Pedro Villagra

Pedro Villagra
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Pedro Villagra fue uno de los primeros músicos en incorporar el saxofón a los ambientes de la fusión y la música latinoamericana, lo que expandió un sonido y una narrativa que venía tomando forma desde los años de exilio de los músicos de la Nueva Canción Chilena. Integrante de agrupaciones fundamentales en esta línea, como Huara, Santiago del Nuevo Extremo e incluso Inti-Illimani tras su vuelta a Chile, el peso de Villagra lo sitúa entre los nombres fundamentales de una generación de jóvenes universitarios creadores de los años '70 y '80 que se consolidaron en los tiempos modernos. Tras esas dos primeras décadas, el saxofonista, guitarrista y compositor se inició en una carrera personal en la fusión latinoamericana, y contribuyó a acercar el jazz al mundo del folclor.

Ficha

Fechas

Contulmo - 17 de agosto de 1957

Región de origen

Biobío

Décadas

1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Pedro Villagra

Pedro Villagra fue uno de los primeros músicos en incorporar el saxofón a los ambientes de la fusión y la música latinoamericana, lo que expandió un sonido y una narrativa que venía tomando forma desde los años de exilio de los músicos de la Nueva Canción Chilena. Integrante de agrupaciones fundamentales en esta línea, como Huara, Santiago del Nuevo Extremo e incluso Inti-Illimani tras su vuelta a Chile, el peso de Villagra lo sitúa entre los nombres fundamentales de una generación de jóvenes universitarios creadores de los años '70 y '80 que se consolidaron en los tiempos modernos. Tras esas dos primeras décadas, el saxofonista, guitarrista y compositor se inició en una carrera personal en la fusión latinoamericana, y contribuyó a acercar el jazz al mundo del folclor.

Iñigo Díaz

Su primera aparición se detecta en 1977, cuando junto a otros estudiantes de Antropología en la Universidad de Chile, fundó el grupo Santiago del Nuevo Extremo. Con este proyecto se comenzó su vida como tenorista y flautista, realizó dos giras europeas en los años más difíciles del régimen, escribió piezas instrumentales ("¿Y yo qué hago?", "Bella, que tienes mi alma"), y permaneció inclaudicable hasta su disolución en 1986. Un año antes ya estaba incursionando en ámbitos del pop en dictadura, junto al grupo Primeros Auxilios, donde hizo dupla de saxos con Sebastián Piga (de Upa!).

En 1987 se incorporó a su primera banda importante orientada a la fusión latinoamericana, Huara (encabezada por el percusionista Claudio Pájaro Araya). Al interior de esta agrupación se desarrolló ampliamente como saxofonista. Tras la grabación de dos álbumes, en 1990 anunció su retiro para establecerse poco después en la alemana Colonia, ciudad donde estudió saxo y dirigió su primer proyecto personal con músicos europeos: Kunza.

El sonido en las palabras
En 1995 fue invitado a integrarse a Inti-Illimani (como reemplazante del saxofonista Renato Freyggang). Regresó a Chile, grabó tres álbumes con el grupo y en 1998 se lanzó como músico solista. Por su banda de soporte (llamada Pedroband) transitó un importante número de músicos provenientes del jazz, la fusión y la música latinoamericana, entre quienes destacaron los pianistas Pablo Vergara y Ariel Pino, los bajistas Patricio Rocco, Christian Gálvez y Andrés Gastelo, los bateristas Daniel Rodríguez y Carlos Cortés, y los percusionistas Efrén Viera, Arturo Medina y José Izquierdo. La agrupación también ha contado con cuerpo de voces con figuras como Daniela Conejero, Mariel Villagra, Analí Muñoz, Francisca Schmidt y Celeste Shaw.
 
Desde entonces, cada dos años Pedro Villagra editó sus discos solista orientados a la fusión de inspiración latinoamericanista, colorida, festiva y de instrumental electroacústico. Pagano (1998) y Quiebracanto (2000) marcaron la largada como compositor, mientras que Fanfarria para marionetas (2002) lo expuso como creador de música funcional, para un montaje homónimo del dramaturgo Jorge Díaz. Y alternando militancias y colaboraciones con el grupo "synfoétnico" Amapiola (desde 2002) y con el ensamble experimental porteño Verdevioleta (desde 2007), alcanzó importante figuración con Otredad (2004), un trabajo sonoro y poético conceptual que incluyó las voces de Laura Fuentes y su hija Mariel, y con el que llegó a consolidarse definitivamente como un compositor popular de gran madurez en el inicio del siglo XXI.

Actualizado el 23 de septiembre de 2020