Buddy Richard

Buddy Richard es uno de los pocos solistas chilenos adscritos al movimiento de la Nueva Ola que logró trascender a ese movimiento con un repertorio propio y un estilo de marca personal que mezcla balada romántica y rock orquestal. Autor de composiciones que han cruzado las fronteras del país ("Mentira", "Tu cariño se me va", "Despídete con un beso") y que han sido recreadas por músicos de generaciones posteriores a la suya, el cantante es uno de los valores más reputados e incombustibles de la escena local, cuya actividad marcó un cierre en 2008 con una gira de despedida y su anuncio de retiro, aunque se ha mantenido con apariciones esporádicas en vivo.

Fechas

Graneros - 21 de septiembre de 1943

Región de origen

Libertador General Bernardo O'Higgins

Décadas

1960 |1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |

Géneros

Buddy Richard

Cristóbal Peña

Canto en español
Nacido en Graneros en 1943, Ricardo Toro Lavín adoptó el apodo de Buddy Richard en homenaje al estadounidense Buddy Holly, uno de sus ídolos musicales de juventud. La recomendación fue de su primer productor, el fallecido disc-jockey radial Antonio Contreras, quien lo reclutó a principios de los años '60 para inaugurar con él el sello Caracol, uno de las pionera etiquetas independientes del país (allí también debutaría José Alfredo Fuentes, entre otros). Su primera grabación, sin embargo, nunca llegó a publicarse: problemas de financiamiento hicieron que el master con dos temas interpretados en inglés –cuyos títulos ni siquiera el cantante recuerda– acumularan polvo en algún closet hasta caer en el olvido.

El desquite ocurrió a fines de 1962. Convocado a los estudios de grabación por el mismo productor, Buddy Richard hizo lo que muy pocos cantantes juveniles en esa época: cantar temas propios y en español. "Balada de la tristeza", una composición adolescente surgida en Graneros y lanzada en formato sencillo, con el twist "Apúrate" como lado B, se convirtió en uno de los hits radiales del verano de 1963. El debut fue auspicioso, pero su relación con Caracol tuvo corta vida y se redujo a otros dos discos sencillos –entre ellos el rockero "No voy a llorar"– editados el mismo año.

«Diferencias de criterio artístico», a decir del cantante, lo llevaron en 1964 a firmar con otra etiqueta independiente, Arena (ex Demon), de Camilo Fernández. Con este sello aparecieron tres de las composiciones más populares de Buddy Richard, "Cielo" –versión en español del éxito "Sunny" (1966), del cantante de soul estadounidense Bobby Hebb–, "Despídete con un beso" y "Si me vas a abandonar", las que junto a algunos covers de autores extranjeros alimentaron su popularidad y lo situaron entre los números fijos de giras y programas radiales.

El astro en el Astor
Auque su talante autoral estaba más que probado para la segunda mitad de los '60, su productor disquero –que para entonces había llevado a los músicos de Arena al catálogo de RCA– persistía en introducir canciones de autores extranjeros en el repertorio del compositor.

«Peleé bastante por eso y tuve que hacer algunas concesiones para seguir grabando», dice hoy Buddy Richard, quien igualmente terminó saliéndose con la suya: las canciones de su autoría que grabó en esa época ("Quiera Dios", "Te necesito", "Amor gitano", "Con mi bombo y mi chinchín") lideraron los ránkings radiales y de ventas. Su popularidad fue consagrada al final de esa década con un álbum grabado en vivo el 10 de diciembre de 1969.

Buddy Richard en el Astor fue uno de los primeros registros en directo en la industria discográfica chilena. El concierto fue transmitido por radio y televisión, y en un hecho insólito entre los cantantes juveniles en boga, reunió en escena a una orquesta de 38 músicos de etiqueta. El disco, uno de los mejores en su género en Chile, operó como una suerte de grandes éxitos en directo y se transformó en otro suceso de ventas para el cantante y en referente para los de su generación: tiempo después, el ejemplo fue seguido por Gloria Simonetti y José Alfredo Fuentes, quienes hicieron sendos registros en vivo en el teatro Astor.

Como pasó con la mayoría de los cantantes de su estilo, el clima político determinó el devenir de su carrera. Sin militancia visible, lo que en una época de definiciones partidista suponía identificarlo con la derecha, Buddy Richard vio restringido su campo de acción durante la Unidad Popular. Fue así más aún considerando que su sello de los últimos años, RCA, rebautizado IRT (Industria de Radio y Televisión), al pasar a propiedad del Estado en 1971 privilegió a músicos más cercanos al gobierno de Salvador Allende. «Yo no tenía color político y tampoco hubo mucho drama con eso», testifica el cantante, «pero las cosas se fueron dando para que terminara mi relación con el sello y buscara nuevos horizontes».

Devenido en productor independiente y con una agenda de conciertos internacionales, Buddy Richard capeó los últimos años de la Unidad Popular y los primeros de la dictadura. Lo último, eso sí, fue más fácil que lo primero. Gracias a su prestigio y perseverancia, y en igual medida a su declarado carácter apolítico –que en esa época, por el contrario, suponía un apoyo tácito al régimen–, se convirtió en uno de los cantantes predilectos de los programas de televisión de la época. Pero eso, por sí solo, no habría bastado para su vigencia. Siguió cantando los antiguos temas y componiendo otros nuevos, ya fuera por encargo de programas de televisión y de otros músicos, o bien para sus propias producciones; y en 1975 irrumpió con una canción que lo situaría definitivamente en el mapa internacional.

El cariño y la mentira
"Tu cariño se me va", un tema de pronunciados quiebres rítmicos y orquestado por Horacio Saavedra, introdujo a su autor a un insospechado fenómeno de popularidad en el extranjero. A poco de su lanzamiento en Chile, el tema era interpretado por cantantes y grupos de Argentina (Jon Simons), Bolivia (PKdos), Puerto Rico (Danny Rivera), Venezuela (Pecos Kanvas) y Estados Unidos (Orquesta Tabaco y Ron). Las múltiples versiones del tema –que con el tiempo sería traducido a salsa, cumbia, rock y rap– provocarían un efecto no deseado para el cantante: fuera del país Buddy Richard sería reconocido como autor antes que como intérprete. Ese desbalance comenzará a cambiar desde 1980.

Ese año, por encargo del programa musical de Canal 13 "Aplauso", el músico escribió una balada de desamor titulada "Mentira" y él mismo se paró en el escenario para interpretarla frente a las cámaras del concurso televisivo. Fue ahí, en directo, donde la argentina Valeria Lynch, cantante invitada al estelar, escuchó por primera vez esa canción, e inmediatamente después de que el chileno ganó el concurso, hizo una versión de "Mentira" que le redituó dividendos instantáneos en Argentina y otros países latinoamericanos. Richard, sorprendido aún por el éxito de su composición, no se quedó atrás, y luego de grabarla en Chile se lanzó en una gira por diversos países de Latinoamérica. Esta vez no fue mucha la gente que le salió al camino. El nicaragüense Hernaldo Zúñiga y la italiana Iva Zanicchi también hicieron sendas versiones de "Mentira", pero Buddy Richard logró imponer la suya, y de paso, consagrarse en el extranjero en su faceta de intérprete.

Pero su gravitación internacional sería efímera. Sin nuevos éxitos radiales ni mayor regularidad en el circuito extranjero, desde fines de los '80 el músico volvió a anclarse a su país, confundiéndose entre un colectivo de cantantes nuevaoleros y de televisión que vivía de rentas pretéritas y reclamaba exclusión: el ocaso de la dictadura y sus programas característicos también significaron el fin de una plataforma laboral. Desde entonces Buddy Richard pasó a engrosar la lista de los llamados «viudos de la televisión», aunque, a diferencia de otros, sin quejas públicas.

Los Tres y la reivindicación
Su estatus excepcional como autor y carismático intérprete quedaría confirmado hacia mediados de los años '90, cuando el grupo Los Tres lo invitó a participar en la grabación de un cover para "Tu cariño se me va".

Fue esa grabación, el primer y más sonado single del disco La espada y la pared (1995), la que otorgó al autor de "Mentira" la condición de figura de culto, por sobre el resto de los cantantes de su generación y, sobre todo, con un nuevo aire a su carrera. Un año después de su alianza con Los Tres, y tras ser incluido como número estelar en el Festival de Viña del Mar, Buddy Richard grabó el disco Por siempre (1995) –en el que incluye temas de Los Rockets ("No quiero que te vayas"), Dyango ("Regálame una noche"), Pedro Fernández ("El que más te amó") y María Bethania ("Tú"), entre otros– y sorpresivamente, contra todo pronóstico, saltó al primer lugar del ránking de ventas. El buen momento sería coronado ese mismo año con la edición en CD de En vivo en el Astor.

Lo que parecía un renacimiento artístico, un segundo aire, para el músico no significó más que una ilusión pasajera, un suspiro agotado en el revival propio de la década. Sin mayores expectativas ni ambiciones, desde la segunda mitad de los '90 declaró un receso indefinido y sentó residencia en una parcela de Villarrica, Novena Región. Lo que vendría en los próximos años se redujo a presentaciones esporádicas, reediciones de sus canciones, una memorable actuación en el Festival de Viña del Mar de 2000 y ese mismo año, un nuevo homenaje de Los Tres, esta vez con la grabación de "Despídete con un beso", incluido en el disco en vivo Freno de mano (2000).

Si con el cambio de siglo la carrera de Buddy Richard parecía entregada a gestos testimoniales, en un inevitable declive, una nueva oleada nostálgica torcería el destino. Reclutado por el programa televisivo "Rojo Vip", de TVN, en 2005 el autor de "Tu cariño se me va" se batió con una docena de antiguas figuras en pugna, no pocas veces con desesperación, por sobrevivir frente a la pantalla y hacerse de un millonario premio final. El oficio y la perseverancia mostrados en el programa televisivo le granjearon el premio mayor –un departamento– y nuevos reconocimientos: mientras la solista María Jimena Pereyra lo invitó a grabar un dueto de "Tu cariño se me va", el grupo Santo Barrio hizo lo propio con "Si me vas a abandonar", y el siguiente tributo sería todavía más inesperado.

Convocado por el programa "31 Minutos", Buddy Richard unió su voz a la del personaje de Guaripolo para interpretar la canción "Mala" en el disco Ratoncitos (2005) y, en retribución, es el mismo Guaripolo quien tributa al autor de Graneros al realizar una versión de "Cielo". Y es a fines de 2005 cuando cumple con un último rito antes de consagrarse como indiscutida figura de culto. Su participación en el Festival de Viña del Mar de 2008 supuso una última gran aparición en vivo antes de su retiro, pero después de ese hito, Buddy Richard volvió a ingresar al estudio para grabar la canción "Trátame bien", con el productor Daniel Guerrero y posteriormente salir de gira por todo Chile.

La gira "Despídeme con un beso", con presentaciones por todo el país durante el 2008, debió haber marcado su final despedida de los escenarios. Pero, desde entonces, el músico no ha dejado de aparecer en presentaciones puntuales, como sucesivas invitaciones a La Yein Fonda y otros encuentros en vivo.

Actualizado el 27 de junio de 2020