son dos estrellas de la radio que cantaron y grabaron con el respaldo musical del grupo, el mismo que a su vez integraba elencos de giras junto a la propia Esther Soré, Arturo Gatica, el humorista Manolo González y otros.

El Dúo Rey-Silva fijaba además el molde para otros conjuntos chilenos similares como el Dúo Molina-Garrido, el Dúo Leal-Del Campo, el Dúo Bascuñán-Del Campo y otros. Ya para los años ’50 se presentaba en el restaurant santiaguino Goyescas como atracción estable junto a otro grupo tan destacado como Silvia Infantas y los Baqueanos, según avisos publicitarios de la prensa, y en 1953 emprendieron una nueva gira por el continente, esta vez de dos años, con fechas en ciudades como Buenos Aires, Mendoza, Lima y Panamá.

Junto a Mario Catalán: los grandes de la cueca
El inicio de esa nueva década dio por inaugurado un capítulo aparte en la historia del Dúo Rey-Silva: su trabajo con el cantor y autor de cuecas Mario Catalán Portilla (1913-1979).

Fue en 1948, según Solís Poblete, que se produjo el encuentro entre los tres, en el negocio del comerciante Carlos Mervilles, próximo al Club Hípico de Santiago, cuando Catalán era ya una de las figuras destacadas de la cueca urbana chilena.

Y fue en 1951, de acuerdo con lo establecido por González y Rolle en Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 (2005), que el Dúo Rey-Silva invitó a Catalán a grabar un primer repestorio de cuecas, que incluye “Aló aló”, “Arremángate el vestido”, “Mi caserita” y “Desde que vine al mundo”, para el sello RCA Victor.

Ya iniciada la era del long play, la colaboración entre el Dúo Rey-Silva y Mario Catalán quedó prensada en diversos LPs publicados en su mayoría en la década del ’60, muchos de cuyos ejemplares son carátulas frecuentes hasta hoy entre coleccionistas. Entre ellos se destacan Cuecas (1963), del Dúo Rey-Silva con Mario Catalán y Elia Ramírez; Los grandes de la cueca (1965), del Dúo Rey-Silva con Carmen Ruiz y Mario Catalán; Puras cuecas (1968) y Cuecas bravas (1970), del Dúo Rey-Silva con Mario Catalán, y los más tardíos 35 años de cueca (1972) y Las mejores cuecas (1975), del Dúo Rey-Silva a secas.

Una foto publicada en la prensa en 1967 muestra a Catalán y al dúo junto a figuras de la Nueva Ola o de la canción juvenil de ese tiempo como Gloria Benavides, Ginette Acevedo, Sergio Inostroza y Óscar Arriagada, con motivo de los premios “disco de oro” y “disco de plata” instaurados por el sello RCA Victor para galardonar a sus artistas más vendedores, como prueba de la popularidad de estas cuecas. Tampoco desdeñaron la música internacional, como se escucha en el LP Dúo Rey-Silva internacional, con foto de carátula posada en el aeropuerto Pudahuel de la época, y entre sus nuevas colaboraciones se destaca el LP La fonda de ño Pedro (1967), de Pedro Messone.

Aniversarios: medio siglo y siglo entero
Dos décadas más se mantuvo el conjunto en actividad. En 1978 ganaron el Festival del Huaso de Olmué con la canción “Un rodeo a la chilena” y en la década siguiente estaban cumpliendo actuaciones para colonias chilenas residentes en el extranjero, como se lee en el aviso publicitario de una de esas actuaciones, en California, con motivo de medio siglo de carrera del conjunto: “Dúo Rey-Silva en cincuenta años de actuación por escenarios del mundo. Rincón Chileno Restaurante, Los Ángeles, noviembre 13 de 1985”.

En paralelo Alberto Rey grabó también como solista y dio curso a su trabajo con otros músicos, al motivar la realización del histórico LP de Cuecas con escándalo (1970) junto a una pléyade de cantores urbanos agrupados entre Los Polleros de la Estación, Los Centrinos del Matadero, Los de la Vega Central y Los del Puerto, es decir hombres como el porteño Víctor Oyarzún (Vito Lolo), Raúl Lizama (el Perico Chilenero), Luis Hernán Araneda (el Baucha), Rafael Andrade (el Rafucho), Luis Téllez Viera, Luis Téllez Mellado, Mario Catalán, Manolo Santis, Humberto Campos, el payador Benedicto Salinas (el Piojo Salinas) e incluso Hilda Parra.

Décadas más tarde el arpista respaldó la creación en Valparaíso del conjunto Los Paleteados del Puerto en 1991, mismo año hasta el cual se mantuvo vigente el Dúo Rey-Silva. Diez años después moría Alberto Rey, el 15 de abril de 2001, a los 86 años, aunque no por ello su compañero dejó la actividad musical: Silva dio forma entonces a un dúo ocasional junto al cantor y guitarrista Alejandro Mancisidor, antes de retirarse pocos años después. El guitarrista murió a su vez el 25 de mayo de 2017, justo el día antes de su cumpleaños, y no era un aniversario cualquiera: faltaron horas para que Sergio Silva Rivadeneira cumpliera los cien años, ese 26 de mayo. Pero no falta historia cuantiosa para sustentar la presencia del Dúo Rey-Silva entre los nombres más importantes de la música popular chilena del siglo veinte.

Actualizado el 26 de julio de 2024