Max Alarcón

Max Alarcón
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Entre la contundencia arrolladora de un tenorista como Cristián Mendoza y la aguda profundidad musical de otro como Agustín Moya, está Maximiliano Alarcón, conocido en el circuito con diminutivos "bop" como Max o Maxi, su marca indeleble. Versátil solista del saxofón tenor, su punto de vista musical lo ha incorporado indistintamente a las escenas del jazz contemporáneo y a las de la música popular de raíces negras, con intervenciones en proyectos de soul, funk y hip-hop.

Ficha

Fechas

Santiago - 23 de diciembre de 1974

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Grupos

Max Alarcón

Entre la contundencia arrolladora de un tenorista como Cristián Mendoza y la aguda profundidad musical de otro como Agustín Moya, está Maximiliano Alarcón, conocido en el circuito con diminutivos "bop" como Max o Maxi, su marca indeleble. Versátil solista del saxofón tenor, su punto de vista musical lo ha incorporado indistintamente a las escenas del jazz contemporáneo y a las de la música popular de raíces negras, con intervenciones en proyectos de soul, funk y hip-hop.

Iñigo Díaz

Curiosamente comenzó en el folclor. Pero del charango pasó a la quena y rápidamente al clarinete. Entonces, el saxofón tenor le resultaba tremendamente magnético, como magnéticos eran para él los saxofonistas de la Blue Note Sonny Rollins, Johnny Griffin o Joe Henderson. Antes de recalar en el jazz acústico, en el período 1995-97 Alarcón alternó en las secciones de bronces de bandas como Huara, Los Tetas, Los Cráneos o Gondwana. En 1998 su nombre ya resonaba entre jazzistas de trayectoria, y así fue como llegó al cuarteto de Alejandro Espinosa y como invitado en el grupo de Daniel Lencina, transformándose en hombre estable de las históricas jam sessions del Hotel Hyatt (donde llegó a hacer duplas con el trompetista ruso Valery Ponomarev).

Alarcón tocó para el grupo latin jazz Akimbao (con Mario Feito), la orquesta televisiva de Horacio Saavedra y las bandas de Quique Neira y C-Funk, pero sus raíces más profundas estuvieron siempre en las posibilidades expresivas del jazz moderno (un recordado quinteto con el pianista Ariel Pino a la cabeza) y en la fuerza de la música funk. Desde estas plataformas, al promediar los 2000 y tras haber salido de la escena jazzística capitalina, Alarcón se vinculó a Yogui Alvarado y al pianista César Ibacache para la puesta a punto del experimental proyecto Electric Voodoo. Fue una serie de colaboraciones que derivaron en un trabajo junto al bajista y productor Christian Gálvez, la cantante Rossana Saavedra y el rapero Tea Time y la edición de su disco debut Imputable (2008), con cruces musicales entre el bop contemporáneo, el jazz-funk, el hip-hop, el R&B e incluso la inspiración mapuche.

Esa misma vertiente musical se apreciaría en un nuevo proyecto colaborativo que Alarcón emprendió a fines de los años '10 en un regreso más decidido al jazz, tocando en duplas con el pianista temuquense César Ibacache. De esa experiencia nacieron los dos volúmenes de Jazz peñy en New York, una propuesta de fusiones sobre la esencia de la música mapuche y el lenguaje jazzístico venido de la gran ciudad. En 2019, Alarcón e Ibacache viajaron a Nueva York para grabar las sesiones de este proyecto, junto al contrabajista Pablo Menares y el baterista Rodrigo Recabarren.

Actualizado el 16 de abril de 2021