Jorge Leiva
Berrú llegó a Chile en 1962, al Mundial de Fútbol. Él mismo era jugador profesional en una liga de su país, y fue eso lo que impulsó su viaje. La búsqueda de un destino, sin embargo, lo llevaron a estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Técnica del Estado, y en 1967 se incorporó al naciente Inti-Illimani, cuando el conjunto estaba formado por estudiantes de esa casa de estudios.
De ahí en adelante –salvo una breve pausa a finales de los '60- su historia musical está directamente ligada a Inti-Illimani, de donde es una de las voces principales (es primera voz en temas como "Simón Bolívar" y "Vasija de barro"). Percusionista y multi-instrumentista, además, Berrú es una pieza fundamental en la historia musical y humana del conjunto, con quienes compartió el exilio hasta 1988, cuando todos regresaron a Chile.
Con ellos convivió hasta 1996, participando en la grabación del disco Arriesgaré la piel, aunque su renuncia ya era un hecho inminente. En 1997 su salida se hizo oficial, e incluso el conjunto organizó un emotivo recital de despedida en el Teatro Caupolicán. La llegada del percusionista cubano Efrén Viera y del flautista y saxofonista Pedro Villagra sirvieron de reemplazo a Berrú, que se inició entonces con un restaurante de comida ecuatoriana, La Mitad del Mundo, donde en ocasiones continuaba con su veta musical.
El músico recordaba un episodio relacionado con su salida del Inti, y como tal lo dejó por escrito en su sitio oficial. “A días de haberme retirado del Inti-Illimani, me encontraba en una gasolinera. El vendedor, mientras me entregaba el vuelto, me dijo respetuosamente: ‘Perdone, compañero Max, pero usted no le pidió permiso al pueblo para retirarse del Inti-Illimani’. Frente a eso, me bajé del auto, lo abracé y le pedí perdón con lágrimas de emoción”.
Solo pero muy acompañado
En 2004 editó un notable disco solista, Intimo, en el que participaron 27 músicos y donde recorrió distintas píezas del repertorio latinoamericano, algunas ya visitadas por Inti-Illimani. El 2006 participó en la grabación del disco Pequeño mundo, de la facción llamada "nueva" de Inti-Illimani, a la que Berrú le manifestó su público apoyo, incluyendo una serie de colaboraciones.
El 2011 presentó un nuevo episodio de su trabajo musical en el disco Cantando como yo canto, estableciendo una continuidad con su trabajo anterior. Canciones latinoamericanas y varios invitados acudieron a esa grabación (como el Macha junto al Bloque Depresivo, Carmen Prieto, Camilo Salinas, la Banda Conmoción o Jorge Coulón), que se convirtió en otra de las bases de su permanente actividad en vivo.
Desde entonces dirigió su propio conjunto: Max Berrú y los Insobornables, junto sus hijos Cristóbal (voz y trompeta) y Tocori (voz, quena, guitarra y guitarrón mexicano), además de Mauricio Barrueto (guitarra y coros) y Christian Duarte. Se sumó muchas veces a los conciertos de Inti-Illimani y desarrolló una pequeña carrera política en los últimos años como candidato a concejal y a diputado por el Partido Comunista. El 2017 se le declaró una enfermedad que lo mantuvo fuera de la actividad artística, hasta que el 1 de mayo de 2018, en una intensa jornada del Día del Trabajador, falleció en Santiago.
“En los años que me quedan por vivir sigo teniendo la suerte de continuar con mi canto y lo hago junto a mis dos hijos varones, Tocori y Cristóbal, y mi banda Los Insobornables”, había dicho ya en sus últimos años de vida. “Siento que soy un verdadero privilegiado, porque en mis treinta años con Inti-Illimani, a través de mi canto he alimentado el espíritu de millones de seres humanos”.
A fines de 2019, Los Insobornables presentaron el disco Max Berrú Carrión, con 15 canciones grabadas por un enorme elenco de invitados, y con canciones del repertorio latinoamericano, parte de las canciones que cantaba y le gustaban al músico. Nombres de ambos elencos de Inti-Illimani, Joe Vasconcellos, Aldo Macha Asenjo, Elizabeth Morris, Roberto Márquez y Manuel Sánchez fueron algunos de los convocados al disco, que incluyó tres canciones grabadas por Max el 2017, y que en su totalidad resultó ser un poderoso y justo testimonio de la calidad humana y musical de Max Berrú Carrión.