María Sonora

María Sonora
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María Sonora fue un grupo de carrera parcialmente frustrada (no logró llegar a editar su disco), pero que resultó pionero en la integración de ritmos caribeños con códigos hip-hop y electrónicos; y, como tal, es recordada como una virtuosa asociación para el Chile de los años de transición democrática. De manera intermitente, ocupó sobre todo a los hermanos María José y Tan Levine, dos músicos de sobra destacados previamente en bandas como Upa, Pinochet Boys y Electrodomésticos, y vinculados hasta hoy a proyectos artísticos independientes.

Ficha

Años

Santiago, 1990 - 1994

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1990 |

Géneros

Integrantes

María José Levine, voz (1988 - 1994 / 2009-2011)
Sebastián Tan Levine
, programaciones y percusión (1988 - 1994 / 2009-2011)
DJ Cogollo, scratches (1992-1994)
Álvaro Campos, guitarra (1992-1994)
Daniel Contador, bajo (1992-1994)
Federico Sánchez (2009-2011)

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María Sonora

María Sonora fue un grupo de carrera parcialmente frustrada (no logró llegar a editar su disco), pero que resultó pionero en la integración de ritmos caribeños con códigos hip-hop y electrónicos; y, como tal, es recordada como una virtuosa asociación para el Chile de los años de transición democrática. De manera intermitente, ocupó sobre todo a los hermanos María José y Tan Levine, dos músicos de sobra destacados previamente en bandas como Upa, Pinochet Boys y Electrodomésticos, y vinculados hasta hoy a proyectos artísticos independientes.

Marisol García

Un tiempo de residencia en Brasil y Estados Unidos llevó por nuevos caminos a Tan Levine luego del fin de su banda Pinochet Boys. A su regreso a Chile, en 1988, trabajó paralelamente junto a Electrodomésticos y con su hermana María José (Upa) en María Sonora, un grupo de fusión caribeña de sonido inédito hasta entonces en el país, por su combinación desprejuiciada de cumbia, calypso, hip-hop y reggae a través de sonidos secuenciados electrónicamente, y con letras que invitaban al baile y la profesión de algo así como una fe pagana en el poder del cuerpo y la tradición. Era una fusión «experimental-latin», según ellos, que hacia 1989 dejó registrado un único disco de estudio junto a Carlos Cabezas como productor, la colaboración de destacados músicos del medio (Ángel Parra, Silvio Paredes, Titae Lindl y Cuti Aste, entre otros) y posproducción nada menos que en Japón. Pese a todos esos puntos a favor, el álbum nunca encontró alianzas para llegar a publicarse (salvo por un cassette hecho circular informalmente por la propia banda).

El dúo mantuvo un circuito de tocatas en los espacios acogedores al pop under de aquellos años en Santiago (El Trolley, Casa Constitución, recintos universitarios) y tuvo algo así como un segundo aire en 1992 con el ingreso de nuevos integrantes que llevaron su sonido hacia terrenos rockeros, en otra apuesta avanzada para lo que más tarde iba a conocerse como nü-metal. Pero dos años más tarde, el viaje de Sebastián a Nueva York y el nacimiento del primer hijo de María José formalizó la despedida Ambos se reencontrarían cuatro años más tarde en Golosina Caníbal.

Hacia fines del 2009 apareció un intento de reunión, esta vez junto al argentino Federico Sánchez y la manifiesta decisión de trabajar en un disco completo. El trío alcanzó a ofrecer presentaciones en clubes y bares de Santiago, manteniendo, según sus palabras, una línea de fusión «con elementos de la cumbia digital y raggamuffin, sonidos minimal, dub-step y percusiones al estilo de rituales étnicos precolombinos, reuniendo lo esencial para una auténtica ceremonia de iniciación cumbiambera». La distancia geográfica entre sus integrantes (con Sebastián radicado en Barcelona, España) dificultó la continuidad del proyecto. Nada se supo de María Sonora hasta que en el año 2025 el sello Hueso Records anunció la publicación en vinilo de su aplazado álbum de 1989.

Actualizado el 31 de mayo de 2025

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