Petronila Orellana

Petronila Orellana es un nombre principal en el folclor chileno. Una precursora, como la llamó Margot Loyola, y autora de clásicos del cancionero tradicional, como las cuecas “Los lagos de Chile “ y “Chicha de Curacaví”. Con ella como arpista y su hermana menor Mercedes como guitarrista, formaron un dúo que se forjó en espacios campesinos, como rodeos y trillas, y que luego -sin abandonar esos circuitos rurales- llegó a la ciudad para presentarse en auditorios radiales y grabar varios discos a partir de los años '20. Tras el fin del dúo de hermanas en 1943, Petronila ejerció el oficio musical en su casa de canto, situada en el barrio Pila del Ganso. Se retiró paulatinamente de la música hasta su muerte, en Santiago, en 1963.

Fechas

Santiago - 24 de junio de 1885
Santiago - 09 de junio de 1963

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1920 |1930 |1940 |1950 |

Géneros

Jorge Leiva

Es poco lo que se conoce con precisión sobre Petronila Orellana, a pesar de que se trata de un personaje clave en la constitución del folclor chileno de la primera mitad del siglo XX. En el libro La tonada: testimonios para el futuro, publicado por Margot Loyola el año 2006, aparece el que probablemente sea el más completo testimonio sobre su vida, recogido por la folclorista, que fue una amiga cercana a pesar de sus casi 30 años de diferencia.

Allí Loyola cuenta que Petronila Orellana nació en Barrancas, la actual comuna de Pudahuel, en 1885, en lo que entonces era una zona completamente rural. También relata que desde niña ella formó un dúo musical con su hermana menor Mercedes, luego de aprender de su madre la práctica y el arte de la guitarra junto con el repertorio campesino de esos tiempos. Petronila se hizo cargo del arpa, dando al dúo la formación instrumental clásica de las cantoras campesinas.

“Sus ambientes más comunes eran los los rodeos, mingacos y trillas, donde se presentaban con vestuarios muy variados. Cantaron también en la radio y llegaron al disco, sin abandonar su actividad trashumante como cantoras en teatros pueblerinos”, dice Margot Loyola en su libro de 2006.

Las Hermanas Orellana

La llegada al disco y la radio de las Hermanas Orellana ocurre después de los años '20, como precisan el musicólogo Juan Pablo González y el historiador Claudio Rolle en la Historia Social de la Música Popular en Chile 1890 – 1950, del año 2005. Es en esa década cuando el sello Odeón comienza a grabar tonadas chilenas (luego de las grabaciones iniciáticas de Los Guasos de Chincolco en 1923), y el dúo encabezado por Petronila, junto a otros nombres femeninos como Derlinda Araya y Esther Martínez, serán recurrentes en discos de acetato y auditorios radiales de esos años. Juntas, ellas tres conforman un primer soporte de artistas femeninas del folclor en la industria musical.

Dice el texto: “La labor discográfica y radial de estas folcloristas aumentó los grados de masividad del folclor chileno, contribuyendo a la consolidación de un público y una demanda desde la ciudad por la música del campo”.

Mercedes Orellana falleció en 1943, y Petronila debió continuar entonces como solista, a veces acompañada por la propia Margot Loyola. En los años siguientes instaló una casa de canto en el barrio Pila del Ganso, que funcionó hasta su muerte en 1963, y que es una de las últimas de su tipo en Santiago. “Ahí llegaban Pablo Garrido y una serie de intelectuales de la época a oírla cantar”, contó Margot Loyola en 1995.

Sesenta y dos canciones
Aunque de las grabaciones de Las Hermanas Orellana existen escasos archivos, sus canciones fueron grabadas por muchos músicos en la segunda mitad del siglo XX, sobre todo las cuecas más famosas, “Chicha de Curacaví” y “Los lagos de Chile".

En la Historia Social de la Música Popular en Chile 1890 – 1950 se consigna que “Chicha de Curacaví” fue grabada en 1946 por Raúl Gardy y Las Huasas Andinas, en un disco de 78 del sello RCA, el primero del formato de cinco minutos  que vino a inaugurar los discos con tres pies de cueca por lado. Pero hay muchas grabaciones más a partir de los años ’60. En 1966 tuvo dos históricas: Los Perlas incluyeron esta cueca en su popular disco Las mejores cuecas del mundo y sus alrededores, en la que tal vez sea su versión más célebre, mientras que un año después Los Chileneros la incluyeron en su primer disco, La cueca centrina.

“Los lagos de Chile”, en tanto, fue grabada en 1966 Silvia Infantas y Los Cóndores, y también ha alcanzado decenas de grabaciones a través del tiempo, por nombres como Los Hermanos Campos, Las Consentidas o grupos de generaciones muy posteriores, como La Gallera.

También existen canciones de Petronila Orellana en otras voces. Las Hermanas Loyola, y luego Margot Loyola en solitario, grabaron mucho repertorio suyo desde los años '40, y esas mismas versiones han sido tomadas por grupos posteriores, desde Cuncumén en los años '60 a El Parcito después del cambio de siglo. Según el libro Clásicos de la música popular chilena 1900-1960, volumen I, de 1994, se registran 62 composiciones inscritas a nombre de Petronila Orellana en la Sociedad Chilena del Derecho de Autor.

“Se caracterizaba por una expresión de vivaz alegría, pese a que no tuvo una vida feliz”, dijo Margot Loyola, que siempre valoró la fuerza de su amiga para ejercer su oficio musical: “Petronila me contaba que cuando llegaban a un pueblo se conseguían dos caballos y salían por calles y caminos anunciando con una bocina de lata: ‘Atención, atención, hoy se presentan en el teatro del pueblo Las Hermanas Orellana’. De ese modo logaron ser conocidas en todo el país. Ellas fueron una epopeya dentro del canto chileno”.

Actualizado el 09 de agosto de 2022