Marisol García
Reuniones espontáneas de baile callejero en comunas periféricas de Santiago acogieron la inicial inquietud local por la cultura hip-hop. El breakdance fue, a mediados de los años 80, un aglutinador de talentos por fuera de los cauces oficiales, y al margen del radar de una dictadura que aún asociaba la música de protesta a los códigos de la trova.
Fue en ese circuito de baile, rimas y scratches sin ambición profesional que nacen Los Marginales, inicialmente un cuarteto que congregó a dos miembros de CMC Rappers, prestigiados en la escena gestada en torno al pasaje Bombero Ossa, del centro capitalino (Lalo y Claudio Flores), y a dos hermanos (Guillermo y Miguel Navarro) activos en las protestas de estudiantes secundarios contra el régimen, e inquietos desde la adolescencia tanto por el hip-hop como por el punk. Sus primeras grabaciones caseras (que, en un inicio, firmaban como "CMC y Los Marginales") comenzaron a copiarse y a circular de mano en mano, ejerciendo una inspiradora influencia para quienes más tarde iban a formar parte de grupos como Panteras Negras.
Hacia 1989, y con un nuevo miembro a bordo (Kingmaster, más tarde conocido como DJ Cogollo), Los Marginales intensificaron tanto sus presentaciones en vivo como sus composiciones, cuyos títulos son elocuentes de una perspectiva crítica y denunciante, articulada desde los márgenes de la oficialidad y llena de referencias típicamente chilenas: "Basta de mentiras", "La verdad" y "Niñas cuicas", por ejemplo («Tiene su casita en el barrio alto / se compra su ropita en el Parque Arauco / No sale con el tipo si no tiene auto / qué dirían sus amigas: 'Ay, qué horror, qué espanto'", es la primera estrofa de este último tema). Memo recuerda la distinción de su propuesta en los mitines políticos antes y después del histórico triunfo del "No" a la continuidad de Pinochet: «Estábamos inventando algo con lo que no había familiaridad, y que por lo tanto llamaba la atención. Rimábamos sobre asuntos sociales, pero desde otros códigos que los de las peñas; más duros y urgentes. Nuestros temas hablaban de barrio, de neoprén, de pobreza…».
Diversas investigaciones citan a Lalo Marginal como el responsable de organizar el primer festival de rap en Chile, en junio de 1990, en el gimnasio Manuel Plaza de Santiago. Los Marginales se iban consolidando así como un colectivo de música y gestión de la escena, y un tema suyo ganó un concurso de nuevas bandas del programa televisivo "Sábado Taquilla". Con el premio, compraron instrumentos y equipos. Poco después, una presentación en las fiestas "Spandex" los puso en contacto con el baterista y productor Tan Levine (entonces, en Electrodomésticos y en María Sonora), con quien comenzaron a grabar temas para un primer cassette profesional.
Fue así que surgió el contrato con Sony Music, que fichó formalmente a Los Marginales bajo su filial Prodisc. El cassette Marginal apareció en 1992 con un sonido vivo y eléctrico, influenciado por figuras de la vieja escuela como Run DMC y Tone Loc (colaboró en la grabación el guitarrista Milenko Cortés), de sampleos rockeros (AC/DC, Santana) y bailables (James Brown, KC and the Sunshine Band), y juegos vocales tan incisivos como sus rimas. El tema que le da título al álbum actuaba como un manifiesto: «Somos marginados, y no nos callarán / yo creo que para eso nos tendrán que matar / […] Le cantamos a todo nuestro país / No tenemos vergüenza de lo que decidimos / Nosotros, no nos rendimos / Muchacho, tienes que entender: / si unimos nuestras fuerzas, vamos a vencer / ¡Marginal! ¡Que no te traten como un animal! / ¡Tus derechos han sido pasados a llevar!».
Pese a las promesas de promoción a gran escala de parte del sello, el debut discográfico de Los Marginales coincidió con un momento de bajo interés por la música chilena en radios y medios, y aun menos posibilidades de que aquello se volviera rentable. Las obligaciones familiares obligaron a sus integrantes a ocuparse en estudios y trabajos formales, lo que derivó en el fin del grupo hacia 1994. Han existido reuniones puntuales desde entonces, pero solo para encuentros en vivo y grabaciones de tracks difundidas online.
De quienes pasaron por Los Marginales, Claudio Flores se ha mantenido cercano al movimiento a través de proyectos como el grupo Fuerza Hip-Hop y la animación del espacio televisivo "Máximo efecto" (también con Ana Tijoux y Quique Neira); DJ Cogollo ha sido un colaborador requerido por diversas bandas (como Panico), además de miembro activo de Shamanes; mientras que Memo autoeditó en 2024 Beat Box, un valioso libro de referencia sobre aquella escena hip-hop embrionaria que conoció de manera directa. Describe allí el sentir de aquella valiosa etapa fundacional como la de una expresión surgida «desde la periferia, que sin tener los medios técnicos en el baile, en la pintura, sin instrumentos musicales ni estudios de grabación, ni disqueras ni la academia, aun así se puso de pie, a puro breaking, beat-box y rimas».
Actualizado el 09 de junio de 2025